jueves, 6 de abril de 2017

La Pasión vista a través de María

El origen de la devoción a la Virgen de los Dolores


Entre las naciones que se han distinguido en el culto y devoción a la Virgen de los Dolores, destacan Italia y España. En el año 1373, el rey de Portugal Fernando, con los principales caballeros de su corte y casi la totalidad del pueblo, juntamente con los reyes Enrique de Castilla, Pedro IV de Aragón y Juan de Navarra se inscribieron en la Cofradía de Nuestra Señora de los Dolores.
Virgen de las Angustias. Parroquia Virgen de la Luz
Autor. Luis Marco Pérez.  (C) José María Rodríguez González

Después de la devoción al Santísimo Sacramento, la que el beato Ángel de Acri propagaba más intensamente era la devoción a los dolores de la Virgen. Tenía por costumbre al predicar, erigir un  Calvario a fin de recordar más vivamente al pueblo las verdades que acababa de anunciarles. Ángel de Acri era presbítero de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos, en 1700 fue ordenado sacerdote en la Catedral de Cassano Jonio. Su vida la dedicó a predicar la Palabra de Dios en un estilo adaptado a la gente sencilla del reino de Nápoles. Fue beatificado en 18 de diciembre de 1825 por el Papa León XII.

Estos ejemplos y otros muchos que pudiera citar prueban claramente que la devoción a la Virgen de los Dolores se ha practicado en todos los tiempos en la Iglesia. Razonable era que la Iglesia escogiera un día en el año para consagrarlo de manera especial a honrar el misterio de los Dolores de María. La piedad popular reclamaba esta fiesta, juzgándola en cierto modo necesaria.

Ya en 1423, Teodorico, arzobispo de Colonia, la instituyó oficialmente en su diócesis por un decreto sinodal con el fin de reparar las ofensas que los husitas habían hecho a la Madre de Dios e sus imágenes.

Benedicto XIII por un breve que data del 22 de agosto del año 1727 la inscribió solemnemente en el ciclo litúrgico de la Iglesia con el nombre de Fiesta de los Siete Dolores de la Bienaventurada Virgen María, señalando su oficio para el viernes que precede al domingo de Ramos. Años más tarde se estableció otra fiesta en memoria de los Dolores de la Virgen, que se celebra el 15 de septiembre.

Esta devoción nos comunica ante todo el espíritu de la Cruz. Mediante las penas de María muchos cristianos se han reconvertido en el amor de Jesucristo. La Pasión vista a través de los ojos de María, tienen la virtud especial de hacer que nos olvidemos de nosotros mismos, reparando en la bondad infinita de Nuestro Señor tiene para con nosotros. Una visión y revisión anticipada de la Semana Santa, semana grande de Cuenca.

En Cuenca por el siglo XIV se veneraba a Ntra. Sra. de los Dolores en el convento anexo a la actual ermita de las Angustias. Con la llegada de los Carmelitas Descalzos se vió la necesidad de independizar la ermita del convento por las continuas visitas que el pueblo de Cuenca hacia a su Virgen.


A finales del siglo XVII se levantó la ermita en la explanada del lado Norte del mencionado paraje. A principio del siglo XVIII se terminó su construcción, por José Martín de Aldehuela, exactamente en el año 1711. Colocándose en su interior a la Virgen de las Angustias, siendo inaugurada en 1756.

Cuenca, 6 de abril de 2017


José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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