jueves, 21 de mayo de 2015

LA DECORACIÓN GRUTESCA EN LA CATEDRAL DE CUENCA


LA SIMBOLOGÍA RENACENTISTA EN LA REJERÍA DEL SIGLO XVI EN LA CATEDRAL CONQUENSE

Una de las artes menos estudiados ha sido la decoración grutesca, tal vez ha podido ser porque este tipo de decoración se pensaba que tenía menos valor significativo que las decoraciones de siglos anteriores. Han sido muy pocos los investigadores que han tratado la simbología renacentista, eso me animó a iniciar el estudio para llegar al descubrimiento del contenido simbólico que contiene este tipo de expresión artística, abundante en las capillas del siglo XVI de la Catedral conquense.

Repasando el Concilio de Trento, en sus 25 sesiones, y al que asistió nuestro Obispo Fray Bernardo de Fresneda, pude observar que en diciembre de 1563, el Concilio discutió el problema del arte religioso, sobresaliendo en ello Carlos Borromeo, arzobispo de Milán. Entre otros temas, trataron la decoración de las paredes (1*). Antes de la finalización del Concilio, el arte estaba justificado y reconocido como una de las armas más eficaces para trasmitir al pueblo dogmas de forma catequética y como medio propagandístico.

Sebastiano Serlio (2*) y Pietro Cataneo, autor de “Quatro Primi Libri d´Architecttura” publicado en Venecia en 1554, dice que el interior del templo debe de ser más rico en decoración que el exterior, porque el interior simboliza el alma de Cristo y el exterior el cuerpo.
Visto a través de los acuerdos del Concilio, el sentido del grutesco es tomado como un arte figurativo, viniendo a representar el mundo de los temas mitológicos, con un sentido moralizante y un valor simbólico, es por ello que se toma como parte de la decoración de los templos cristianos.
En la decoración grutesca, se mezclan temas mitológicos, se intercalan escenas y personajes bíblicos, asociándose a programas conceptuales, a veces complejos, que forman parte del conjunto decorativo.
En las rejas, de las catorce capillas estudiadas, he podido apreciar la abundante aparición de animales mitológicos como unicornios, sirenas, arpías, basiliscos, centauros y grifos. Abundan los temas clásicos, el mundo romano, con personajes en los que se pueden apreciar la evolución social desde los primeros años del Imperio hasta los años de la República de Roma.
Cada reja guarda una catequética cristiana distinta pero con un fondo común, el mostrar distintos caminos posibles para alcanzar el paraíso.
Se aprecia, en muchas de las rejas, la figura de San Pedro y San Pablo y temas marianos, como la anunciación, la Visitación de María a su prima Santa Isabel y la Asunción de María a los cielos. Con relación a Cristo encontramos la genealogía de Jesús (El Árbol de Jesé), la advocación de Jesús en si niñez, el bautismo de Jesús en el Jordán y la pasión de Cristo en el Gólgota. Temas de la vida cristiana, tales como la bondad de Dios Padre con sus hijos, caminos de salvación, las virtudes del cristiano, el Juicio Final y las puertas del Cielo.
Está claro que el contenido artístico de las rejas trasmiten las creencias de quienes supieron unir el arte con la religión, dejando para la posteridad sus pensamientos a través del trabajo de los mejores rejeros del siglo XVI.
Cuenca, 21 de mayo de 2015
José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico
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(1*) "Instructiones Fabricae et Su pellectilis Ecclesiasticae", de Carlos Borromeo.
(2*) Sebastiano Serlio. Discípulo de Peruzzi y principal representante del manierismo arquitectónico. Invención suya es el llamado "arco serliani". Estableció los cinco órdenes arquitectónicos básicos de perspectiva e intenta definir nuevas combinaciones de elementos arquitectónicos con categoría psicológicas muy próximas a la sensibilidad de la escuela pictórica veneciana.

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