sábado, 21 de mayo de 2016

Cervantes, Lepanto y María Auxiliadora


24 de mayo festividad de Ntra. Sra. Auxiliadora

¿Quién no recuerda la capilla del colegio salesiano de Cuenca presidida por la imagen de María Auxiliadora? En la actualidad, la misma imagen, se venera en la Parroquia de la Virgen de la Paz. Fue realizada por Marco Pérez en 1956 y estuvo en la iglesia de los Padres Salesianos hasta 1980.
María Auxiliadora
Autor: Marco Pérez. 1956
Parroquia de la Paz
Cuenca

Fue en 1886, el jesuita Don Francisco González Herrero, tras la visita de San Juan Bosco, a la fundación Salesiana de Barcelona, quien distribuyó centenares de boletines salesianos difundiendo la devoción a María Auxiliadora. Pocos años después de estos hechos, el mismo jesuita  consigue una canonjía en la Catedral de Cuenca, fundando con un grupo de unos 50 fieles, la Archicofradía de María Auxiliadora, adquiriendo la imagen de las Escuelas Salesianas de Barcelona-Sarriá en 1905, desde entonces se encuentra la imagen en la Capilla Honda de la Catedral celebrándose su festividad el 24 de mayo.

Esta Archicofradía vino celebrando una novena anual y la conmemoración mensual de la Virgen. Tras la marcha de los salesianos de esta ciudad, la devoción fue decayendo, pero aún con ello viene siendo venerada por sus devotos.

Haciendo un poco de historia diré que esta festividad se remonta a tiempos de la Revolución Francesa que asentó un duro golpe a la Iglesia Católica. Al asumir el poder Napoleón restablece el catolicismo en Francia, anulando las leyes revolucionarias y devolviendo las posesiones a la Iglesia. Pero como la ambición siempre se apodera del triunfador, Napoleón exigió al Papa Pío VII algunos beneficios que el Pontífice no podía conceder, por lo que Pío VII fue encarcelado en el castillo de Fontainebleau durante cinco años. El tiempo de encarcelamiento lo dedicó el Papa a orar a María Auxiliadora. Sus ruegos fueron escuchados y en 1814 Napoleón firma su abdicación. En 1815, habiendo recuperado la posición y el poder espiritual la Iglesia, Pío VII, en agradecimiento a la Virgen instituyó la festividad de María Auxiliadora el día 24 de mayo.
En este año celebramos 400 años de la muerte de Miguel de Cervantes. Su figura siempre ha quedado eclipsada por su obra el “Quijote” y este cuarto centenario pretende analizar y difundir la extraordinaria trayectoria del genial escritor. No puedo dejar de mencionar el episodio donde perdió la movilidad de su brazo izquierdo el genial escritor, como fue en la Batalla de Lepanto que le valió el nombre del “manco de Lepanto”. Hombre que se enorgullecía de haber combatido allí y que introdujo su historia en el Quijote, a través de la narración del cautivo.

¿Qué tiene que ver Lepanto con la advocación de María Auxiliadora? Déjenme que se lo cuente como me lo contó mi abuelo Sabino, sabio en estos chances
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María Auxiliadora
Capilla Honda
Catedral de Cuenca

En la mañana del 24 de mes de mayo, la capilla Honda estaba iluminada de forma diferente, lucían seis cirios, tres a cada lado del altar y adornos florales cubrían los pies de la imagen de la Virgen. Pregunté a mi abuelo. ¿A qué se debe tantas flores y las velas? Es porque hoy es la festividad de María Auxiliadora. Al salir te contaré la historia de la Virgen, de Lepanto y de Cervantes.

Toda la Misa me la pase pensando qué tenía que ver el creador del Quijote, con la Virgen Auxiliadora y con la Batalla de Lepanto. Después de la Misa nos dirigimos a la plaza de Mangana y sentándonos en el murillo y aprovechando la sombra que dispensaba un árbol se dispuso a desvelarme el misterio.

Mira Josemari, el 7 de octubre de 1571 tuvo lugar la batalla naval en el golfo de Lepanto que enfrentó a los turcos otomanos contra la coalición cristiana, llamada Santa Liga.

El sultán Selim II reclamaba la isla de Chipre a Venecia y envalentonado dijo que no se contentaría tan solo con esa reivindicación. Para evitar tal atropello se formó la Santa Liga, con tal motivo el Papa Pio V publicó un jubileo universal.

Los turcos, provocaron a la coalición católica, entraron en el Adriático y después de tomar el litoral de Dalmacia, volvieron a refugiar sus navíos en el golfo de Lepanto. La escuadra de la Santa Liga a las órdenes de Don Juan de Austria, salió de Mesina y al cabo de dos días dió con la armada enemiga.

Mi abuelo, cogiendo su garrota comenzó a situar los barcos, pintándolos en el suelo arenoso de la plaza, como si fuera un tablero de ajedrez. Las fuerzas enemigas eran considerables: 207 galeras, 6 galeazas y 20 navíos armados, además algunos bergantines y fragatas, totalizando 1.215 piezas de artillería; iban embarcados alrededor de 90.000 hombres entre soldados, gente de mar y remeros. Para Alí Bajá, que era quien los dirigía, no tenía duda de la superioridad de sus fuerzas a la de los cristianos que sumaban: 221 galeras, 38 galeotes y 18 fustas, pero con sólo 750 cañones y los hombres embarcados eran 83.000.

La batalla se inició con el ataque frontal de ambas flotas desplegadas en línea y Alí Bajá intentó envolver sólo el ala derecha cristiana, ya que el ala izquierda se extendía hasta la costa.

Batalla de Lepanto por Pedro Veronese
¿Qué hacía el Papa Pío V mientras las dos fuerzas navieras se enfrentaban a más de cien leguas de él? Contesté sin parpadear, rezar porque eso no se veía claro, los turcos le superaban en navíos, equipamiento y soldados.

Así es Josemari, Pío V rezaba e invitó a rezar a los asociados del Rosario a que implorasen a la Reina del Cielo, por los cruzados de 1571, ese 7 de octubre coincidió que aquel año era el primer domingo del mes y celebraban procesión en honor de la Santísima Virgen.

Hacia las cinco de la tarde, el Papa presidía una reunión de cardenales, abandonó súbitamente su asiento, abrió la ventana en dirección  a Oriente y fijando unos momentos sus ojos al cielo el rostro se le iluminó y exclamó: “Cesen ahora los negocios y no pensemos más que en dar gracias a Dios por el gran triunfo que acaba de conceder a nuestra armada”.

Nadie de los presentes dió crédito a sus palabras, intentando que no saliera de allí tal afirmación, pues se desconocía el desarrollo del combate. Sin embargo, catorce días después, el 21 del mismo mes, a altas horas de la noche, llegó al Vaticano un mensajero llegado de Venecia y confirmó la predicción hecha por Pio V. Contando que el fracaso del asalto frontal del enemigo y el auxilio de la reserva cristiana a su alejada derecha dieron la victoria a Don Juan de Austria. Sólo lograron salvarse unos 60 barcos turcos.
Al día siguiente en todas las basílicas e iglesias de Roma se entonó el “Te Deum”  en 
medio de un entusiasmo indescriptible. Tal victoria bien mereció un exvoto perdurable, ofreciendo a la Santísima Virgen, en las Letanías Lauretanas la invocación de: “Auxilium christianorum, ora pro nobis” De aquí procede el nombre de MARÍA AUXULIADORA. Ese día aprendí que la oración es en gran medida el arma más eficaz, pero con una particularidad que siempre expresaba mi querido abuelo: A Dios rogando y con el mazo dando.

Como complemento a la expuesto diré que el primero en dar el título de "Auxiliadora" a la Virgen María fue San Juan Crisóstomo, en Constantinopla, en el año 345 al decir: "Tú María, eres auxilio potentísimo de Dios". En el año 532 es San Sebas quien narra que había una imagen de la Virgen que se le llamaba "Auxilio de los enfermos" por que junto a su imagen se obraban curaciones. San Juan Damasceno, en el año 749 inició la propagación de la jaculatoria de "María Auxiliadora, rogad por nosotros".
Por último decir que en Ucrania y Rusia se celebra la fiesta de María Auxiliadora el 1 de octubre desde el año 1030, al haber librado a la ciudad de la invasión de los bárbaros.

José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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