La cueva de “Moratilla”
y la fuente de Martín “Alaja” parte decisiva en la toma de la ciudad de Cuenca.
Costumbre arraigada en los
conquenses era el ir a disfrutar de un día a la orilla del río Júcar para
mitigar el bochorno del estío. Nos juntábamos la familia, para matar el tiempo
jugaban a las cartas los mayores, mis hermanos dedicaban el día a pescar y yo a
dar guerra como crío de pocos años que era. Ese día se eligió el paraje de la
fuente de Martín “Alaja” porque distaba poco de la ciudad y podíamos ir andando
por la carretera de la ermita de San Isidro del barrio del Castillo, por la
tarde volveríamos en coche. No era habitual que se unieran al resto de la
familia mis abuelos maternos pero ese día estuvieron con nosotros pasando el día.
Cueva de Moratilla (Cuenca) |
La mañana se hacía pesada y yo
estaba tocando las narices continuamente así que cogiéndome de la mano mi
abuelo nos alejamos del lugar. Sorprendentemente al cruzar un pequeño puente
encontramos una gran cueva, quedando sorprendido. Nos acercamos a ella y
aprovechando su frescor nos sentamos en unas piedras que había a modo de banco
y me dijo mi abuelo: ¡Te voy a contar la historia de esta cueva y de la fuente
donde refrescamos la fruta!
Y comenzó el relato:
Como has podido ver cuando
bajábamos Cuenca es una ciudad inexpugnable, difícil de tomar por su situación
geográfica. Las fuentes de Martín Alaja, que entonces eran varias no una como
ahora, son célebres en la historia de Cuenca por haber tomado nombre de aquel
pastor cristiano que contribuyó a la toma de la ciudad por las huestes de
Alfonso VIII.
Cueva de Moratilla (Cuenca) |
Para la consecución de la toma de
Cuenca obtuvo ayuda del Rey D. Alfonso II de Aragón, de los Caballeros
Templarios, de los de Santiago y Calatrava. También le acompañó D. Pedro Ruiz
Azagra, hombre de armas navarro que estaba establecido en Albarracín, el Obispo
de Burgos, Sigüenza, Palencia y los Arcedianos de Toledo y Talavera.
Pusieron sitio a la ciudad a
principio del año 1177 y fue tomada el 21 de septiembre del mismo año.
D. Fermín Caballero, al que se ha
dedicado una calle en Cuenca y que estudió filosofía en el Colegio-Seminario
Conciliar de San Julián de Cuenca, copió de un códice de Montserrat de Madrid,
entre otras las siguientes líneas, con las que se describe la conquista de
Cuenca: “Ficieronse cuatro puestos porque
non pudiesen salir los moros, e pusieron uno en el puente del río Júcar, a
guarda de Martín Salcedo, con 200 ballesteros é pedreros, é otro en la loma del
cerrillo con otros tantos a cargo de Hernán Martínez de Zaballos. E otro avía de
50 caballos que corrían la tierra a carfo de Alonso Pérez Chirino, e otro en el
campo llano de el señor Rey avia su tienda, e lo tenía en el capitán Andrés de
Cañizares. Estos la aseguraban e guardaban. Estado así vido que los moros
tenían salida por lo alto…”
Fuentes de Martín Alaja (Cuenca) |
Para Abuelo que la estás liando,
a ti te gusta hablar en castellano antiguo, como lo haces con tu amigo el
archivero, pero yo no me entero de nada. Cuéntamelo para que yo lo comprenda.
Bien Josemari, te repito como habían observado que de la ciudad salían
los moros de vez en cuando para provisionarse o para otros menesteres se
montaron cuatro puestos de vigilancia y una patrulla de 50 caballos recorrían
todos los accesos a la ciudad.
Se enteraron por los espías, que
con frecuencia dejaban salir de la ciudad, por la puerta que da al Júcar
(Aljaraz) y después de comprobar estas afirmaciones Lope de Salazar, nombró el
Rey a a Alonso de Jaraba y a su sobrino
Mateo, para que ayudados por D. Pedro de Zafra y Martínez de Zaballos, se
dirigiesen, acompañados de soldados, hacia la puerta, por donde los moros
salían con objeto de entrar a la ciudad. En esta vigilancia nocturna, por entre
los pinares que coronan la Hoz del Júcar y al descender hacia las orillas del
río vieron una hoguera en la cueva de la Moratilla y hasta ella llegaron,
encontrando tres pastores, en el lugar que ahora mismo estamos nosotros. Dieron
muerte a dos de ellos y perdonando la vida al tercero por haber dicho gritando
que era cristiano al servicio de los
moros. Este pastor se llamaba Martín “Alaja” y tenía costumbre de apacentar sus
ganados por aquellos lugares en donde existen unos abundantes manantiales o
fuentes.
Fuentes de Martín Alaja (Cuenca) |
Abuelo ¿Quién era Martín “Alaja”?
Martín era un anciano que guardaba carneros de los moros y les explicó que
circulaba por una sendilla que conducía a la ciudad por la puerta de Aljaraz
que estaba poco vigilada. Pensaron los soldados que siendo una noche de luna
nueva sería posible confundir al guarda de la puerta y matando a los carneros y
poniéndose las pieles llamaron al
postigo que estaba en la cuesta, hoy la puerta de San Juan, y como conocía la
voz del pastor pues el guarda era medio ciego, abrió y mataron al guarda y a
cuantos moros se topaba con ellos. Al
amanecer viendo que los cristianos estaban ya dentro de la ciudad, el gobernador
moro de la ciudad para que no hubiera más muertes entregó las llaves de la
ciudad al Rey.
Por este ardid de Martín “Alaja”
hizo fácil lo que parecía imposible al ser Cuenca una ciudad fortificada por la
propia naturaleza por su situación, por su posición topográfica y los sólidos
trabajos de defensa que llevados a cabo por Hafsan Aben Amir, Said ben Alferag,
Aben Canon, Alhacen y Abdala ben Felah el Thograi, la hicieron casi
inexpugnable.
Desde ese día vi de otra manera
la fuente de Martín “Alaja”, además de ser un lugar delicioso para pasar un día
a la fresca del río, fue para mí un lugar para soñar y deleitar mi imaginación
con los hechos de la leyenda más hermosa de llegó a hacer de Cuenca una ciudad
cristiana.
Cuenca, 21 de septiembre de 2016
José María Rodríguez González.
Profesor e investigador histórico.
Excelente entrada Jose María.Soy un seguidor de tus publicaciones en tus blogs.Al igual que tu he sido maestro también,ahora jubilado,y me gusta también la investigación histórica Tengo igual que tu tres blogs.Mi más cordial Enhorabuena por este trabajo y por todos los que públicas sobre Cuenca.Mariano López Marín.
ResponderEliminarExcelente entrada Jose María.Soy un seguidor de tus publicaciones en tus blogs.Al igual que tu he sido maestro también,ahora jubilado,y me gusta también la investigación histórica Tengo igual que tu tres blogs.Mi más cordial Enhorabuena por este trabajo y por todos los que públicas sobre Cuenca.Mariano López Marín.
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