domingo, 14 de diciembre de 2025

Santa Cristiana. Festividad del 15 de diciembre.

Santa Cristiana.
  Hoy celebramos la onomástica del día 15 de diciembre y son varios los santos que están establecidos, por el santoral, para el día de hoy, como: San Antonio, mártir; San Baco el joven, mártir; San Cándido, mártir; San Celiano, mártir; Santa Cristiana, virgen; San Esteban, obispo; San Fausto, mártir; San Folcuino, mártir; San Fortunato, mártir; San Ireneo, mártir; San Jenaro, mártir y San Lucio, mártir.

De entre todos ellos he escogido a Santa Cristiana, murió en el año 340. En los primeros años del siglo V, Rufino de Aquilea cuenta lo que dice que le han contado sobre la evangelización de la bárbaras tierras de Georgia, al este del mar Negro, y atribuye la primera semilla del cristianismo georgiano a una joven "esclava", posiblemente sea Santa Cristiana.

Con este insólito apelativo de "esclava" ha pasado al santoral esta muchacha que sin duda habían capturado en alguna acción de guerra o de pillaje, y a la que se dio el nombre de Nino y también de Cristiana, porque repetía muy a menudo el nombre de Cristo.

Dice que impresionó a todos por su bondad, por su devoción y por las curas milagrosas que hacía, y que cierta vez sanó a la misma reina. Su esposo, el rey, al perderse durante una cacería y verse en grave peligro, se encomendó también a aquel desconocido Dios, y al volver con los suyos sano y salvo rogó a Cristiana que le instruyera en su fe. Hubo muchas más conversiones y el monarca acabó pidiendo al emperador Constantino que enviase sacerdotes a Georgia para completar la evangelización del reino.

Se sabe que en tiempos de Constantino el cristianismo se predicó en la vecina Armenia, pero aparte de esta circunstancia se carece de datos históricos que corroboren lo  que dice Rufino. Y la leyenda, que se apoderó de la figura de Cristiana para embellecerla folclóricamente, añade más incertidumbre al relato.

Publicado en Cuenca, 15 de diciembre de 2020 y el 15 de diciembre de 2025.

Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

sábado, 13 de diciembre de 2025

Tercer domingo de Adviento. Domingo de la alegría.

 Hoy 14 de diciembre, celebramos el tercer domingo del calendario de Adviento. Nuestra alegría y júbilo deben de aumentar por la proximidad de la venida de Jesús a nuestro mundo. Los cristianos vamos tomando conciencia de la venida del Señor. Hoy se enciende la tercera vela de la Corona de Adviento.

El Señor está más cerca de nosotros y su luz nos ilumina cada vez más. Abramos nuestro corazón a la luz admirable de su amor.


Cuenca, 11 de diciembre de 2022 y 14 de diciembre de 2025.

José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

Domingo de la Alegría. Tercer domingo de Adviento.

Festividad de Ntra. Sra. de la Esperanza

Réplica de la Imagen original
donada por la Guardia Civil 
Así es como se le llama al tercer domingo de Adviento. Con el sábado, festividad de Ntra. Sra. de la Esperanza, nos situamos en la recta final del Adviento dirigiendo nuestra mirada hacia el portal de Belén.

Quien busca a Dios siempre encuentra la alegría, pero no ocurre al contrario, mientras buscas la alegría no siempre encuentras a Dios. Sólo Dios es la felicidad para el hombre y quien encuentra a Dios encuentra la alegría de vivir, el gozo de darse, el sentido de su existencia.
Todos deseamos ser felices y esperamos serlo cada día y olvidamos que para el cristiano “Dios es la felicidad”. Por mucho que nos empeñemos en cambiar los términos nunca encontraremos la felicidad en lo material. Lo viejo, desbastando y olvidado se abre a la novedad de Dios, ya lo profetizó Isaías y es el mismo Jesús quien lo manifiesta cuando le preguntaron: “Juan el Bautista nos ha enviado a decirte: ¿Eres tú el que ha de venir o debemos esperar a otro?”… y les respondió: “Id y contad a Juan lo que habéis visto, los sordos oyen, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los muertos resucitan, se anuncia a los pobres la Buena Nueva”.

Ntra. Sra. de la Soledad
Mis felicitaciones a los hermanos de Ntra. Sra. de la Soledad, por esa Misa cantada que nos han brindado esta mañana en las Petras, y doble felicitación por la réplica de la imagen donada por la Policía Nacional para ser procesionada por los más jóvenes de la Hermandad.

No es momento de lamentos, todo es alegría con la esperada venida del Mesías.

Feliz domingo de la Alegría a todos.
Cuenca, 17 de diciembre de 2017 el 14 de diciembre de 2025.
José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico

San Juan de la Cruz (1542-1591). Festividad del 14 de diciembre.

           Su verdadero nombre era Juan de Yepes Álvarez, es el poeta del santoral. desde el año 1952 es el patrón de todos los poetas.

Tenía una palabra angélica y estremecida que hace que a su lado los grandes líricos del idioma parezcan bastos, con demasiada tosquedad.

Su verso casi no tiene nada humano, es un soplo de inspiración y de música levemente vestida con apariencias de este mundo.

           La poesía fue para San Juan de la Cruz como la válvula de escape ante las complicaciones que se le agrupaban día a día, principalmente cuando emprendió la reforma del Carmelo que le llevó a estar encarcelado en una cárcel de Toledo, de donde una noche sin luna, escapó ayudado de su carcelero.

San Juan de la Cruz.

Con la poesía expresaba sus preocupaciones, lo que le movía a seguir trabajando por defender sus ideas y sobre todo los deseos y ansias que manaban de su corazón.


Como poeta fue un hombre lleno de sensibilidad como lo refleja en sus versos:

En una noche oscura,

Con ansias en amores inflamada,

¡Oh dichosa ventura!

Salí sin ser notada,

estando ya mi casa sosegada.

      “Noche oscura del alma”,  “Cántico espiritual” y “Llama de amor viva” estos tres poemas constituyen la obra poética más importante de la poesía mística en los que nos muestra la ascensión del alma hasta su unión mística con Dios.


El poema de “Llama de amor viva” comienza así:

¡Oh llama de amor viva,

que tiernamente hieres

De mi alma en el más profundo centro!

pues ya no eres esquiva,

acaba ya su quieres;

rompe tele de este dulce encuentro.

 

En el cántico espiritual, los versos son canciones entre el Alma y el Esposo, refleja una explosión de amor difícil de igualar con otras palabras que no sean los versos del más gran de poeta de la mística española del siglo XVI.


Os escribo el primer quinteto:

 ¿Adónde te escondiste,

amado, y me dejaste con gemido?

Como el ciervo huiste,

habiéndome herido;

salí tras ti clamando, y eras ido.

 

Felicidades en el día de vuestro Patrón y que las musas os inspiren para que nos sigáis deleitando con vuestros versos.

Cuenca, 14 de diciembre de 2020 y el 14 de diciembre de 2025.

 José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

 

Efemérides conquenses del día 14 de diciembre.

    El 14 de diciembre de 1195, muere Don Juan Yáñez, primer obispo de Cuenca, según la crónica “Varón santo y ejemplar”, de gran piedad, caridad y rigor, que rigió esta diócesis desde el año 1183, en que fue electo. Construyó muchas iglesias y dio al obispado su primer escudo: un castillo, que después se cambiaría por un jarrón con azucenas.

Alfonso VIII después de gestionar con el Romano Pontífice, Lucio III, la formación del obispado de Cuenca, uniendo las de Valeria y Ercávica y expidiendo la Bula de agregación y creación en Velletri (Italia) a cinco de julio del año cristiano de 1183, nombró por primer Obispo a Don Juan Yáñez, varón notabilísimo por su alcurnia, por su ciencia y grande en piedad. Era natural de Toledo, oriundo de los cristianos mozárabes.
Laudes del Obispo Juan Yáñez.
    Este piadoso varón, desdeñando la carrera de las armas, que tanta nombre dio a su familia en la España árabe y cristiana, se dedicó al sosiego de las letras y servicio del santuario y en consideración a sus méritos, el Arzobispo de Toledo Don Cerebruno, lo elevó a la dignidad de Arcediano de Calatrava y atendiendo a ellos, aun más que a los grandes servicios que le prestaron en la conquista de esta ciudad se padre Don Juan  y su tío Don Rodrigo Álvarez, D. Alfonso VIII lo nombró su primer Obispo.

El Papa Lucio III confirmó el nombramiento y accedió a la solicitud del electo, facultándole para erigir dignidades, canónigos y otros beneficiarios eclesiásticos, según aparece en  una segunda  Bula expedida también en Velletri (Italia).
Antiguo Escudo de Armas de la Catedral de Cuenca

Como he  dicho al principio este Prelado tomó para sí y dio a la Santa Iglesia por escudo de armas un castillo, como consta en escritura antigua; después se cambió por una jarra de azucenas con la imagen de Nuestra Señora; luego se usó sólo la jarra con las azucenas y e, 6 de julio de 1630 se decretó por el Cabildo, con acuerdo del Ilmo. Sr. Obispo D. Enrique Pimentel, poner en el sello de los despachos la imagen de Nuestra Señora entregando una palma a San Julián, vestido de pontifical, que son las armas que hasta hace pocos años se ha venido usando.

D. Juan Yáñez, mandó edificar muchas iglesias y según antiguos escritos aseguran que trajo para poblar la ciudad moradores cristianos de  Extremadura. Su pontificado fue elocuentísima lección de piedad y caridad, acudiendo con mano generosa a las necesidades de sus diocesanos y grande en virtud y doctrina, los gobernó con mucha prudencia y santidad desde el año 1183, en que fue electo, hasta el año de 1195 en que murió a 14 de diciembre.

La Iglesia Catedral, cuya primera piedra colocó con sus manos Alfonso VIII, avanzó con gran ritmo en su construcción.

Publicado en Cuenca, 14 de diciembre de 2019 y el 14 de diciembre de 2025.

Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

viernes, 12 de diciembre de 2025

Santa Lucía de Siracusa, festividad del 13 de diciembre.

    Santa Lucia comparte espacio en el altar de La Virgen del Alba, en la Catedral de Cuenca, con Santa Apolonia. El retablo conserva la imagen de madera policromada de La Virgen con el Niño del siglo XV. El retablo actual fue realizado por José Martín de Andehuela, en el año de 1772. La  imagen de Santa Lucía es obra de Aldehuela, que dejó en ella una obra bien acabada y de buen gusto, así dice Jesús Bermejo, en su trabajo sobre la Catedral de Cuenca.
Santa Lucía. Obra de José Martín de Aldehuela.
Catedral de Cuenca.

Centrándonos en la Santa que hoy celebramos, Santa Lucía, dicen las Actas de su martirio: Su padre murió pronto y su madre Euticia trató de casarla con un caballero rico, pero pagano. Ella, deseosa de conservar su virginidad, fue dilatando el matrimonio cuanto pudo, con la idea de encontrar una ocasión propicia para disuadir a su madre.

La ocasión se la ofreció cuando le sobrevino una larga y molesta enfermedad de su madre. Como la hemorroísa del Evangelio, Euticia gastó gran parte de su capital en médicos y medicinas sin resultados.

En toda Sicilia eran célebres los milagros que obraba el Señor por intercesión de Santa Águeda de Catania. Lucía indicó a su madre que se encomendara a Santa Águeda y decidieron peregrinar hasta su sepulcro. A Catania se dirigieron madre e hija y su esperanza no quedó fallida. La madre llegó a Siracusa habiendo sanado de su enfermedad.

Era el momento oportuno de revelar el propósito que tenía nuestra Santa de imitar a Santa Águeda y guardar como ella su corazón para Cristo. Además le pidió que le diera la dote para repartirla entre los pobres. En un principio la madre se negó a ello, indicándole que esperara a que ella muriera, pero ante la insistencia de Lucía cedió. La generosidad de Lucía llegó muy pronto a su pretendiente, averiguando el motivo de la donación de sus bienes. Esto hizo que encolerizara de rabia y acudió él mismo ante Pascasio, prefecto de la ciudad y la acusó de cristiana y enemiga del culto oficial.

    Llevada ante el juez, confesó y se negó a sacrificar a los dioses falsos del Imperio. Ante los hechos, quiso el prefecto prostituir a la virgen cristiana, pero no hubo fuerza humana que la pudiese mover. Firme como una montaña de granito, varios pares de bueyes resultaron impotentes para arrastrarla. Las llamas también fueron impotentes, hasta que al fin la espada acabó con aquella vida preciosa el 13 de diciembre del año 300.
Martirio de Santa Lucía.  Obra de Lorenzo Lotto

Te preguntarás que habiendo muerto por decapitación cómo la iconografía la representa portando un plato con sus ojos. Puede ser por la etimología de su nombre en griego Lucia, con el término latino Lux de Luz. Pero más probable es que provenga de la leyenda en la que dice que fue la belleza de los ojos de Lucía la que no permitía descansar a uno de sus pretendientes, por lo que ella se los arrancó y se los envió. Lleno de remordimiento e impresionado por el valor de Lucía, el pretendiente se convirtió al cristianismo. Otra leyenda decía que cuando Lucía estaba en el tribunal, aún sin ojos, seguía viendo.

Santa Lucía, Jacopo Palma il Giovane, Chiesa dei SS. Geremia e Lucía, Venezia


Es patrona de los pobres, los ciegos y de los niños enfermos. También la tienen como patrona los electricistas, modistos, chóferes, fotógrafos, afiladores, cortadores, cristaleros, sastres, fontaneros y escritores.

En este día pidamos a la Santa luz que con los ojos del cuerpo podamos ver las maravillas de lo creado y luz del alma. Pidámosle la claridad, para distinguir los caminos de Dios en medio de la noche. Que Santa Lucía nos ilumine ante el cortejo de tinieblas del mundo, del demonio y de la carne.

Publicado en Cuenca, 13 de diciembre de 2019 y 13 de diciembre 2025.

Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

jueves, 11 de diciembre de 2025

Santa Juana Francisca de Chantel (1572-1641). Festividad del 12 de diciembre.

      A los veinte años, una joven de buena familia borgoñona, Jeanne-Françoise Frémyet, se vio convertida por su matrimonio en baronesa de Chantal; adoraba a su marido, tuvo cuatro hijos y su felicidad parecía perfecta hasta que bruscamente todo se vino abajo de un modo cruel: el barón muere en un accidente de caza y su viuda entra en un largo período desolador.

Santa Juana Francisca de Chantel.

Con el tiempo será la fundadora de la orden de la Visitación de María, para viudas y doncellas, que a su muerte cuenta con más de ochenta casas, y su nombre se habrá hecho proverbial por su fortaleza de carácter, su serenidad, su sentido común y su espíritu de sacrificio. Parece la mujer más sólida y equilibrada de Francia, uniendo ejemplarmente la contemplación y la acción.

Pero antes, incluso después de haber decidido consagrarse a Dios, conoció pruebas durísimas, como el terrible episodio en el que, debido a un voto imprudente, sufrió la dirección espiritual abusiva de un fraile despótico y falso de criterio que la encaminó hacia devociones comineras, haciéndola vivir devorada de escrúpulos.

El providencial encuentro con san Francisco de Sales le permitió recobrar un sentido de la libertad que haría de ella un fuerte y dócil instrumento de apostolado, humilde y sin dejar de hacer frente con la máxima energía a las pesadas tareas de gobierno y administración que le encomendaba el santo.

Dramas familias –su único hijo, que más tarde murió en la guerra, padre de la futura Madame de Sévigné, se opuso con todas sus fuerzas a su vocación- y crisis interiores zarandearon aún hasta el final a la fiel e incansable Juana Francisca, la baronesa que se describía a sí misma como “una criada en tiempo de cosecha, a quien dicen ve a este campo o al otro”, y que sólo sabe obedecer alegremente.

Cuenca, 12 de diciembre de 20205.

José María Rodríguez González, profesor e investigador histórico.

miércoles, 10 de diciembre de 2025

Virgen de Guadalupe. 12 de diciembre.

     De todas las imágenes veneradas de María en Méjico, ninguna de origen tan bello y encantador como la de Ntra. Sra. de Guadalupe.

Sólo pasaron once años desde la llegada de los españoles a la ciudad de Méjico y la Virgen María se manifiesta para manifestar lo mucho que amaba a los naturales de aquel rico y lindo país. El papa Benedicto XIV dijo de este hecho: “Non fecit táliter omni natióni”, no hizo tanto con otras naciones la Virgen María.

La tradición más antigua y autorizada, refiere de esta maneta lo sucedido:

Amanecía el sábado, 9 de diciembre de 1531 cuando un indio llamado Juan Diego, todavía neófito de la fe, salía del pueblo para oír misa de la Santísima Virgen en la iglesia de Santiago de Tlaltelolco, donde había un convento de religiosos franciscanos. Al pasar junto a un cerro llamado Tepeyac, oyó Juan Diego en los aires un canto suavísimo como de muchos y variados pajarillos. Se detuvo para oírlos y entre los cánticos oyó pronunciar su nombre diciéndose que se acercara. Con paso ligero subió el cerro; al llegar a la cumbre vio a una hermosa Señora envuelta en celestial claridad que tan intensos eran los brillos de sus vestidos que parecía trocar en piedras preciosas.

Hablándole la desconocida Señora de dijo: “Hijo mío, a quien amo tiernamente, ¿A dónde vas?

-Le respondió el indio sin titubeos_, voy a Méjico, al barrio de Tlaltelolco, a oír la misa que van a celebrar los ministros de Dios.

La señora oyó la respuesta del Juan Diego y añadió: Sabed, hijo mío que soy la siempre Virgen María, Madre del verdadero Dios, autor de la vida y creador de cuanto existe… Es mi deseo que se me labre un templo en este sitio, donde como Madre piadosa tuya y de tus semejantes, mostraré mi clemencia contigo y con todos tus compatriotas. Para que se cumplan mis designios has de ir al palacio del señor Obispo, y decirle que yo te envío y que deseo que se edifique un templo en este lugar.

Tardó en ver al prelado y después de mucha insistencia el prelado lo recibió. Llegando a su presencia, se arrodilló a sus plantas y le refirió el mensaje de la Virgen María.

Admirado quedó el Obispo con el relato del indio; pero temiendo que aquello fuese solo una invención del indio poco instruido en la fe, le despidió diciéndole  que volviese pasados unos  días, pues quería deliberar con calma sobre aquel suceso.

El mismo día de regreso a su casa, al llegar al cerro se le volvió aparecer la Virgen y Juan Diego le relató lo sucedió, observando que el Obispo no le había creído.

El domingo, día 10 de diciembre, se presentó de nuevo en el palacio episcopal y tras largo rato de espera logró que lo volviera a recibir. El obispo le solicitó una prueba o señal de la veracidad de lo que contaba.

Así se lo relató a la Virgen y esta le respondió: “Hijo mío, Juan, vuelve aquí mañana y te daré la señal que te piden; con ese testimonio re creerán y recibirán con júbilo y admiración. Recuerda que prometí premiar tu obediencia, y ten entendido que nunca olvido yo los servicios que se me prestan”.

Cuando llegó a su pueblo y entrar en su casa halló a su tío Juan Bernardino acostado con mucha fiebre, el día siguiente todo él lo paso buscando algún médico que aliviara a su tío que lo quería como a su padre, con todo ello no pudo acudir a la cita con la Virgen. El martes 12 de diciembre, se agravó la enfermedad y Juan Diego pensó que era conveniente salir en busca de un sacerdote para que le diera a su tío los últimos óleos, sabiendo que no ha había podido cumplir con la promesa de volver al cerro a recoger la prueba que debería haber llevado al Obispo para que le creyera, cogió otro camino para Tlaltelolco. Al pasar por el paraje donde brota un manantial llamado “el Pocito”, le salió al encuentro la Virgen María envuelta en celestiales resplandores y le preguntó: -¿A dónde vas, hijo mío, y por qué camino? Cayó el indio de rodillas al oír estas palabras, dijo perdón a la Señora por no haber cumplido su promesa y añadió que iba en busca de un sacerdote que confesara a su tío Juan Bernardino en trance de muerte. Oyó María la disculpa y aceptándola le respondió: ¿No tienes aquí a tu madre? ¿No soy yo vida y salud? ¿No descansas por ventura en mi regazo y está en mis manos el ayudarte? No pases ya cuidado por tu tío, porque desde este momento se halla del todo curado.

-Respondiendo Juan Diego- Si así es, pronto estoy a cumplir tus mandatos. Deme la señal pedida por el Obispo.

-Sube, a la cumbre del cerro, corta todas las rosas que halles, recógeles en tu tilma y tráelas aquí; luego te diré lo que debes hacer con ellas.

El sitio designado sabía él que sólo había rocas, pero no obstante obedeció y al culminar el cerro  quedó admirado al ver un verdadero jardín de rosas, se arregló la tilma a usanza de los indios, y echó en ella cuantas rosas podía contener.

-Anda, hijo mío- añadió la Virgen, llévaselas al Sr. Obispo y dile que se las envío como señal de la veracidad de mis palabras. Pero cuida de no enseñarlas a nadie antes de que las vea el prelado.

Llego a palacio y pidió audiencia, pero tuvo que esperar largo rato. Un criado más atrevido logró levantar un extremo de la tilma y al punto se llenó el aposento de celestial fragancia. Finalmente dio orden el prelado de que entrase Juan Diego.

El indio relató cuanto le había sucedido desde la última audiencia y añadió desplegando su tilma: “estas rosas ha querido la Señora que os trajera”. Júzguese cuál sería la admiración del prelado al ver tan lozanas y fragantes soras el día 12 de diciembre. El asombro del señor Obispo subió al punto al ver que en la burda tilma del indio estaba pintada con colores tan vivos como las rosas una maravillosa imagen de la Virgen María, tal como se había aparecido en el Tepeyac. Cayó de rodillas ante la milagrosa imagen y tras él todos sus familiares. Era el primer acto de veneración a aquella imagen bendita, ante la cual se habían de postrar por espacio de largos siglos, muchedumbres fervorosas.

Publicado en Cuenca, 12 de diciembre de 2020 y el 12 de diciembre de 2025.

Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

__________

Fuentes consultadas:

-Festividades del año Litúrgico. Dr. Vicente Tena. Zaragoza. 1945.

 

 

 

San Dámaso (304-384). Festividad del 11 de diciembre. El Papa Español.

     Dice el Libro Pontifical que san Dámaso fue un insigne Papa español “Narione Hispanus”, a finales del siglo IV o principios del V.

San Dámaso I. El papa Español.

San Dámaso murió en el año 384, casi octogenario, según San Jerónimo que le conoció y trató muy de cerca. Debió nacer entre los años 304 y 305. Su padre se llamaba Antonio, diácono y presbítero de la Iglesia de San Lorenzo in Dámaso. Su madre se llamaba Lorenza, vivió en continencia durante sesenta años, logró ver la quinta generación de sus descendientes y pasó de esta vida casi nonagenaria. Una hermana de san Dámaso, por nombre Irene, consagró a Dios su virginidad, a la edad de veinte años.

De la juventud de Dámaso sólo sabemos que era muy devoto de los mártires, hasta el punto que siendo niño se hizo contar el martirio de los Santos Pedro y Marcelino por el mismo verdugo que los mató.

Sus padres se casaron muy jóvenes en España y se llevaron en seguida a Roma al pequeño Dámaso, que desde edad muy temprana debió de entrar a formar parte del clero romano.

En el año 355 fue desterrado de Roma el papa Liberio por el emperador Constancio. Dámaso que era sólo diácono, le acompañó al destierro y volvió con el Papa a Roma dos años después.

En el año 367 fue elegido papa San Dámaso. Los comienzos de su Pontificado fueron muy dolorosos. Algunos clérigos apasionados eligieron un antipapa, el diácono Ursino. Cerca de catorce años duró el cisma en la misma ciudad de Roma, hasta que en el año 381 murió Ursino. San Jerónimo nos dice que Dámaso, no sólo venció a su adversario, sino que perdonó a los vencidos, que es gloria todavía mayor.

En los 18 años que Dámaso gobernó la Iglesia creció enormemente la autoridad del Papa frente a los orientales y emperadores. En medio de sus múltiples ocupaciones aún tuvo tiempo de dedicarse a estudios de la Sagrada Escritura, porque este fue un pontífice ilustrado, ansioso por saber lleno de curiosidades, amante de los libros y fundador de una rica biblioteca, protegiendo incluso los monumentos paganos que un celo desmedido podía reducir a ruinas.

Con el emperador Teodosio y el poeta Prudencio compone el gran trío de españoles ilustres en este momento crepuscular del Imperio y auroral de la Iglesia.  Pero entre sus muchos títulos de gloria, elegimos la sabia elección de un consejero, aquel indómito ermitaño de origen dálmata a quien había tratado años atrás, y que ahora, ya en la Silla  de Pedro, retiene junto a él como luz y guía, este personaje fue San Jerónimo.

“Murió casi octogenario, bajo el gobierno del príncipe Teodosio, el 11 de diciembre del año 384, diecisiete años, dos meses y veintiséis días, después que fuera elegido, por el juicio de Dios, sacerdote de la Iglesia Romana” (San Ambrosio).

Cuenca, 10 de diciembre de 2020 y actualizado el 11 de diciemb re de 2025.

      José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

_____________

FUENTES CONSULTADAS:

-Año Cristiano para todos los días del año. P. Croiset. Madrid. 1846.

-La casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.

-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.

 

martes, 9 de diciembre de 2025

La casita de Nazaret. Ntra. Sra. De Loreto. 10 de diciembre.

Fiesta de la Traslación de la Santa Casa a Loreto, 10 de diciembre
    Llevo algunos años ya leyendo y estudiando todo lo referente al mundo eclesiástico pero hasta el día de hoy no me había parado a leer tal magnifica historia. Es digna de ser contada y trasmitida, de ser vivida y soñada, nunca una casita había tenido tanto significado hasta el día de hoy para mí. Quiero hacerles partícipes de tal historia.
Virgen Lauretana
    En el siglo XIII canta así las grandezas de Nazaret un Canónigo Regular: “En esta feliz ciudad vivía la Virgen después de sus desposorios con José. Aquí recibió del ángel la embajada de nuestra redención”. Esta pequeña casita la Reina de los Ángeles oró y trabajó, en donde el ángel Gabriel vino a anunciarle que sería Madre de Dios; en ella pasó Jesús más de veinte años; aquí la Sagrada Familia fue la admiración de los ángeles durante mucho tiempo y aquí sin duda San José, después de cumplir su misión durmió su último sueño en los brazos de Jesús y María. ¿Cómo no se iba a convertir en reliquia para los creyentes de todos los tiempos?
    ¿Pero si estaba en Nazaret cómo fue traslada a localidad Loreto que está en Italia? Síganme que se lo cuento:
    En el siglo IV, Santa Elena y el emperador Constantino, encerraron la Santa Casa en una amplia y hermosa basílica, en donde millares de peregrinos elevaron sus preces.
    Desde finales del siglo VII hasta finales del siglo XI, Palestina fue ocupada por los sarracenos, la Basílica de Nazaret fue devastada y saqueada, pero la Santa Casa no fue destruida. En 1099 las cruzadas consiguieron recuperar los lugares santos, proclamando por rey a su jefe Godofredo de Bullón, Galilea fue constituida en principado bajo el mando de Tancredo, que hizo restaurar la basílica de Nazaret.
    Poco duró la tranquilidad, cayendo el poder de los turcos. El año 1263, los musulmanes destruyeron de nuevo la Basílica de Nazaret, pero sin embargo la Santa Casita permaneció sin daño. Ante tanta desgracia, dice la historia que Dios, en su bondad por los fieles y por la gloria de María, ordenó a sus ángeles que transportaran la Santa Casa a un país cristiano. Esta casa lindaba con una gruta, la cual ha venido a ser el santuario más venerado de Nazaret.
    En la mañana del 10 de mayo de 1291 unos leñadores de la ribera del Adriático quedaron sorprendidos al encontrar en Raunitza, población situada en Croacia, entre Tersatto y Fiume una construcción en lo alto de la colina. Era una modesta casita construida con piedra rojiza y cuadrada, colocada sin cimientos en un suelo en el que el día anterior pacieron los rebaños. Al entrar los labriegos observaron que había servido de capilla. Frente a la puerta de entrada, se levantaba un altarcillo de piedra, adosado al muro; lo remataba una cruz oriental, que tenía pintada sobre el lienzo pagado en la madera, la imagen de Cristo crucificado. Había junto al altar un armario que contenía sencillos y pobres utensilios caseros. A izquierda se veía una especie de hogar o chimenea; encima, un nicho artístico y precioso contenía una estatua de cedro de la Santísima Virgen en pie, sosteniendo al Niño Jesús en los brazos. El Niño Jesús tenía dos dedos de la mano derecha extendida como bendiciendo, con la mano izquierda sostenía la esfera de oro representando al mundo. Ambos estaban vestidos con unas batas y tenían coronas de oro.
Casita de Nazaret en Loreto
    El párroco de Tersatto estaba gravemente enfermo, se le apareció la Virgen y le contó todo el proceso que había seguido para traer su casa desde Nazaret a esta localidad, en el acto el sacerdote sanó y se dirigió a Raunitza para contar qué hacía allí aquella casa. Comprobada la certeza que era la mismísima casa de María y José de Nazaret fue el centro de numerosas peregrinaciones.
    El gozo de los habitantes del pueblo no duró más de tres años. Una mañana del 10 de diciembre de 1294 los peregrinos advirtieron que la casita había desaparecido y ese mismo día apareció en la opuesta ribera del Adriático y en Recanati de Italia, en un bosque de laureles pertenecientes a una rica y piadosa señora llamada Laureta. Del bosque de laureles o del nombre de esta señora se derivó el nombre de Loreto.
    Pablo de Selva, escritor de la época, en carta al rey de Nápoles, afirmaba que vió la Santa Casa surcar los aires resplandeciente de luz. Las gentes acudieron pronto al piadoso santuario. Con la llegada de tanta gente se turbo el lugar por los asaltos que sufrían los peregrinos. Ocho meses después la Santa Casa abandono la colina profanada y se posó en un campo perteneciente a dos hermanos que por su codicia en enriquecerse con los donativos de los peregrinos se hicieron indignos de poseer tan gran tesoro, trasladándola los ángeles a poca distancia de allí en el camino que conducía al puerto de Recanati.
    Estas cuatro traslaciones hacen el milagro más patente y nadie puede razonablemente ponerlo en tela de juicio. Investigadores ordenados por Clemente VII demostraron con certeza la identidad de la Santa Casa de Loreto, con la certeza que existía tres años antes en Dalmacia y siglos antes en Nazaret.
    El que se asentara la Casita en el lugar hizo venir muchos peregrinos a este lugar y el Papa Clemente VII mandó cerrar la puerta original y se realizaran tres nuevas puertas, para que las personas pudieran entrar y salir sin pelearse por ello. El encargado de hacerlas se puso en marcha, pero cuando dió el primer golpe a la pared de la Santa Casa se le secó la mano y la maza cayó al suelo. Ante tal prodigio el hombre ceso y marcho de Loreto y nadie quiso ya ocuparse de realizar la reforma mandada por el Papa. Fue un clérigo llamado Ventura Barino quien aceptó el encargo meses después, para ello primero se arrodillo y rezó a la Virgen diciéndole: “No es mi culpa, sino la orden del Papa, si estás enojada castiga por ello al Papa quien ha dado la orden de la reforma y no a mí”, de esta forma el clérigo pudo completar el trabajo.
    El pueblo de Loreto también decidieron proteger la Santa Casa y construyeron una pared de ladrillo a su alrededor. Una vez terminada la pared, ésta se separó milagrosamente de la casa, quedando un espacio entre ellas por donde se puede circular.
    Hay otra historia singular en la que cuenta que el Obispo de Portugal visitó la Santa Casa y quiso una piedra de ella, con la intención de que sirviera como primera piedra para la construcción de una iglesia en su tierra, no falto de pedir permiso al Papa para ello y mandó a su secretario para sacar la piedra.  El Obispo enfermó de repentinamente quedando al borde de la muerte, por ello pidió algunas hermanas religiosas que rezaran por él, unos días después recibió el mensaje de las hermanas diciéndole: “Nuestra Señora dice si el Obispo quiere recuperarse debe de devolver la piedra a su lugar”. De inmediato el secretario devolvió la piedra a su lugar y éste sanó.
    La Casa es considerada uno de los lugares más sagrados del mundo. El Papa Juan XXIII fue el día antes de convocar el Concilio Vaticano II a pedirle a la Virgen de Loreto la protección del Concilio. Juan Pablo II visitó muchas veces la Casa de Loreto. Muchos peregrinos van cada año a visitar a la Santa Casa, lugar donde la Sagrada Familia vivió.
    Espero que os haya gustado. Que María bendiga casa hogar en donde vivís y os de la salud para disfrutarlo. Una casa es un tesoro donde habitan los corazones llenos de amor.

Publicado en Cuenca, 10 de diciembre de 2020, actualizado 10 de diciembre de 2025.

Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

Santa Eulalia, la niña mártir de Mérida. Festividad del 10 de diciembre.

Santa Eulalia de Mérida (292-304). Festividad del 10 de diciembre.
La niña mártir de Mérida que a los doce años desafía a los verdugos y con santa elocuencia, y haciendo eco de su nombre, pues Eulalia significa la bien hablada, dice: ¿Qué furia es la que os mueve a perseguir a Dios? Pero si estáis sedientos de sangre cristiana, aquí me tenéis. Las torturas destrozaron su cuerpo y después de morir, según un poeta casi coetáneo, una súbita nevada le sirve de sudario celestial.

Efectivamente, Eulalia, que es la Inés española de la época de Diocleciano, tuvo muy pronto un inspirado cantor en Prudencio, quien le dedica un himno de su Peristéfanon: “Cortad las violentas púrpuras, recoged los azafranes sangrientos, nuestros dulces inviernos tendrán flores”. El áspero latín de los siglos oscuros tiene acentos inesperados de ternura lírica.

Dice el poeta Prudencio que al morir la santa, la gente vio una blanquísima paloma que volaba hacia el cielo, y que los verdugos huyeron llenos de pavor y de remordimiento por haber matado a una criatura inocente. La niebla cubrió su cuerpo varios días, después llegaron los cristianos y le dieron honrosa sepultura. En este sitio se levantó un templo en honor la Santa Eulalia.

Desde Mérida su fama se extenderá por toda la península, sus reliquias son llevadas a Australia, y lejos ya de tierras hispanas, aparece –hierática, con la rígida majestad de lo bizantino- en el cortejo de vírgenes de San Apolinar Nuevo de Ravena, en África, San Agustín le dedica un panegírico, entre los ingleses San Beda exalta su recuerdo, Venancio Fortunato compone un poema en su honor, y la secuencia que lleva su nombre, en un balbuceante francés, es uno de los primeros textos conservados en este lengua.

De la bien hablada se habló, pues mucho y bien en todo el mundo, el sacrificio de una niña en los confines de España resonó en toda Europa; y todavía hoy nos acordamos de su reto impetuoso a la muerte, que la visitó de blanco como a un ángel destruido por los garfios y el fuego.

Eulalia fue invocada como protectora de las tropas cristianas en la Reconquista antes de la proclamación de Santiago Apóstol. Actualmente ostenta el título de alcaldesa de Mérida y patrona de esta ciudad. Es también patrona de la Archidiócesis de Oviedo, en cuya catedral reposan sus restos. Hoy 10 de diciembre se conmemora su martirio, mártir de España, muerta por proclamar su fe en Cristo.

Cuenca, 10 de diciembre de 2019 y el 10 de diciembre de 2025.

José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

lunes, 8 de diciembre de 2025

Segundo domingo de Adviento.

 Hoy 7 de diciembre de 2025, celebramos el segundo domingo de Adviento. En la celebración de la Santa Misa, hoy se enciende la segunda vela de la corona, de color morado. Mientras aumenta la luz de la corona de Adviento, pedimos que podamos reconocer la luz de Cristo en nuestras vidas, disipando la oscuridad de la tentación, el pecado.


Oración para el segundo domingo de Adviento:

“Padre bueno, concédenos el poder preparar el camino del Señor

y enderezar las sendas de nuestras vidas.

Permítenos ser tierra buena, por la que pueda caminar

a sus anchas tu Hijo amado.

Danos un corazón que escuche tu Palabra para poder convertirnos.

No somos dignos de que Jesús nos habite, pero tú puedes convertirnos

En un hogar cálido y limpio para Él.

Te lo pedimos por el nombre de nuestro Señor Jesús,

en el poder del Espíritu Santo. Amén”.

 

Cuenca, 10 de diciembre de 2023 y el 7 de diciembre de 2025.

Santa Leocadia, Festividad del 9 de diciembre.

    Nació en Toledo de padres nobles y cristianos. En los círculos paganos de la ciudad era muy conocida, pues apenas llegó Daciano con órdenes de acabar con los cristianos, le dieron en seguida el nombre de Leocadia. Le ponderaron su nobleza, su hermosura y su juventud, pero sobre todo su fervor religioso. Daciano la hizo compadecer en su presencia, seguro de que renegaría de la fe por los halagos y promesas o por las amenazas y tormentos.

Santa Leocadia ante Daciano.

La religión cristiana era de gente pobre, de esclavos y plebeyos, ¿Cómo una joven rica y noble podía pertenecer a ella? Así arguyó Daciano a Leocadia. Más ella le contestó que toda su gloria se cifraba en adorar a Cristo, y que por nada dejaría su fe. Estaba dispuesta a morir como su Maestro. De esta resolución nadie la apartaría en el mundo.

El tormento era la respuesta común de los tiranos y nuestra Santa fue sometida a los azotes. Chorreaba sangre todo su cuerpo y su pudor virginal se cubría con una túnica morada y roja, mientras su rostro se iluminaba por un júbilo y paz celestial. .

Tras los tormentos, la retiraron y encerraron en un calabozo para que curase de las heridas y estuviese preparada para nuevas torturas. Lloraban los cristianos al ver aquel cuerpo inocente destrozado por los látigos, surcado de cardenales, abierto por las heridas y deformado por el furor y la fuerza de las varas. La mártir se consolaba, porque sus heridas eran otras tantas puertas abiertas para que por ellas saliese más pronto su alma.

En la cárcel supo la muerte dolorosa de Eulalia de Mérida; con sus uñas hizo una cruz en la pared y allí, abrasada en encendido amor de Cristo, expiró el 9 de diciembre del año 304. Las rosas de la sangre con los lirios blancos de la virginidad velaron su cuerpo sagrado.

Los cristianos toledanos le dedicaron muy pronto tres templos: uno en la casa donde había nacido; otro, donde estuvo presa, y el tercero, en el lugar de su sepultura. El último fue la célebre iglesia de Santa Leocadia, teatro de los grandes Concilios de Toledo.

Dios la honró después de muerta con múltiples milagros, pregoneros de su gloria y santidad. El más célebre tuvo lugar en su misma tumba. Oraban ante ella los dos personajes más influyentes entonces en Toledo: su arzobispo y su rey, San Ildefonso y Recesvinto. De repente se levantó la losa que cubría el sagrado despojos de la virgen y apareció Santa Leocadia vestida de amplio manto inmortal para felicitar y alentar al gran devoto de la Madre de Dios y defensor infatigable de su virginidad. La tradición añade que el Santo, con el puñal que se ceñía el rey, cortó una punta del manto de Santa Leocadia, preciosa reliquia que hoy muestran en el sagrario de la Iglesia de Toledo.

Publicado en Cuenca, 8 de diciembre de 2020 y el 9 de diciembre de 2025.

     Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

_____________

FUENTES CONSULTADAS:

-Año Cristiano para todos los días del año. P. Croiset. Madrid. 1846.

-La casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.

-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.

 

 

domingo, 7 de diciembre de 2025

La Inmaculada y España. 8 de diciembre.


8 de diciembre, festividad de la Inmaculada Concepción

El aspecto de la concepción inmaculada de María a lo largo de la historia ha existido una gran controversia. En el siglo XII la discusión fue iniciada entre los Santos Padres, San Anselmo de Canterbury y sus discípulos, como defensores de la Concepción Inmaculada, contra San Bernardo y sus seguidores cistercienses. En el siglo XIII las órdenes religiosas franciscanas y dominicos alimentaron la controversia en torno a dos grandes escuelas: La Tomista, que seguían a Santo Tomás con los Dominicos y la escotista, seguidores de Duns Escoto, quien se convertiría en el primero que realizó una defensa científica en la Sorbona de París. Posteriormente se trató en el Concilio de Basilea, en el siglo XV y en el de Trento en el siglo XVI.


En el siglo XV empiezan las lides concepcionistas y anticoncepcionistas por los más brillantes pensadores de la Universidad de Salamanca. Defienden el misterio Alfonso Villadiego de Madrigal, Juan de Segovia, Juan de Sahagún y Cisneros, principalmente; y la impugnan Juan de Torquemada y Diego de Deza.
Al iniciar el siglo XVII era tal la presión que a favor de este misterio ejercían en los monarcas  casi todas las regiones españolas que Felipe III envió a la Santa Sede para que resolviera ya definitivamente y de un modo favorable a Nuestra Señora, el anhelado misterio.

La Corona de Aragón y sus Prelados elevaron Letras postuladoras a las Cortes del Reino para que fueran remitidas a Su Santidad. Lo mismo hicieron todos los Prelados de Castilla, los Superiores de Órdenes religiosas y los claustros universitarios. No accedió, con todo, el Vicario de Cristo a la definición del dogma, en contra prohibió que desde ese momento no se controversias que fueran en contra de la Inmaculada Concepción de María.
El rey Felipe IV obtuvo de Gregorio XV, el 4 de junio de 1622, el decreto declaratorio del misterio, no del dogma; Carlos III, obtuvo de el Papa Clemente XIII que la festividad de la Purísima Concepción fuera fiesta patronal en las Españas.

El último esfuerzo se hizo en el año 1659, enviando a Roma al Ilmo. Sr. Obispo de  Plasencia, D. Luis Crespi de Borja, en representación del Rey, y al Padre Jerónimo Salcedo, portadores de cartas de todos los Prelados y Cabildos de España. Y por fin al cabo de dos años de incesantes súplicas la bula “Solicitúdo ómnium ecclesiárum”, fechada a 8 de diciembre de 1661. No se conoce ninguna otra tan satisfactoria con respecto a la Concepción  Inmaculada de María, hasta el llamado “Papa de la Inmaculada” Pío IX.
Llegó por fin el momento soñado. El 8 de diciembre de 1854, en torno al Vicario de Cristo unos 200 Prelados, de los cuales había 54 cardenales, 42 arzobispos y 98 obispos. En Basílica de San Pedro de Roma había más de 60.000 fieles venidos de todas las partes del mundo y fue ese día cuando el Papa Pío IX definió el Dogma de la Inmaculada Concepción de la Purísima Virgen María.

Y finalmente, fue la misma Virgen María quien confirmara el dogma, al aparecerse en el año de 1858 a una aldeana de los Pirineos, anunciándose con estas palabras: “Yo soy la Inmaculada Concepción”. Lourdes, lugar de las pariciones, es hoy  centro de fervorosas peregrinaciones y de estupendos milagros con los cuales demuestra la Virgen cuán grato el es el privilegio de su Concepción Inmaculada.
Cuenca, 8 de diciembre de 2017 y el 8 de diciembre de 2025.
José María Rodríguez González. Profesor e inveistagor histórico.

La inmaculada Concepción. El dogma en la tradición. Festividad del 8 de diciembre.

    Ya en la primera generación cristiana de Presbíteros de Acaya, existía viva esta creencia de la Inmaculada Concepción de María, pues leemos en el Martirologio de San Andrés estas palabras: “La tierra inmaculada de la que nació el redentor, como fue formada Adán de una tierra no manchada por ninguna maldición ni culpa”. También Dionisio de Alejandría nos habla del “Tabernáculo de Dios, siempre protegido por El mismo”. Textual es esta expresión de Orígenes hablando de María: “La mujer ni seducida por la persuasión de la serpiente no contaminada por su venenoso hálito”; y el mayor filósofo del Cristianismo, San Agustín, se expresa de este modo al hablar de la Virgen María: “Acerca de la cual no quiero admitir absolutamente cuestión alguna cuando se trata de pecados, por la honra del señor”.
Inmaculada de San Felipe Neri

    El primer ilustre y fervoroso defensor de la Purísima que hallamos en nuestro suelo es el gran humanista Raimundo Lulio, que desde 1286 la defendió públicamente en la Sorbona de París, verbalmente y por escrito. Al terminar su obra teológica: “Libros de los principios de Teología”, añade: “Terminados están las reglas de los principios de la Teología bajo el patrocinio de la Bienaventurada Virgen María CONCEBIDA SIN MANCHA”.

    Al principio del siglo XVII era tal la presión que ejercían en los monarcas las gentes de las regiones españolas que Felipe III envió a la Santa Sede una comisión para que resolviera ya definitivamente y de un modo favorable a Nuestra Señora, el anhelado misterio, con el fin, según decía el rey, de terminar con la enorme oposición que se venía haciendo en Sevilla y en otros puntos de la Península a la devoción del pueblo español. Iba al frente de la citada comisión el Padre General de los Franciscanos.

     Felipe IV, hijo y sucesor al trono de Felipe III, obtuvo de Gregorio XV, el 4 de junio de 1622, el decreto declaratorio del misterio, no del dogma; y Carlos III, de S.S. Clemente XIII, que la festividad de la Purísima fuese fiesta patronal en las Españas.


    Un último esfuerzo hizo nuestra nación en 1659, enviando a Roma al Ilmo. Sr. Obispo de Plasencia, D. Luis Crespi de Borja, en representación del Rey y al P. Jerónimo Salcedo, portadores de cartas de todos los Prelados y Cabildos de España. Por fin al cabo de dos años de incesante súplica se publicó la Bula: Solicitúdo ómnium ecclesiárum, fechada a 8 de diciembre de 1661. No se conoce ninguna otra tan satisfactoria con respecto a la Concepción Inmaculada de María, hasta el llamado “Papa de la Inmaculada”, Pío IX que el 8 de diciembre de 1854, promulgó un documento llamado “Ineffabilis Deus” en el que estableció que el alma de María, en el momento en que fue creada e infundida, estaba adornada con la gracia santificante.

Publicado en Cuenca, 8 de diciembre de 2020 y el 8 de diciembre de 2025.

Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

sábado, 6 de diciembre de 2025

El Vítor, la manifestación mariana de un pueblo. Horcajo de Santiago (Cuenca).

A lo largo de la historia el pueblo conquense ha demostrado ser uno de los más recios creyentes y defensores de este misterio de la Concepción de María sin mancha.

Estos días el pueblo de Horcajo de Santiago en Cuenca se sumerge en una manifestación mariana que tiene su origen en el año 1650, como así está documentado en las Actas de la Sesión del Consejo, actas custodiadas en el Archivo Municipal de Cuenca, ahí se encuentra el juramento hecho por la ciudad para defender que la Virgen Santísima, Madre de Dios; fue la Orden de Santiago la que se encargó de defender el misterio de la concepción de María a través del “cuarto voto”.
El Vítor de Horcajo de Santiago (Cuenca)

La fiesta está fundamentada en portar el estandarte con la imagen de María Inmaculada desde la Iglesia parroquial por todas las calles del pueblo. La procesión está considerada la más larga de la cristiandad, pues desde el día siete por la tarde que sale, no regresa hasta el día ocho a su punto de partida.

Desde el interior de la iglesia sale el Vítor hasta la puerta de la iglesia donde es entregado a tres jóvenes jinetes que son los encargados de portar el estandarte. Este año ha tenido el honor de portarlo: Severiano Boga Mota, Juan Carlos Boga Mota y Florencio Almagro Arquero.
Cartel de las fiestas del Vitor 2016

Al término de cada novena se reza la salve y acto seguido se vitorea diciendo: ¡VITOR LA PURÍSNIMA CONCEPCIÓN DE MARÍA SANTÍSIMA CONCEBIDA SIN MANCHA DE PECADO! ¡VÍTOR! ¡VÍTOR! ¡VÍTOR! Esta frase de proclamación fue acuñada en el año 1694 desde entonces se utiliza en la procesión del Vítor.

Ayer día 7 se celebró la ofrenda de flores por la mañana y por la tarde en su última día de novena, a las 20 horas la iglesia se encontraba a rebosar de horcajeños y devotos venidos de diferentes lugares de la geografía española, momento en que se canta la salve y se procede a sacar el estandarte de la Inmaculada hasta la puerta del Sol, que así se llama la puerta principal de la iglesia. Tal es la acumulación de devotos que su traslado suele durar algo más de dos horas la salida del estandarte, momentos en que los horcajeños vitorean incesantemente al lábaro de la Inmaculada Concepción.

A lo largo de la historia el pueblo conquense ha demostrado ser uno de los más recios creyentes y defensores de este misterio, como así lo prueba las muchas publicaciones que se han hecho. En 1537 editó en Alcalá, el Canónigo D. Gonzálo González de Cañamares, un misal con la imagen de la Inmaculada, obra literaria de gran valor. Otro misal editado en pergamino y dedicado al Cardenal Cisneros figura igualmente la misa de la inmaculada.
Estandarte del Vítor


Constantemente estuvo Cuenca al lado de la sentencia inmaculista, así lo prueban los tratados de los eminentes teólogos: el tratado de la Concepción de Nuestra Señora de Fray Ambrosio de Montesinos, de Huete, que compuso también un Breviario de la Inmaculada para los religiosos de su Orden franciscana “Defensa de la Inmaculada Concepción”, del Padre Fernando Chirino de Salazar, Jesuita; el del licenciado D. Baltasar Parreño, cura de Sacedón, titulado “De la limpia concepción de Nuestra Señora”; el escrito de Fray Melchor de Huélamo, de Taranzón, sobre “Discursos predicables sobre la Salve”; “Devoción del Santo nombre de María” de Fray Francisco Rosillo, franciscano, de San Clemente; los escritos del famoso Padre Luis Molina, Gabriel Vázquez, Padre Andrés Marcos Burriel, de Buenache de Alarcón; Fray Francisco Herráez, de Albendea; D. Francisco Antonio Fuero, de Cañizares, cura de Azañón y D. Jacobo Capistrano de Moya, de Hontecillas y cura de Fuente de Pedro Naharro. Algunos de estos eminentes escritores es posterior al Concilio de Trento, pero los he citado en esta incompleta lista de escritores inmaculistas conquenses porque ellos recogieron en sus escritos el pensamiento de muchísimos conquenses, que aún antes del Concilio de Trento apoyaron y preparaban la definición que al correr de los tiempos había de llegar para gloria de la Virgen María y honor de Cuenca y de la Nación Española.

Publicado en Cuenca, 8 de diciembre de 2016 y actualizado el 8 de diciembre de 2025.

José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.