lunes, 30 de septiembre de 2019

Santa Teresa del Niño Jesús (1873-1897)


Hoy comenzamos mes y con él una de las santas más populares de nuestro tiempo como es Santa Teresa del Niño Jesús.

 Nació un 2 de enero de 1873, en Alençon, en Normandía, fue la menor de nueve hermanos, de los que murieron cuatro siendo niños, su madre murió cuando ella tenía cinco años. En 1877 se fueron a vivir a Lisieux donde a la edad de quince años pidió ser admitida en el Carmelo del pueblo donde vivían, anteriormente a ella habían ingresado en el Carmelo de Lisieux, dos de sus cinco hermanas siendo rechazada su petición hasta mayo de 1888 que fue aceptada. Ella mismo manifestó el motivo de su entrega a la vida religiosa; Salvar almas y pedir por los sacerdotes. Su vida diaria consistía en seis horas y media de oración y meditación, cinco horas de trabajos manuales y el resto del tiempo repartido entre las comidas, el descanso, el recreo y las actividades personales.
Santa Teresa del Niño Jesús

Ella misma escribió: “Tuve que luchar, no tenía una naturaleza dócil; no pasó ningún día en el cual no fuera herida”. Su superiora trató de romper el orgullo de su personalidad con humillaciones y regaños.

En 1889 pidió que se añadiera a su nombre religioso “del Niño de Jesús” y el del “Santísimo Rostro”. En el formulario de su profesión, del 8 de septiembre de 1890, imploraba la gracia del martirio del corazón y del cuerpo.

Fue la santa más popular de los tiempos modernos y también la menos vistosa; arropada incluso por la piedad llena de bonísimas intenciones y en vuelta en diminutos cariñosos que sugieren una imagen al estilo de la imaginería llamada de san Sulpicio, la fuerza interior de esta alma ha impresionado a los contemporáneos.

Nunca hizo nada aparente ni extraordinario, nunca se movió de su sitio, un convento cualquiera en un rincón cualquiera de provincias; las estadísticas se estrellan en su figura, aquí no hay nada de contar, nada periodístico, llamativo, brillante. Se limitó a seguir lo que ella llamaba el caminito, “la petite voie”. Adorar, rezar, sufrir, trabajar, obedecer, encomendar. Su reino pertenece a lo invisible, a lo sobrenatural, y murió ignorada de todos. La gran santa de los últimos siglos vivió de espaldas al relumbrón de la modernidad, conjurando con su entrega silenciosa el estruendo diabólico que nos rodea.
Santa Teresa del Niño Jesús

Sólo después de su muerte su libro, Historia de un alma, y sus milagros la hicieron famosa, y la Iglesia la ha hecho patrona de las misiones. Sólo poniéndose en manos de Dios para todo y no conformarse con menos.

El Papa Pío X estimó a Teresa como la santa más grande de su tiempo, Pío XI la declaró santa en 1925 y además, junto con Francisco Javier, “Patrona de los misioneros”. En 1915, los obispos franceses la eligieron, junto con santa Juana de Arco, Patrona de Francia.

Cuenca, 1 de octubre de 2019.

José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

sábado, 28 de septiembre de 2019

San Miguel, San Rafael y San Gabriel


El nuevo santoral reúne en este día, 29 de septiembre, la celebración de los tres arcángeles, llamados los tres canónicos.

Miguel, caudillo de los ejércitos, capitán del Cielo, es en el Apocalipsis el vencedor del Dragón, de Satanás; el arcángel guerrero que se enfrenta al amotinado Lucifer al grito de ¡Quien como Dios!, que es su nombre y que dice fidelidad. Prototipo del siervo leal y poderoso que ha de sostener con su fuerza.
San Miguel

Arcángel protector y defensor justiciero de los hombres en las tradiciones medievales del Juicio Final, donde se asegura de que las almas den su peso de fe, esperanza y amor en las balanzas, frente a las muecas del maligno.

San Juan nos lo pinta como protector de la Iglesia, lo mismo que lo había sido antes de la sinagoga. Al principio de la historia de Israel. Desde el comienzo de la Iglesia Satanás se esfuerza por combatir a los cristianos, pero San Miguel, pero San Miguel lo derrotó. Su nombre Mi-Ca-El. Quien como Dios, es nombre de combate y de victoria. Dios lo ha puesto como protector constante de sus escogidos en la tierra.

La tradición eclesiástica atribuye a San Miguel la victoria de Constantino, el cual le edificó una iglesia en su nueva capital de Constantinopla. Más tarde Justiniano le levantó otra frente a la ciudad sobre el promontorio de Asia. En Occidente, la protección del Arcángel se hizo sentir en el siglo V en Italia, y por eso los Papas le dedican una y muchas iglesias. La fiesta de hoy recuerda la Dedicación de una de ellas. En los antiguos martirologios se conoce con el nombre de Natale basilicae Angeli in Salaria. Era a verdadera y primitiva solemnidad romana en honor de príncipe de as milicias angélicas.

La Epístola de San Juan nos presenta a San Miguel disputando al ángel malo el cuerpo de el cuerpo de Moisés en el monte Nebo, y en la vieja leyenda de la Asunción de María le vemos recogiendo el alma virginal de la Madre de Dios. Por eso San Miguel es invocado por la Iglesia en el paso definitivo del tiempo a la eternidad, contra la muerte súbita, por los agonizantes, para lograr una muerte santa en gracia de Dios.

La solidez de San Miguel por las almas del Purgatorio ha inspirado la vieja costumbre de construir en los cementerios o cerca de ellos, una capilla en su honor.

Los artistas de la Edad Media lo representaban en la puerta principal de la catedral, a los pies del trono del Soberano Juez, con una balanza donde pesa las almas, realizando así el tremendo misterio de separar los escogidos de los réprobos.

Rafael es el buen acompañante del hijo de Tobías, a quien conduce, sabio, cariñoso y firme, por entre las asechanzas del mal, hasta un feliz matrimonio y la curación del propio Tobías. Es el arcángel de los novios y casados, cómplice del amor que es una chispa del gran incendio divino que busca abrasarnos a todos en caridad.
San Rafael

En cuanto a Gabriel, es el conmovido mensajero de la Anunciación, y sólo podemos imaginarle tal como le pinta Fra Angélico, de rodillas, según dicen: rubio, aureola de belleza, con alas de mariposa celeste, rindiéndose ante la doncella que acaba de decir Hágase y comunicando el gran misterio de la Salvación.
San Gabriel

Los tres nos valgan, capitán, guía y nuncio, para hacer la voluntad de Dios, que es la sabiduría. En la batalla, en el camino incierto y en la oscuridad del debate interior ellos están presentes.

Cuenca, 29 de septiembre de 2019.

José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

Visitas guiadas por la Catedral de Cuenca.


    El día 5 de octubre a las 11:00 horas, un año más comenzamos con las visitas guiadas por la Catedral de Cuenca de los primeros sábados de mes.

    Las visitas de los primeros sábados de mes tienen un carácter pedagógico. Mes a mes se irá explicando la evolución del templo. Comenzaremos por el siglo XII y XIII, así progresivamente hasta llegar al siglo XX.
Antiguo Escudo de Armas de la Catedral de Cuenca

     El profesor e investigador José María Rodríguez, iniciará sus explicaciones con los acuerdos de Alfonso VIII con la Santa Sede, elevando a Cuenca a ciudad Episcopal, por aprobación del pontífice Lucio III, en Bula de 5 de julio de 1183; poniendo la primera piedra de su Catedral y dotándola de prelado y Cabildo Canónico. 
    Nombrando como primer prelado a D. Juan Yañez, tomando como escudo de armas, para él y la Catedral, un castillo, como consta en antiguas escrituras; después se cambiaría a una jarra de azucenas con la imagen de Ntra. Sra., luego se usó sólo “la jarra con las azucenas” como se pueden ver en lo alto de algunos retablos.
    Hablará sobre San Julián y la segunda fase de la construcción de la Catedral, con los reyes Fernando III el Santo y Beatriz de Suabia. Cerrando la visita con la explicación de cada uno de los 10 arcángeles bizantinos del triforio del siglo XIII.
Cuenca, 1 de octubre de 2019.



    

lunes, 23 de septiembre de 2019

Festividad de Ntra. Sra. de la Merced.

    Hoy 24 de septiembre celebramos una festividad muy grata para España. Todo empezó habiendo conquistado los españoles una parte de las provincias perdidas por la venganza del conde D .Julián, que resentido del agravio que había sufrido en el honor de su hija por el rey D. Rodrigo, había hecho dueño de toda la monarquía española a Muza, general del ejército del califa de Damasco, que se hallaba a la sazón en Berbería, no habiendo barbaridad que no sufrieran los cristianos de parte de los sarracenos, pues a unos desollaban vivos, a otros empalaban, a no pocos quemaban las plantas de los pies a fuego lento, haciendo espirar a otros a fuerza de crueles palos y tratando a todos peor que los más viles animales de carga; Viendo la desgracia en que había caído los cautivos cristianos, la Madre de misericordia, de quien los españoles fueron siempre devotos y que aun en vida había tomado a España bajo su protección cuando se le apareció Santiago en Zaragoza. 
     
Ntra. Sra. de la Merced.
Compadecida de tantas miserias afligían a los pobres cristianos cautivos, quiso dar al mundo un ilustre testimonio de su maternal bondad, fundando una Orden cuyo objetivo fuese solicitar el alivio y la redención de cautivos cristianos que gemían bajo la cruel esclavitud de los moros.

   Escogió para ello a San Pedro Nolasco, que renunciando generosamente a cuanto poseía empleándolo en beneficio de cuanto padecían la cautividad. Sufrió muchas contradicciones para desarrollar el proyecto. Hasta que en la noche del primer día de agosto de 1218, cuando estaba en oración Pedro Nolasco se le apareció la Virgen y le dijo que no podía hacer cosa más agradable a su Santísimo Hijo y a Ella, que fundar otra nueva congregación con el título de Ntra. Sra. de la Merced, para la redención de los cristianos cautivos en el dominio de los moros.

   Asombrado Nolasco con esta visión, exclamó postrado en tierra: ¿Quién sois que tenéis tan penetrados los secretos de Dios? Pero, ¿Y quién soy yo miserable pecador para encargarme de tomar esa empresa? “Yo soy María, Madre de Dios, respondió la Virgen. Anda y funda esta Congregación, que tomo desde luego bajo mi protección. Yo te facilitaré los medios, y allanaré todos los escollos”.       Aunque animado del más encendido celo, Nolasco  acudió a San Raimundo de Peñafort, que era su confesor, y habiéndole referido sencillamente lo que le había sucedido en la oración, San Raimundo respondió que había tenido la misma revelación.

   No dudando que era de Dios el pensamiento, se fueron a palacio a comunicarle al rey lo que intentaban, y confiarle la noticia del duplicado milagro; pero quedaron sorprendidos cuando el rey los vio en su cuarto se anticipó a contarles otra visión que había tenido enteramente conforme a la de ellos. Desde entonces no se pensó más que en la fundación de una Orden que debía su origen a tan insigne milagro.

 Confirmó esta sagrada Orden el Papa Gregorio IX y la honró con crecido número de privilegios. La Iglesia instituyó el día de hoy una fiesta particular para perpetuar la memoria de tan grande beneficio y en acción de gracias por la fundación de una Orden que es un milagro de la más heroica caridad.

La iconografía que se tomó para la representación de la Virgen de la Merced fue: Escultura vestida a usanza meridional, sentada en regia sede, con cetro y corona. Ella y el Niño llevan rosas en sus manos y los dos muestran su rostro de bondad y generosidad. Al pie se ven os escudos de la ciudad y el de la Orden Mercenaria. A uno y otro lado aparecen dos religiosos: San Pedro Nolasco, fundador de la Orden de la Merced o misericordia que lleva en su diestra la cadena rota de un cautivo recién liberado.

Cuenca, 24 de septiembre de 2019.

José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

sábado, 21 de septiembre de 2019

San Jonás (Siglo VIII antes de Cristo).

Este profeta, el quinto de los llamados menores, cautiva nuestra imaginación por un célebre episodio, en de aquel pez gigante que se lo traga para vomitarlo al cabo de uno días. Historia impresionante en la que se suele ver el símbolo del Cristo resucitado, pero dejando de lado la ballena, Jonás mantiene unas relaciones con Dios en las que nos reconocemos no sin bochorno.
El Señor empieza por ordenarle que vaya a predicar a Nínive, anunciando a “la gran metrópoli” que si no hace penitencia será destruida. Reacción del profeta: huir lo más lejos posible, a Tarsis, es decir  Tartesos, en Espala, el fin del mundo. No es ningún héroe y tampoco se caracteriza por la obediencia.
Pero Dios no le pierde de vista, su barco está a punto de naufragar, interviene el cetáceo, y una vez en tierra firma se renueva el mandato y una vez en tierra firma se renueva el mandato: “Levántate, ve a Nínive y échale el pregón que yo t digo”. Jonás, escarmentado, lo hace así, y lo hace tan bien que los ninivitas se arrepienten.
Entonces el incorregible profeta se enfada, acusando al Señor de “arrepentirse de sus amenazas”. Tanto esfuerzo y peligros para que todo acabe bien, ¿por qué Dios no aniquila a la ciudad pecadora? Está visto que Yavé no es serio no consecuente, le parece muy mal verle compasivo y misericordioso.
El enfurecido Jonás está a la sombra de un ricino que le libra de la insolación, y he ahí que el ricino se seca, con lo cual vuelve a airearse. ¿Te apiadas del ricino y no de Nínive, con ciento veinte mil hombres? Es la pregunta del Cielo. (El ricino le daba sombra y Nínive era un engorro no hay que olvidárselo). No se nos dice si Jonás aprendió la lección, lo que sí es seguro es que nosotros aún no la hemos aprendido.
Su tumba fue reconocida en la ciudad iraquí de Mosul, en la provincia de Nínive, donde el profeta vivió y cumplió su mandato divino. El sitio es un lugar sagrado par judío, cristiano y musulmán, pero fue destruido el 24 de julio de 2014 por el Estado Islámico.

Cuenca, 22 de septiembre de 2019.

José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

viernes, 20 de septiembre de 2019

San Mateo. 21 de septiembre

    Era natural de Galilea y judío de religión, pero de una profesión odiosa a toda la nación hebrea porque era publicano, recaudador de los tributos que los romanos imponían a todas las provincias sujetas a su dominación.

San Mateo es un Apóstol, hombre decidido y generoso desde el primer momento de su vocación. Es también evangelista, el primero que por inspiración divina puso en escrito el mensaje mesiánico de Jesús, Apóstol y evangelista.
San Mateo.Catedral de Cuenca
   Poseía dos nombres el de Mateo y el de Leví, fue judío como indica el nombre de su padre Alfeo y el mismo suyo, que en nuestra lengua es lo mismo que “don de Dios”, como Teodoro o Adeodato. Ejercía en Cafarnaúm, puesto fronterizo y puesto de gran movimiento, el oficio de alcabalero o recaudador de impuestos, como jefe subalterno, al servicio de Herodes Antipas.

Un día que Jesús salía de la ciudad de Cafarnaúm en dirección al lago, se fijó en Matero, sentado en su banco frente a la mesa de contribución. Fue un fichaje propio de Jesús; lo miró con atención y sobre todo con amor. La mirada equivalía ya a una invitación cariñosa. Siguió luego la palabra, que habla al oído  y l corazón: “Mateo, sígueme”. No fue preciso más.

Como todos los Apóstoles, acompañó a Jesús durante el ministerio público, fue testigo de la Resurrección y diversas apariciones y por último asistió a la Ascensión y recibió el Espíritu Santo el día de Pentecostés, para tomar parte de la función de la Iglesia Madre de Jesucristo.

San Mateo fue generoso en seguir el llamamiento y agradecido al mismo tiempo. Dio un banquete en su casa, al que invitó a Jesús y a sus discípulos y a muchos colegas suyos, Publicanos y pecadores, como dijeron los escribas y fariseos.

El Nuevo Testamento no vuelve a hablar más de él, sino es en la lista de los doce Apóstoles. Los datos que añade la tradición no nos dan plena seguridad sobre el apostolado concreto de San Mateo y su final glorioso. Es cierto que su primera predicación fue en Palestina a los judíos. Clemente de Alejandría nos dice en el siglo III que su apostolado en Palestina duró quince años. Las demás regiones evangelizadas por el primer evangelista no podemos determinarlas con certeza, pues los testimonios son ya tardíos y no concuerdan del todo. San Gregorio Magno nos habla de Etiopía y San Isidro de Macedonia.

Cuenta la tradición que murió Ejipa, una de las hijas del rey y llamó a los dos magos para que la resucitasen; pero no lo pudieron conseguir por más que invocaron a los demonios. Fue llamado San Mateo y apenas invocó el nombre de Jesús, se puso en pie la infanta viva y sana. A vista de este prodigio se convirtió el rey, toda la familia real, la corte  y casi todo el pueblo.
San Mateo. Catedral de Cuenca

Predicó San Mateo un sermón sobre la excelencia de las vírgenes y oído por la princesa Ifigenia, hija primogénita  del rey, consagró a Dios su virginidad y siguieron su ejemplo otras doncellas, muy pronto creció el número de las consagradas, y este hecho le costó la vida a San Mateo. Muerto el rey, se apoderó del reino su hermano Hirtaco, que para asegurar la corona, creyó que era preciso casarse con su sobrina Ifigenia, que era de extrema hermosura. Oyó esta con horror la proposición de su tío, que se irritó más con la resistencia de Ifigenia. Mandó llamar a San Mateo para que en su presencia persuadiese a la princesa para que consintiera el matrimonio, pero lo que hizo fue apoyar la actitud de la princesa. Indignado Hirtaco se retiró, mandando que le quitaran al vida al Apóstol, que aún no había acabado de celebrar el Divino Sacrificio, cuando en el mismo altar a golpe de hacha le quitaron la vida. San Hipólito le llama hostia y victima de la virginidad y protector de vírgenes.

El cuerpo de San Mateo se conservó largo tiempo en la ciudad de Nadaber, donde padeció el martirio, hasta que en el año de 1080 fue trasladado a Salermo, en el reino de Nápoles, de donde se santa cabeza fue llevada a Francia, y se conserva con gran veneración en la catedral de Beauvais y también algunas reliquias suyas en la catedral de Chartres.

Su Evangelio fue escrito primero en arameo para los judíos conversos y traducido al griego posteriormente. Sus escritos fueron utilizados por todos los autores cristianos del siglo I.

Cuenca, 21 de septiembre de 2019.

©José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.


martes, 17 de septiembre de 2019

San José de Cupertino. “Fray Asno”


Hoy celebramos un santo muy especial. Es el patrón de los viajeros en avión, los aviadores, de los que están mentalmente discapacitados, de los opositores y de los estudiantes en exámenes, de estos últimos por las dificultades que pasó el Santo en su etapa de estudiante.
Conocido como el Santo volador se le puede adjudicar siete hechos sobrenaturales en su vida: Volar por los aire, caía en constante éxtasis y sus compañeros frailes debían sujetarlo por sus entrada en levitación. Se cuenta que un día los religiosos lo vieron elevarse hasta una estatua de la Virgen que estaba a tres metros y medio de altura para darle un beso al Niño Jesús.
Exorcizaba con una frase. Entre sus compañeros fue elegido para exorcizar demonios, pero el Santo se consideraba indigno de ello. Usaba la frase; “Sal de esta persona si lo deseas, pero no lo hagas por mí, sino por la obediencia que le debes a mis superiores” y los demonios salían rápidamente de la persona poseída.
Podía estar en dos lugares a la vez. Cuentas que estando muriéndose su madre tuvo una visión, El se encontraba en Asís y siendo avisado de que su madre estaba para morir, entro en éxtasis y apareció en la habitación donde se encontraba su madre en medio de un gran resplandor, después de verla y despedirse de ella murió su madre. En ese momento José se puso a llorar y preguntándole que le sucedía respondió que acababa de morir su madre.
Curaba con la señal de la Cruz. Llagas que sanaban, ciegos que volvían a  ver, mancos y cojos quedaban sanos con solo hacer sobre ellos la señal de la Cruz o besar su crucifijo.
Leía los corazones y convertía protestantes. El príncipe luterano John Federich a sus 25 años fue Asís con dos escoltas, uno católico y el otro luterano. Asistieron a la misa que José estaba celebrando, al llegar el momento de la Consagración la Hostia se puso tan dura que era incapaz de partirla, así que se puso a llorar y a rezar y levitó hasta un metro de altura, al bajar pudo partirla. Al día siguiente volvió el príncipe a la Misa, esta vez la cruz de la Hostia se puso negra, esto le causó un gran dolor lo que le hizo llorar levitando con la forma durante quince minutos. Este milagro conmovió el corazón del príncipe por lo que tanto él como su escolta decidieron convertirse y ser bautizados en la fe Católica.
Se comunicaba con los animales. Cuando salía del convento y recaba por los campos las ovejas lo rodeaban para escuchar sus oraciones, las golondrinas volaban a su alrededor y acompañaban durante su recorrido.
Predijo el día y la hora de la muerte de Inocencio X.

La vida de este Salto es muy peculiar por lo que paso resumiros su vida. Comenzaré diciendo que el mismo se definía como Fray Asno. Así se llamaba porque era una calamidad, una de las personas más inútiles que se había visto en cualquiera de los conventos por lo que pasó; los capuchinos, que tuvieron la debilidad de aceptarlo, acabaron por deshacerse de él, y los franciscanos, con quienes se quedó, se hacían lenguas de aquel caso inaudito de bobería.
Muy ignorante, a duras penas sabía leer y escribir, cerrado de mollera y además torpe y de una manera exasperante; todo se le caía, todo lo rompía, aprender los trabajos más sencillos le costaba meses (se decía que le llevó mucho tiempo distinguir el pan blanco del negro). Personaje simplón y ridículo, además de enfermizo y enclenque.
Se decía que fue un milagro  de la Providencia el que pudiera haberse ordenado. Fray Arco sólo sabía obedecer, ser humilde, paciente, enamorado de Dios y devotísimo de la Virgen. Pero si era negado para los estudios, a su alrededor florecían prodigios que atraían a multitudes y despertaban las suspicacias de la Inquisición.
Un hombre que estaba continuamente en éxtasis y que en sus arrobos se elevaba en el aire ante multitud de testigos. Oía pronunciar el nombre de Jesús o el de María, y fray José levantaba vuelo, posándose a veces de rodillas sobre la rama de los árboles, de donde volvía a bajar sereno e imperturbable.
José de Cupertino fue beatificado el 24 de febrero de 1753, siendo Papa Benedicto XIV. Su canonización se realizó el 16 de julio de 1767 por el Papa Clemente XIII. Su festividad se celebra el 18 de septiembre.
Cuenca, 18 de septiembre de 2019.
José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

miércoles, 11 de septiembre de 2019

Dulcísimo Nombre de María. 12 de septiembre.


    En la reforma del Breviario y Misal Romano, bajo el Pontificado de Pío X, se fijó para esta fiesta del Dulcísimo Nombre de María, que había instituido el Papa Inocencio XI en memoria de la gran victoria que el 13 de septiembre  de 1683 alcanzaron las armas cristianas contra los turcos cerca de los muros de Viene. San Bernardo de Siena decía a propósito del nombre de la Virgen: “Ya que no podemos alabar a María como Ella se merece, debemos ensalzar su nombre cuanto nos fuera posible”. Y  esto es lo que han hecho los autores que lo han estudiado hasta en sus últimas raíces. Vamos nosotros a resumirlos para exponer la historia y significado de nombre.

En la época del Nuevo Testamento los judíos imponían el nombre a los niños el octavo día de su nacimiento. Es probable que a las niñas se les pusiera el día quince de su nacimiento, porque hasta esa fecha la madre tenía que estar recluida y evitar el contacto con la gente. El Proto-Evangelio, escrito en el siglo II, nos dice que el n0ombre de María se lo impuso su madre Ana cuando pasaron los días de su purificación. En el siglo V y VI el Pseudo Mateo confirma lo mismo y, poco después, el Apócrifo de la Natividad de María dice que el nombre se lo impusieron los padres “por orden de un ángel”. En el siglo XIV Raimundo Jordán atribuye la imposición del nombre a toda la Santísima Trinidad, y en el siglo XVI San Pedro Canisio habla igualmente de una revelación angelical. San Lorenzo de Brindis lo atribuye a la inspiración divina, lo cual e conforme a la misión especialísima de la Virgen.

Según San Jerónimo, en lengua siria María significa Señora. Por el mismo tiempo San Epifanio la llama: Señora y Esperanza. El significado de Señora lo han recogido muchos autores posteriormente. La intención de los padres pudo ser llamar a la Virgen: Reina, Princesa.

Cuenca, 12 de septiembre de 2019.

José María Rodríguez González. Profesor e investigador hintórico.


sábado, 7 de septiembre de 2019

Hoy 8 de septiembre, celebramos el nacimiento de la Virgen María.

La Natividad de la Santísima Virgen.

Hoy es el día, canta la Iglesia, del nacimiento de la Santísima Virgen. Celebramos este día con toda la solemnidad posible y la mayor alegría. Dice San Bernardo: Tu nacimiento, oh Virgen Madre de Dios, llenó de alegría al mundo. Hizo el Cielo un magnífico presente, un presente de inestimable valor. Celebremos todos el nacimiento de la Madre de Dios, dice San Juan Damasceno, por la cual fue como reintegrado todo el género humano, siendo ella la que convirtió en alegría la tristeza que nos causó nuestra primera madre Eva. Parece, dice el mismo Santo, que desde la creación del mundo andaban en competencia los siglos, sobre cuál de ellos había de tener la gloria de honrarse con su nacimiento.
Natividad de la Virgen María. Obra de Andrés de Vargas. Siglo XVII
Capilla de la Virgen del Sagrario. Catedral de Cuenca.

Llegó en fin aquel deseado tiempo. El año 5183 de la creación del mundo,2941 del diluvio universal, 1494 de la salida de Moisés y del pueblo de Israel de Egipto, 1016 después que David fue ungido, y consagrado por rey; hacia la semana sesenta y cinco, según la profecía de Daniel, y en la olimpiada 190, el año 732 de la fundación de Roma, y el 16 del imperio de Octaviano Augusto, en la sexta edad del mundo, nació en Nazaret, ciudad de Galilea, a treinta leguas de Jerusalén, el día 8 de septiembre, a los nueve meses de su inmaculada concepción, aquella bienaventurada Niña, destinada para ser Madre del Verbo Encarnado.

Su padre San Joaquín era de sangre real, hijo de  Barpanther, y descendiente de Savid por Nathan. Era esta rama originaria de Judea, de donde se desnaturalizó, por haber decaído en la pobreza, disponiéndolo así la Divina Providencia, para que fuesen los parientes más cercanos del Salvador de su misma condición. Se asentó en Nazaret, por cuyo motivo fue tenida como familia de Galilea. Su madre Santa Ana, era hija de Mathan, sacerdote de Belén, de la tribu de Leví y familia de Aarón, de manera, que en la Santísima Virgen se unió la sangre real y la familia sacerdotal, de la cual era Aarón entre los judíos.

No hubo dos esposos más nacidos el uno para el otro, de un humor en todo, de un parecer, y unas mismas inclinaciones, como que era obra de Dios tan dichoso matrimonio. Dirigiéndose todos sus afectos a la venida del prometido Mesías, y vivían  siempre en sosegado retiro, ocupando en oración todo el tiempo que tenían libres, y enamorando al Cielo, como dice Santa Brígida, su piedad y su pureza.

Cuenca, 8 de septiembre de 2019.

©José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

viernes, 6 de septiembre de 2019

Hoy celebramos a Santa Regina.

    Hija de un ciudadano pagano de Alisia, llamado Clemente, del condado de Borgoña, su madre falleció al darla a luz, ello hizo que su padre la entregara a una nodriza que era cristiana y que la educó en la fe. En su juventud su belleza atrajo las miradas del prefecto Olybrius, quien al saber que era de noble linaje, quiso casarse con ella, pero ella se negó a aceptarlo y no quiso atender los ruegos de su padre, quien trataba de convencerla para que se casara con un hombre rico como era el prefecto Olybrius. Pero Regina a los quince años descubrió la fe de Cristo y se bautizó, ofreciendo a Dios su virginidad.

Dice el padre Ribadeneira que era hermosa (esmalte de divinamente sale sobre el oro de la virtud) que pasando acaso por Alisia, Olybrio prefecto y viéndola se enamoró de ella. Le hizo que la llevaran a su presencia y sabiendo de ella misma que era cristiana, la mandó encarcelar, advirtiéndola que él iba un viaje, y que si al volver de él no había cambiado de religión experimentaría su rigor.

Lo demás es previsible, Regina se niega a sacrificar a los dioses, la someten a tortura y rasgan sus delicadas carnes con uñas de acero; siguen más tormentos, se producen prodigios (un terremoto, voces celestiales, una paloma que acude a consolarla y que sana sus heridas) que hacen que se conviertan a la fe ochocientas cincuenta gentiles y por fin es degollada.

Según las Actas, el 7 de septiembre del año 251 fue ejecutada. La tradición detalla que en aquel momento apareció una paloma blanquísima que acusó la conversión de muchos de los presentes.

La iconografía de los mártires la representa con la palma de triunfo en las manos, el hacha o espada con la que fue decapitada y portando las cadenas de la prisión que son veneradas en la actualidad en Flavigny. A veces se la representa también con una paloma suspendida sobre su cabeza en alusión al Espíritu Santo que descendió sobre ella en el momento de su martirio.

Como tantas otras historias de mártires antiguos, ésta nos parece cándida e inverosímil, y sin duda en ella hay una porción de elementos fantásticos, de adorno y ejemplaridad; pero sus exageraciones, que magnifica nuestro bien Ribadeneira, son como el aderezo hiperbólico de una drama bien real, dar la vida por la fe que se tiene, y una cosa así justifica los excesos de cierta desmesura, no va uno a regatear un poco de imaginación con un tema así.

Cuenca, 7 de septiembre de 2019.

José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

jueves, 5 de septiembre de 2019

Fiesta de Conmemoración de San Julián. 5 de septiembre.

    Como ya hablé del porqué de la fiesta del 5 de septiembre, ahora quiero traer a estas páginas lo acontecido en la primera fiesta que se llevó a cabo tras el Breve del Papa Julio III del 5 de julio de 1551.

La primera procesión que se hizo con el cuerpo de San Julián, como homenaje de júbilo debutado por el pueblo de Cuenca, se verificó el 1 de febrero de 1518; fue como consecuencia de la manifestación que se hizo de sus restos  mortales, en el año anteriormente indicado.

La fama de los milagros obrados y la maravillosa conservación de los restos el glorioso Obispo, produjeron una alegría y júbilo tan inmensos en el pueblo conquense, que se tradujo en la celebración de culto y festejos extraordinarios para conmemorar maravilloso acontecimiento.

Entre dichos cultos celebró una procesión solemne que recorrió la carrera entonces acordada para el Corpus y a ella asistió todo el Clero del Obispado en las cruces parroquiales y se realizó en medio del mayor entusiasmo, veneración y respeto, sin que afortunadamente hubiera el más pequeño incidente que lamentar el culto del Santo.

Los términos en que está redactado el Breve del Papa Julio III de 5 de Junio de 1551, trasfiriendo la fiesta de San Julián al 5 de septiembre, hizo pensar  se podría suprimir la del 28 de enero, más como quiera que en el ánimo y en los deseos de los conquenses estaba, en vez de disminuir, aumentar el culto del Santo Obispo, de cuyos deseos participaban con igual entusiasmo los Cabildos Catedralicio y municipal, se acordó luego establecer dos fiestas en el año; la del 28 de enero que sería la del Tránsito y la del 5 de septiembre que se denominó de Conmemoración y también de Traslación.

Estos acuerdos aparecen en los libros de actas capitulares de la Catedral, correspondientes a los años de 1552 y 1553. Por no hacer muy extenso este artículo solo pondré los señores que tomaron parte en la votación del Cabildo del viernes, 9 de junio de 1553.

Don Juan de Barreda, Canónigo y Prior.

El licenciado Alonso de Arboleda, Canónigo Doctoral.

Don Hierómino Gavoto, Canónigo.

Don Alonso de Tamayo, Arcipreste.

Don Francisco de Valdés, Abad de la Sey.

Don Pedro González de Cañamares.

Don Juan de Baraxas.

Don Juan Bautista Muñoz.

Don Diego Ramírez Sedeño, Canónigo

Don Juan Fernández de Heredia, Canónigo y Arcediano de Cuenca.

Como cosa curiosa ese día entró en la sesión del Cabildo el Sr. Alonso Álvarez de Ayala vecino y Regidor de esta Ciudad y de parte de la Ciudad a la que representaba, suplicó a los Señores Deán y Cabildo que resolvieran de manera positiva que se celebraran ambas festividades.

Publicado en Cuenca, 5 de septiembre de 2019.

^Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

miércoles, 4 de septiembre de 2019

San Lorenzo Justiniano, festividad de hoy, 5 de septiembre. Fundador de las "Justinianas" más conocidas como las "Petras".

     Nos gusta lo domingo ir a Misa de doce a las Petras, y el nombre de San Lorenzo Justiniano me es familiar porque todos los domingo lo nombra el sacerdote.

Pero ¿Quién fue Lorenzo Justiniano? Hoy 5 de septiembre celebramos su festividad.

Lorenzo nació en una familia ilustre, los Justiniani, tan conocida en Venecia, Génova, Nápoles y en la Isla de Córcega e incluso en China. Nació en Venecia el día 1 de julio de 1381, siendo sus padres Bernardo Justiniani y Quirina, señora muy noble y virtuosa. Quedó viuda su madre siendo muy joven, y dedicó a criar bien a Lorenzo.

Temiendo su madre que se desviara de la virtud por haber nacido en un siglo lleno de corrupción, se lo hizo saber su madre y este le contestó: No temáis madre, no tengo otra ambición que la de ser cada día mayor siervo de Dios y más devoto que todos mis hermanos.

Tenía todas las cualidades de cuerpo y espíritu para aspirar a una elevada posición social. Pero a los 20 años notaron un cambio radical convirtiéndose en un modelo de todas las virtudes y la admiración de toda Venecia. El mismo nos cuenta el motivo de su transformación: “Era yo entonces como todos. Con ardor apasionado buscaba la paz en las cosas externas sin poder encontrarla. Hasta que un día se me apareció una Señora más brillante que el sol, cuyo nombre yo desconocía: “Oh joven amable, ¿por qué derramas tu corazón en tantas cosas inútiles? Lo que buscas tan desatinadamente te lo prometo yo, si quieres tomarme por esposa”. Le pregunté por su nombre y por su alcurnia y ella me dijo que era la sabiduría de Dios. Le di mi palabra sin vacilación alguna y después de abrazarme, desapareció”.

En 1404 fundó con otros dos aristócratas venecianos, Antonio Correr y Gabriel Condulmer la Congregación de San Giorgio in Alga, de la cual fue designado prior y general en el año 1413 y reelegido en 1421.

El Papa Eugenio IV, como antiguo canónigo de San Jorge conocía muy bien los méritos de Lorenzo, lo nombró obispo de Castello el 12 de mayo de 1433.

Era afabilísimo y recibía a todo el mundo con una inalterable dulzura. Un una ocasión un santo ermitaño que hacía más de 30 años que vivía en la Isla de Corfú con gran opinión de santidad aseguró que Dios estaba tan irritado contra la ciudad de Venecia por su materialismo y pecado de la carne que si la ciudad no había experimentado los terribles efectos de su cólera eran por las oraciones del Santo Patriarca Lorenzo.

El día de Navidad, diciendo la Misa el sobrevino una calentura que lo debilitó y le pidieron que se retirara a una habitación bien acondicionada y él respondió: “Jesucristo murió en una cruz ¿y queréis que un pecador como yo muera en una blanda cama?

Habiendo recibido los santos Sacramentos, y después de haber consolado a sus familiares, diciéndoles que debían celebrar con llanto su espíritu al Señor, el día 8 de enero del año de 1455, a los sesenta y tres de edad falleció.

Por la gran cantidad de gente que venía a visitar su cuerpo, su sepultura estuvo descubierta por espacio de 67 días en la sacristía de la Iglesia patriarcal, sin que al cabo de tan largo tiempo se experimentara la más mínima señal de corrupción. Fue Beatificado por Clemente VIII y el Papa Alejandro VIII lo canonizó en el año de 1690, fijándose su festividad, por orden de la santa sede, el día 5 de septiembre que fue el día del traslado de sus reliquias.

Cuenca, 5 de septiembre de 2019.

José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.


San Julián de Septiembre.

“San Julián de enero para los de Cuenca; el de septiembre para los forasteros”.

    El día 5 de septiembre, por concesión del Papa Julio III (1550-1555), renueva la Iglesia de Espala, la memoria del glorioso obispo de Cuenca, San Julián, por ser el de su traslación.

Un solemne Triduo a San Julián se está llevando a cabo estos días (3-5) a las 19 horas en la Catedral.

No he querido dejar pasar el explicar tal festividad, cómo se instituyó y así se cuenta en las crónicas de su tiempo:

“En el loable deseo de honrar  al Santo Patrón y de testimoniarle cumplido homenaje de cariño, respeto y admiración, quisieron los conquenses tener dos días en el año para atributarle públicamente solemnes cultos y, al efecto, a demás del 28 de enero en que sucedió su glorioso tránsito, día de la Santa Madre Iglesia ordena celebrar con fiesta de guardar y con precepto de oír misa y abstenerse de trabajos serviles, se eligió por aquellos el 5 de septiembre para establecer una fiesta conmemorativa de San Julián.

Las razones que hubo para determinar la acción de dicho día, fueron por una parte la crudeza del tiempo en el 28 de enero. (He de comentar que para dar una idea de la inclemencia del tiempo por aquellas fechas, recuerde el adagio que se decía: "Por San Julián de enero se hiela el agua en el puchero".) pues a causa de los grandes fríos y constantes nevadas hacia que los pueblos circunvecinos y aun del mismo Cuenca, se abstuvieran los fieles de concurrir a la Santa Iglesia Catedral para asistir al Oficio divino en honor a San Julián; y de otras, que le día 5 de septiembre era el señalado de antiguo por la Ciudad para celebrar sus ferias y mercados anuales, lo que unido a la bonanza y clemencia en esta fecha, y a que es una época de descanso de los labradores –pues que se han terminado las operaciones de recolección y aun no han comenzado las de vendimia y sementara- hace más fácil la concurrencia de cuantos sienten férvida devoción hacia nuestro constante Protector”.

Por estas razones el Obispo D. Miguel Muñoz, el Deán y Cabildo de la Santa Iglesia Catedral, el Corregidor D. Manuel Ponce de León y el Ayuntamiento de la Ciudad y los Cofrades de San Julián, de común acuerdo, acudieron al Papa en súplica y ruego de que aprobase la institución de la fiesta conmemorativa de San Julián, el día 5 de septiembre, habiendo obtenido feliz resultado sus súplicas mediante el Breve remitido por el Papa Julio III que se conserva en el archivo de la Catedral, (está escrito en una hoja de pergamino de 0,50 por 0,21).

Solo invitarles a participar en el acto del día 5 septiembre, a las 19:00 horas en la Catedral, para honrar y venerar a nuestro Patrón San Julián y recordarles el otro adagio que completa al anterior mencionado. Dice así: “San Julián de enero para los de Cuenca; el de septiembre para los forasteros”.

Cuenca, 4 de septiembre de 2019.

José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

martes, 3 de septiembre de 2019

El candor de una mirada. “Aggelos”.

 “Lunes culturales de la Catedral”. 
16 de septiembre de 2019, a las 18:00h.  Sala Capitular.
Conferencia: "El candor de una mirada. Aggelos "
Por José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

 Teólogos, santos y artistas han debatido sobre los ángeles, llegándose a preguntar si éstos pueden ser vistos. El gran teólogo y filósofo, Santo Tomás de Aquino, los declaró seres puros intelectos sin forma física. Para los artistas, los ángeles son visibles porque de otra forma no existirían en el arte.

La descripción de ellos es tan variada como siglos y culturas. Desde los asirios hasta los prototipos judeocristianos, representados con forma masculina de acuerdo con la tradición Católica.

Aludiendo de nuevo a Santo Tomás de Aquino y a Pseudo Dionisio Areopagita, los ángeles parten de tres jerarquías, de tres coros cada una. Los coros son asignados de acuerdo a su relación con Dios y el hombre.

Son muchos los aspectos angelicales que posee nuestra Catedral y José María Rodríguez nos presenta, en su trabajo “Aggelos”, un viaje a través de las creencias y valores religiosos de sus autores, esas personas que dejaron su fe inscrita en las tallas y lienzos que conforman las paredes del templo catedralicio desde sus orígenes hasta el siglo XVIII.

A lo largo de la conferencia iremos viendo que cada imagen angelical, expresa y muestra aspectos complementarios a la secuencia principal en donde está enmarcada. Las obras mostradas son fruto del tiempo por lo que cada una encuadra una época y por consiguiente una síntesis de la técnica y de la cultura del momento en que fue realizada la obra.

Es por ello que los rostros de los ángeles que entrañan cada obra son como semblantes del pasado que reclaman un lugar en nuestra memoria, mezclándose el arte con el sentimiento religioso.

Esta tarde veremos cómo cada mirada de ángel expresa una visión y un sentimiento profundo que te hace sentir distinto y despierta  emociones en quien los observa.

Te esperamos para que puedas descubrir el “candor” que tiene “una mirada de Ángel”.


lunes, 2 de septiembre de 2019

San Gregorio I. Primer monje que fue Papa.

San Gregorio el Grande.
Doctor de la Iglesia de Roma, nació alrededor del 540 y murió el 12 de marzo de 604. Fue declarado Doctor de la Iglesia por Bonifacio VIII el 20 de septiembre de 1295, aunque el título ya aparecía hacia el año 800. Es uno de los cuatro grandes Padres de la Iglesia Occidental, junto con Jerónimo de Estridón, Agustín de Hipona y Ambrosio de Milán.

Cuando todo parece que se derrumba el pueblo elige por aclamación a un papa y santo que se llama Gregorio. El Tíber se desborda, la peste diezma la ciudad, brotan herejías por todas partes, desde el norte los lombardos amenazan con engullir Italia entera y los bizantinos resultan amos orgullosos e incómodos. Roma, humillada y desmoralizada, entre ruinas y grandes recuerdos, cree ver acercarse su final.

Gregorio tiene cincuenta años, pertenece a una familia de patricios y ha sido prefectus Urbis, pero lo dejó todo para hacerse benedictino, convirtiendo su palacio del monte Celio en el monasterio de San Andrés (es el primer papa que ha sido monje); más tarde fue nuncio de Constantinopla, buena experiencia de la tortuosa diplomacia de Bizancio. Cuando le eligen su primera reacción es sobornar a unos mercaderes para que le ayuden a huir de Roma.

No hay escapatoria, en estos tiempos de desolación y catástrofe (“este mundo es una antorcha ya apagada”) será un gran papa, tan grande que adopta el título de “siervo de los siervos de Dios” para subrayar la humildad servicial del que ocupa la Silla de Pedro.

Corto de estatura, frágil y enfermizo, desengañado de la vida y muriéndose de nostalgia por el claustro, pendiente de su lectura predilecta que es nada menos que el libro de Job, este hombre que parece no dar valor a las cosas humanas rige la Cristiandad de un modo firme, inteligentísimo y eficaz.
Gregorio I. Obra de Francisco de Goya.

Oacta con la fuerza bruta de los lombardos y para los pies a la altivez de Constantinopla, sofoca cismas, manda misioneros a Inglaterra, socorre a los desvalidos, exige piedad y pobreza a los religiosos, adoctrina a los fieles y ejerce muy bien la autoridad (“el gobierno de las almas es el arte de las artes”). Quizá sin fundamento, su nombre va unido al canto llamado “gregoriano”, pero en la historia de la santidad representa sobe todo la primacía de los espiritual que aporta como por añadidura el secreto de manejar admirablemente las desdeñadas cosas de este mundo.


Cuenca, 3 de septiembre de 2019.

José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.