lunes, 27 de junio de 2016

Gárgolas y quimeras


Las quimeras son creaciones simbólicas

pertenecientes a la hora del crepúsculo.


Lentamente y sin pausa nos quedamos sin gárgolas en la Catedral conquense.  El 13 de junio de 2005, cayó una parte de la cornisa frontal, en julio de 2011 vuelve a caerse parte de la cornisa. A las once de la mañana 4 de febrero de 2014 la gárgola del lado norte de la fachada cae. Los bomberos se ven obligados a intervenir. El 15 de febrero de 2016. El frío y el agua desprenden un trozo de cornisa de la Catedral. Los bomberos del Ayuntamiento retiran las piedras sueltas para asegurar la zona.


Son las gárgolas de la nueva fachada la que se desprenden a causa de la piedra arenosa que empleó Vicente Lampérez para la reconstrucción de la fachada neogótica que nos dejó. El 20 de febrero de 2016 se colocan los andamios para acometer las obras de canalización y recogida de aguas de la cornisa. Obras que duran varios meses, la canalización se hace por el lado Sur de la fachada. Actualmente sólo queda una gárgola de las cuatro iniciales en la fachada principal.

En nuestra época nos hemos visto fascinados por la edad media. Se han escrito miles de páginas sobre ella pero curiosamente a penas si hay escritos sobre las gárgolas y las quimeras.

Hoy no pretendo llenar el vacío que hay sobre ello, sino ser el punto de partida con la información de poseo. Hacer una reflexión en torno a este tema, que por más que leamos sobre el Medievo, siempre encontraremos algo de misterio, algo inaccesible a nuestra mente actual.

El lugar donde se hallan estos elementos son las Catedrales y estas deben su nombre a la palabra cátedra que en latín significa “asiento”. Haciendo referencia a la cátedra del Obispo, máxima autoridad, de ahí el nombre de CATEDRAL.

Para poder comprender la decoración exterior, hay que entender el significado interior. Las características arquitectónicas que poseen la  Catedral en un “reflejo de otro mundo”.
Son la contemplación del cielo en la tierra. La visión de la Jerusalén Celeste en el ábside. La idea de la Jerusalén que se tiene fue tomada de los textos Apocalípticos. Una visión de San Juan (Ap. 21, 10-14 y 18-21).

En las Catedrales góticas debemos buscar en su interior la luz que está presente material y simbólicamente. Hay que dejar este mundo para entrar en la luminosidad del Cielo.

Afirman los teólogos de la época que las catedrales hicieron que los fieles vieran el mundo como nunca lo habían apreciado. Su interior estaba impregnado de la presencia de Dios, sólo había que adentrarse en su interior.

En este contexto ¿Dónde quedan las gárgolas y quimeras? Tradicionalmente se sostiene que estos seres eran los guardianes de la Jerusalén Celeste, y hay quien sostiene que son elementos de carácter moralizante, asustando a quienes no cumplen con los mandatos divinos.
No olvidemos que los programas arquitectónicos de las catedrales estaban reglados al igual que la iconografía específica. Hay una forma determinada en representar a un santo, a un demonio, a la Virgen y a Dios.

Existía cierta libertad de representación en la marginalia de los manuscritos góticos, en lo capiteles que se hicieron “historiados” poblándolos de seres extraños mitológicos, algunos respondiendo a una iconografía particular pero otros se tomaban ciertas licencias en su contenido. Las gárgolas y las quimeras forman parte de esa marginalia.

¿Cómo es posible que tengan el aspecto terrible? No olvidemos que estamos en la época de los viajes y peregrinaciones. La época de las bestias y de los seres maravillosos. Si les presento la descripción que hace Marco Polo (1254-1324) de un animal que descubre verán que es difícil adivinar de qué especie se trata. Y A ello hay que añadir el analfabetismo existente en el pueblo.

 “Tienen muchos elefantes salvajes y también unicornios, que no son menores que los elefantes; éstos tienen la piel como la del búfalo y la pezuña como la del elefante, con un gran cuerno de color negro en medio de la frente (…) Su cabeza es similar a la del jabalí silvestre (…) son animales de muy desagradable y horrible aspecto.” Se trata de rinocerontes.
Los griegos y romanos decoraban sus edificaciones oficiales con ACRÓTERAS, en las esquinas y la parte central de las fachadas. Las gárgolas servían de desagüe, las decoraban con cabezas de felinos principalmente de león. La decoración de los conductos de expulsión del agua de los edificios fue utilizada por egipcios, griegos, etruscos y romanos.

De la mitología griega nace la leyenda. Seres alados, con cabeza de león. Un pacto los unía a hombres y bestias. Ambos se protegían los unos por el día, los otros en la noche.
 Esta leyenda fue olvidada por siglos hasta ser resucitada en el Medievo para ser tomados como guardianes de catedrales contra el mal y los demonios.

A comienzos del siglo XII con el gótico, se retoma. Durante el siglo XIII es el sistema escogido de drenaje de las grandes edificaciones. Los primeros ejemplos de gárgolas en el gótico se dan en la Catedral de Lyon seguidas de las de Notre-Dame de París.

De nuevo se despierta la leyenda. Dicen que en el pueblo francés de “Rouen” existía un dragón, al que le llamaban “Gargouille” de cuello muy largo, hocico delgado con unas fuertes mandíbulas con una descomunal cabeza, cejas fuertes y alas membranosas. Se  podía ver los días de niebla por las aguas del Sena. Esos días destruía cuanto encontraba en su camino.

Los habitantes del pueblo de “Rouen” intentaban aplacar su ira ofreciéndole la vida de jóvenes y doncellas.
Por el año 600 fue destinado a ese lugar un sacerdote llamado “Romanus”. Reuniendo a los habitantes del pueblo, les propuso que si aceptaban ser bautizados en la fe de Cristo y se comprometían a construir un gran templo él los libraría del malvado dragón para siempre. Así se acordó y se hizo. “Romanus” equipado de una campana, un libro y la cruz  de Cristo realizó un exorcismo al dragón en el momento que se disponía a atacarle. El sacerdote dominó al dragón con la sola señal de la Cruz, trasformando al malvado dragón en un dócil animal.

El dragón fue quemado en la hoguera a excepción de la cabeza y el cuello que se resistía al fuego, así que pensaron ponerlo sobre el tejado del ayuntamiento del pueblo como recordatorio de aquellos malos momentos pasados. Una fuerte tormenta provocó que la cabeza del dragón se volcará escupiendo por sus fauces el agua que discurría por el tejado. De ahí el sinónimo de gárgola a las esculturas ubicadas en las cornisas de los edificios.

En la iconografía medieval el dragón ha representado al diablo, encabezando el símbolo del mal, no es de extrañar que entre las posibles interpretaciones que se han atribuido a las gárgolas hayan sido las diabólicas, expulsando por sus fauces el producto de las fierezas de las tormentas, el agua y el granizo, dándoles el significado de guardianes de la Iglesia. Son como signos mágicos que mantienen alejados al diablo del interior de la casa de Dios.
Otra de las leyendas francesas en las que se ve implicado la gárgola se ubica en Amiens (Amian), en el siglo XIII.

El obispo Richar Fournival mandó realizar al cantero Flocars, dos gárgolas de cobre, y las situó en la puerta de la ciudad. A ellas y a los guardas de la puerta mandó vigilar a cuantos desearan entrar en la ciudad. El individuo que era catalogado como indigno de entrar se le arrojaba, a través de ellas, veneno y a quien era encontrado digno de entrar se le arrojaba oro y plata.

Es obvio que el arte medieval no fijó una determinación común en la representación de las gárgolas, pero hay elementos comunes en todas ellas.

La iconografía medieval se expresa en doble vertiente. Las cosas buenas y bellas vienen de Dios, mientras que lo feo sórdido y despreciable es  adjudicado a su opositor, Satán
Las gárgolas muestran estas características, atribuidas al demonio como los cuernos, las orejas puntiagudas, los colmillos, las alas membranosas, las barbas, patas humanizadas, el cuerpo sin vello y un semblante amenazador.

En los exteriores de nuestra Catedral posee una peculiar protección, las ventanas circulares de la nave central están protegidas contra el mal exterior. El triángulo de la parte superior se corresponde con la Sagrada la Triada: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Sus vértices señalan el cielo, el canal  señalo lo espiritual, terminados en dos mascarones.

El círculo representa la unidad. A través de ella irradia y filtra la luz hacia el interior protegiendo y guardando de las energías negativas. Es la luz que dará fuerza y resistencia a quien este en el interior del Templo.

A veces se coloca en sus vértices del triángulo los arcángeles: Miguel, Uriel y Metatrón.
Miguel, Gabriel, Uriel y Rafael son los cuatro arcángeles que Dios encargó para cuidar la Tierra.

Pero no solo pueblan los tejados de las catedrales las gárgolas, también hay quimeras, que tiene ambos algo en común en la iconología. Son seres protectores contra el mal que acecha a los templos. Liberándolos de sus amenazas.

Otro episodio que marca las leyendas de las quimeras es el 30 de mayo de 1431, fecha en la que fue quemada viva Juana de Arco. Se dice que esa noche las quimeras de los templos tomaron vida dando muerte a cuantos asistieron a la quema de la inocente Juana.
Mientras en nuestra catedral los misterios los encontramos en su interior, en Notre Dame de París podemos encontrar un sinfín de misterios en su fachada.

En el año 2002 se abrió para mí una nueva etapa. Al visitar Notre Dame. Los 387 escalones que subimos, hasta culminar los 69 metros de altura. Después de tras innumerables giros de la escalera de caracol vimos la luz a 46 metros de altura sobre París. Fuimos testigos de las innumerables quimeras y monstruos que poblaban los tejados de tal maravillosa obra. Animales salidos de la imaginación humana que reflejaban las múltiples historias relatadas hasta ese momento que hacían realidad el desarrollo diario de miles de personas que habitaban bajo nuestros pies.

El Águila comiendo uvas. Símbolo del bien venidero. Pudiéndose ver frustrado.  El ave monja. Quimeras. Símbolo del poder conseguido por malas artes. El cuervo. Augurio de mala suerte.

Fulcanelli en su libro “El misterio de las Catedrales”  fue quien nos descubrió que ambos quimeras tienen la mirada orientada hacia la columna donde se halla oculta la famosa piedra filosofal.

Demonio devorando a un  hombre o un animal. El diablo mirando París con las manos sujetando su cabeza.  Diablillo cornudo asustado  El lagarto humanoide. Símbolo protector del mal. Asociado a los sueños. El pelícano. Símbolo Eucarístico. Da su vida por sus crías y Cristo por nosotros. El elefante. Símbolo de Poder.

Pero aún quedaba más altura por visitar. El campanario de la torre Sur Campana del siglo XVII, llamada “Emmanuel”. Desde lo más alto se ofrece las vistas panorámicas sensacionales de París. Allí fue el punto de partida para mis estudios de los misterios que encierra nuestra catedral.

69 metros sobre París que se convierten en los 69 peldaños para llegar al triforio de la Catedral Conquense. La planta de la Catedral de Notre Dame.  París hace mención al Salmo 87, 1-7 denominandose: “Ciudad de Dios” o también conocido como “Ciudad de los Cielos”. La Catedral de Santa María. Cuenca, hace referencia al Salmo 104, 2: “Arropada de luz como de un manto” o como la denominé: “Mando de Luz”.

Para finalizar, quisiera decir que las gárgolas y quimeras son creaciones simbólicas pertenecientes a la hora del crepúsculo.

Para la gente superficial son: simples canaletas, adornos, caprichos creativos y para una parte selecta y pensadora son: guardianes, prisioneros del tiempo, figuras moralizantes, monstruos, maravillas de la Creación y sobre todo son Misterio.

27 de junio de 2016
José María Rodríguez González. Profesor e investigador historico.

lunes, 20 de junio de 2016

Puertas y duendes por el Solsticio

El 21 de junio, noche mágica solsticial

Cuando el pueblo pierde su religiosidad tiende a la adoración de los astros como en los principios de la humanidad.

Hoy me he puesto a buscas el significado de solsticio en mi viejo Larousse, olvidado en la estantería, ocupa un puesto de consideración en él, en otras épocas más utilizado que en la actualidad, la comodidad de internet lo ha relegado casi al olvido. Entre sus hojas encuentro el significado de solsticio: “Época del año en la cual el Sol, en su movimiento aparente sobe la eclíptica, presenta su mayor alejamiento del ecuador”.


En su movimiento aparente alrededor de la Tierra, que, efectuándose en el plano de la eclíptica, presenta una inclinación respecto al ecuador, la declinación del Sol es boreal y siempre creciente durante la primavera, que empieza hacia el 21 de marzo; después decrece constantemente durante el verano, que termina hacia el 22 de septiembre. Hacia 21 de junio, la declinación para por un máximo, y luego decrece. Este máximo se produce muy lentamente, de forma que, durante muchos días, el Sol parece tener la misma declinación y elevarse paralelamente sobre el horizonte: el momento en que está en el máximo es el solsticio de verano. De igual manera el solsticio de invierno, la máxima declinación austral del Sol. La situación se invierte en el hemisferio sur. Concepto real pero no nos explica el comportamiento humano del momento.

La celebración social de este día es tan antigua como la misma existencia del hombre. El corto conocimiento de los hechos hacían creer que después de esta fecha el sol o volvería a su esplendor al hacerse los días más cortos a partir de éste momento. Ello conducía a realizar hogueras y ritos de fuego para ayudar al sol a mantener su poder y su energía. Se encendían fogatas en lo alto de las montañas, a la orilla de los ríos, en las puertas de las casas y se organizaban procesiones con antorchas desde las alturas a los valles. De bailaba y saltaba alrededor del fuego como purificación y protección de los malos espíritus para asegurar el renacimiento del sol.

A estos días de solsticios, 21 y 22 de junio, en los mitos griegos encontramos que se les denominaba “puertas”, los helenos los llamaban “puertas de los hombres” y al solsticio de invierno, los días 21 y 22 de diciembre, le llamaban “la puerta de los dioses”.

No se sabe con certeza cuando se inició estos ritos. Uno de los antecedentes podemos hallarlo en el pueblo celta con la festividad de Beltaine (fuego bello) que se celebraba a primeros de mayo, se encendían hogueras que eran saltadas con pértigas por los jóvenes del poblado. Los druidas hacían pasar al ganado por las ascuas como purificación y protegerlos de las enfermedades y parásitos y rogaban a su dios para que el año fuera fructífero sacrificando un animal para que sus plegarias fueran oídas.

Los griegos festejaban al dios Apolo de igual manera, encendiendo hogueras de carácter purificador. Los romanos la festividad era dedicada a la diosa Minerva, fiestas con fuego y que era costumbre saltar tres veces sobre las llamas.

El cristianismo recicló los viejos cultos estableciéndose la noche de San Juan, no faltan las leyendas fantásticas en esta noche. Se dice que es un momento de magia donde se abren las invisibles puertas del “otro lado del espejo” permitiéndose el acceso a grutas, a los castillos y los palacios encantados. Es una noche que se carga de un ambiente sobrenatural que impregna cada lugar mágico de la Tierra. Es un momento ideal donde los relatos se cuentas alrededor de la hoguera y la familia escucha a los abuelos contar sus historias llenas de amor.

Abramos en esta noche nuestro corazón a la imaginación, a la ilusión y a fantasía, viendo la Luna llena que nos ilumina en esta noche mágica donde no existen puertas para la imaginación.

20 de junio de 2016

José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.


domingo, 12 de junio de 2016

Pan de San Antonio

San Antonio de Padua, el “Santo de todo el mundo”

Este año de 2017 su festividad cáe en miércoles.

Así llamó a San Antonio el Papa León XIII porque su imagen y devoción se encuentra por todos los lugares del mundo cristiano.

Los conquenses lo veneramos por partida doble. Dos son las hermandades que hay en Cuenca y las dos celebran estos días sus cultos en honor al Santo.
San Antonio De Padua
Catedral de Cuenca

San Antonio “El Verbenero” (por las verbenas que se celebraban y hacían las delicias de la juventud), actualmente ubicado en la ermita de Ntra. Sra. de las Angustias. Hoy, lunes día 13, será sacado en procesión hasta los Arcos de la Plaza Mayor, a partir de las 18:00 horas.

La otra hermandad de San Antonio está ubicada a la salida de Cuenca, por la Carretera de Alcázar. Por su ubicación de la ermita recibía el nombre “El Largo” al estar fuera del casco urbano. Saldrá en procesión a las 20:00 horas y posteriormente se celebrará la solemne función religiosa.

San Antonio es el patrón de las mujeres estériles, pobres, viajeros, albañiles, panaderos y papeleros. Se le invoca por los objetos perdidos y para pedir un buen novio y esposo.   

Nació en 1195 en Portugal y se llamó Fernando de Bulloes y Taveira de Azevedo. Cambió el nombre al ingresar en la orden de Frailes Menores. Sus padres eran miembros de la nobleza portuguesa.

Fue una persona muy inteligente llegando en poco tiempo a poseer amplios conocimientos sobre la Biblia. En el año 1221 fue admitido en la Orden. Por los azares de la vida fue a parar a Italia y se cuenta que en la ciudad de Rímini los gobernantes impedían a la gente que fuera a escuchar sus sermones, así que San Antonio se fue a la orilla del mar y empezó a gritar: “Oigan la palabra de Dios, los pececillos del mar, ya que los pecadores de la tierra no la quieren escuchar”. Se dice en su biografía que a su llamada acudieron miles y miles de peces que sacudían la cabeza en señal de aprobación. Aquel milagro se conoció y las autoridades tuvieron que permitir al pueblo ir a la iglesia donde predicaba San Antonio.

Padecía la enfermedad de hidropesía, y aún así predicaba los 40 días de cuaresma. La gente a su paso querían tocarlo y los más atrevidos arrancaban pedazos de su hábito, hasta el punto que tuvieron que asignarle un grupo de hombres para protegerlo después de los sermones.
Basílica de San Antonio de Padua (Italia)

Su residencia habitual fue finalmente Padua. Tuve la suerte de visitar  La Basílica donde está su tumba cuando visité con mis alumnos Padua, me faltan las palabras para describir tal majestuosidad, la verdad es que quedé impresionado. Los paduanos consideran sus reliquias el tesoro más preciado.

Sus sermones no se quedaban en simples palabras pues la gente cambiaba de conducta. Las ancestrales disputas familiares se arreglaban definitivamente, los prisioneros quedaron en libertad y muchos de los que habían obtenido ganancias ilícitas las restituyeron, a veces en público, dejando títulos y dinero a los pies de San Antonio para que éste los devolviera a sus legítimos dueños.

El 13 de junio de 1231, en la habitación del capellán de las Clarisas Pobres de Arcella, recibía los últimos sacramentos. Entonando un canto a la Stma. Virgen y sonriendo dijo: “Veo venir a Nuestra Señora” y murió. A su muerte tenía 35 años de edad y el pueblo decía por las calles ¡Ha muerto un Santo”.
Iconografía de San Antonio de Padua

Como estudioso de la iconografía diré que a partir del siglo XVII se representó al Santo con el Niño Jesús en los brazos, ello se debe a la visión que tuvo un amigo del San Antonio cuando se encontraba de visita en su casa que al mirar por la ventana lo vió con el Niño Jesús en sus brazos, acunándolo. En otras ocasiones se le representa con un lirio en la mano y también otro distintivo es un libro, símbolo de su sabiduría respecto a las Sagradas Escrituras, pues el Papa Gregorio IX le llamó “El Arca de los Testamentos”. También junto a una mula debido al milagro que realizó.  Se cuenta que un hombre del pueblo retó a San Antonio a que demostrara que Jesús está en la Hostia Consagrada. Para reírse de él, dejó sin comer a la mula durante tres días y llevó la mula a la entrada de la iglesia del pueblo, el dueño le puso al alcance un manojo de pasto fresco y al otro lado, San Antonio se situó con la Hostia recién consagrada de la Santa Misa. La mula dejó el pasto y se fue ante San Antonio y doblando las patas delanteras se inclinó arrodillándose ante ella.

Para terminar diré que San Antonio es también conocido como el Santo de los pobres. Las limosnas que se obtienen sirven para mermar el hambre que pasa la gente desde 1890, y es la Hermandad de San Antonio de Padua quien se encarga en hacer realidad tal acción. En Cuenca son muchas las familias que cada semana pasan por sus instalaciones para recibir esa caridad del Santo a la que se la llama “pan de San Antonio”.  



Cuenca, 13 de junio de 2016

José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico


domingo, 5 de junio de 2016

EL CERRO DEL SOCORRO DE CUENCA

Lugar emblemático y distintivo de esta ciudad

De los muchos vínculos que me unen a esta ciudad uno de ellos es el Cerro del Socorro de Cuenca, la piedra que compone la imagen está mezclada con el cincel y el sudor de uno de mis tíos por parte de padre.
A mis diez años me mandaron a Alicante a estudiar con los Hermanos Maristas, cada vez que regresaba lo hacíamos en autobús, recorriendo los pueblos, La Motilla, Valverde, Valera, Valeria, etc., en cada pueblo éramos recibidos con amabilidad por sus familias. Yo esperaba con ciertas ganas de llegar para ver el monumento del Corazón de Jesús desde la carretera mucho antes de llegar a la ciudad y cuando por fin se divisaba me decía a mí mismo ¡Estoy en casa!
Vista de la ermita del Socorro. Cuenca

Consciente de que debo algún día contarles la increíble historia del monumento que se alza en el Cerro del Socorro de nuestra ciudad de Cuenca, hoy quiero centrarme en los principios y ello me lleva al nombre con el que conocemos el lugar ¡El Cerro del Socorro!

Siempre me llamó la atención que el “Cerro del Socorro” no se llamara “Cerro del Corazón de Jesús” y eso es debido a que anterior a 1957, que fue cuando se alzó el monumento del Corazón de Jesús, existía una ermita dedicada a la devoción y culto de Ntra. Sra. Del Perpetuo Socorro.

Esa ermita ya se hace referencia en el cuadro de Bartolomé de Matarana, pintor manierista genovés, que en 1579 se le documentan trabajos en la ciudad de Cuenca, entre ellos los cuadros de la vida de San Julián donde se refleja en la parte izquierda del cuadro que representa el milagro de San Julián librando a los habitantes de la ciudad de la peste, una peregrinación a la ermita del “Perpetuo Socorro” y en lo alto del cerro la ermita. Ello me lleva a afirmar su existencia ya en el siglo XVI.
Cuadro de Bartolomé de Matarana. Catedral de Cuenca
En el lado derecho del cuadro se aprecia una peregrinación a la
ermita de Ntra. Sra. del Perpetuo Socorro. Cuenca 

La devoción a Ntra. Sra. Del Perpetuo Socorro se remonta al siglo XV, cuando en Roma un mercader cretense poseía un cuadro milagroso de la Madona, cuadro que logró llevarse de la isla de Creta ante la invasión musulmana del año 1453. A su muerte dejó encargado a la familia de un amigo que se donara a una iglesia de Roma. Aún tuvieron que pasar varios años para que se llegara a cumplir el encargo, pues no es hasta el año 1499 cuando en procesión es llevado a la iglesia de San Mateo.

La Revolución francesa marca un tiempo de ocultación del cuadro, pues los Agustinos dejaron el convento de Esquilino llevándose consigo el milagroso cuadro.

En Cuenca en la invasión napoleónica muchas ermitas fueron destruidas y entre ellas las de Ntra. Sra. Del Perpetuo Socorro. En el año de 1901 el Excmo. Sr. D. Mariano Catalina la reconstruye con el mismo esplendor de sus mejores tiempos.
Virgen del Socorro
Capilla del Socorro de la Catedral de Cuenca

Pasado el período Napoleónico, el cuadro milagroso vuelve aparecer en la Ciudad Eterna. El Papa Pio IX fue a postrarse a sus pies en el año 1866. Para su traslado se organizó una procesión el 26 de abril de 1866, recorriendo las calles de Roma hasta llegar a su ubicación inicial, que en su lugar se levantaba ahora, la nueva Iglesia de San Alfonso.

Se cuenta que mientras paseaban triunfantemente a la adorada Madona, una pobre madre oraba desconsolada a la cabecera de su hijo de cuatro años aquejado de meningitis, viendo los últimos alientos de vida que le quedaba a su hijo. Movida de su ardiente fe, tomó en brazos al niño, lo saco a la ventana y presentándolo a la Virgen que pasaba exclamó: “¡Madre bendita! Cura a mi hijo o llévatelo contigo al cielo”. La Virgen premió su fe sanando al niño.

Cuadro de Ntra. Sra. del Perpetuo Socorro
Capilla de San Juan de Belmonte
Catedral de Cuenca
En el mes de noviembre de ese mismo año, 1866, el padre Pedro López, Redentorista, trajo de Roma a España dos copias auténticas del milagroso cuadro, las cuales fueron expuestas en Huete de  Cuenca y en Alhama de Granada. Pronto ganó fama el de Huete por haber recobrado la vista un niño ciego al dirigirse a la Virgen con estas palabras: “Madre del Perpetuo Socorro, ponme bueno los ojos”, este hecho hizo que la devoción se propagara por toda la provincia y la Península.

El cuadro de Huete pasó a Ecuador en el año 1870 llevado por los Padres Redentoristas, quienes lo expusieron en la iglesia de Cuenca del Ecuador.

En nuestra catedral hay dedicada una capilla llamada  “Capilla del Socorro” donde se guarda una talla  de madera policromada de Ntra. Sra. del Perpetuo Socorro, del siglo XVIII. Imagen que la tradición oral nos dice que era la imagen que presidía la ermita del Cerro del Socorro, destruida en la Guerra Civil. También existe un cuadro de la imagen que está en la actualidad en la capilla de San Juan del Castillo de la Catedral de Cuenca. La festividad de Ntra. Sra. del Perpetuo Socorro se celebra el 24 de junio.

José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.
Cuenca, 5 de junio de 2016