miércoles, 24 de julio de 2019

Santiago el Mayor, festividad de hoy, 25 de julio.

Es uno de los que el Evangelio llama “hijos del Trueno”, un hombre de violencia explosiva, de una pieza. Entre los santos abundan las variedades de violentos, Pablo, Agustín, Jerónimo, Ignacio, los que toman asalto el reino de los Cielos, siempre después de muchas pruebas y revolcones que los encauzan.
Santiago. Capilla del Santiago de la Catedral de Cuenca.
Santiago, el primero de los hijos del trueno, como llamó el Salvador a los dos hermanos Zebedeos, fue el protomártir del Colegio Apostólico. Su muerte ocurrió ciertamente en Jerusalén, cerca de la Pascua Judía, por el año 42, ó 43.

Los diez o doce años que Santiago vivió, después de la Ascensión de la Virgen María, fueron de intensa labor y en ellos hay que poner su excursión apostólica por tierras hispánicas. Hacia el año 36, dejó Palestina y se embarcó para España en una nave fenicia o griega, arribando a las costas de la Bética. El padre Fita conjetura que recorrió la Península por los caminos romanos de Itálica, Mérida, Coimbra, Braga, Iria, Lugo, Astorga, Palencia, Osma, Numancia y Zaragoza, tomando luego la Augusta de Tortosa o Valencia, Chinchilla y Cazlona hasta el puerto andaluz o murciano, desde el cual volvería al otro lado de la costa opuesta del Mediterráneo, en Francia o Palestina.
Santiago es uno de los que al ver pueblos que se cierran a la palabra del Maestro reclama fuego de las alturas para aniquilar como Sodoma y Gomorra. Luego no parece conforme con un lugar secundario en el Paraíso, quisiera estar a la diestra de Jesús. “¿Puedes beber el cáliz que yo beberé?, se le pregunta. Puedo, responde muy seguro.

Impaciente, ambicioso a lo divino y mártir, este apóstol es el que la tradición vincula con España, haciendo de él  hasta en sus excesos reales o atribuciones, tanto da, un santo a la desmesurada y patética medida de los españoles, sustancia sobrenatural de esta tierra, como Patricio lo es de Irlanda.
Santiago de los españoles, “raíz de España”, es el caballero celestial que aparece en batallas de la Reconquista acuchillando infieles y ganando victorias para la cruz, el que en la hora del desaliento es confortado por la visita de la Virgen, sobre un pilar, en Zaragoza, y cuyo sepulcro en Compostela atrae a peregrinos de toda la Cristiandad.

“Apóstol canicular”, según el poeta, “entre los dos meses ardientes”, tiene una presencia de fuego, levanta la espada sobre las cabezas, “más maduras que las mies que nos rodea”; es un santo salvador, como todos, pero también terrible, como un huracán de justicia que tarde o temprano ha de venir del Cielo. “Toda oración es siempre por el hombre, pero ¿quién dará por Vos mismo esta plegaria pura y sencilla: Hágase tu voluntad?”.
La traslación del cuerpo de Santiago a España es cierta en cuanto al hecho principal. A partir del siglo IX, sus reliquias alcanzan una extraordinaria veneración en Santiago de Compostela, que se convirtió, durante la Edad Media, en centro de las más fervientes y frecuentes peregrinaciones de toda la cristiandad, al par de los santuarios de Roma o Tierra Santa.

Según una tradición, el cuerpo de Santiago vino a España poco después de su muerte. Con ocasión de la invasión árabe se perdió su memoria y hacia el año 814 se encontró providencialmente por unas luces misteriosas que brillaban sobre él y dieron origen al nombre de Compostela, campo de las estrellas o de la luz. Esta es la tradición española.
Sobre el sepulcro de Santiago se erigió la actual catedral compostelana, comenzando en 1077 y terminada en el siglo XII. En el siglo XIX, en 1878, se iniciaron unas excavaciones, que revelaron dentro de una misma sepultura muchos huesos. El informe de los médicos fue que pertenecían a tres personas distintas y por su antigüedad podían pertenecer a la época romana. El cardenal de Santiago Miguel Payá y Rico, decretó el 12 de marzo de 1883 que, por un cúmulo de indicios, era cierto que aquellas reliquias pertenecían a Santiago y a sus discípulos San Atanasio y San Teodoro. León XIII, después de nuevo y maduro examen, publicó la Bula “Deus Omnipotens”, en que declara la autenticidad de las reliquias de Santiago y sus dos discípulos.

Feliz día de Santiago y una felicitación especial a quienes llevan el nombre de este gran Apóstol.
Cuenca, 25 de julio de 2019.
José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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