sábado, 16 de junio de 2012

Solsticio de invierno.

Solsticio de invierno

Catedral de Cuenca (España)

21 de diciembre

  
El solsticio de invierno es el día más corto y con menor soleamiento, con temperaturas mínimas a finales de enero. El 21 de diciembre se celebra, en el hemisferio norte, la noche más larga del año.

La declinación d es el ángulo que forma el rayo solar con el plano del ecuador en cada época del año, determinando las estaciones climáticas. En el caso del hemisferio norte, las principales fechas estacionales son:

Solsticio de invierno
21 de diciembre
Declinación d = -23,5º

Triforio de la nave central
En el solsticio de invierno, el colorido de las vidrieras da viveza y armonía a la nave central, a lo largo del día. Los colores van haciendo un recorrido incansable por lo alto de los muros pétreos de la nave central.
 Desde épocas ancestrales, los primeros grupos humanos celebraban el solsticio de invierno como la noche del nacimiento de la luz; fecha en la que las tinieblas eran derrotadas por la luz, que vencía sobre ellas. De este modo daban culto al Sol. Se trata de una fecha cargada de simbolismos y de magia, en la que las deidades de la naturaleza, las hadas y los duendes andan sueltos por los campos, siendo posible tropezarse o comunicarse con ellos.
    
Vidrieras de la nave central
    Cuando el cristianismo comienza a propagarse en Europa, asimila estas fiestas solsticiales a sus propios ritos y símbolos. De ahí que se fije la fecha del nacimiento de Jesús en el Solsticio de Invierno (Hemisferio Norte).
En el solsticio de invierno (21 de diciembre), el colorido de las vidrieras da viveza y armonía a la nave central.


Triforio de la nave central

A lo largo del día, los colores van haciendo un recorrido incansable por lo alto de los muros pétreos.
La luz en la vidriera se hace color para que los colores se vuelvan luz. Los vítreos vencen la opacidad de la materia que revela la atracción como un imán luminoso escondido en la densidad impenetrable de lo tangible, simbolizando de esta manera el morir del año para nacer a un “Año Nuevo. 
Así, afirmamos que un templo es un lugar vivo donde artistas, representantes de todos los estilos arquitectónicos catedralicio, han reflejado las tendencias marcadas por su época, enriqueciéndose con el arte y con sus gentes. La Catedral de Cuenca es un ejemplo de toda esta amalgama de arte y tiempo, por lo que bien podíamos llamarla “La Joya de una Ciudad Encantada”



Cuenca,16 de junio de 2012
José María Rodríguez González

viernes, 8 de junio de 2012

VIDRIERAS DE LA CATEDRAL DE CUENCA
DE LA VIDRIERA GÓTICA A LA ABSTRACTA MODERNISTA

La vidriera se constituye en la principal forma de pintura monumental, transforma la arquitectura del momento y se convierte en el vehículo idóneo para expresar los conceptos de la mística y el simbolismo del Cristianismo de los siglos finales de la Edad Media.
La vidriera nació de la teología de la luz, cuyos fundamentos se encuentran en el Evangelio: en Juan 1,5 dice: “Aquella luz que brilla en las tinieblas; y las tinieblas nunca la han detenido” y en Juan 1,9: “El Verbo es la verdadera luz; la que viene al mundo para iluminar a todos los hombres”; así como en Juan 8,12: “Yo soy la luz del mundo. Quien me siga no caminara a oscuras sino que poseerá la luz de la vida”.

VIDRIERA ANTIGUA
Las vidrieras, fechadas en el siglo XV, de la capilla de los Caballeros, de la Catedral de Cuenca, pasan desapercibidas, siendo una de las joyas de nuestra catedral. Los artistas vidrieros, anónimos, que las elaboraron, buscaron extender las escenas pictóricas por toda la superficie del ventanal, como si se trataran de pinturas sobre soporte traslúcido, propio de la época
Vidriera siglo XV Capilla de losCcaballeros
Vidriera siglo XV Capilla de las Caballeros
Los artesanos medievales de los siglos XII y XIII perfeccionaron en arte de los vitrales. Pequeñas piezas de vidrio se teñían con brillantes colores como joyas. Esta preocupación por la luz coloreada en las catedrales góticas no fue accidental, sino que fue ejecutada por gente inspirada en la creencia de que la luz natural era un símbolo de la divina luz de Dios. La luz es invisible, pero permite a la gente ver; de esta misma forma, Dios es invisible, pero su existencia permite que el mundo de la materia exista.
Rosetón lado Norte. Puerta de Jamete
Las vidrieras más antiguas expuestas en la catedral conquense están en la Capilla de los Caballeros, fechadas en el siglo XV.
La  vidriera situada en la puerta de Jamete (Rosetón norte), de estilo gótico, esta ilustrado con escenas de la vida de Jesús. Es una obra del maestro vidriero Giraldo de Holanda, que una vez finalizado el vítreo se la abonaron 1929 maravedíes el 5 de enero del año 1550.
VIDRIERAS MODERNAS
Las vidrieras modernas abstractas, cubistas, surrealistas e impresionistas, irrumpen en el interior de la catedral de Cuenca en la época del obispado del Obispo José Guerra Campos en el año 1990. Son cuatro los artistas que intervinieron bajo la supervisión del Cabildo Catedralicio y de la Consejería de Educación y Cultura de la Junta de Castilla La Mancha se realizó el programa de cuatro años de su elaboración y colocación en las ventanas y óculos del templo.
Henri Déchanet
Al maestro vidriero francés Henri Déchanet. Henri se ocupó de los vitrales de la Girola, la Capilla del Sagrario  y el brazo lateral derecho Crucero, zonas en las que, partiendo de la palabra divina, ha ideado motivos como el de la Glorificación.




Gerardo Rueda
Gerardo Rueda
Le correspondió diseñar las vidrieras del coro y de la nave principal, con alusiones alegóricas a algunos célebres poemas de Dante.
Bonifacio Alfonso
Bonifacio Alfonso, por su parte, prefirió retornar al Génesis plasmando en las vidrieras de las capillas laterales del brazo principal del templo una atmósfera repleta de vida y de movimiento que hubo de concebir en claves abstractas




Gustavo Torner
Gustavo Torner, fue el artífice de quince vidrieras, localizadas en el Altar Mayor y el lado derecho del crucero, en las que ha creado un «clima dorado» en todo su conjunto, o mejor, una conversión del «aire en luz dorada» como él prefiere apuntar.



Cuenca, 9 de junio de 2012
José MaríaRodríguez González