Festividad del dulce nombre de María, día 12 de septiembre
Pasados cuatro día de la Natividad de Nuestra Señora, celebra la Iglesia la fiesta de su dulcísimo Nombre de María. Nada más justo y razonable tratándose de la Madre de Dios, cuyo nombre vino del cielo. Ningún otro le gana en eufonía y alto significado. Después de llevarlo Ella quedó ese nombre dignificado de manera superlativa.
En veinte provincias españolas el nombre María es el más común entre las mujeres. Estas provincias son: Albacete, Alicante, Almería, Baleares, Barcelona, Cáceres Jaén, Málaga, Murcia, Ávila, Cuenca, Castellón, Girona, Lleida, Tarragona, Teruel, Valencia Badajoz, Huelva y Ourense. En Cuenca el nombre de María el 35,5 % de las conquenses o está incluido en el nombre compuesto de hombres y mujeres.
Virgen de la Rosa. Copia del siglo XVII Capilla de los Caballeros. Catedral de Cuenca |
En veinte provincias españolas el nombre María es el más común entre las mujeres. Estas provincias son: Albacete, Alicante, Almería, Baleares, Barcelona, Cáceres Jaén, Málaga, Murcia, Ávila, Cuenca, Castellón, Girona, Lleida, Tarragona, Teruel, Valencia Badajoz, Huelva y Ourense. En Cuenca el nombre de María el 35,5 % de las conquenses o está incluido en el nombre compuesto de hombres y mujeres.
La festividad del Dulce Nombre de María se instituyo a raíz de la victoria de los cristianos sobre los turcos en Viena. La batalla se libró en la montaña de Kahlenberg, en las afueras de Viena, los días 11 y 12 de septiembre del año 1683, tras dos meses de asedio por las tropas del Imperio Otomano.
El día 14 de agosto abrieron los turcos las trincheras por el lado de la puerta imperial y se alojaron en ella a pesar del vivo fuego que hacían los sitiados. Prendieron fuego al palacio de la Favorita, quemaron las casas de campo de los nobles en el arrabal de Leopolstadt y pusieron jenízaros (tropa de élite) en todos los puntos estratégicos. Incendiaron también la iglesia de los escoceses llegando las llamas al arsenal, donde se almacenaba la pólvora y municiones.
La ciudad estaba a punto de caer, cuando el mismo día de la Asunción, por una visible protección de la Virgen se paró como de repente el fuego, dando tiempo a sacar las municiones y la pólvora del polvorín, cosa que alentó y dió ánimos a los soldados y vecinos confiando en la poderosa protección de María.
El día 12 de septiembre Juan Sobierki, rey de Polonia acudió a la capilla de San Leopoldo con el principe Carlos de Lorena, donde los dos asistieron al Santísimo Sacrificio de la Misa, permaneciendo con los brazos en cruz toda la toda la ceremonia. Al término recibieron la bendición y dirigiéndose al ejército les dijo: "Ahora podemos adelantar bajo la protección de la Virgen con entera seguridad que no nos negará su asistencia". Lanzándose sobre el ejército turco, estos abandonaron todo el armamento saliendo en estampida, dejando abandonado hasta el "estandarte de Mahoma" y quedando en el suelo más de cien mil hombres muertos en la pelea.
Informado el emperador Leopoldo Ignacio de la victoria mandó cantar el Te Deum, reconociendo que una victoria tan inesperada era efecto visible de la asistencia del cielo y de la protección de la Virgen.
Esta batalla marcó el comienzo del declive de Imperio Otomano en Europa.
El día 14 de agosto abrieron los turcos las trincheras por el lado de la puerta imperial y se alojaron en ella a pesar del vivo fuego que hacían los sitiados. Prendieron fuego al palacio de la Favorita, quemaron las casas de campo de los nobles en el arrabal de Leopolstadt y pusieron jenízaros (tropa de élite) en todos los puntos estratégicos. Incendiaron también la iglesia de los escoceses llegando las llamas al arsenal, donde se almacenaba la pólvora y municiones.
La ciudad estaba a punto de caer, cuando el mismo día de la Asunción, por una visible protección de la Virgen se paró como de repente el fuego, dando tiempo a sacar las municiones y la pólvora del polvorín, cosa que alentó y dió ánimos a los soldados y vecinos confiando en la poderosa protección de María.
El día 12 de septiembre Juan Sobierki, rey de Polonia acudió a la capilla de San Leopoldo con el principe Carlos de Lorena, donde los dos asistieron al Santísimo Sacrificio de la Misa, permaneciendo con los brazos en cruz toda la toda la ceremonia. Al término recibieron la bendición y dirigiéndose al ejército les dijo: "Ahora podemos adelantar bajo la protección de la Virgen con entera seguridad que no nos negará su asistencia". Lanzándose sobre el ejército turco, estos abandonaron todo el armamento saliendo en estampida, dejando abandonado hasta el "estandarte de Mahoma" y quedando en el suelo más de cien mil hombres muertos en la pelea.
Batalla de Kahlenberg |
Informado el emperador Leopoldo Ignacio de la victoria mandó cantar el Te Deum, reconociendo que una victoria tan inesperada era efecto visible de la asistencia del cielo y de la protección de la Virgen.
Esta batalla marcó el comienzo del declive de Imperio Otomano en Europa.
El estandarte de Mahoma que siempre se enarbolaba en medio del campamento otomano y junto a la tienda del Gran Visir, era de brocado de oro, fondo encarnado y bordados de letras árabes. El asta del estandarte remataba en un pomo de cobre dorado con borlas de seda verde. Este estandarte fue enviado a Roma y ofrecido al Papa Inocencio XI, el cual persuadido de tal singular victoria, debida a la mediación de María, ordenó que la fiesta de su "Dulcísimo Nombre" se celebrase a partir de ese momento en la Iglesia universal, en la Domínica infraoctava de la Navidad. Era el 25 de noviembre de 1683. Desde el pontificado de Pío X se celebra el 12 de septiembre y con rito de doble mayor.
He de recordar como investigador, que más de siglo y medio antes de la victoria de Viena, por los años 1513, celebraba ya esta fiesta la iglesia española de Cuenca con aprobación de la Sede Apostólica, antes por consiguiente de que la Orden Seráfica de San Francisco lograse igual privilegio para el dulcísimo nombre de Jesús, por cuya devoción tanto había trabajado.
Por último decir que entre todos los nombres es el único en cuya honra ha establecido la Iglesia una fiesta especial. Pero siempre ha sido muy venerado y celebrado este santísimo nombre de María desde los tiempos apostólicos, como lo prueban las innumerables Ordenes y Congregaciones que lo llevan y templos edificados en su nombre, como el de nuestra Catedral: "Santa María" de Cuenca.
Cuenca, 12 de septiembre de 2016
José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.
He de recordar como investigador, que más de siglo y medio antes de la victoria de Viena, por los años 1513, celebraba ya esta fiesta la iglesia española de Cuenca con aprobación de la Sede Apostólica, antes por consiguiente de que la Orden Seráfica de San Francisco lograse igual privilegio para el dulcísimo nombre de Jesús, por cuya devoción tanto había trabajado.
Por último decir que entre todos los nombres es el único en cuya honra ha establecido la Iglesia una fiesta especial. Pero siempre ha sido muy venerado y celebrado este santísimo nombre de María desde los tiempos apostólicos, como lo prueban las innumerables Ordenes y Congregaciones que lo llevan y templos edificados en su nombre, como el de nuestra Catedral: "Santa María" de Cuenca.
Cuenca, 12 de septiembre de 2016
José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.