viernes, 4 de abril de 2014

"San Pablo" de Convento a Parador Nacional de Cuenca


El Convento de San Pablo convertido en Parador Nacional

Parador Nacional Convento de San Pablo
El convento de “San Pablo” fue mandado construir por el Canónigo Don Juan del Pozo y Pino en la primera mitad del siglo XVI. En la ciudad vivía en la casa de su propiedad situada en la actual calle de “San Pedro”, donde posteriormente se fundaría el convento de los Jesuitas. En la Catedral es poseedor de la capilla actual de “San Roque” donde luce su escudo formado por el brocal de un pozo y sobre él un pino, rodeados de cuatro pares de conchas, símbolos que recuerdan a sus apellidos.

Claustro del Convento de San Pablo con la roca "La Muela" al fondo
El lugar me trae al recuerdo los años de mi niñez cuando, desafiando al peligro nos encaramábamos con los amigos a la muela rocosa que culmina los terrenos pertenecientes al Convento y sus pistas de baloncesto y frontón como lugar de recreo y esparcimiento. El convento es construido sobre formaciones rocosas del Cretácico Superior de la Era Secundaria formaciones debidas a la composición caliza de las rocas conquenses que ricas en su parte superior de carbonato magnésico o dolomita sufre menos desgaste que la parte inferior formada por carbonato cálcico, fácilmente soluble en contacto con el agua de lluvia y el anhídrido carbónico del aire, esculpiendo, cual escultor natural, las formaciones caprichosas que circundan la “Ciudad en volandas” que cantara su poeta, Federico Muelas.


Escudo de Don Juan del Pozo
¿Cómo fue el construir el convento en este lugar? Cuenta la leyenda que Don Juan tenía un criado negro, excautivo de los moros, al que sus anteriores amos le habían cortado la lengua. En una noche cerrada unos amigos de lo ajeno entraron en la casa del Canónigo apoderándose de las bolsas del dinero que poseía en la estancia, el criado percatándose de los hechos y no pudiendo pedir auxilio, siguió sus pasos siendo testigo de donde depositaban las talegas de monedas robadas a su amo. A la mañana siguiente informó con señas de lo sucedido y llevó a Don Juan al sitio donde estaba el dinero. Recuperada la fortuna su dueño vislumbró que la Providencia le exigía invertir ese dinero en la realización de un convento. Escogiendo el lado izquierdo de la hoz del río Huécar donde fue escondido el peculio, realizando a la par, para su comunicación con la ciudad, el puente que llevaría el mismo nombre del convento: “San Pablo”. 

Las obras se iniciaron en 1523. Los arquitectos encargados de la obra fueron los hermanos Juan y Pedro de Albiz, personas de gran prestigio en la arquitectura local. El edificio inicialmente se realizó de una sola planta. Las maderas utilizadas en su construcción fueron cortadas del paraje de Mirabueno y de las lomas del Cerro del Socorro hasta la fuente del Canto.
Portada Capilla del Convento de San Pablo

El primer morador del convento fue la orden de los Dominicos, monjes que se caracterizaban por la pobreza y la humildad, del estilo de vida de Domingo de Guzmán, a quien el Papa Honorio III confirmó bajo estatuto a principios del siglo XIII. Su lema era: “alabar, bendecir y predicar”. Durante el reinado de Carlos IV fue decretada en septiembre de 1798 la “Desamortización de Godoy”, afectando al convento. Les fue indicado a sus moradores el desalojo, no obstante siguieron habitándolo hasta 1830.

Cuentan las malas lenguas que en las cuevas-bodegas de los frailes se criaban los mejores caldos de la localidad, recibiendo por nombre: “Los infiernos de San Pablo y la Gloria de San Agustín”.


Puerta de acceso al claustro con escudo
En el año de 1885 fue trasformado en hospital. En 1922 se le otorga el uso a la Congregación Misionera de los Padres Paúles, llegando de Madrid el 7 de julio para hacerse cargo de las instalaciones, siendo Obispo de la diócesis Don Cruz La Plana y Laguna.

Con la llegada de la República (1931) prácticamente no sufre alteraciones, sólo en el verano del 1931, se acorta el curso y los estudiantes salen del convento, pero el inicio del nuevo curso se hace con toda normalidad. Durante la guerra civil del 1936 al 1939 es utilizado como albergue y guardería, especialmente como refugio de gente desplazada.

En septiembre de 1939, con la paz vuelven los seminaristas a “San Pablo”, desmantelado y falto de enseres en su interior. Por esas fechas se contabilizan más de cincuenta seminaristas. 
Derrumbamiento rocoso en el año 1947

En 1947 se produce un derrumbamiento de rocas a la subida al seminario cortándose el paso al convento. El abastecimiento y suministros deben hacerse por el puente colaborando los mismos seminaristas.


En el año 1962, siendo Visitador el Padre Domingo García, se aprueba el elevar el edificio un piso por el gran número de solicitudes. Así podría recibir hasta 200 seminaristas. El 8 de septiembre de 1965, siendo director el Padre Félix García Tejero, se termina la ampliación del edificio regresando los seminaristas al convento. Ese mismo verano se hacen cargo de todos los servicios de cocina, enfermería y lavandería las Hijas de la Caridad. En el año 1966 el Obispo Don Inocencio Rodríguez firma con La Orden un nuevo contrato de usufructo para que siguieran disfrutando del edificio durante treinta años más.
Puerta acceso habitaciones con el escudo

En el año 1970, la división de la Provincia de las Comunidades Misioneras de Madrid de los PP Paúles y el nuevo orden establecido por la Comunidad hicieron que en Cuenca solo quedaran los alumnos del “Mysterium Salutis” pertenecientes a la provincia de Zaragoza y al año siguiente un nuevo recorte  a “San Pablo” hacen que la comunidad llegue a su mínima expresión: tres padres, un hermano y menos de cuarenta alumnos.

El 27 de enero de 1973 el Senado Provincial de la Orden toma la decisión de cerrar el seminario siendo Visitador el Padre Jaime Corera. En el verano de 1975, siendo Obispo Monseñor Guerra Campos, se procede a hacer efectiva la entrega de la iglesia y del Seminario.


Escudo de armas de Don Juan del Pozo
En 1992 el Convento de San Pablo se convierte en Parador Nacional. En diciembre de 2005 la iglesia de San Pablo es transformada en el “Espacio Torner” con la exposición permanente de cuarenta esculturas y pinturas del artista Gustavo Torner, estado que perdura hasta el día de hoy.

El insigne canónigo Juan del Pozo y Pino, fundador del convento, murió en 1559. Su memoria sigue patente en sus muros. Al pasear por el claustro del Parador nos damos cuenta que en la mayoría de sus puertas de acceso luce el célebre escudo de armas del brocal del pozo y el pino  y en su lápida se lee la inscripción: “Aquí está sepultado el indigno canónigo Juan del Pozo y Pino, primer fundador de esta iglesia y convento; pido y ruego por reverencia de Nuestro Señor Dios le supliquen y hagan misericordia de su ánima”.

José María Rodríguez González

Profesor e investigador histórico


Cuenca, 2 de abril de 2014

1 comentario: