viernes, 20 de septiembre de 2024

San Mateo (siglo I). Festividad del 21 de septiembre.

     Mateo es un Apóstol, hombre decidido y generoso desde el primer momento de su vocación. Es también  evangelista, el primero que por inspiración divina puso en escrito el mensaje mesiánico de Jesús.

Mateo fue judío, como indica el nombre de su padre Alfeo y el mismo suyo, que en nuestra lengua es lo mismo que “don de Dios”, como Teodoro o Adeodato. Ejercía en Cafarnaúm, puesto fronterizo y puerto de gran movimiento, el oficio de alcabalero o recaudador de impuestos como jefe subalterno, al servicio de Herodes Antipas.

Retablo de san Mateo y san Lorenzo.
Catedral de Cuenca.

Un día que Jesús salía de la ciudad de Cafarnaúm en dirección al lago, se figó en Mateo, sentado en su banco frente a la mesa de contribuciones. Fue un fijarse propio de Jesús y sobre todo con amor. La mirada equivale ya a una invitación cariñosa. Siguió luego la palabra, que habla al oído y al corazón: “Mateo sígueme”. No fue preciso más.

Mateo fue generoso en seguir el llamamiento y agradecido al mismo tiempo. Se dio desde el primer instante de que había recibido un beneficio y quiso corresponder y agradecerlo. Dio un banquete en su casa, al que invitó a Jesús y a sus discípulos y a muchos colegas suyos “publicanos y pecadores”, como dijeron los escribas y fariseos.

El N.T. no vuelve a hablar de San Mateo, si no es en la lista de los doce Apóstoles. Como todos ellos, acompañó a Jesús durante el ministerio público, fue testigo de la Resurrección y diversas apariciones y por último asistió a la Ascensión y recibió el Espíritu Santo el día de Pentecostés.

Los datos que añade la tradición no nos dan plena seguridad sobre el apostolado concreto de san Mateo y su final glorioso. Es cierto que su primera predicación fue en Palestina a los judíos. Clemente de Alejandría nos dice en el siglo III que su apostolado palestino duró quince años. Las demás regiones evangelizadas por el primer evangelista no podemos determinarlas con certeza, pues los testimonios son ya tardíos y no concuerdan del todo. San Gregorio Magno nos habla de Etiopía y San Isidoro de Macedonia.

Paree cierto que murió mártir, pues así o ha creído siempre la Iglesia de Oriente y Occidente, pero no podemos determinar ni el año, ni el lugar, ni la clase de martirio.

El cuerpo del Apóstol se conservó largo tiempo en la ciudad de Nadaber, donde padeció martirio, hasta el año de 1080 que fue trasladado a Salerno, en el reino de Nápoles, de donde su cabeza fue llevada a Francia, y se conserva con gran veneración en la catedral de Beauvais, y también se adoran algunas reliquias suyas en la catedral de Chartres.

Cuenca, 21 de septiembre de 2020 y el 21 de septiembre de 2024.

José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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FUENTES CONSULTADAS:

-Año Cristiano para todos los días del año. P. Juan Croisset. Logroño. 1851.

-La casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.

-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.

 

jueves, 19 de septiembre de 2024

La primera y la última conquista de Cuenca.

    Buscando, buscando he dado con algo que a todos los amantes de Cuenca gusta y ahora que nos encontramos a las puertas de la celebración de la toma de Cuenca por Alfonso VIII quiero traeros algo que merece la pena recordar.
    Se tiene por cierta la primera conquista de Cuenca a principios del siglo XII, aunque se duda de su autenticidad de cierta crónica que se conserva en el archivo del Ayuntamiento de Ávila y que da bastantes detalles de lo que sucedió.

    Dice así: “Gobernaba la ciudad el moro Ahacen Boali cuando Fernán Ruiz Minaya, después de cercarla, ordenó el asalto, el día 23 de mayo de 1106, en el que perecieron Alonso Ruiz de Minaya, hermano del jefe que dirigía el ataque, Flores Pardo, jefe de las milicias zamoranas, Sánchez Zurraquin, jefe de las abulenses y Pedro Bezudo de las huestes de Segovia: la plaza fue tomada por los cristianos y fue encomendada su guarda al intrépido avilés Blasco Jimeno.
Alfonso VIII en una miniatura Medieval
    Dos años más tarde, en 1108, las armas cristianas sufrieron una terrible derrota en las tierras de Cuenca: el rey Alfonso VI estaba ya viejo y achacoso y puso al mando de su ejército a su único hijo varón, D. Sancho. Los almorávides encontraron a los cristianos en las cercanías de Uclés y allí dieron la batalla de este nombre, en la que perecieron el infante D. Sancho con los seis  condes que le acompañaban, por lo cual también se llamó esta batalla “La de los seis condes”.

    Cuentan los anales toledanos que “Alvar Hannez tomó a Cuenca de moros en el mes de julio de 1111”. Muy pronto volvió al poder musulmán; en 1137 se rebeló contra sus nuevos dueños los almorávides, por lo cual el príncipe Taxfin la tomó a viva fuerza y la impuso severos castigos.
    En 1146 era alcaide de nuestra capital el Tagray, quien cansado de llevar la voz de otro jefe, bravo y ambicioso se declaró independiente y se hizo dueño de buena parte del Oriente de España con ayuda de los cristianos; pero enemistados éstos cercaron al Tagray y en Murcia cayó al intentar huir.

    En este continuo batallar que cada día acrecentaba más su importancia, llegó Cuenca a finales del siglo XII, cuando ocupaba el trono castellano el rey Alfonso VIII el de las Navas.
    Apenas había salido el príncipe de su minoría de edad y libre de la guerra con Navarra, emprendió la guerra contra los moros. Ayudado por D. Alfonso II de Aragón y seguidos ambos monarcas de muchos obispos y magnates, con un numeroso ejército, determinaron la conquista de Cuenca.

    El primero en llegar a las puertas de la ciudad fue D. Pedro Ruiz Azagra, señor de Albarracín, al que se unieron después los castellanos Tello Pérez de Meneses, capitán mayor del ejército, D. Diego López de Haro, señor de Vizcaya, los obispos de Burgos, Ávila, Sigüenza y Palencia; con los aragoneses vino el arzobispo de Tarragona y el Obispo de Zaragoza, Fernán Ruiz de Azagra, señor de Daroca, y otros muchos de ambos reinos que firmaron la concordia en virtud de la cual, y sobre el campo, el monarca castellano absolvió al aragonés del homenaje y feudo que le prestaba desde el reinado de Ramiro el Monje por los estados sitos a la derecha del Ebro.
    Nueve meses se mantuvo la ciudad inaccesible a los asaltos de las tropas castellanas, después de inauditos esfuerzos, cuando los mahometanos perdieron la esperanza de ser socorridos, cuando el hambre y la falta de agua hacía sus estragos y las torres de las murallas se derrumbaban a los golpes de las máquinas de guerra, Cuenca se entregó a los sitiadores el 21 de septiembre de 1177. 
    Alfonso VIII concedió a los primeros pobladores la propiedad libre de los términos de la ciudad, el derecho de poblar sus tierras y franquicias de todo pecho que no sirviese para la fábrica de torres y muros; estableció además de los hijodalgos, la clase de aguisados, o ciudadanos militares dispuestos siempre a acudir con armas y caballo a la defensa del territorio; dio solar y rentas a la Orden de Santiago y como digno coronamiento de tanta franquicia, concedió a los moradores de Cuenca un fuero o código especial.

    La ciudad tomó por blasón un cáliz de oro y una estrella de plata en campo rojo, divisa eminente religiosa, y tuvieron su gobierno los más ilustres conquistadores Nuño Sánchez, señalero del Rey y Diego Jiménez, señor de los Cameros”.

    Que estas celebraciones sirvan para hacer de Cuenca una ciudad más grande y noble como siempre la han tenido quienes por ella dieron su vida.

Cuenca, 18 de septiembre de 2018 y 20 de septiembre de 2024.

José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.
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FUENTES DOCUMENTALES

Descripción e historia política, eclesiástica y monumental de España. Madrid. 1897

San Eustaquio. Festividad del 20 de septiembre.

   Siguiendo las Actas griegas y latinas con referencia a la vida de san Eustaquio parece más una novela por los incidentes que se narran, intentaré resumirlos lo posible para que su lectura no resulte prolongada, pero merece la pena leerla.

Según las Actas, Eustaquio nació en Roma y fue uno de los oficiales más valerosos de los ejércitos de Tito y Vespasiano, que cercaron y tomaron la ciudad de Jerusalén en el año 70. Su verdadero nombre era el de Plácido y cuando regresó a Roma se dedicó a la administración  de sus grandes latifundios, alternando el cuidado de su hacienda con el de cazar, a que era muy aficionado.

San Eustaquio.

Un día de caza se encontró con un ciervo corpulento el cual parece que le invitaba a seguirle, así que nuestro Santo fue detrás de él hasta que al cabo de un tiempo se paró y se volvió como su quisiera hacerle frente o desafiarle. Entonces pudo ver que entre su cornamenta estaba como suspendida la imagen de Cristo Crucificado y oyó una poderosa voz que  le mandaba dejar el paganismo y hacerse cristiano.

Su esposa se llamaba Taciana, había tenido un sueño de carácter parecido. Convinieron los dos en hacerse cristianos y cambiar de nombre en el bautismo. El se llamó Eustaquio y ella Teopista. Dios les reveló los trabajos de debían padecer por su nombre, como sucedió posteriormente.

Una terrible peste asoló el lugar muriendo todo su ganado, que constituía la parte más abundante de su hacienda y los esclavos que cultivaban los campos murieron. El emperador dispuso por el mismo tiempo la separación definitiva de todos los oficiales de su ejército que no figuraban en los cuadros activos. Por todo ello le vino la pobreza y la necesidad de trabajar para comer.

Eustaquio decidió salir de Roma con su mujer y sus dos hijos pequeños. Se embarcó en Ostia, más con la mala suerte que el capitán del navío se enamoró de Teopista, hombre sin escrúpulos se deshizo de Eustaquio y de los hijos dejándolos en la primera costa africana que arribaron para que no les estorbara en sus planes.

Para Eustaquio y los niños comenzó una aventura por la desierta playa, se alimentaban de moluscos y hierbas silvestres. Para buscar comida se internaron tierra adentro, encontrando un río que tenían que cruzar. Para ello dejó a uno de los niños en una  orilla y al otro en la opuesta, plan que le costó la pérdida de los dos, pensó que uno había sido presa de un león y el otro de una loba. Con todo esto se había cumplido la profecía del Señor: llegaría un día en que se quedaría sin bienes, sin esposa y sin hijos. Resignado como otro nuevo Job.

Visto lo sucedido prosiguió el camino hasta dar con una aldea donde se puso a servir  con una amo como mozo de labranza. De esta forma vivió 14 años. Su mujer, Teopista, escapó del capitán a quien Dios privó repentinamente de la vida; desembarcó en el puerto de África y se puso a servir como criada.

Los hijos fueron también milagrosamente salvados por los campesinos de los dientes de las fieras y recogidos en la aldea vivieron, sin saberlo, cerca de donde trabajaba su padre.

En Roma entre tanto se acuerda Trajano de la prudencia y valor militar de Plácido (Eustaquio), a quien necesita para una campana en Oriente. Manda buscarlo por todo el Imperio. Dos oficiales llegan a la aldea africana donde él trabajaba, estos habían servido en sus filas, no tardaron en darse cuenta de que aquel hombre esa su oficial. Le comunicaron la orden del Emperador y le obligaron a volverse con ellos a Roma.

El emperador le devolvió todos sus grados y lo puso al frente de un ejército que debía partir para Oriente. Iban como simples soldados sud dos hijos Agapito y Teopisto, ya hombres. La suerte les deparó que padre e hijos se reconocieran en los azares de la campaña. La madre seguía de criada en África. Allí se enteró por dos oficiales, que se hospedaban en la casa, de los triunfos y cambio de fortuna de su marido y de sus hijos. Les rogó que avisasen a Eustaquio dónde se encontraba ella y al fin volvieron a juntarse bajo un mismo techo los dos santos esposos con sus hijos.

La felicidad dura poco en esta vida, cuando depende solamente de factores externos y puramente humanos. Vuelto a Roma san Eustaquio, fue recibido con los honores del triunfo; pero Adriano quiso solemnizar la victoria con grandes sacrificios a los ídolos del Imperio. Los cristianos no podían tomar parte en ellos. Eustaquio se negó rotundamente, por lo cual el emperador se enojó, que lo mandó echar con toda su familia a los leones en el anfiteatro. Las fieras los perdonaron, ni nos rozaron, pero entonces los mandaron meter a los cuatro en un buey de bronce, el cual pusieron sobre una hoguera. Así volaron al cielo todos juntos a recibir la misma corona que les había merecido una misma fe y constancia.

Esta es la historia de san Eustaquio tal como aparece en sus Actas.

En tiempos de León III aparece en Roma una iglesia dedicada a San Eustaquio, que fue posteriormente reedificada por Celestino III. Sobre una de las puertas de esta famosa diaconía romana se leía en otro tiempo un dístico latino que traducido dice así: “Yo Juan he restaurado este atrio y estas puertas para que a mí se me abra la puerta del cielo en el día de mi tránsito”.

Publicado en Cuenca, 20 de septiembre de 2020 y el 20 de septiembre de 2024.

Por José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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FUENTES CONSULTADAS:

-Año Cristiano para todos los días del año. P. Juan Croisset. Logroño. 1851.

-La casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.

-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.

 

 

Hoy, 20 de septiembre, se conmemora 500 años de la primera vuelta el mundo en barco.

Tal día como hoy, un 20 de septiembre de 1519, zarpaba de San Lucas de Barrameda, cinco naos, entre ellas la llamada Victoria, con 237 hombres, al mando de Fernando Magallanes, navegante portugués al servicio del rey Carlos I. También viaja Juan Sebastián el Cano.

Magallanes moriría en abril de 1521 en combate con indígenas de filipinas. El 6 de septiembre de 1522 arribaba de nuevo en el mismo puerto que partió, la nave Victoria, comandada por Elcano, habiendo completado el primer viaje de circunnavegación jamás registrado, de esta forma probaron que la tierra era redonda.
Fernando Magallanes

Este proyecto trataba de buscas una ruta alternativa en dirección al Oeste buscando un estrecho marítimo en América que permitiera pasar al mar del Sur.

España solamente era la nación que podía hacer posible esta expedición, es por ello que en 1517 Fernando de Magallanes viaja a Sevilla donde se puso en contacto con Juan de Aranda, factor de la Casa de Contratación. Ambos consiguieron que en 1519 llegara el proyecto a manos de Carlos I en Valladolid, en esos momento la Capital de España.

Su principal objetico consistía en llegar a las Islas Moculas para obtener especies, haciendo que España se convirtiera en el principal suministrador de pimienta, clavo, nuez moscada y otras especies tan codiciadas en Europa.
Nao Victoria

El plan pretendía abrir una ruta por el Oeste, rodeando el continente Americano por su extremo sur, y pasando sólo por dominios españoles. Surgió una dificultad diplomática, ya que según el Tratado de Tordesillas firmado en 1494 entre Castilla y Portugal, con el que se habían repartido el mundo en dos mitades, las Islas Moculas quedaban del lado de Portugal eso hacía que Carlos I violara el tratado diplomático con Portugal. Magallanes basándose en mapas de su tiempo, creyó que el camino occidental era viable. Posteriormente se vio que fue un error de cálculo, pero el rey de España confió en la empresa y puso al portugués al frente de 265 hombres y cinco barcos llamados: La Trinidad, La Concepción, La Victoria, La Santiago y la San Antonio. A esta flota se la llamó: Flota de las Malucas.

El cargamento con el que regresaron en la nao Victoria fue de 381 sacos de especies, con un peso de 524 quintales. Su venta en el mercado cubrió los gastos de la expedición con un beneficio de 346.220 maravedíes.

Elcano y la tripulación superviviente fueron a Valladolid a  ver al Rey, presentándole a los indios que vinieron con ellos de aquellas islas y los regalos que trajeron, como pájaros raros, productos exquisitos y las preciosas especias.  

Cuenca, 20 de septiembre de 2019 y el 20 de septiembre de 2024.

José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico




miércoles, 18 de septiembre de 2024

María de Cervelló. Festividad de hoy, 19 de septiembre. Patrona de los navegantes.

   La Santa que fue llamada María del Socorro. Patrona de los Navegantes por la ayuda que prestaba a quienes naufragaban sin que jamás ella embarcara.

Hoy 19 de septiembre, celebramos la festividad de María de Cervelló (1230-1290). Fue una joven de familia ilustre, nacida en el barrio marino de Barcelona, que desde la niñez dio muestras de una piedad fuera de lo común; se negó a casarse, hizo voto de castidad y por fin se retiró a un beaterio, a la sombra de la iglesia de la Merced, también muy próxima al mar que surcaban los mercenarios para redimir cautivos en tierras africanas.

Algo después se fundó la rama de la Merced, y ella fue la primera mercedaria en el convento barcelonés y hasta que murió su historia exterior es la de una buena monja con fana de buen gobierno y virtudes eminentes.

Pero la Merced tenía un fin muy particular, la redención de cautivos, y así consta también en la fórmula de la profesión de María, el 25 de mayo de 1265: et pro captivis redimentis laborare. ¿Qué podía hacer ella desde el convento de la calle Ancha, frente a la muralla del mar, por la misión de los frailes blancos?

En todas sus imágenes la santa aparece con un barco en las manos, como si jugase con él, y el sobrenombre que la acompaña es de Socós o Socorro, porque el salvamento de náufragos fue su campo de acción visible, acudiendo en ayuda de navegantes que zozobraban, sobre todo cuando eran mercedarios.

Ante las multitudes agolpadas en la playa viendo con horror cómo se hundía un barco en medio de la tempestad, se abría paso sobre las olas aquietándolas hasta salvar a los náufragos, o en plena noche, desaparecía del convento para volver con el hábito empapado de agua salobre, después de haber evitado algún desastre lejos de allí.

María del Socorro, instrumento de la misericordia de Nuestra Señora de la Merced, es la santa marina que jamás embarcó, la que jugaba prodigiosamente a salvar barcos de verdad gracias al poder de su oración, que le daba alas de ángel y sosiego para el mar embravecido.

Murió un 19 de septiembre de 1290. Sus restos incorruptos fueron enterrados en la iglesia de los frailes mercedarios de Barcelona, hoy Basílica de la Merced. Su culto como santa fue aprobado por el Papa Inocencio XII en 1692. Es la Patrona de los Navegantes.

Publicado en Cuenca, 19 de septiembre de 2019 y 19 de septiembre de 2024.

Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

Efemérides conquenses. Un 19 de septiembre, el rey Felipe V otorgó a Cuenca los Títulos de Ciudad Fidelísima y Noble.

    El 19 de septiembre de 1710, el rey Felipe V, por Real Carta dio a Cuenca los títulos de Ciudad Fidelísima y Noble, y el 11 de mayo de 1727 le añadió el dictado de Heroica, porque sin jefes y casi sin soldados, detuvieron ante sus muros a los ingleses y portugueses, partidarios de D. Carlos.

En 1706, decidida la retirada del archiduque Carlos de Austria a Valencia desde Madrid y Toledo, el general Perterbourgh que la deseaba, hizo llegar a Cuenca 3.000 valencianos, para asegurar los pasos. D. Juan de Cereceda, cogió en Tarancón todo el contundente de tropas de Perterbourgh y antes de concluir el año recobró el teniente general D. Gabriel Hesio a Cuenca, haciendo 2.000 prisioneros.

Otra ocupación de Cuenca por las tropas del Archiduque parece ser la que describe Estrada diciendo: “En 1706 entraron tropas inglesas a 11 de agosto, mandadas por el teniente general Hugo Wildham, a quien destacó desde Madrid el marqués de las Minas; pues aunque los naturales la defendieron, tuvieron que ceder a superior fuerza. La Ocuparon dos mil ingleses y portugueses hasta el 10 de octubre, cortadas las aguas (llegó a valer más el agua que el vino) la tomó el comandante D. Gabriel Hesio, destacado por el duque de Berwich.

En 1706 escribieron el marqués de las Minas y el conde de la Corzana a los habitantes de Cuenca, para ver si los podían atraer al partido del Archiduque. Les hicieron grandes promesas; pero no quiso la ciudad responderles, y envió las cartas a Felipe, cuando estaba en Jadraque.

El general inglés, que llevaba seis cañones y dos morteros empezó a hacer fuego; los ciudadanos de Cuenca respondieron con el fusil, de modo que Hugo se llenó de inquietud, creyendo que había tropa arreglada para defender la ciudad, redoblando el ataque. El pueblo no acostumbrado a tales sobresaltos pidió la rendición y hubo capitulaciones, dándose rehenes mutuamente, esto  sucedió el 10 de agosto, al día siguiente entró el general inglés con 200 caballos.

Felipe recobró Cuenca en septiembre del mismo año.  El 9 de junio de 1707 se recibió en Cuenca una carta de D. Felipe V, para que se celebrase la fiesta de san Marcos con procesión general, en acción de gracias por la victoria de sus armas en los campos de Almansa. 

Y el día 19 de septiembre de 1710, Felipe V por Real Carta dio a Cuenca el título de Ciudad Fidelísima y Noble, y por otra le notició la fausta nueva de la victoria de Brihuega. En el ayuntamiento celebrado el 11 de abril de 1711 está copia la Real orden para celebrar fiesta perpetua de desagravios a Cristo Sacramentado e imágenes de Ntro. Sr. y de sus santos, puestas en precio y destrozadas por nuestros enemigos; y según el Inventario de privilegios, legajo núm. 13, en 11 de mayo de 1727 D. Felipe V añadió el dictado de Heroica a los que ya diera y antes llevaba la ciudad de Cuenca, porque sin jefes, ni soldados detuvo con su fidelidad y decisión ante sus muros a los ingleses y portugueses, auxiliares del Archiduque.

Publicado en Cuenca, 19 de septiembre de 2020 y 19 de septiembre de 2024.

Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

 

martes, 17 de septiembre de 2024

El milagro de la: “Licuación de la sangre de san Jenaro”. 19 de septiembre.

 San Jenaro. Festividad del 19 de septiembre.

San Jenaro nació hacia el año 270, según las fuentes más modernas, en Nápoles. Su padre era gobernador y hubiera querido tener por sucesor a su hijo; así se opuso al principio de su vocación eclesiástica. Fue ordenado en el año 302, y fue nombrado pronto obispo de Benevento.

Hacia el año 303 estalló la gran persecución de Diocleciano. Tan valiente como caritativo, san Jenaro visitaba a los cristianos encarcelados por la fe y los asistía con sus limosnas y exhortaciones. Al fin el Jenaro fue detenido en Pozzuoli, encarcelado y luego enviado a Nola para comparecer ante el gobernador Timoteo. Después de varios tormentos fue expuesto en el anfiteatro a las fieras, que lo respetaron.

San Jenaro

Por último, fue decapitado con seis compañeros el 19 de septiembre del año 305.

Una tradición añade que el cuerpo del Obispo fue abandonado en el lugar del martirio; una piadosa mujer recogió, en dos pequeñas ampollas, la sangre que se había derramado y con este tesoro se retiró a Antignano, pequeña aldea entre Nápoles y Pozzueli.

El cuerpo de san Jenaro, enterrado a corta distancia del lugar del martirio, estuvo allí hasta el edicto de Milán del año 313. El 19 de septiembre del 315 se hizo el solemne traslado, y en el momento en que el cortejo pasaba por Antignano, la mujer que había recogido las gotas de su sangre presentó al  obispo las dos ampollas que guardaba reverentemente. El obispo las colocó junto al cuerpo y se dice que entonces tuvo lugar por primera vez el milagro que se debía renovar a través de los siglos hasta nuestros días, secos y coagulados, se licuó súbitamente.

El milagro de san Jerónimo consta de una serie de fenómenos extraordinarios que se repiten en determinadas épocas del año, ahora en Nápoles donde están las reliquias y en Pozzuoli, donde se conserva una piedra porosa empapada con la sangre del mártir.

La licuación de la sangre se realiza el 19 de septiembre. Con relación a la piedra porosa que se conserva en Pozzuoli tiene en la cara exterior unas manchas grises y otras rosáceas. Dos veces al año las manchas grises se convierten en rojas y las tojas toman un color más vivo. En algunos años tiene lugar una especie de sudor que deja húmeda toda la piedra. Y esto sucede precisamente a la misma hora en que se verifica la licuación  la ampolla de Nápoles.

Ampolla con la sangre de san Jenaro.

En Nápoles se realizan los tres fenómenos siguientes:

1º la licuación, en determinados días del año, de la sustancia sea y coagulada que se encierra en una pequeña ampolla de cristal y que según la tradición es la sangre del obispo Jenaro, decapitado en Pozzuoli, en el año 305, en odio a Cristo.

2º El aumento de volumen de esta sustancia, encerrada herméticamente en la ampolla de cristal.

3º El tercer prodigio sería la disminución de volumen de la misma sustancia y en las mismas condiciones.

Este triple prodigio se verifica generalmente siempre que se pone la ampolla de cristal enfrente del busto argénteo donde se guarda la cabeza de san Jerónimo. En mayo, durante nueve días consecutivos, en memoria de la traslación del 315; en septiembre, del 9 al 26, aniversario y octava del martirio y en diciembre, solamente el 16, día del patrocinio de san Jenaro, proclamado solemnemente por los napolitanos en el año 1631.

Publicado en Cuenca, 19 de septiembre de 2020 y el 19 de septiembre de 2024.

Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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FUENTES CONSULTADAS:

-Año Cristiano para todos los días del año. P. Juan Croisset. Logroño. 1851.

-La casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.

-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.

 

San José de Cupertino. Festividad del 18 de septiembre.

     Hoy se celebra la fiesta de un hijo glorioso del serafín de Asís, el humilde y carismático san José de Cupertino, insigne no menos por su simplicidad evangélica que por sus éxtasis y arrebatos místicos.

La naturaleza no le brindó ni salud, ni talento, ni prestigio, ni gracia, ni riqueza; pero Dios le dio todos los tesoros del cielo. Nació en Cupertino, pequeña aldea entre Brindis y Otranto, en el año 1603, y murió en Osimo en 1663.

San José de Cupertino

San José de Cupertino es un ejemplo de lo poco que entendemos los hombres las maravillas y obras de Dios. Los hombres no lo comprenden; incluso los más buenos, le cierran las puertas y lo despiden, como un ser inútil, como un desecho. A duras penas sabía leer y escribir, cerrado de mollera y además torpe y de una manera exasperante: todo se le caía, todo lo rompía, aprender los trabajos más sencillos le costaba meses. Personaje simplón y ridículo, además de enfermizo y enclenque.

Fue un milagro de la Providencia el que pudiera ordenarse. Fray Asno, como se llamaba a sí mismo, sólo sabía obedecer, ser humilde, paciente, enamorado de Dios y devotísimo de la Virgen. Pero si era negado para los estudios, a su alrededor florecían prodigios que atraían a multitudes y despertaban las suspicacias de la Inquisición. ¡Qué fraile más raro!

Su día a día era una visión y éxtasis constante, con solo el tañido de una campana, una imagen o cuadro de la Virgen, era suficiente para transportarlo al cielo. Es difícil creer en tales cosas si no estuviera documentada su vida por varias personas y sus relatos coinciden. Se cuenta que un día, paseando por el huerto, le dijo un compañero: “Fray José, ¡qué hermoso hizo Dios el cielo!” y nuestro Santo lanzo un grito, atravesó los aires y fue a posarse de rodillas en la copa de un olivo. La rama, según informes de quien lo vio, se balanceaba como bajo el peso de un pajarillo.

Algunos envidiosos o mal intencionados lo denunciaron a la Inquisición, para que su virtud fuera más sólida y probada en el horno de la persecución y de la calumnia. Como oro, salió más puro y brillante, fue beatificado por Benedicto XIV en el año 1753 y canonizado por Clemente XIII en el año 1767.

Es Patrón de los parias, de los que no sirven para nada, de los que no tocan con los pies en el suelo, santo aéreo que con su vida quizá nos reproche ser tan útiles, hábiles y listos como nos empeñamos en parecer.

Publicado en Cuenca, 18 de septiembre de 2020 y el 18 de septiembre de 2024.

Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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FUENTES CONSULTADAS:

-Año Cristiano para todos los días del año. P. Juan Croisset. Logroño. 1851.

-La casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.

-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.

 

lunes, 16 de septiembre de 2024

Las llagas de san Francisco. Fiesta del 17 de septiembre.

    No puedo dejar pasar esta festividad poco conocida y muy representada. En nuestra catedral está presente en el retablo de san Bartolomé y en el retablo de san Gregorio del siglo XVI, donde la figura de san Francisco de Asís arrodillado, en actitud de oración y con las manos abiertas. Bajo el ángulo superior izquierdo se ve el mismísimo Serafín que en forma de Cristo crucificado hace surgir de entre sus alas de fuego cinco cordones de luz, que van a dar en los pies, las manos y el costado de san Francisco, que queda así marcado con las llagas de Cristo (*).

San Francisco de Asís.
Retablo de San Bartolomé. Siglo XVI
Catedral de Cuenca.

    Esta fiesta, que es un privilegio de san Francisco, entró en el Misal Romano por la insistencia e influjo del cardenal Montalto, el cual, llegado al Supremo Pontificado con el nombre de Sixto V, la extendió a toda la Iglesia. Clemente VIII la suprimió, porque la liturgia romana no tiene fiestas particulares sino para los misterios de la redención. Los favores especiales concedidos a determinados santos entran en la fiesta general que se dedica a cada uno de ellos.

Paulo V la volvió a poner en el grado de semidoble libre. Luego la hizo obligatoria Clemente IX, hasta que otro Papa franciscano, Clemente XIV, la restituyó en grado de rito doble que hoy tiene. La comisión que nombró Benedicto XIV para la reforma del Breviario propuso nuevamente la supresión de esta fiesta.

San Francisco de Asís.
Retablo de San Gregorio. Siglo XVI
Catedral de Cuenca

La aparición de los estigmas en san Francisco se cuenta: que próxima la fiesta de la Exaltación de la Cruz, estaba san Francisco de rodillas, rezando las oraciones de la mañana y de repente vio un ser que era a la vez un  hombre y un Serafín; tenía los brazos extendidos y los pies juntos y su cuerpo estaba fijo en una cruz. Dos alas se alzaban sobre la cabeza; otras dos extendidas como para volar y otras dos le cubrían el cuerpo. La car era de una belleza superior a la de la tierra, pero tenía las huellas del sufrimiento.

De pronto, en un momento de sufrimiento indecible, el Serafín le hirió en el cuerpo y en el alma, de modo que Francisco sintió gran temor. Mas el Serafín le habló como a un amigo, declarándole muchas codas que hasta entonces le habían estado ocultas. Pasado un instante, que pareció un siglo, desapareció la visión.

San Francisco siguió en profunda oración y Dios le abrió el sentido de la visión. En su cuerpo aparecían las señales del Serafín Crucificado; en sus manos y en sus pies estaban las llagas de las heridas y en las llagas la impresión de los clavos, formados de manera que podía tomarse por los verdaderos clavos de la Cruz; las cabezas redondas, de apariencia negra, sobresalían en las palmas de las manos y en las plantas de los pies aparecían las puntas retorcidas. Su costado derecho lo vio como perforado por una lanza. El Serafín de la visión era el espíritu de la Crucifixión padeciendo por amor, que había tomado plena posesión del pobrecillo de Dios. Las señales exteriores de las llagas eran el sello y prueba también exterior de la interna posesión de su alma por Dios.

Detalle del Serafín y san Francisco.
Retablo de San Gregorio.
Catedral de Cuenca.

Según cuenta su biógrafo, al principio no pensó san Francisco revelar a nadie su visión. Pero las llagas no se podían ocultar por mucho tiempo a los que vivían constantemente con él. Dudaba también si sería mayor servicio de Dios indicar algo, para fruto y consuelo de sus hijos. Preguntó un día a sus compañeros si se debían callar o revelar los favores de Dios. Ellos le dijeron que, si eran para provecho de muchos, no se debían callar. Entonces contó san Francisco tímidamente la visión y las llagas. No obstante, siguió ocultando a todos las señales de su cuerpo cubriendo manos y pies con la túnica. Tan sólo a León mostro las heridas para que le mudase los lienzos, restañando la sangre que manaba de ellas, y mitigando así el dolor que sentía.

Publicado en Cuenca, 17 de septiembre de 2020 y el 17 de septiembre de 2024.

©José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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FUENTES CONSULTADAS:

-(*) “Aggelos” Catedral de Santa María. Cuenca. José María Rodríguez González. 2019

-Año Cristiano para todos los días del año. P. Juan Croisset. Logroño. 1851.

-La casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.

-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.

 

Efemérides conquenses. D. José Guerra Campos toma posesión de la mitra de Cuenca el 17 de junio de 1973.

Al jubilarte nuestro obispo don Inocencio Rodríguez Díez, vino a sustituirlo D. José Guerra Campos.

D. José Guerra nació el 13 de septiembre de 1920 en Ames, La Coruña. Realizó los estudios eclesiásticos en el Seminario Diocesano de Santiago de Compostela. Fue Ordenado Sacerdote el 15 de octubre de 1944. Obtuvo la Licenciatura y el Doctorado en Teología en la Universidad Pontificia de Salamanca en 1945 y fue Canónigo Reliquiario por oposición, de la Catedral Compostelana, desde 1951.


Fue nombrado Obispo titular de Mutia y Obispo titular de Madrid-Alcalá el 15 de junio de 1964. Participó en el Concilio de 1964 y 1972, con intervención sobre el ateísmo marxista en la Constitución Gaudium et spes. Fue representante del Episcopado Español en el Primer Sínodo de Obispo en Roma en 1967.

El 13 de abril de 1973 fue nombrado Obispo de Cuenca, llegando a Cuenca el 17 de junio del mismos año. Fue el inspirador de la revista religiosa Iglesia-Mundo y de la Hermandad Sacerdotal Española. Fue Procurador en las Cortes españolas por designación del Jefe del Estrado (1967-1976). Presidente de la Comisión de Programas Religiosos de RTVE hasta 1973.


Llegaron años difíciles para la Iglesia y Guerra Campos, siendo desposeído de toda influencia siendo enviado en 1973 a la Diócesis de Cuenca donde realizó una obra amplísima de apostolado, predicación y organización de esta Diócesis.

Falleció en Senmanat (Barcelona), en una residencia de la Sociedad Misionera de Cristo Rey, del que fue él su instaurador en 1994. Sus restos fueron inhumados en la catedral de Cuenca el 17 de julio de 1997.

Publicado en Cuenca, 17 de junio de 2021. Publicado también el 17 de junio de 2024.

Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

domingo, 15 de septiembre de 2024

Plenilunio de septiembre. Luna de la Cosecha

 El Plenilunio de este mes se dará el día 18 de septiembre. Como el mes pasado disfrutaremos de otra superluna y será más brillante que lo fue la de agosto. La luna llena de septiembre se la conoce como Luna de Cosecha. Fueron los nativos americanos quienes pusieron el nombre de Luna de Cosecha debido a que su luz facilitaba la recogida de los cultivos.

Luna de la Cosecha 2023.


Para esta Luna las noches se van alargando y nos vamos preparando para el próximo invierno.

En Japón, a mediados de septiembre se celebra el festival de la Luna Llena Otoñal. Se ponen bolas de arroaz y cortadera en las ventanas como ofrenda a la Luna y se disfruta observando la Luna Llena.

Luna de la Cosecha 2021

Mi poesía de este mes para la Luna de la Cosecha.

Vuelves desengañada a lo alto del Castillo.

En los meses del estío fuiste nómada,

codiciosa de paisaje que se extiende

más allá de la montaña, más allá del río.

Vuelves desengañada a tu viejo recorrido.

Tú eres de la Hoz, aquí tienes tu destino.

José María Rodríguez González. 2010.


 

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Fuente documental:

SELENE. Mitología de la luna llena en la hoz del Huécar. 2010. Fundación Antonio Pérez.

 

Santos Cornelio y Cipriano (253 y 200-258). Festividad del 16 de septiembre.

     Hoy traigo al recuerdo a dos contemporáneos, papa y obispo, romano y cartaginés, uno es un cristiano de cuna y el otro un converso. A mediados del siglo III ambos pasan a primera línea social, siendo obispo de Roma y obispo de Cartago respectivamente.

El diácono Poncio, que vivió al lado de san Cipriano hasta su muerte, nos ha dejado la narrativa de su vida y martirio.

Cipriano era un joven de la ciudad de Cartago, rico, culto y gran abogado de casusas en el foro, rodeado de aplausos, de admiración y de afectos, pero nada bastaba a su alma naturalmente recta y superior.

El Señor dispuso que se encontrase con un sacerdote venerable llamado Cecilio, que le reveló las maravillas de Cristo. Cipriano se convirtió hacia el año 245; por el 247 fue ordenado sacerdote, y en el 249 elevado al episcopado.

Es difícil recoger en pocas palabras el enorme trabajo que llegó a realizar en los 16 años de su obispado por lo que lo dejo estar, pasando al proceso de su martirio.

Apenas se promulgó en África el edicto de Decio del año 250, el pueblo comenzó a buscar a Cipriano y, con gran vocerío y furor, gritaba por las calles: “¡Cipriano a los leones!” Pudo escapar de esta primera persecución para bien de su pueblo. Más apenas transcurridos los seis años de las persecuciones de Decio, se levantó aún más tremenda la de Valeriano; y la primera víctima fue el obispo de Cartago.

El 30 de agosto de 257 fue llevado a la sala de justicia. El procónsul lo interrogó y Cipriano respondió: “Yo soy cristiano y obispo y no reconozco otros dioses que el sólo Dios verdadero, creador del cielo, de la tierra, del mar y de todas las cosas.

Tras estas declaraciones, Galero Máximo cambió unas palabras con el Consejo y de muy mala gana pronunció la sentencia: Sea decapitado Tascio Cipriano. El pueblo, indignado comenzó a gritar.

La mano del ejecutor temblaba en el momento de dar muerte a un hombre tan venerado. Levantó la espada y cayó sobre el cuello del Santo desprendiéndola del cuerpo. Era el 14 de septiembre del año 258.

Los fieles recogieron el cuerpo para sustraerlo de la curiosidad de los paganos y lo escondieron allí cerca.

El nombre de san Cipriano estuvo siempre unido a Roma con el de san Cornelio, quien, después de un bienio de Pontificado, murió en el destierro el 14 de septiembre de 253. En la lucha que sostuvo contra el cismático Novaciano, le ayudó fervorosamente san Cipriano y ésta fue la razón de que se unieran tanto los dos Santos, cuyos nombres están juntos en el canon de la Misa. San Cornelio fue enterrado en el cementerio de Calixto y junto a su retrato se dibujó también el de san Cipriano.

Publicado en Cuenca, 16 de septiembre de 2020 y 16 de septiembre de 2024.

Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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FUENTES CONSULTADAS:

-Año Cristiano para todos los días del año. P. Juan Croisset. Logroño. 1851.

-La casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.

-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.

 

sábado, 14 de septiembre de 2024

Nuestra Sra. de las Angustias. Festividad del 15 de septiembre.

    La Virgen de las Angustias no es una imagen más ni una advocación, es sencillamente el gran misterio de María, el de su misión corredentora por medio del dolor. No hay momento más grande en la historia de esta Mujer bendita no en la historia de la humanidad que éste de las Angustias, que San Juan resume con una frase: “Junto a la Cruz de Jesús estaba de pie su Madre”. El misterio de la Inmaculada, el de la Maternidad virginal y divina se orientan hacia el Calvario, hacia las Angustias.

Virgen de las Angustias de Cuenca.

La Virgen de las Angustias es la Patrona de Granada. En esta ciudad su psicología es honda y reflexiva. Y así tenía que ser esta Granada cristiana que nace, vive y muere contemplando su Virgen de las Angustias, esa imagen vetusta, bella y profunda, que llora la muerte del Hombre-Dios. El hondo sentido teológico de estas lágrimas lo ha expresado el pueblo en dos sentidos versos:

“Lagrimas que a tu Hijo lloran

Y que consuelan mi alma”.

En Cuenca se ha dado culto a la Virgen de las Angustias desde el siglo XIV, en una pequeña ermita en la ladera del río Júcar donde los habitantes de la ciudad acudían en peregrinación a venerar a la Virgen de las Angustias.

Más tarde en el siglo XVI se construyó un convento de los Descalzos que estuvo en funcionamiento hasta 1836. La desamortización de Mendizabal hizo que pasara a manos privadas, como así sigue en la actualidad.

Publicado en Cuenca, 15 de septiembre de 2020 y 15 de septiembre 2025.

Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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FUENTES CONSULTADAS:

-Año Cristiano para todos los días del año. P. Juan Croisset. Logroño. 1851.

-La casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.

-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.

 

 

 

Efemérides conquenses. Tal día como hoy, fue elevado al papado a Bonifacio IV, natural de Valeria (Cuenca). 15 de septiembre

   Era hijo de un médico, nació en la ciudad de Valeria; sucedió a Bonifacio III tras nueve meses de la sede vacante; fue consagrado el 25 de agosto de 608 (según Duchesne) o el 15 de septiembre (según Jaffé) de 608. Falleció en el año 615.

San Bonifacio IV.

En tiempos de Gregorio el Grande era diácono de la iglesia romana con el oficio de dispensador, el primer oficial de la administración del patrimonio. Bonifacio obtuvo permiso del emperador Focas para convertir el Panteón en iglesia cristiana y el 13 de mayo de 609, el templo erigido por Agripa a Júpiter Vengador, a Venus y a Marte fue consagrado por el papa a la Virgen María y a todos los mártires (de ahí el título de santa María Rotunda). Era el primer ejemplo en Roma de la transformación de un templo pagano en un lugar de adoración cristiana.

Durante el pontificado de Bonifacio hubo mucho desasosiego en Roma por la hambruna, pestes e inundaciones que acaecieron en esos tiempos. Murió durante un retiro monacal, habiendo convertido su propia casa en un monasterio. Fue enterrado en el pórtico de San Pedro. Sus restos fueron cambiados de sitio por tres veces, en los siglos X y XI y al final del XIII, siendo papa Bonifacio VIII que fueron llevados al nuevo San Pedro el 21 de octubre de 1603.

Bonifacio IV es conmemorado como santo en el martirologio romano del 25 de mayo.

Cuenca, 15 de septiembre de 2020 y 15 de septiembre de 2024.

José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

viernes, 13 de septiembre de 2024

Exaltación de la Santa Cruz. Festividad del 14 de septiembre.

    Hoy se celebra la Invención de la Santa Cruz, 14 de septiembre del año 320, en tiempo de Constantino y la Dedicación de la Basílica del Santo Sepulcro.

Eusebio de Cesarea nos cuenta en la vida que escribió del primer emperador cristiano, las fiestas que se celebraron en su honor, al cumplir los trece años de su reinado, durante las cuales tuvo lugar la Dedicación de la Basílica del Salvador en Jerusalén.

La fiesta del 14 de septiembre se extendió de Jerusalén por todo el Oriente; luego a Occidente, Roma la recibió en el siglo VII. Y, quitándole todo carácter local palestino, se redujo a la fiesta del Triunfo y Exaltación de la Santa Cruz.

En Occidente se confundió esta primera fiesta de la Dedicación de la Basílica de Jerusalén o la Exaltación de la Santa Cruz con la Invención de la misma, cuando el emperador Heraclio la recuperó de los persas, que se la habían llevado. El emperador, personalmente, la llevó consigo desde Tiberíades hasta Jerusalén, donde la entregó al patriarca Zacarías el 3 de mayo de 630.

La recuperación de la Cruz llenó de júbilo los corazones cristianos, sobre todo a los occidentales. Por esto, mientras los orientales siguieron celebrando con gran esplendor la Dedicación de la Basílica del Salvador en Jerusalén, el 14 de septiembre, en Occidente se puso más atención a la fiesta del 3 de mayo o a la Invención, que recibió el título de día de la Santa Cruz o Invención de la Santa Cruz.

Crux sancta sit mihi lux “la Santa Cruz sea para mí luz”.  Nunquam daemon sit mihi dux “y que el demonio nunca sea mi guía”. Con gran concisión expresaron los antiguos la eficacia de la Cruz de Cristo, signo triunfal de nuestra redención, en el anagrama griego, que en castellano significa: “La Cruz de luz y vida”.

Atendiendo a lo publicado en el Año Cristiano y fastos del Cristianismo del P. Croiset de 1846. Mucho antes de estos sucesos se celebraba en la Iglesia l fiesta intitulada "Exaltación de la Santa Cruz", en el día 14 de septiembre, pues el cardenal Baronio dice, que fue exaltada la Cruz en tiempos del emperador Constantino el Grande, cuando se dio libertad a los cristianos para predicar el Evangelio, y erigir Iglesias públicas. También se llamó Exaltación de la Santa Cruz, aquella solemnidad que con tanta magnificencia se celebró en Jerusalén, cuando la emperatriz Santa Elena encontró la verdadera  Cruz de nuestra Redención, y la mandó colocar en la magnífica Iglesia que a su costa se edificó en el Calvario, en donde por este motivo parece que la colocó Heraclio el día 14 de septiembre, restituyéndola en su mismo lugar, y que por la devoción y confianza que siempre tuvo en esta Cruz el emperador Constantino, instituyeron los sumos pontífices esta fiesta particular.

Publicado en Cuenca, 14 de septiembre de 2020 y 14 de septiembre de 2024.

Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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FUENTES CONSULTADAS:

-Año Cristiano para todos los días del año. P. Juan Croisset. Logroño. 1851.

-La casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.

-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.

 

jueves, 12 de septiembre de 2024

CALENDARIO DE VISITAS CATEDRAL CURSO 2024/2025

 PRIMEROS SÁBADOS DE MES EN LA CATEDRAL DE CUENCA,  a las 11:00h.

Por el Profesor e investigador: José María Rodríguez González.

SE COMENZARÁN LAS VISITAS EN EL MES DE OCTUBRE HASTA EL MES DE JUNIO

Catedral de Cuenca.
 5/10/2024. Siglos XII y XIII

-        Toma de Cuenca por Alfonso VIII. Privilegios y acuerdos con la Santa Sede.

-        Construcción de la Catedral. Dos reinas  y tres reyes para una Catedral

9/11/2024. Siglos XIV y XV. Se retrasa la visita al coincidir con el puente de Todos los Santos.

-         Lope Barrientos y el Rey Juan II

-        Iconografía e iconología de los arcos góticos.

30/11/2024. Siglo XVI. Rejería artística del siglo XVI. Se adelanta la visita al coincidir con el puente de la Constitución.

-Rejería del siglo XVI

       -Obra de Jamete

-Llegada del sol al medallón de la Anunciación en la reja de la Capilla de los Caballeros.

4/1/2025. Siglo XVII.

-        El Obispo Pimentel y la Capilla del Sagrario

-        Obra del pintor Andrés de Vargas.

1/2/2025. Siglo XVIII.  José Martín de Aldehuela y el Barroco.

-        Posible visita al Espacio Tornes para visitar la Capilla de Ntra. Sra. del Rosario. Obra de Aldehuela.

1/03/2025. Siglos XII al XVIII

-        Ángeles y Arcángeles de la Catedral. Su representación entre los siglos XII y XVIII

5/04/2025. Los misterios que alberga la Catedral de Cuenca.

3/05/2025. Siglo XX

-        La caída de la torre del Giraldo y su repercusión social. Obispo Wenceslao Sangüesa.

-        Puesta de la primera piedra. El arquitecto Vicente Lampérez.

7/06/2025

-        Las nuevas vidrieras abstractas de la Catedral. Autores y simbología.

San Juan Crisóstomo (347-407). Festividad del 13 de septiembre.

    Era hijo de un general del imperio bizantino, algo tiene de la inquebrantable decisión del espíritu militar: era un hombre brusco, violento, poco diplomático, y a esa característica suya se atribuyen las desdichas que se abatieron sobre él.

San Juan Crisóstomo. Relieve bizantino.
Siglo IX. Museo del Louvre.

Como he dicho tenía un carácter fuerte, pero se le recuerda como uno de los mejores oradores de la humanidad, además de cómo doctor de la Iglesia griega. Se le llamaba: Juan el de la Boca de Oro, Juan Pico de Oro.

Una voz sin contemplaciones, sin miedo, en la Constantinopla que hervía de intrigas y vanidades. Fue el gran discípulo del retórico Libanio, a quien se lo arrebató la fe, y curiosamente este hombre de la palabra empezó su nueva vida de converso con el silencio, en el desierto. Para aprender a hablar antes hay que aprender a callar y a escuchar el silencio, lección que no le dio Libanio, sino el Espíritu Santo.

Luego, arzobispo de Constantinopla frente a todos, la Corte, las turbas, los intrigantes palaciegos; conoció el exilio y el retorno, pronunció los grandes discursos en los que mezcla el vigor y la ternura, la violencia y la persuasión, la pasión por la causa de Dios y el arte oratoria, la defensa de los oprimidos y las verdades de la fe.

Dicen que cuando Satanás, irritado por sus triunfos, volcó su escritorio, el santo mojo la pluma en su propia boca y la sacó con tinta de oro, y en la iconografía bizantina el pergamino arrollado que lleva en la mano se prolonga en un río del cual beben los fieles.

Juan morirá en el desierto, rodeado por fin de silencio, lejos de las multitudes de Constantinopla, solo y haciendo homenaje de su elocuencia al silencio de Dios. Su emblema es una colmena de abejas, aludiendo metafóricamente a su elocuencia, dulce como la miel.

Es el patrono de los predicadores y de la ciudad de Constantinopla.

Publicado en Cuenca, 13 de septiembre de 2020 y 2024.

Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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FUENTES CONSULTADAS:

-Año Cristiano para todos los días del año. P. Juan Croisset. Logroño. 1851.

-La casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.

-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.

 

13 de septiembre día internacional del chocolate.

 Ayer preparé una tarta de chocolate sin pensar que hoy celebraríamos el día del chocolate internacionalmente. ¿Por qué esta celebración?



Desde 1995 se conmemora en este día el delicioso dulce elaborado del grano del cacao. Fue denominado alimento de dioses y además de exquisito aporta muchos beneficios a nuestro organismo.

Esta fecha de celebración fue elegida en honor al nacimiento del escritor británico Roald Dahl  autor de la historia “Charlie y la fábrica de chocolate”, y coincide también con la fecha de nacimiento del dueño y fundador de la Compañía Internacional del Cacao-Icco.

Los beneficios del chocolate son muchos: mejora las funciones celebrares, equilibra el cuerpo de las mujeres durante la menstruación, ayuda a proteger el cuerpo del daño solar, disminuye las migrañas,  mejora el flujo sanguíneo y regula la presión arterial entre otros beneficios.

Bien vale para su celebración una buena taza de chocolate con unos buenos churros.

Feliz día.

Publicado Cuenca, 13 de septiembre de 2021 y 13 de septiembre de 2024.

José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.