domingo, 12 de junio de 2016

Pan de San Antonio

San Antonio de Padua, el “Santo de todo el mundo”

Este año de 2017 su festividad cáe en miércoles.

Así llamó a San Antonio el Papa León XIII porque su imagen y devoción se encuentra por todos los lugares del mundo cristiano.

Los conquenses lo veneramos por partida doble. Dos son las hermandades que hay en Cuenca y las dos celebran estos días sus cultos en honor al Santo.
San Antonio De Padua
Catedral de Cuenca

San Antonio “El Verbenero” (por las verbenas que se celebraban y hacían las delicias de la juventud), actualmente ubicado en la ermita de Ntra. Sra. de las Angustias. Hoy, lunes día 13, será sacado en procesión hasta los Arcos de la Plaza Mayor, a partir de las 18:00 horas.

La otra hermandad de San Antonio está ubicada a la salida de Cuenca, por la Carretera de Alcázar. Por su ubicación de la ermita recibía el nombre “El Largo” al estar fuera del casco urbano. Saldrá en procesión a las 20:00 horas y posteriormente se celebrará la solemne función religiosa.

San Antonio es el patrón de las mujeres estériles, pobres, viajeros, albañiles, panaderos y papeleros. Se le invoca por los objetos perdidos y para pedir un buen novio y esposo.   

Nació en 1195 en Portugal y se llamó Fernando de Bulloes y Taveira de Azevedo. Cambió el nombre al ingresar en la orden de Frailes Menores. Sus padres eran miembros de la nobleza portuguesa.

Fue una persona muy inteligente llegando en poco tiempo a poseer amplios conocimientos sobre la Biblia. En el año 1221 fue admitido en la Orden. Por los azares de la vida fue a parar a Italia y se cuenta que en la ciudad de Rímini los gobernantes impedían a la gente que fuera a escuchar sus sermones, así que San Antonio se fue a la orilla del mar y empezó a gritar: “Oigan la palabra de Dios, los pececillos del mar, ya que los pecadores de la tierra no la quieren escuchar”. Se dice en su biografía que a su llamada acudieron miles y miles de peces que sacudían la cabeza en señal de aprobación. Aquel milagro se conoció y las autoridades tuvieron que permitir al pueblo ir a la iglesia donde predicaba San Antonio.

Padecía la enfermedad de hidropesía, y aún así predicaba los 40 días de cuaresma. La gente a su paso querían tocarlo y los más atrevidos arrancaban pedazos de su hábito, hasta el punto que tuvieron que asignarle un grupo de hombres para protegerlo después de los sermones.
Basílica de San Antonio de Padua (Italia)

Su residencia habitual fue finalmente Padua. Tuve la suerte de visitar  La Basílica donde está su tumba cuando visité con mis alumnos Padua, me faltan las palabras para describir tal majestuosidad, la verdad es que quedé impresionado. Los paduanos consideran sus reliquias el tesoro más preciado.

Sus sermones no se quedaban en simples palabras pues la gente cambiaba de conducta. Las ancestrales disputas familiares se arreglaban definitivamente, los prisioneros quedaron en libertad y muchos de los que habían obtenido ganancias ilícitas las restituyeron, a veces en público, dejando títulos y dinero a los pies de San Antonio para que éste los devolviera a sus legítimos dueños.

El 13 de junio de 1231, en la habitación del capellán de las Clarisas Pobres de Arcella, recibía los últimos sacramentos. Entonando un canto a la Stma. Virgen y sonriendo dijo: “Veo venir a Nuestra Señora” y murió. A su muerte tenía 35 años de edad y el pueblo decía por las calles ¡Ha muerto un Santo”.
Iconografía de San Antonio de Padua

Como estudioso de la iconografía diré que a partir del siglo XVII se representó al Santo con el Niño Jesús en los brazos, ello se debe a la visión que tuvo un amigo del San Antonio cuando se encontraba de visita en su casa que al mirar por la ventana lo vió con el Niño Jesús en sus brazos, acunándolo. En otras ocasiones se le representa con un lirio en la mano y también otro distintivo es un libro, símbolo de su sabiduría respecto a las Sagradas Escrituras, pues el Papa Gregorio IX le llamó “El Arca de los Testamentos”. También junto a una mula debido al milagro que realizó.  Se cuenta que un hombre del pueblo retó a San Antonio a que demostrara que Jesús está en la Hostia Consagrada. Para reírse de él, dejó sin comer a la mula durante tres días y llevó la mula a la entrada de la iglesia del pueblo, el dueño le puso al alcance un manojo de pasto fresco y al otro lado, San Antonio se situó con la Hostia recién consagrada de la Santa Misa. La mula dejó el pasto y se fue ante San Antonio y doblando las patas delanteras se inclinó arrodillándose ante ella.

Para terminar diré que San Antonio es también conocido como el Santo de los pobres. Las limosnas que se obtienen sirven para mermar el hambre que pasa la gente desde 1890, y es la Hermandad de San Antonio de Padua quien se encarga en hacer realidad tal acción. En Cuenca son muchas las familias que cada semana pasan por sus instalaciones para recibir esa caridad del Santo a la que se la llama “pan de San Antonio”.  



Cuenca, 13 de junio de 2016

José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico


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