viernes, 2 de septiembre de 2016

El Nacimiento de María en el arte de la Catedral Conquense

Festividad de la Natividad de la Virgen

Son muchos los espacios que hay dedicados en la Catedral Conquense a esta festividad, comenzando por el Altar Mayor, donde según condiciones impuestas por Ventura Rodríguez, la obra de escultura debía constar de una imagen de la Natividad de Ntra. Señora y dos estatuas de cuerpo entero de San Joaquín y Sta. Ana. La obra toda se realizo en Génova por el artista italiano Bociardi, trabajada en alto relieve, todo ello ejecutado en finísimo mármol blanco de Carrara.

Hoy, 8 de septiembre, la Iglesia recuerda el nacimiento de la Virgen María. La festividad tiene su origen en Jerusalén al ser dedicada una iglesia a este hecho, convirtiéndose en la iglesia de Santa Ana en el siglo XII.
Natividad de Ntra. Sra. Capilla de la Asunción
Catedral de Cuenca

El lugar de nacimiento, cuatro ciudades se disputan el honor de haber sido la cuna de María: Jerusalén, Belén de Judea, Nazaret y Séforis de Galilea, según la tradición sus padres poseían propiedades en las citadas poblaciones. Se baraja la posibilidad más acertada, según la tradición, que sería Jerusalén a la que se le otorgaría ese privilegio.

La festividad de la Natividad es conocida en Oriente desde el siglo VI. Fue fijada en esta fecha de ocho de septiembre por ser el día en que se abre el año litúrgico bizantino, el cual se cierra con la Dormición de María en el mes de agosto.

Esta fiesta fue introducida en Occidente en el siglo VII celebrándose con una procesión-letanía que terminaba en la Basílica de Santa María La Mayor en Roma. La Festividad paso de Jerusalén a Roma apoyada por el Papa Sergio I y el Papa Pio X quitó esta celebración del grupo de las fiestas de precepto.

El nacimiento de María pasa desapercibido por el Nuevo Testamento. Hay que recurrir a los apócrifos, concretamente a los evangelios apócrifos de Santiago, para obtener el nombre de sus padres que fueron Joaquín y Ana. Dos grandes figuras presiden el Altar Mayor de la Catedral de Cuenca, ellos son las únicas estaturas que Ventura Rodríguez diseñó para que presidieran el retablo, como el principio de la redención del hombre.


San Joaquín. Capilla Mayor
Catedral de Cuenca
Todo comenzó con el matrimonio de Joaquín, galileo de Nazaret, su nombre en hebreo significa "El hombre a quien Dios levanta" y según San Epifanio "Preparación del Señor". Joaquín se desposa con Ana. Desciende de la estirpe de David. Los años pasaban y el hijo tan esperado no llegaba, llevando ya 20 años de casados.

En la cultura hebrea se consideraba la esterilidad como un aprobio castigo de los cielos. Cuenta el apócrifo de Santiago que Joaquín se retiró al desierto para con penitencia y oración rogar a Dios la ansiada paternidad.

Sus pensamientos se cruzan con la otra Ana, de la que habla el libro de los Reyes, que habiendo orado tanto al Señor, sus oraciones fueron escuchadas y así vino al mundo Samuel, quien sería el gran profeta.
Santa Ana. Capilla Mayor
Catedral de Cuenca
Con estas Joaquín se retira al desierto y obtiene de Dios su ansiada paternidad. Joaquín y Ana vieron premiada su constancia en la oración con el nacimiento de su hija María, concebida sin Pecado Original y predestinada a ser la madre de Jesús, el hijo de Dios encarnado. 
En la capilla de la Asunción, fundada en 1511 por el Deán Juan Barreda, el retablo de la Asunción de la Virgen fue realizado en el segundo cuarto del siglo XVI, donde entre otras escenas se aprecia el nacimiento de la Virgen. Se desarrolla esta escena en torno a la figura de Santa Ana que se halla a medio incorporarse del lecho; San Joaquín está al lado de la parte derecha, y hay dos mujeres de pie, que atienden a la Santa desde la parte izquierda, mientras una tercera, sentada a los pies de la cama de Santa Ana, sostiene a la Virgen recién nacida sobre su halda. 
Nacimiento de María. Capilla del Pozo
Catedral de Cuenca
Es notable la realidad con que está representada la escena y muy parecida a la que contiene la capilla del Pozo sobre el mismo tema. Esta capilla fue fundada por el canónigo Juan del Pozo en el año 1503. El retablo se atribuye a Gonzalo de Castro y se pintó a comienzos del siglo XVI. Las escenas, en óleo sobre tabla, representan la vida de la Virgen, una de las tablas expresa el nacimiento de la Virgen. La escena se desarrolla con un fondo de cortinaje formando un pabellón, del que cuelgan dos borlones, puede verse a Santa Ana, medio incorporada en su lecho, asistida por una mujer, con cofia blanca a la cabeza, ofreciéndole una taza de caldo y como conversando con ella. Por debajo, en un plano inferior, hay otras dos mujeres sentadas, con un paño extendido entre sus manos, con la Virgen Niña sobre su halda. Bajo el dintel de una puerta con arco de arquitectura renacentista, a la derecha y en pie, está San Joaquín, pensativo.

La mente humana es limitada y es difícil llegar a comprender los designios de Dios, pero hay otras cosas más cercanas a nosotros que tampoco llegamos a su comprensión, entre otras cosas la de cómo crea una ostra la perla en su interior o más común entre nosotros, cómo nace el trigo de un grano, convirtiéndose en una espiga.

Cuenca, 8 de septiembre de 2016

José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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