sábado, 9 de julio de 2022

San Cristóbal

Mañana, 10 de julio celebramos la festividad de San Cristóbal.
Popular santo que no hay pueblo que no haya levantado una ermita en su honor. Gigantón que en antaño podía verse con su barba y su cayado en todas las puertas de las ciudades. Era creencia muy común, que bastaba mirar su imagen para que el  viajero se viese libre de todo peligro durante ese día. Hoy que se suele viajar en coche, los automovilistas piadosos llevan una medalla de San Cristóbal en el salpicadero.

¿Quién era? Con la historia en la mano poco puede decirse de él, como mucho que quizá un mártir de Asia Menos a quien ya se rendía culto en el siglo V. Su nombre es de origen griego, su significado es “El portador de Cristo”, es enigmático, y se empareja con una de las leyendas más bellas y significativas de toda la tradición cristiana.

Nos lo pintan como un hombre muy apuesto de estatura colosal, con gran fuerza física, y tan orgulloso que no se conformaba con servir a amos que no fueran dignos de él: primero un rey, aparente señor de la tierra, y luego el Diablo, verdadero príncipe de este mundo, le defraudan, uno y otro se vanaglorian de no tener a nadie, pero el rey tiene miedo al Diablo, y el Diablo tiembla a la sola mención de una cruz donde murió un tal Jesucristo.
Imagen de San Cristóbal en le ermita de San Antonio el Largo. Cuenca
¿Quién podrá ser ese raro personaje tan poderoso aun después de muerto? Se lanza a los caminos en su busca y termina por apostarse junto al vado de un río por donde pasan incontables viajeros a los que él lleva hasta la otra orilla a cambio de unas monedas. Nadie le da razón del hombre muerto en la cruz que aterroriza al Diablo.

Hasta que un día cruza la corriente cargado de un significante niño a quien no se molesta en preguntar: ¿Qué va a saber aquella frágil criatura? A mitad del río su peso se hace insoportable y sólo a costa de enormes esfuerzos consigue llegar a la orilla: Cristóbal llevaba a hombros más que  el universo entero, al mismo Dios que lo creó y redimió. Por fin había encontrado a Aquel a quien buscaba.
Publicado en Cuenca, 10 de julio de 2019.

Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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