martes, 22 de agosto de 2017

22 de agosto festividad de “Santa María Virgen, Reina”.

María Reina del Cielo y la Tierra

Esta tarde que tengo tiempo quiero hablaros de la festividad de hoy. Una gran fiesta que pasa desapercibida y no debiera ser así, pues hoy celebramos la festividad de “Santa María Virgen, Reina”.

Es en la cultura bizantina donde comienza a representarse a la Madre de Dios como Augusta. Es ahora cuando estoy estudiando la vestimenta en las obras de arte me doy cuenta que su porte y manera de vestir o representarla es semejante a la de los emperadores romanos. En occidente se tardaría algo más en hacer este reconocimiento. En el Concilio Vaticano II propone exaltar la riqueza de la figura de María, como la Virgen pobre y obediente, la mujer sencilla; la mujer fuerte y de pie ante la Cruz. María es la grande en su fe, esta fe la llevó a ser Madre de Dios.
Capilla de la Asunción. Catedral de Cuenca

La devoción de los fieles han hecho visible el cariño que tienen por Ella, manifestado en la dedicación de capillas, iglesias, basílicas y catedrales por que los fieles ven en Ella a la Madre, la Omnipotencia Suplicante a quien Dios no niega nunca nada. La última parte de las letanías lauretanas se refiere a María como Reina: Reina de los Ángeles y Reina de todos los Santos. San Pablo II también lo ha proclamado en estas letanías como Reina de las Familias, para que en su seno conozca más y se ame mejor a su Hijo.

El día quince de agosto celebramos la Asunción de María a los Cielos. El fundamento de esta advocación es bíblicamente confiable y seguro. Por ello la fiesta ya era posible desde los congresos marianos de Lyon en 1990, Friburgo en 1902 y Einsielden en 1906. Con la institución de la fiesta de Cristo Rey en 1925, la inquietud y deseo de la institución de esta fiesta se fue consolidando. En el año de 1955, en el centenario de la proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción, el Papa Pio XII instituyó la fiesta de “La Realeza de María”, inscrita el 31 de mayo. Luego en la reforme litúrgica del Concilio Vaticano II, la festividad cambió de nombre y de fecha, pasándose a llamar: “Santa María Virgen, Reina” y la estableció el 22 de agosto, coincidiendo con la octava de la Asunción, para subrayar el vínculo de la realeza con su glorificación corpórea.

Esto es todo, espero que os haya servido.

Cuenca, 22 de agosto de 2017


© José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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