lunes, 26 de julio de 2010

Solsticio de verano

Solsticio de verano
21 de junio

La Tierra realiza una órbita anual casi circular en torno al sol.
Como curiosidad, la ligera excentricidad de la órbita hace que en diciembre se reciba casi un 4% más de radiación que en junio. La tierra realiza una rotación diaria sobre sí misma, con la importante característica de que el plano del Ecuador no es paralelo al plano de la Orbita, sino que forman un ángulo constante de unos 23,5º.
La declinación d es el ángulo que forma el rayo solar con el plano del ecuador en cada época del año, determinando las estaciones climáticas. En el caso del hemisferio norte, las principales fechas estacionales son:
Solsticio de verano
21 de junio
Declinación d = +23,5º
En el solsticio de verano, en el ábside, las vidrieras se asemejan a las burbujas de aire que se desplazan a través de un líquido multicolor. Desde las primeras horas del amanecer, penetran a través de ellas los rayos solares, inundando la nave central de una luz clara y celeste, como si se estableciera un camino de luz hacia el infinito.
El solsticio de verano es el día con más horas de sol y con el máximo soleamiento del hemisferio, aunque las temperaturas máximas se retarden aproximadamente un mes, desfase producido por el almacenamiento de calor en la tierra.
El Solsticio fue una fecha muy observada en la antigüedad y una importante marca para ajustar el calendario. De hecho, los habitantes de la región cercana al Trópico de Capricornio, notaban que en esta fecha el Sol brillaba en el fondo de los pozos a medio día. O sea, confirmaban la perpendicularidad de los rayos
La celebración del solsticio de verano, es tan antigua como la misma humanidad. En un principio se creía que el sol no volvería a su esplendor total, pues después de esta fecha, los días era cada vez más cortos. Por esta razón, fogatas y ritos de fuego de toda clase se iniciaban en la víspera del pleno verano para simbolizar el poder del sol y ayudarle a renovar su energía.

domingo, 18 de julio de 2010

Mitología de la Luz en la Catedral de Cuenca

MITOLOGÍA DE LA LUZ
La Arqueoastronomía es el estudio del conocimiento astronómico de culturas antiguas: Descubrir si una civilización observaba el cielo, cuál era su calendario, si orientaba las tumbas y los templos de una manera determinada, etc. Si se comparan patrones astronómicos en diferentes culturas se puede saber si han estado en contacto entre ellas y cómo ha evolucionado su conocimiento astronómico.
Existen diferentes tipos de estudios arqueoastronómicos. Los diagramas de orientación de templos, por ejemplo, representan su ubicación respecto al horizonte y permiten ver si hay un punto hacia el que los templos se orientan preferentemente o si su distribución es aleatoria.
Los parámetros astronómicos más utilizados por civilizaciones antiguas para la ubicación de yacimientos son los solsticios de verano e invierno y el equinoccio.
Las relaciones astronómicas no se refieren sólo a la orientación de un edificio, sino también a que ocurra un determinado fenómeno en un momento determinado del año, en dicho lugar. Por ejemplo, que el Sol entre directamente en el interior de un templo coincidiendo con el solsticio o el equinoccio. Si sólo ocurre en un sitio, puede ser por casualidad, pero, si ocurre en varios pertenecientes a la misma cultura, tiene seguramente una razón de ser.
La entrada de luz en los templos se viene dando desde la cultura Egipcia. Los templos solares estaban orientados de manera que, en el día más largo del año, en el orto y en el ocaso, un rayo de sol atravesaba un pasadizo que comunicaba con el interior del santuario. En las catedrales góticas ocurre algo parecido: el día 21 de junio (solsticio de verano), un rayo llega al Transparente. Así ocurre en la catedral de Chartres (Francia). Este fenómeno se da, en la Catedral de Cuenca, al alinearse el sol con el óculo central de la girola, llegando su luz al Transparente, pero con la particularidad de que el fenómeno se efectúa, del 19 al 22 de mayo y en el ocaso se realiza del 19 al 22 de junio, entrando la luz por el rosetón de la fachada principal hasta el transparente del altar mayor.

¿Quien es José Mª Rodríguez?

José María Rodríguez (Cuenca, 1956) se sintió atraído por la fotografía cuando apenas contaba con once años de edad, pero entonces quizá no sospechaba que, por los azares de la vida, iba a terminar dedicándose a ella de manera casi profesional; en efecto, desde hace ya mucho tiempo, viene dando clases sobre los secretos de la cámara oscura, primero en el Centro de Profesores, en el que impartió seminarios y coordinó grupos de trabajo, y más tarde en el Instituto “Fernando Zóbel”, donde actualmente enseña a los alumnos de la ESO.
Su primera exposición (titulada “Cuenca mágica en sus paisajes”) la realizó en marzo de 1999 en el Ateneo de Alicante, y a ésta le han seguido otras, casi siempre sobre su ciudad natal (por ejemplo, “Miradas de Cuenca” y “Cuenca. Su Semana Grande en el tiempo”, esta última dedicado a la Semana Santa conquense, como el propio título sugiere). Esta predilección por Cuenca se debe, sin duda, al natural amor del fotógrafo hacia su tierra natal, pero responde también al convencimiento de que, como escribiera César González-Ruano, pocas ciudades tienen, sobre la esplendidez y el embrujo de su emplazamiento, unos barrios tan atrayentes como esta Cuenca maravillosa en la que cualquier rincón es un milagro casi increíble. A captar ese milagro dedica todo su tiempo y esfuerzo José María Rodríguez.
Desde el año 2004 ha venido trabajando sobre el mundo maravilloso de los efectos de la luz en toda su extensión, como así lo demuestran las conferencias que ha venido impartiendo en la Biblioteca Pública “Fermín Caballero” de nuestra capital. Con el título: “Crear una imagen” expresó cómo crear una imagen a través de los sentidos y con el título “La luz, fuente de inspiración y creación” presentó: las ideas, los mitos y la evolución de las artes inspiradas en la luz, una verdadera investigación ofreciendo una visión de la “cultura de la luz” a través de los tiempos. Ésta se puede decir que resultó un ensayo del trabajo que acaba de finalizado coincidiendo con el solsticio de invierno (21 de diciembre de 2007), y que ahora nos presenta “Manto de Luz” – La mitología de la luz en la Catedral de Cuenca – donde nos enseña, a través de su cámara, todos los efectos luminosos que se recrean a lo largo de un ciclo solar.
La técnica de José María Rodríguez es absolutamente artesanal, si con esta palabra entendemos lo hecho con amor y dedicación; cada una de sus fotografías está tratada individualmente y sin reparar en tiempo ni en esfuerzos. El resultado suele ser deslumbrante, porque sus instantáneas son obras únicas e irrepetibles. Si el artista ha de caracterizarse, entre otras cosas, por huir de los lugares comunes y de los tópicos, José María Rodríguez es un artista de los pies a la cabeza; porque sus fotografías nos dan una nueva dimensión de la realidad, única e imperecedera, que hace más rica y más completa nuestra visión del mundo.

HILARIO PRIEGO SÁNCHEZ-MORATE
Catedrático de Lengua Castellana y Literatura
Miembro de la Real Academia Conquense de Artes y Letras.