lunes, 10 de abril de 2017

La traición de Judas


Por desgracia siempre hay un judas en la vida

Muchas veces me he planteado cómo fue capaz Judas de traicionar a Jesús, siendo uno de las personas más cercanas a Él. Siempre pensé que Judas jamás se creyó que Jesús fuera el Mesías, pues mientras otros discípulos lo llamaban “Señor”, Judas siempre se dirigía a Jesús como “Rabí”, esta expresión denota que únicamente lo reconocía como maestro, esta falta de fe en Jesús posiblemente fue uno de los motivos de su traición. Judas tenía muy poca relación personal con Jesús, en los evangelios sinópticos cuando son nombrados los apóstoles siempre Judas es nombra al final de la lista, lo cual indica su relativa falta de relación.
Judas. Figura de la fachada
 de la Catedral de Cuenca
(C) José María Rodríguez González

El único diálogo que albergan los evangelios entre ambos es para reprenderlo después de su reacción motivada por la avaricia, en relación a la acción de María: “Entonces María, tomando una libra de perfume de nardo puro, muy caro, ungió los pies de Jesús y los secó con sus cabellos… Dice Judas Iscariote… ¿Porqué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios y se ha dado a los pobres?” (Jn.12, 1-8), cuando Judas niega su traición (Mt. 26, 25) y la traición misma (Lc. 22,48).

Como vemos Judas era consumido por la avaricia y no le importaba, no solo traicionar la confianza de Jesús, si no la de sus condiscípulos como se aprecía en (Jn 12, 5-6). Posiblemente Judas siguió a Jesús por el gran negocio que se avecinaba, por la gran cantidad de seguidores, pudiendo ver el beneficio que suponía las ofrendas hechas para el grupo y el hecho que Judas fuera el encargado de la bolsa del dinero indicaba el interés desmesurado por las riquezas de este mundo (Jn. 13, 29).

Esta reflexión nace de la observación de la obra de Vicente Lampérez en la fachada de la Catedral, en la puerta del Perdón nos dejó la figura del Judas plasmando la traición de la que nunca nos podremos desprender en este mundo.

Cuenca, 10 de abril de 2017.
José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico

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