sábado, 4 de enero de 2025

Santos Telesforo y Simeón Estilita. Festividad del 5 de enero.

     Hoy, vísperas de la Epifanía, el Misal Romano hace conmemoración de San Telesforo, Papa y mártir. Su fiesta no entró en el Misal  sino muy avanzada la Edad Media. Fue sucesor en el pontificado de Sixto I, y no sabemos de él sino el hecho glorioso de su martirio, que menciona en el siglo II San Irineo: “sufrió gloriosamente el martirio”. Su cuerpo fue colocado en la necrópolis vaticana, junto al de San Pedro. Murió en el reinado de Antonino Pío (138-161).

También hoy conmemoramos a San Simeón Estilita. Es un santo admirable y genial en sus penitencias, humildad y espíritu de oración. Nació en el pueblo de Sisán, entre Siria y Cilicia, de padres pobres, pero cristianos, que dedicaron al niño a la guarda del ganado. En sus primeros años fue pastor y un día que iba al campo con su ganado, día de mucha nieve, entró en la iglesia al tiempo que el lector cantaba estas palabras del Evangelio: “Bienaventurados los que lloran, bienaventurado los limpios de corazón”. Se entusiasmó con esta máxima y preguntó a un anciano qué tenía que hacer para gozar de aquella bienaventuranza. El viejo le respondió que el medio más seguro era renunciar al mundo y recogerse en seguida en un monasterio. Se encomendó  Dios y tuvo un sueño en donde se creía cavando en el suelo. Una voz le animaba a cavar más y más. Por fin le dijeron: “Basta, ya has cavado bastante. Ahora levanta el edificio”. Hay que cavar primero en el vencimiento de sí mismo y así el edificio de la perfección resulta fácil.

Ante todo esto, se encaminó hacia el monasterio más cercano y allí estuvo sin comer varios días hasta que se compadecieron de él y lo recibieron como aspirante.

Su primera tarea fue la de aprender de memoria el Salterio. En este monasterio permaneció dos años y no satisfecho con la austeridad que se seguía se fue en busca de otro. Su penitencia y mortificación llegó a extremos, el cilicio que llevaba puesto le hacía sangrar y hasta manar podre y gusanos, a tal terrible penitencia el abad le mandó que se lo quitara y los monjes se asustaron. Ante tales circunstancias creyeron conveniente que abandonara el monasterio.

Entre las muchas penitencia que se imponía estuvo la de permanecer durante un año entero en el interior de un pozo dedicado a la oración y silencio. Imitó el ayuno del Señor y estuvo 40 días y 40 noches sin probar bocado. En su peregrinación llegó a una montaña cerca de Antioquía de Siria y allí levantó una tapia en torno a una cueva y se encerró sin ver más luz del que el azul del cielo. Para impedirse el salir se encadenó  y el obispo de Antioquía, Melecio, le dijo que las cadenas eran para las fieras y que el hombre se gobernaba por la razón y el dominio de sí mismo. Desde entonces rompió las cadenas.

San Simeón Estilita

La gente del lugar sabiendo de su santidad iba en su busca para admirarlo y pedirle favores. Los milagros se escapaban de sus manos sin él darse cuenta. Ya no sabía dónde esconderse por la gran acumulación de personas que acudían y pensó en construir una columna y subirse en lo alto. La noticia corrió por todo Oriente. 35 años tenía cuando escogió esta penitencia singular y vivió en ella 48 años seguidos. Con la particularidad de que la columna fue creciendo, la primera tenía 12 codos, la segunda 22 y la última llegó hasta treinta, todo ello por el deseo de alejarse cada día más de la tierra y acercarse más al cielo. El diámetro siempre fue el mismo, sólo un codo (un codo equivale a 47,3cm). Día y noche allí de pie en la columna como una estatua, no podía sentarse ni arrodillarse, ni tenderse. Así rezaba, predicaba y obraba milagros. Por la noche rezaba y en la madrigada dormía un poco hasta que salía el sol. Para no caerse durante el sueño, se ataba a un hierro en lo alto de la columna.

San Simeón Estilita

De todas partes de la Tierra, entre ellos, de Francia y de España iban a verlo. Así se inauguró en la Iglesia un género nuevo de vida monacal, que es conocido con el nombre de los Estilitas, que despertaron mucha admiración. San Simón murió el año 458. Los habitantes de Antioquía recogieron sus reliquias y entre cantos de gloria y alegría le dieron honrosa sepultura.

Publicado en Cuenca, 5 de enero de 2021 y 5 de enero de 2025.

   Por:  José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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FUENTES CONSULTADAS:

-Año Cristiano para todos los días del año. P. Croiset. Madrid. 1846.

-La casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.

-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.

 

viernes, 3 de enero de 2025

Efemérides conquenses del día 4 de diciembre.

    Tal día como hoy moría en 1855 el Obispo Fray Fermín Sánchez Artesaro, capuchino, que consiguió para la catedral de Cuenca el privilegio de Basílica.

Este prelado nació en la ciudad de Alcaráz, diócesis de Toledo y provincia de Albacete, el 27 de noviembre de 1784. Dedicado a las letras desde niño, mostró gran despejo y aplicación, estudió humanidades y latinidad, pasó muy joven a la Universidad de Toledo, donde cursó filosofía y dos años de jurisprudencia con nota de sobresaliente. Su afición era la música y la poesía, oyendo la divina palabra a unos misioneros en la catedral de Toledo se decidió a entrar  en la Orden de los capuchinos y tomó el hábito en el convento de Alcalá el 18 de agosto de 1802, profesando a los 19 años. El Papa Gregorio XVI le honro con grandes distinciones y le confirió en 1842 la fundación de las misiones de la Mesopotamia y a pesar de lo arriesgado y difícil  de la empresa salió airoso de ella.

Isabel II por los méritos y servicios del Padre Artesaro tuvo  a bien presentarle con fecha de 26 de enero de 1849 para este obispado por defunción del Ilmo. Don Juan Ruiz de Cachupin.

Estando en Roma y después del acto de entronizado el nuevo consagrado, donde el Embajador de España tenía dispuesto en dos salones un desayuno abundante, variado y cual convenia a las personas que de él iban a disfrutar. El uno de ellos fue ocupado por el Santo Padre, la familia real de Nápoles, los Emmos, cardenales, los dos arzobispos asistentes, teniendo en medio al nuevo obispo de Cuenca. En la segunda sala se colocaron los Sres. Del cuerpo diplomático, acompañados por el Sr. D Vicente Arnau, primer secretario de la Embajada de España; los canónigos y demás del cabildo catedral y varios empleados de primera clase de ambas majestades pontificias y real.

El Papa después de la bendición dirigiéndose a los presentes dijo: es costumbre que el nuevo consagrado pida algunas gracias para su catedral. Ejecutado así por el de Cuenca, Su Santidad elevó a la clase de Basílica la catedral de Cuenca con todas las gracias que desfrutan las de Roma. Concedió señalar en la misma los siete altares del Vaticano; y ocho iglesias elevaron en la ciudad con las gracias de las siete basílicas principales de la capital del mundo cristiano.

Honrado por Su Santidad con estos y otros distinguidos favores, salió el Ilmo. Sr. Artesero de Roma para España, arribó en Barcelona, desembarcó en Valencia el 16 de junio y desde allí pasó a Madrid a cumplimentar a S.M., permaneciendo hasta el 9 de agosto y previo los juramentos hizo su entrada solemne en la sede de Cuenca el 15 del mismo mes.

También el 4 de diciembre de 1528 Eugenio de Torralba, fue denunciado por Diego de Zúñaga como brujo, fue apresado por el Santo Oficio, sometido a interrogatorio y procesado.

El 4 de diciembre de 1623 fue quemado vivo en Nagasaki (Japón) el fraile Francisco de Santa María, nacido en Montalbanejo (Cuenca).

El 4 de diciembre de 1808 por un Decreto de Napoleón, se suprimió la Inquisición.

El 4 de diciembre de 1959 muere el doctor y escritor Luis Astrana Marín, nacido en el pueblo de Villaescusa de Haro, que tantos grandes hombres ha dado este pueblo para España.

Cuenca, 4 de diciembre de 2019 y el 4 de diciembre de 2025.

José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

Santa Ángela de Foligno. Festividad del 4 de enero.

     Hoy quiero descubriros la vida de una mujer que dejó todos los bienes y riquezas que poseía para servir a Dios. Y llegó a convertirse en una de las místicas más importantes del Medievo.

Nació Ángela en Foligno, ciudad de Umbría en el año 1250 y moriría en esta misma ciudad en el año 1309.

Esta joven mujer era bella, elegante y una de las más ilustres damas de Foligno. Tenía riquezas, joyas, consideración, mucha servidumbre y un castillo fuerte. Se casó muy joven y tuvo muchos hijos.

Santa Ángela de Foligno

Como a veces ocurre, la vida te da tristezas y te quita cuanto te ha dado, eso mismo le pasó a Ángela, murió el marido y los hijos fueron muriendo también hasta quedarse sola y joven en su castillo. La vida empezó a aparecer ante sus ojos en su realidad seria y desnuda. La desgracia le hizo pensar en aquella existencia vacía y mundana, en aquella juventud de placeres, de halagos, de honra y amores, que habían pasado como un relámpago y se había quebrado como espuma. Pensó también en sus pecados y lloró. “Comencé a pensar seriamente en mi conducta de pecadora. Dios me dio un conocimiento claro de mis pecados y concebí un gran temor de condenarme”. Pidió a Dios que le deparara un hombre providencial y lo encontró por fin en el franciscano fray Arnaldo quien nos dice la primera entrevista: “Me confesó sus pecados con tan claro conocimiento y contrición de ellos, con tanta abundancia de lágrimas y tanta humildad, que yo mismo lloraba”.

Desde aquel día Ángela fue toda para Dios. Rompió enteramente con el mundo, levantó el puente que la unía a él y se quedó sola en el castillo interior de su alma. Empezó por hacer durísima penitencia para satisfacer primero por sus pecados pasados y atraerse la benevolencia divina.

El Santo Crucifijo fue el libro principal donde leía la gravedad del pecado, la grandeza del amor de Dios y la obligación en que nos pone. Allí mirando a  Jesús Crucificado, resolvió despojarse de cuanto le impedía correr libremente por el camino de los santos, ofrecerse enteramente al servicio de Dios y guardar perfecta castidad toda su vida.

Treinta años pasó la Santa entregada enteramente a la oración y trato con Dios, sin perder ocasión de ejercitar la caridad y humidad con el prójimo. Su vida fue esencialmente interior. Por eso no hay grandes historias ni acontecimientos exteriores en ella. Es una vida intensa recogida en sí misma y cuya historia solamente los ángeles pueden escribirla.

Conforme se fue conociendo su santidad, vinieron a ella almas escogidas en busca de dirección y de consuelo. Así se formó en torno de ella un grupo de hombres espirituales y de mujeres piadosas que recogían sus enseñanzas e imitaban sus virtudes. Ellos la llamaban su madre y ella sus hijos. Sus enseñanzas se resumen en estos consejos que les dio estando para morir: “Escuchad la palabra suprema y la oración de despedida. Sed humildes, sed dulces; amaos los unos a los otros, con un amor que se extienda a todas las naciones. No os dejo otra cosa en testamento. Os doy todo lo que poseo, todo lo que he recibido de Cristo: la pobreza, el oprobio, el dolor, la vida del Hombre Dios”. Y poniendo su mano sobre los que la rodeaban, les dijo: ”sed bendecidos por la mano que fue levantada sobre al Cruz”.

Y quedó sumergida en el abismo de la divinidad. De vez en cuando lanzaba un grito de alboroza: “¡El Verbo se hizo carne!” “¿Qué inteligencia es capaz de entender esta maravilla?” Alguno le preguntó ¿Qué quería significar con aquellas palabras?, y ella contestó: “Esto es ya la gloria.” Se cumplía en ella lo que Jesús había dicho: “Esta es la vida eterna, que te conozcan a Ti, Padre, y al que enviaste, Jesucristo.”

En el año 1547 fue nombrada santa por la Tercera Orden de San Francisco e Inocencio XII, un siglo y medo después, aprobó su culto en la orden como beata. Culto que Clemente XI extendió a toda la iglesia hasta que le papa Francisco la proclamó santa el 9 de octubre de 2013.

Publicado en Cuenca, 4 de enero de 2021 y el 4 de enero de 2025.

      José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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FUENTES CONSULTADAS:

-Año Cristiano para todos los días del año. P. Croiset. Madrid. 1846.

-La casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.

-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.

 

El mejor regalo para el día de Reyes puede ser un libro. Lo trendrán para siempre.

 

Regala un libro en la fiesta de Reyes.

Es importante el regalar un libro porque es algo que queda para siempre.

El regalar libros es siempre una buena idea porque no solo estamos obsequiando un objeto, sino también una experiencia. Con estos libros conoceremos más sobre nuestra cultura, nuestra historia, nuestros saberes.

El conocer nuestro patrimonio, como es la Catedral de Cuenca, es mi propuesta. Como autor de varias obras de investigación doy la posibilidad de conocer los trabajos que he realizado a lo largo de más de veinte años, les propongo que además de la visita de los primeros sábados de mes, donde doy a conocer mis investigaciones, ahora tienen la posibilidad de poseer todos esos conocimientos por escrito en el catálogo de libros que pongo a disposición de la gente en las librerías de EVANGELIO en Cuenca.

Si algún titulo no lo tuvieran decirle al librero que se ponga en contato conmigo, el autor.

“Aggelos” Catedral de Santa María de Cuenca.

D.P. CU 5-2019

ISBN: 978-84-09-08257-7

Formato: Vertical. 30.00X21.00cms.

 

Sinopsis:

Este libro no es una simple ilustración, cada imagen expresa y muestra aspectos complementarios a la secuencia principal. El análisis iconográfico permite comprender cuál es el peso de la representación artística en la elaboración de las figuras angelicales, unas veces parte principal de la exposición y en alguna ocasión está determinado más por el aspecto visual que por la influencia bíblica.

Las obras presentadas son fruto del tiempo por lo que cada una encarna una época y por consiguiente una síntesis de la técnica y de la cultura del momento en que fue realizada la obra.

Dos son las vertientes que se tratan, una la composición de cada obra, llegando a expresar su sentido catequético y descriptivo. Una segunda vertiente, haciendo un seguimiento de las obras realizad por cada autor, incluyendo un análisis desde el primero hasta el último trabajo realizado cronológicamente, como un recorrido a través del tiempo por las capillas, en ellas está plasmado el pincel o el cincel de cada artista que en su momento vio de esa forma los motivos angelicales.


Arcángeles del siglo XIII. Catedral de “Santa María” de Cuenca

D.P. CU 113-2017

Formato: Vertical. 20.50X15.00cms.

Sinopsis:

En el libro el autor aborda las características de los doce arcángeles del falso triforio, diez visibles, el Ángel Custodio que quedó detrás del órgano del Evangelio y el desaparecido en el incendio del año 1767, que se originó en la Torre del Ángel y que afectó a parte de la sillería del coro y al primer arcángel del triforio del lado de la Epístola, llegando a desaparecer por completo.

A través de los atributos que portan han sido identificados y se les ha dado el nombre que les corresponde, junto a la misión que les fue encomendada al principio de los tiempos por el Creador, descifrando la utilidad catequética que expresa cada uno de ellos. Al igual que en la literatura del siglo XIII las enseñanzas que abordan son esencialmente las funciones de los ángeles, siendo estas: La de mensajeros, la de auxiliadores y la de portadores de almas.

Sólo invitarles a esta exquisita presentación y a embelesar con cada arcángel de corte oriental que los identifica como las esculturas más antiguas de nuestro Templo Magno.

Iconografía e Iconología de la Catedral de Santa María. Cuenca

D.P. CU 74-2013

ISBN: 978-84-92711-98-7

Formato: Vertical. 29.00X24.50cms.

 

Sinopsis:

Tal como sucedió durante la época románica, la escultura gótica está llena de símbolos que eran fácilmente reconocibles por los cristianos y que ayudaban a transmitir el mensaje bíblico. Como sabemos, desde el concilio de Nicea hasta el de Trento, la mayoría de los templos se orientaron de Este a Oeste. La Catedral de Santa María de Cuenca es uno de ellos. En un templo orientado, cada punto cardinal tiene un significado preciso; el Norte se dedicaba al Antiguo Testamento; el Sur al Nuevo Testamento; el Oeste, por donde se oculta el sol, se dedicaba al juicio final y el Este, por donde sale el Sol, se ofrecía a la grandeza de Dios. En el IV Concilio de Constantinopla, del año 870, se determinó que el icono era un signo visible de lo invisible careciendo de existencia por sí mismo determinando que: “Lo que el Evangelio no dice a través de la palabra, el icono nos lo anuncia y nos lo hace presente”.

 En los arcos se representan los vicios y virtudes que el hombre ha tenido y tiene desde el principio de los tiempos. A través de sus figuras, va narrando los demonios a los que se ha de enfrentar el hombre para encontrar su salvación. No siempre los iconos aparecen como figuras aisladas. A veces, están en el contexto de programas evangélicos bien del Antiguo Testamento, o bien de marcado carácter teológico que responden a principios fundamentales estéticos e iconográficos.

 En esa época, los pecados más denunciados desde los púlpitos fueron la avaricia y la lujuria, sin olvidar el resto de pecados capitales. En sus arcos existe una dualidad, enfrentando a las virtudes con los vicios opuestos: Fe-Idolatría, Castidad-Lujuria, Paciencia-Ira, Soberbia-Humanidad, Lujo-Sobriedad, Caridad-Avaricia y Concordia-Discordia. Todo ello invita a hacer un recorrido por cada arco para encontrarles su significado y su enseñanza. Como dijo ya por el siglo III d.C. Plotino: “los ojos del cuerpo se han de cerrar para que se abran los del alma con los que se puede contemplar la imagen invisible”.


MANTO DE LUZ. Mitología de la Luz en la Catedral de Cuenca.

D.P. CU 162-2008

Formato: Horizontal. 26.00X28.00cms.

 

Sinopsis:

Todos hemos experimentado cierta atracción sobre lo misterioso, lo escondido, y sobre todo aquello que desconocemos sentimos una seducción especial.

La admiración por las catedrales partió de dos viejas a París, en 2002 de viaje fin de curso con mis alumnos y 2003 con mi mujer, visitando Nôtre Dame, de la que todavía guardo el recuerdo inolvidable.

Este trabajo es un estudio fotográfico de los efectos luminosos que se dan en la Catedral de Cuenca a lo largo de un ciclo solar (4 años) y de las cuatro estaciones del año. Las fotografías fueron tomadas entre los años 2004 al 2007, los días 19 y 22 de cada mes, de 9:00 horas hasta las 10:30 horas.  Por la tarde, de  17:30 hasta las 19:30 horas.

En el equinoccio de primavera (21 de marzo), la luz atraviesa las vidrieras siendo marcadas por la iconografía del momento (Semana Santa), con un doble simbolismo donde refleja la tristeza de la muerte con el júbilo de la resurrección en el mundo multicolor del triforio, donde los ángeles de los órganos de la epístola y el evangelio marcan el principio de un camino hacia lo celestial, al tiempo que los ventanales y la tracería calada del triforio multiplica el color a lo largo del día y esta movilidad del efecto coloreado traduce la multitud de los estados interiores del alma en la Semana Grande de Cuenca.

La Catedral, en el solsticio de verano (21 de junio), el ábside (bóveda del Cosmos), se “cubre de luz como un manto” (Salmo 54,2), desde las primeras horas del alba, penetrando a través de las vidrieras los rayos solares, inundando la nave central de una luz clara y celeste, como si se estableciera un camino de luz hacia el infinito. Las vidrieras, se convierten en oro líquido donde los círculos multicolores de Torner se asemejan a las burbujas de aire buscando la liberación en el más perfecto crisol.

En el equinoccio de otoño (21 de septiembre), en el lado derecho del crucero, los amplios vitrales crean un sin fin de luces y colores cálidos. Si el sol es intenso, la luz se transforma en un mar de tonalidades, una cascada de luz que se convierte en un velo resplandeciente o una cortina luminosa, transformando la belleza humana en Divina.

En el solsticio de invierno (21 de diciembre), el colorido de las vidrieras da viveza y armonía a la nave central

A lo largo del día, los colores van haciendo un recorrido incansable por lo alto de los muros pétreos. La luz en la vidriera se hace color para que los colores se vuelvan luz.

 


jueves, 2 de enero de 2025

Santa Genoveva (420-500). Festividad del 3 de enero.

Nombrada Patrona de París por interceder para que cesara la epidemia que asoló París en el año 1129.

Genoveva nació en París en el año 422, poco tiempo después del establecimiento de la monarquía francesa. Sus padres pasaban por los más ricos del barrio de San Dionisio. La niña desde sus primeros años se distinguió por su piedad y devoción.

Siendo todavía una niña, pasó por París camino de Inglaterra, San Germán, y dio un sermón a la población católica de París, entre los oyentes estaba Genoveva, muy reflexiva, recogida y en actitud angelical. San Germán le preguntó por su nombre, sus padres y sus ideales. Vio que se trataba de un verdadero ángel, que había nacido para el cielo, más que para la tierra. Le habló del ideal de la pureza, de la consagración total a Jesucristo, y al niña abrió unos ojos grandes, como su corazón inocente.

San Germán le regaló una cruz como obsequio de su celestial boda con Jesucristo si decidía consagrarse a Él. Genoveva tendría unos doce años en esos momentos.

Desde aquel día se dio a la santidad con todas sus fuerzas. Una mañana se disponía a ir a la iglesia y su madre le puso pegas. “¿Por qué vas a la iglesia? Ella respondió: “Porque he prometido ser santa”. El camino de la santidad es el camino de la iglesia, donde está Jesús y donde están los Sacramentos, que son la fuente de la vida. Su madre no entendió la razón ni la alteza de miras de su hija. Se opuso rotundamente. La historia dice que quedó ciega en el acto. La niña lloraba la ceguera de su madre. Un día que fue a la fuente a por agua, se mezclaron sus lágrimas con las del cántaro. Hizo la señal de la cruz sobre el agua y le dio a su madre para que hiciera con ella tres cruces sobre los ojos. Sanó instantáneamente. Desde entonces sus padres dejaron a Genoveva que siguiera libremente el camino de su vocación.

No parece que hubiera todavía en París conventos de religiosas. Las que querían vivir en estado de perfección se retiraban a sus casas, recibiendo antes el velo y la bendición del obispo. Genoveva, hacia el año 435 ó 440 se presentó con dos compañeras al obispo; recibió el velo de consagración a Dios y se ratificó públicamente su propósito de vivir perpetuamente virgen.

Pronto murieron sus padres y Genoveva se recogió en casa de su madrina. Dios la probó con una parálisis completa y larga. En tres días no dio más señales de vida que unas ligeras palpitaciones del corazón. Dios se le manifestó y le reveló los misterios de su reino, recobrando la salud.

La santa vivía en constante oración y penitencia. No comía sino los jueves y domingos, y esto en escasa cantidad y siempre lo mismo. Un poco de pan y unas cuantas habas cocidas en agua sola. En el año 451 París entero estaba asustada ante las campañas victoriosas de Atila. La ciudad se empezaba a despoblar. Genoveva exhortó a la oración y penitencia y prometió que no pasaría nada. Su profecía se cumplió a la letra. París fue perdonada.

Genoveva murió con más de ochenta años, el 3 de enero de 512 probablemente. Desde el año 1129, en que libró a París de su epidemia, es Patrona especial de esta ciudad. El milagro fue confirmado por el Papa Inocencio II en el año 1130.

Fue canonizada por los votos del pueblo de París y su festividad se celebra el 3 de enero.

Pidamos a Santa Genoveva que nos termine de librar de esta pandemia que nos asola al mundo entero en estos momentos y que parece que no llega su fin.

Publicado en Cuenca, 3 de enero de 2021 y actualizado el 3 de enero de 2025.

     © José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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FUENTES CONSULTADAS:

-Año Cristiano para todos los días del año. P. Croiset. Madrid. 1846.

-La casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.

-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.

 

 

miércoles, 1 de enero de 2025

Santos Gregorio Nacianceno y Basilio el Grande (329-389 y 330-379). Festividad del 2 de enero.

     Comenzamos un nuevo año y con el damos la vuelta al santoral. Hoy os traigo a dos grandes santos Gregorio Nacianceno y Basilio el Grande. Eran como almas gemelas, como suele decirse; de la misma edad, los dos naturales de Capadocia, hijos y hermanos de otros santos, y además primero condiscípulos y más tarde compañeros que buscan la perfección entre los monjes de Annesi, en el Ponto.

Gregorio y Basilio están ávidos de soledad, de vida espiritual, de estudio, y paralelamente ambos verán contrariada esta vocación y tendrán que salir de su retiro para ser obispos, batallar con los arrianos y con los césares, y capear tiempos muy duros de la Iglesia.

Les vemos aureolados de oro, con la pluma en la mano (a san Basilio también con la paloma del Espíritu Santo visible posada sobre el hombro), la barba fluvial, envuelta en los rígidos pliegues de sus ropajes, sabios y ardientes en la fe, como si fueran de otro mundo, casi angélicos, en virtud, ciencia y autoridad.

San Gregorio Nacianceno y San Basilio el Grande

Vistos de cerca se humanizan; de san Basilio sabemos que era incorregiblemente testarudo y temerario; de Gregorio se conocen finos matices de su intimidad por cartas y un poema autobiográfico; y nos gusta recordarlos en sus años juveniles, cuando estudiaban juntos en “la dorada Atenas”, o luego en Annesi, inseparables.

Hasta que san Basilio, obispo contra su voluntad, hizo a su vez obispo de Sasima a Gregorio, también a pesar suyo, y sus relaciones se enturbian; tres años después de morir Basilio, su amigo le dedica un gran panegírico recordando con emoción tantos afanes comunes que hoy se evocan también en este mismo día.

Aquella diócesis de la que fue obispo Gregorio, se lamentaba de verse obligado a ejercer más de gendarme que de obispo a ser tierra de bandidos y refugio de herejes; pero sabedor de que pocos obispos podrían soportar esa situación, supo mantener la fe verdadera en su diócesis. Luego pasó a ser patriarca de Constantinopla, en el año 381, y viendo las divisiones que existían en esa iglesia, tomó la determinación de retirarse a Nacianzo donde  murió el 25 de enero del año 389.

Ambos santos de hoy fueron doctores de la Iglesia denominados “capadocios”.

Publicado en Cuenca, 29 de diciembre de 2020 y el 2 de enero de 2025.

     Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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FUENTES CONSULTADAS:

-Año Cristiano para todos los días del año. P. Croiset. Madrid. 1846.

-La casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.

-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.

Festividad del día 2 de enero. "El dulce nombre de Jesús"

El dulce nombre de Jesús

La Iglesia ha querido celebrar con Misa y Oficio propio el Santo Nombre de Jesús. La fecha litúrgica es el domingo intermedio entre la Circuncisión y la Epifanía. Como puede ocurrir que no haya ningún domingo entre las dos fiestas, está determinado que, en este caso, sea el día 2 la fecha litúrgica para la celebración del Santo Nombre de Jesús. No se trata de conmemorar el día y la ceremonia de la imposición, que se ha conmemorado el día 1, fiesta de la Circuncisión. Se trata de celebrar el propio Nombre, el Nombre en sí mismo considerado.
Dulce nombre de Jesús.
   Fue San Bernardo quien deseaba que se celebrase con fiesta particular el Santo Nombre de Jesús e hizo cuanto pudo para logarlo, sin que viese satisfecho tan santo deseos.

El Papa Clemente VII, cediendo a las instancias de los Freiles Menores autorizó a los mismos en 1530 para que celebrasen dicha fiesta en sus conventos el día 14 de julio. Siena, patria de San Bernardo, obtuvo el mismo privilegio en 1582, y Florencia en 1684. Por fin, el Papa Inocencio XIII la hizo universal y señaló para su celebración con oficio propio el segundo domingo después de la Epifanía. Posteriormente se hizo fijado el domingo comprendido entre la Circuncisión y Reyes,, y no habiéndolo, el 2 de enero.

Desde tiempo inmemorial termina la Santa Iglesia todas las oraciones por la invocación del Santísimo Nombre de Jesús.

Cuenta la historia que se hallaba Belgrado cercada por las tropas de Mahomet II, y furioso éste porque el refugio aportado por el valiente Huniades, después de vences a su flota, había logrado penetrar en la plaza sitiada, dio orden de un ataque general a la ciudadela. Once días consecutivos de una lucha desigual y cruelísima pusieron a los cristianos en situación desesperada. Sostenía el ánimo de los sitiados con palabras confortadoras el gran apóstol San Juan de Capistrano. A él acudió Huniades para comunicarle la inminencia del desastre. “Tened confianza, le contestó el misionero, porque defendemos la causa de Dios y Él estará con nosotros”. Escoge en nombre de Dios cuatro mil guerreros, los enardece con su elocuencia y les hace prometer que le seguirán a donde quiera, invocando el nombre de Jesús. Se reanudó la lucha al día siguiente, y en lo más recio de la pelea aparece Juan de Capistrano enarbolando un blanco estandarte en el que refulge con grandes caracteres en oro el monograma de Jesús. Le rodearon los valiente y al grito de ‘Victoria, Jesús, victoria!”, se lanzan como leones al combate. Nada resiste a su empuje, el nombre de Jesús llena de valor y los hace invulnerables, y causa tal espanto en los sarracenos que huyen a la desbandada, logrando los cristianos aquella célebre victoria de Belgrado, aniquiladora del poderío musulmán.

Publicado en Cuenca, 2 de enero de 2021 y el 2 de enero de 2025.

Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

Visita guiada gratuita en la Catedral del 4 de enero, a las 11 de la mañana, del enero de 2025. Sobre el siglo XVII. Feliz año.

 Visita guiada gratuita en la Catedral, el 4 de enero, a las 11 de la mañana, del enero de 2025. Sobre el siglo XVII. Feliz año.

Recordando que para asistir es imprescindible estar incluido en la lista de admitidos, para ellos es necesario mandar un correo a esta Dirección: chemarogo@gmail.com y se le informará si hay plazas vacantes.

Comenzó el siglo XVII con Don Andrés Pacheco,  que fue promovido a Obispo de Cuenca, el 29 de enero de 1601, tomando posesión el 9 de diciembre del mismo año. Fue el promotor del convento de los Carmelitas, en la isla del Júcar, bendiciendo y poniendo la primera piedra el 30 de noviembre de1622. El Rey Felipe IV le confirió la plaza de inquisidor general en abril de 1622, renunciando al obispado de Cuenca.


Le sucedió Don Enrique Pimentel, hijo del conde de Benavente, tomó posesión el 13 de abril de 1623. De su tiempo datan las Constituciones por las cuales se rige el obispado de Cuenca, formuladas en 1626. En el transcurso de su gobierno visitó Cuenca el rey Felipe IV, del 27 de mayo hasta el 25 de junio de 1642. El día 23 de junio se le mostró el cuerpo incorrupto de San Julián.

Durante si episcopado se construyo al Capilla de la Virgen del Sagrario.

Le sucedió en el Obispado Don Juan Francisco Pacheco, hijo del Marqués de Villena, que tomó posesión el 1 de enero de 1654, a él se le debe la Casa de la Moneda en Cuenca. Tras él vino Don Francisco Zárate Teran, transformó su casa en asilo de infancia para niños abandonados. Al morir dejó la administración de su herencia al Cabildo para que fuera empleada en atender a los niños expósitos y para dote de doncellas pobres.

El ultimo obispo de este siglo fue Don Alonso Antonio de San Martín, el 18 de febrero de 1682. Construyó a sus expensas el trono de plata de Nuestra Señora del Sagrario y el órgano mayor. Mandó construir la urna de plata de San Julián y viendo que no tenía dinero suficiente para su terminación, dio toda su vajilla para que con su venta se terminara su realización. El cuerpo de San Julián fue trasladado a ella el 2 de septiembre de 1695. Murió en Cuenca, el 5 de julio de 1705. Dejó su legado para la construcción del Altar del Transparente.

Durante el tiempo que gobernó esta diócesis, las fábricas de paños y de otros tejidos, que desde muy antiguo se elaboraban en Cuenca, recibió tal impulso que puede decirse de este pontífice que con él inicia el esplendor del paño en Cuenca.

Cuenca, 1 de enero de 2025.

José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.