miércoles, 13 de junio de 2018

San Antonio de Padua el santo de los objetos perdidos


Este Santo es uno de los más venerados en el mundo, siendo muy conocido por la tradición de ser invocado para hallar objetos perdidos.
La iconografía lo representa con un niño en brazos. Se dice que en una ocasión, se le apareció el niño Jesús y lo sostuvo en sus brazos. Era costumbre el acudir las mozas a San Antonio pidiendo su intersección para hallar un buen esposo. Es el patrono de mujeres estériles, viajeros, albañiles, panaderos y papeleros.
San Antonio de Padua
Catedral de Cuenca
San Antonio nació en Portugal en el año 1195 en el seno de una familia noble. Se hizo franciscano ingresando en la Orden en 1221 siendo enviado a predicar a diversas ciudades, obteniendo un gran número de conversiones.

Muchos son los milagros que se le atribuyen pero hay uno muy singular. Un día en la localidad de Rimini (Italia), explicó la realidad de Jesús en la Hostia Consagrada, sin embargo no aceptaron del Santo el razonamiento que expuso, tratando de desacreditarlo, uno de los hombres presentes le dijo: “Menos palabras y más hechos, si quieres que crea tienes que hacer que mi mula después de tres días sin comer y delante de tu Hostia la prefiera a la hierba fresca que le ponga y además se arrodille y adore Tu Pan, entonces yo mismo lo adoraré”. El Santo aceptó el desafío y fue a implorar la ayuda de Dios por medio de la oración, el ayuno y la penitencia.
Tres días privó de comida a la mula. Llegado el día indicado, San Antonio fue a la plaza llevando en sus manos una custodia con el Cuerpo de Cristo; toda la plaza estaba llena de gente deseosa de saber que resultaría de todo aquello. El Santo encaró a la mula hambrienta diciéndole:  En el nombre  de este Señor al que yo, llevo en mis manos, te mando que vengas y reverencies a tu Creador, de manera que la malicia de quienes no creen pueda ser confundida y comprendan la verdad de este Santísimo Sacramento que los sacerdotes llevamos al altar y por el cual las cual las criaturas están sujetas a su Creador”.
Ante todo esto el propietario del burro le ponía la comida cerca para que se desviara, ni aún así lo logró. El animal dobló ambas rodillas ante el Santo que sostenía elevada la Custodia y permaneció en esa postura hasta que San Antonio le dio permiso para levantarse.
El villano llamado Bonvillo, cumplió su promesa y se convirtió de corazón a la fe Católica. Tras la bendición a los asistentes, en procesión volvió a llevar la Custodia a la Iglesia, donde todos dieron gracias a Dios y la consiguiendo la conversión de todos cuantos presenciaron el milagro.
El 13 de junio de 1231 recibió los últimos sacramentos el Santo, entonó un canto a la Virgen y antes de partir al Padre Eterno, sonriéndo dijo: “Veo venir a Nuestro Señor”. Fue canonizado al año de su muerte por el Papa Gregorio IX y declarado Doctor de la Iglesia por el Papa Pío XII.
En la Catedral de Cuenca hay un altar dedicado a San Antonio de Padua, que se halla adosado al muro izquierdo de la Capilla de la Virgen del Socorro. Es obra de José Martín de Aldehuela. Fue realizado sobre el año 1770.
Cuenca, 13 de junio de 2018
José María Rodríguez González. Investigador histórico




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