miércoles, 11 de julio de 2018

Caminos cortados y grafitis en una ciudad Patrimonio.


Cada vez hay más alambradas que impiden el paso a los amantes de recorrer las calles y los paseos de nuestra querida ciudad de Cuenca.
Cierre metálico que impide el paso por el paseo del río Júcar
Parece que se ha puesto de moda el impedir el paso al público por las calles de Cuenca. La Puerta de San Juan lleva un sinfín cerrado el acceso, a cal y canto, sin sentido aparente, impidiendo el paso al mítico Juego de Bolos y a la subida a las Angustias. Así estuvo también cerrado, por un tiempo, el acceso por la calle de Pilares a las Angustias, y esta mañana me he encontrado cerrado el acceso al paseo del Júcar por el margen izquierdo del río, sólo cuando llegas a la desembocadura del río Huécar te encuentras con una valla metálica impidiendo terminar el recorrido. Sólo te queda el saltar la barandilla o el volver hasta la pasarela del río o al Puente de los Descalzos al no haber señalización alguna del corte efectuado al principio del recorrido.  

Como comprenderán se te queda una cara de tonto y al mismo tiempo de indignación que no sabrías que hacer con quien ha mandado cortar el camino, sin poner anuncio alguno al principio del paseo.
Son muchos los errores que se están cometiendo y los ciudadanos tenemos cierto aguante pero nos cabreamos cuando nos toman el pelo y más cuando se tiene poco, como en mi caso.

Este verano conocí, en el restaurante de un hotel, a una representante de una compañía de anuncios por internet y me comentó que  habiendo visitado la ciudad de Cuenca le había sorprendido que siendo Patrimonio de la Humanidad no se cuidara la limpieza de sus fachadas de grafitis. Me aseguró que los visitantes veían dentro de la misma ciudad dos partes muy diferenciadas y que afeaban todo el conjunto. Es cierto, toda la ciudad, hasta en el casco antiguo, están las paredes llenas de grafitis. Yo me pregunto ¿No es posible detectar a los autores y que sean ellos los mismo quienes se les haga limpiar lo que han ensuciado?  ¿No hay conciencia ni educación para conservar lo nuestro en un estado óptimo?
Creo que hace falta campañas de concienciación ciudadana que hagan reaccionar a la gente y que vean como parte de ellos la conservación y limpieza de sus calles y fachadas. Está claro que no sirve el aumentar el número de efectivos de limpieza, si la gente no asume como propia, la conservación y limpieza de la ciudad donde vive.

No sé cuál sería la solución, pero es tarea de las Administraciones locales poner coto a tales cosas que incomodan a los ciudadanos.
Tomemos conciencia de que una ciudad limpia y accesible nos hace la vida más cómoda a todos.

Cuenca, 11 de julio de 2018

José María Rodríguez González. Profesor e Investigador histórico

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