miércoles, 29 de mayo de 2019

San Fernando, 30 de mayo

“El siervo de Santa María”

Hoy la Iglesia España celebra la fiesta de San Fernando III el Santo, una de las más puras glorias de España. Es llamado el Montesino por que nació en un monte entre Zamora y Salamanca, cuando viajaban sus padres Don Alfonso IX y Doña Berenguela entre ambas ciudades. Allí rodeado de grandes y soldados, en una tienda de campaña, bajo el cielo estrellado de la tierra leonesa, nace el Santo conquistador de Andalucía el año 1199.

Poco se ha hablado de la niñez de este Rey santo y hay que saber que a los diez años le acechó la muerte. Cuando la medicina del momento lo dio como perdido para este mundo, su madre no se rindió y lo llevó hasta el monasterio de Oña, rezó y lloró durante una noche entera ante la imagen de la Virgen. Dice la crónica: “y el meninno empieza a dormir et depois que foi, luego de comer podía”.
La fortuna acompaña a este Santo príncipe. Por la muerte de su tío Enrique I y renuncia de su madre Doña Berenguela, queda como rey de Castilla. A los 18 años es armado caballero en el monasterio de Santa María de las Huelgas, junto a Burgos. Desde entonces siente que su misión es la de dilatar el reino cristiano. Su espada sólo puede desenvainarla contra los enemigos de la Fe. Al morir su padre Alfonso IX de León, el año 1230, entra pacíficamente en la posesión de su segundo  reino, sin derramar una sola gota de sangre cristiana. En León, lo mismo que en Castilla, todas las gentes le amaban.

A las 25 años cabalga sobre un brioso corcel y se acerca por primera vez a las orillas del Guadalquivir, iniciando la gesta gloriosa de treinta años que sólo la muerte podía interrumpir. 
La victoria volaba sobre su yelmo de oro. No tiene nunca un revés porque es “el caballero de Dios”, “el siervo de Santa María” y el “alférez de Santiago”. Aún se conserva una pequeña estatua de marfil que llevaba siempre consigo en el arzón del caballo, que colocaba a la cabecera de su cama, mientras dormía y delante de la cual pasaba largas horas arrodillado en los momentos más apurados de su vida de azares y peligros.
Fue recobrando palmo a palmo las tierras andaluzas de la usurpación árabe. En 1224 toma Quesada con seis castillos más; en el año 1226, Iznatoraf; en el año 1233, Ubeda; en el año de 1236, Córdoba; en 1243, Murcia y en el año 1244 llega hasta las puertas de Granada, y al final de 1245 entra en Jaén y proyecta la conquista de Sevilla, donde había de descansar después de muerto.

Empezó el cerco de Sevilla en 1247 y duró más de un año. Su entrada en Sevilla no fue un triunfo de Fernando sino de Santa María. La Virgen entró victoriosa sobre un carro triunfal, adornada de joyas, tapices y brillantes.
A los 52 años, cuando pensaba pasar a África, le sorprendió la última enfermedad, que su hijo, el Rey Sabio, nos ha contado en su “Historia de España”.

El Papa Clemente X en el año 1671 lo colocó entre el número de los Santos.

Cuenca, 30 de mayo de 2019.
José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

  

La Ascensión del Señor a los cielos.

Las huellas de los pies del Salvador.
Este año de 2019, cuarenta días después del domingo de Resurrección. Este jueves, 30 de mayo se cumplen los cuarenta días. Conmemora la Ascensión del Señor al cielo, en presencia de sus discípulos, tras anunciarles que les enviaría el Espíritu Santo. Este es un día festivo en muchos países del mundo, siendo una festividad muy antigua que muestra la glorificación de Jesús. Todo un contrapunto a la humillación sufrida durante el suplicio y la muerte que representa la Semana Santa.


Como el día de la Ascensión cae este año en jueves, cumpliéndose el cuadragésimo día desde el primer día de Pascua. Esta festividad se ha trasladado al domingo siguiente, pasándose a llamar Domingo de la Ascensión, que este año será el 3 de junio de 2019.
Según el Nuevo Testamento, su origen parte de que Jesucristo se reunió varias veces con sus discípulos durante los 40 días después de su Resurrección, con el fin de instruirlos sobre cómo llevar a cabo sus enseñanzas. Se cree que cuando se cumplieron los cuarenta los días llevó a sus discípulos al Monte de los Olivos, donde vieron cómo ascendía al cielo.

Al subir al cielo, Jesucristo dejó los vestigios de sus pies divinos impresos en la roca en que descansaron por última vez. Durante muchos siglos han sido visibles, y besados con respeto y regados con lágrimas de arrepentimiento y amor. San Jerónimo, San Sulpicio Severo y San Pauino de Nola han atestiguado este hecho milagroso. “Se va a la Judea –dice San Agustín- para adorar las huellas de los pies de Jesucristo que se ven en el monte de los Olivos”.
Monte de los Olivos y la mezquita en la actualidad
Durante el sitio de Jerusalén por Tito, el ejército romano acampó largo tiempo en esta montaña, sin que ni los movimientos de las tropas, ni las patas de los caballos, ni los trabajos del campo pudiesen borrar esas huellas sagradas.

Santa Elena, llena de veneración, hizo construir en el mismo lugar una iglesia con una cúpula elevada, cuya cúspide nunca se llegó a cubrir ni artesanalmente.
Cuenta San Eusebio, que cuando se quiso pavimentar y cubrir de mármol las huellas de los pies, se tuvo que desistir del intento por imposible. Todo cuanto se ponía era rechazado al instante por una fuerza invisible, y no hubo más remedio que dejar al descubierto el lugar de las huellas. Dios quería que los fieles pudiesen contemplar a la vez las huellas sagradas del Salvador en la tierra, y por encima, el paso por donde El tomó su ruta hacia el cielo.
Lugar de la Ascensión en el interior de la mezquita
Hacia finales del siglo VII el edificio se encontraba aún en este mismo estado, pero fue destruido durante las guerras de los sarracenos. La parte de la roca que guarda las santas reliquias, fue encuadrada en cuatro piezas de mármol, se halla en la actualidad encerrada en una pequeña mezquita. Sólo se ve el pie izquierdo, pues la devoción de los peregrinos, según se cree, ha hecho desaparecer el pie derecho.

Cuenca, 30 de mayo de 2019.

José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

lunes, 27 de mayo de 2019

Visita guiada gratuita de las primeros sábados de mes, en la Catedral de Cuenca.


"El siglo XX, misterios y enigmas".
 Con motivo de la festividad del día 1 de junio y coincidiendo con el puente, nos veos en la necesidad de trasladar la visita guiada, al segundo sábado del mes de junio, día 8, a las 11.00h en la entrada a la Catedral.
Con este sábado damos por finalizadas las visitas guiadas de los primeros sábados de mes por este curso.
La visita de este mes tendrá el título: El siglo XX en la Catedral de Cuenca. Un recorrido por el neogótico de Vicente Lampérez y por los misterios y enigmas que encierra la Catedral”.
Ángel sonriente. Catedral de Cuenca.

Con la intervención de Vicente Lampérez se termina un periodo importante de recuperación del patrimonio, que no todo la gente supo encajar, tal vez por desconocimiento de lo sucedido con el derrumbamiento de la torre del Giraldo.
Durante la visita hablaré sobre la persona de Vicente Lampérez, su intervención en la catedral, su proyecto y fuentes documentales que empleó para ilustrar la iconografía de la fachada neogótica, inspirada en el proyecto del arquitecto Viollet-le-Duc, arquitecto de la Catedral de Notre Dame de París.

Realizaremos un recorrido por los  misterios esotéricos que se atribuyen a la Catedral. El esoterismo es la cualidad de lo que está oculto a los sentidos y a la ciencia o es difícil de entender. Todas las catedrales góticas arrastran un gran número de leyendas y misterios y nuestra Catedral no es menos ni más, comparada con la de su tiempo. La creencia en estos temas va ligada al interés despertado en los últimos siglos, donde la novela negra y de misterios fue muy solicitada.
Con esta visita, como he comentado antes, damos como cerrado el ciclos de visitas guiadas gratuitas por este curso. El nuevo ciclo lo iniciaremos con el nuevo curso para el mes de septiembre o después de las fiestas de San Mateo, es decir para el primer sábado de octubre.

Cuenca, 22 de mayo de 2019.

José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

sábado, 25 de mayo de 2019

San Gregorio VII, hoy celebramos su festividad, 25 de mayo.


“He amado la justicia y aborrecido la iniquidad”

La historia de este Papa tiene parecido con la de San Atanasio. Si San Atanasio fue en el siglo IV el campeón invencible de la divinidad del Verbo, San Gregorio fue en el siglo IX el gran defensor de la moral cristiana y de la autoridad pontificia.

El mundo no le había dado nada, ni dinero, ni nobleza, ni hermosura. Era hijo de un noble cabrero de Savona. Su padre le llamó Hildebrando, que quiere decir espada que relumbra. Un tío suyo le sacó de entre las cabras y le vistió la cogulla benedictina el monasterio de Santa María de Roma.


Hombre de lucha, tuvo que vencer primero su carne, y lo hizo con el estudio y la fatiga. Cuando tenía 25 años fue elegido Papa su maestro Graciano, con el nombre de Gregorio VI. Desde un principio tomó a Hildebrando como su brazo derecho. León IX no quiso tampoco prescindir de la fuerza y rectitud de este hombre.

En 1073 moría Alejandro. Como arcediano  era Hildebrando, tuvo que presidir los funerales del Papa. En medio de la ceremonia, la multitud: el clero y el pueblo prorrumpió en un grito unánime: “Hildebrando Papa”. El pueblo se apoderó de él y lo entronizó casi a la fuerza. Se llamó Gregorio VIII, en memoria de su maestro Gregorio VI, cuya campaña de reforma iba a continuar.

En el Sínodo cuaresmal de 1074 renovó los decretos de Nicolás II “para desarraigar la herejía simoníaca y restablecer la castidad sacerdotal”. Numerosas cartas y mensajes salieron de Roma con este fin. Particularmente en Alemania, se levantó una gran tempestad entre los clérigos interesados.

El Papa no cedió y mandó una Encíclica a los alemanes, exigiendo al pueblo que negara la obediencia a los obispos que no corrigiesen los excesos de sus clérigos.

En el Sínodo cuaresmal de 1075 prohibió las investiduras de los legos y excomulgó a cinco consejeros del emperador que habían intervenido en la colación simoníaca de los beneficios eclesiásticos. Mandó también un aviso al monarca, reprendiéndole sus injusticias y vicios. Enrique IV no se corrigió y el Papa tuvo que apelar a su excomunión y a la deposición. Era la primera vez que un Papa excomulgaba y deponía a un rey.

El efecto fue desastroso para el emperador de Alemania: los grandes le amenazaron con nombrar otro emperador si, en el término de un año, no era absuelto de la excomunión.

Enrique tuvo que humillarse y en el rigor del invierno se dirigió a Italia, con muy pequeña escolta, y fue a Canosa, donde estaba Gregorio VII, para pedirle perdón. El Papa que desconfiaba de su sinceridad, se negó a recibirlo. El emperador entonces hizo penitencia durante tres días, del 25 al 28 de enero de 1077, ante el castillo con los pies desnudos y en hábito de penitente, pidiendo misericordia. El Papa otorgó al fin la absolución. Pero, como se temía, el rey no cumplió sus promesas. Siguieron los abusos. 
Encuentro entre el emperador Enrique IV y Gregorio VII en Canosa en 1077 
(Obra de Carlo Emanuelle)
En el Sínodo cuaresmal de 1080 promulgó una segunda excomunión y la deposición. El emperador reunió un ejército y se dirigió a Italia para imponer por la fuerza su voluntad. Entró en Roma en 1084. El Papa se había refugiado en el castillo de San Angelo. Más tarde tuvo que huir a Nápoles, y el 25 de mayo de 1085mle sorprendió la muerte en Salermo, donde se conserva su cuerpo. Sus últimas palabras fueron célebre: “He amado la justicia y aborrecido la iniquidad. Por eso muero en el destierro”.
Cuenca, 25 de mayo de 2019.
José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.


jueves, 23 de mayo de 2019

El poder de la sonrisa

Mucha gente es calificada por su sonrisa, hablamos de alguien y nos dicen, siempre tiene una sonrisa en su boca. Físicamente la sonrisa es posible debido a un músculo facial que se contrae a los lados de la boca, llamado cigomático mayor. Los expertos explican que cuando se sonríe la mente registra una mejora en el ánimo porque responde a las acciones del cuerpo. Si el cerebro detecta que el cigomático mayor se flexiona, lo interpreta como felicidad y crea esa emoción.


Sonreír es mucho más que un placer o una forma de demostrar nuestro estado de ánimo, demostrado está, en el área de la psicología, que al sonreír trasmitimos un estado de confianza dando a entender a quien nos dirigimos, lo bien que nos sentimos y estamos abierto a la cooperación o al diálogo.

El poder de la sonrisa es palpable. El sonreír nos hace más confiables, sonriendo se puede obtener indulgencia ante un hecho adverso o si nos hemos desviado de una regla preestablecida, la razón subyace en que tendemos a valorar como más confiable a la persona que sonríe.
Sonreír minimiza el dolor, al sonreír ante una situación dolora nos ayuda a recuperar el ánimo. Cuando estamos nerviosos nuestra atención se reduce dejando de percibir adecuadamente lo que nos rodea y nos encerramos en nosotros mismos. Un curioso estudio realizado en 1952 a los jugadores de béisbol demostró que los más longevos eran aquellos jugadores que eran más propensos a la sonrisa.

La sonrisa tiene una gran importancia cuando va dirigida a otra persona, le transmitimos una sensación de compañía. La sonrisa es un puente perfecto para la comunicación.
Resumiendo, la sonrisa proyecta una imagen más segura de quien la ofrece y aumenta la confianza en uno mismo, nos ayuda a establecer vínculos sociales y a mantenerlos, por todo ello la sonrisa es un arma social muy poderosa.

Ofrezcamos hoy, nuestra más agradable sonría y trasmitamos felicidad a cuantos se crucen en nuestro camino.

Cuenca, 24 de mayo de 2019

José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

domingo, 19 de mayo de 2019

345 años del incendio de la Torre del Giraldo.

El  fatídico 20 de mayo de 1674 para la Catedral de Cuenca. Tres días duro el incendio hasta su extinción.
Se alzaba airosa, esbelta y artística la torre del Giraldo en el callejón de la Calle de San Pedro, adosada al cuerpo del edificio, junto al claustro, sobre los calados y ojivales de la Basílica, con aquella aguja que durante tantas centurias desafiaba al viento, sufriendo en diversos incendios que amenazaban con casi su total desaparición.
En la noche del 20 de mayo de 1674 un rayo produjo un terrible incendio en la torre de  las campanas, llamada del Giraldo.
Torre del Giraldo. 1870
Catedral de Cuenca
La caída de un rayo produjo un voraz incendio, ardiendo las vigas, los telares o vigas en donde descansaban. Seis de las campanas quedaron inutilizadas al desplomarse sobre la bóveda, propagando el incendio dentro de la Catedral.

El Obispo que regia la diócesis era D. Francisco Zárate Terán (1664-1679). El mismo Rey Felipe IV le promovió para la mitra de Cuenca, de la que tomó posesión por su apoderado D. Manuel Olias de Espinosa, canónigo de Segovia, el 26 de mayo de 1664. Fue un prelado ejemplar y de gran crédito.
Este incendio fue un duro revés para el Obispo que puso todo su empeño en remediar los daños. Fueron tres días lo que duró el incendio y trece los que se emplearon para sacar los escombros. El maestro de cantería, Domingo Ruiz, ajustó y trabajó el remate de la cubierta y corredores de la torre en unos 4.000 duros, corrió a cargo de cuenta de la fábrica: la cal, piedra, madera, maromas, etc., todo ello para reparar la aguja y calados en que estaban colocadas las campanas y sobre la que giraba el Giraldo.

La obra de restauración resultó muy costosa y no siendo bastantes los fondos disponibles por prelados y capitulares se acudió a pedir limosna a prelados y señores de otras partes de España, como D. Juan de Austria que donó 6.000 pesos.
Al verse afectadas seis campanas, se mandó llamar a los campaneros turolenses: Agustín Arena, su hijo Juan y Antonio de la Puente Montecillo, para que fundieran nuevas  campanas, siendo sustituidas las dañadas.

A las nuevas campanas se les puso el nombre de Santa María, a la mayor; San Julián  a la segunda a la que se le añadió la inscripción: “Sancte Juliane, ora pro nobis”. La tercera se le dio el nombre  de San Salvador con la que se llamó San Pedro y San Pablo formaron los dos esquilones. El cimbalillo grande se llamó San Mateo y la más pequeña Santa María la menor con la inscripción: “Ave gratia plena”.
Tras la terminación de las obras y la correspondiente bendición, por el Sr. Obispo, se celebraron tres días de fiesta, con el correspondiente disfrute de toros enmaromados.

Cuenca, 20 de mayo de 2019.
José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

martes, 14 de mayo de 2019

San Isidro Labrador

San Isidro, Labrador.
Dos son las ermitas que veneran a este santo en la ciudad de Cuenca, una en el barrio del Castillo y otra a la salida de la Carretera de Alcázar. Hecho que indica la devoción que se ha procesado a este Santo.
La base y fuente de la única biografía escrita de la vida de San Isidro se le debe al francisano Juan Diácono, que la escribió siglo y medio después de la muerte del Santo, que vivió en la última mitad del siglo XI y primera del XII. Fue canonizado en 1622 por el Papa Gregorio XV y el Papa Juan XXIII le declara media Bula como Santo Patrón de los agricultores españoles. Nada más seguro y devoto que la narración del biógrafo franciscano. He aquí un resumen.
 Debió nacer en Madrid, quizás en a parroquia de San Andrés, era jornalero en los alrededores de aquella diminuta población del siglo XII, tal vez en Torrelaguna contrajo matrimonio con una joven llamada María Toribia (Santa María de la Cabeza según la tradición), tuvo por hijo a San Illán cree que estuvo al servicio de un tal Juan de Vargas.

Cada día, muy de mañana, dejaba la labor del campo, visitaba muchas iglesias y rezaba en ellas, empleando además gran parte en oración. Se había puesto a servir a un labrador de Madrid, ajustándose por todo el año.

Fue acusado de que no trabajaba por rezar y hacer oración. Su defensa fue decir que primero era Dios que los hombres, y que si algo perjudicaba con sus rezos, estaba dispuesto a resarcir de todo a costa de su bolsillo. El amo no se contento con ello se puso a vigilar su trabajo de cerca. Vio efectivamente que llegaba muy tarde, pero Dios le mostró además de su yunta dos  más de color blanco que araban junto con la de Isidro, cumpliendo así el tiempo que él había pasado en la iglesia.

Como rasgo de la bondad de su corazón nos cuenta su biógrafo otro milagro. Un día de nieve fue con un mozo a moler trigo. Había en los árboles una bandada de palomas hambrientas. Limpió la tierra con la mano y los pies y les echó parte del trigo que tenía preparado para su necesidad. Llegando al molino, no se halló merma ninguna en el saco, antes creció la harina.

Para socorrer a los pobres obró también otros milagros parecidos. No hay hechos dignos de historia en la vida de este sencillo campesino, pero no cabe la menor duda de que Isidro fue un hombre excepcional, cuya vida permaneció fresca en la memoria de las generaciones sucesivas; y de su extraordinaria santidad y prodigiosa protección son prueba buena la conservación de su cuerpo, la devoción de los fieles en todo tiempo, los monumentos que se han levantado y sus números milagros.

Su biógrafo termina así la vida: este varón, de intachables costumbres, que tuvo su legítima mujer e hijo, rigió convenientemente su casa, viviendo loablemente, mereció alcanzar una muerte más loable aún; y cuenta cómo recibió los últimos Sacramentos y dirigió a su familia una fervorosa exhortación, y luego, uniendo sus manos y cerrando los ojos, se entregó enteramente a su Redentor, a quien siempre había servido.
Fue sepultado en el cementerio de San Andrés Apóstol. Allí estuvo cuarenta años sin que nadie lo visitara. En tiempos de lluvia, un arroyo que pasaba cerca entró en su sepultura. El Santo se apareció a un vecino y le pidió que trasladase el cuerpo del cementerio común de la iglesia. El vecino se resistió, pero cayó enfermo y no curó hasta que se hizo el traslado. El cuerpo estaba entero y fue colocado en un mausoleo en la mencionada iglesia de San Andrés, junto al altar de los bienaventurados Apóstoles.

Cuenca, 15 de mayo de 2019.
José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico. 

domingo, 12 de mayo de 2019

Recordar el ayer para hacer el futuro

"Una ciudad mancillada de escritura vana (grafitis)"

Dando pasos por las calles y callejuelas de nuestra Cuenca, nos encontramos con la dejadez de las gentes que la habitan, de sus regidores que la ignoran y de cuantos vemos la decadencia de una ciudad que se tañe de Patrimonio de la Humanidad.
Quien te viera y quien te ve, ciudad cantada por poetas, baluarte impugnable, nuestra Cuenca deseada responderá, no a un momento, sino a una trayectoria de siglos. Es más, se remozarán en las voces desoídas por razones que en su día lo fueron, pero que hoy carecen de fuerza, y es más la respuesta que se pretende despertar, llegando a los interiores de sus gentes para embellecer lo que se ensucia.
Ocasión tendrá el visitante de conocer como son por dentro sus monumentos, porque por fuera se tiñe de grafitis por doquier que hacen de sus paredes escenario de dejadez y de mundanos especímenes que adoran la decoración de mil letras y colores estimulando al pintor para inventar delirios de complicidad con los colores menos nuestros.
¿De todos estos “bellos” y falsos intentos por procurar una ciudad limpia y soñada se hacen eco en sus programas los aspirantes a ocupar la silla de regidor o regidora?
Qué decir, después de lo que antecede sobre el color indefinible de algún tiempo a esta parte, muy en boga en las redes sociales, pero que caen en saco roto como para dirigentes y aspirantes.

¿Cuenca será en el mañana que soñamos, la custodia en plata vieja que fue destrozada, la de los Becerriles sin respeto a su belleza?, sólo quien ama a su tierra tiene presente su conservación y su limpieza.

En Cuenca se da el milagro de supervivencia a despecho de los propios elementos que la integran. Que ésto sea así proclama hasta qué extremos la ciudad posee una personalidad distinta, tan plena que destrozada, sigue siendo ella misma.
Sólo espero que estos futuros y apasionados aspirantes a regidores, sepan localizar y reprender a quienes habitan las calles en horas intempestivas para fraguar sus improntas caninas, sencillamente limpiando aquello que mancillan con sus grafitis. Porque repetimos una vez más, la reambientación de Cuenca sólo se logrará por quien la haya comprendido y esa comprensión exige autentico cariño por la ciudad en la que vive y por la ciudad en que has nacido.

Cuenca, 12 de mayo de 2019.

José María Rodríguez González. Profesor e investigador historio.


jueves, 9 de mayo de 2019

Un santo manchego, San Juan de Ávila


Juan de Ávila nació en Almodóvar del Campo (Ciudad Real), de una familia de cristianos nuevos, lo cual iba a crearle no pocas dificultades en el curso de su vida. Estudió Derecho y Teología en Salamanca y Alcalá y fue ordenado sacerdote en 1525.

Quería ir a cristianizar las Indias, pero no fue posible y se quedó muy cerca de su tierra natal, en Andalucía, predicando en Sevilla, Granada, Córdoba, Écija, Baeza, Montilla y muchos lugares más. Es el gran predicador, sabio, austero, fogoso, que arrebataba con la fuerza de su palabra a los oyentes.

El Santo Oficio se alarmó ante la vehemencia de su celo y el eco que tienen sus sermones, considerándose que tal vez perturba el orden social e incurre en algún aspecto de la herejía luterana; por lo que fue llevado ante el Tribunal de la Inquisición y sufrió cárcel  durante unos meses, hasta  que se reconoció su absoluta ortodoxia.
San Juan de Ávila Obra del pintor francés Pierre Subleyras 1746

Fervoroso y mortificado, incluso más hombre de oración que de palabra, Juan de Ávila sigue su camino encendiendo inquietudes de más exigente espiritualidad en seglares, clérigos y religiosos; por ejemplo, en carmelitas, como san Juan de la Cruz, en dominicos como Fray Luis de Granada, que será su primer biógrafo y en los jesuitas. Coincide tanto con San Ignacio, que piensa en ingresar en la Compañía de Jesús.

Pero es un hombre aparte, que atrae y asusta, siempre rodeado de entusiasmo y de suspicacias, hasta el punto de no ser canonizado hasta 1970. Un gran santo sin temor por las aristas de la verdad, hirientes en primer lugar para él mismo.

Cuenta su biógrafo que cuando murieron sus padres, que fue antes de terminar su carrera eclesiástica, el día de su primera Misa se llevó a su casa a doce pobres, los vistió, les lavó los pies, les dio de comer y les sirvió él mismo a la mesa.

Como dije anteriormente, sus ideas fueron el convertir al mundo infiel y determinó embarcarse para América. Vendió la hacienda de sus padres, repartió el dinero entre los pobres de Almodóvar y se traslado a Sevilla para buscar una nave que lo llevara a cumplir sus sueños. Don Alonso Manrique, arzobispo le rogó primero y luego le mandó bajo obediencia, que desistiera de ese viaje, porque Dios lo quería en Andalucía.

Su primer sermón lo predicó en el Salvador de Sevilla. Antes de subir al púlpito se sintió tan desconcertado, que volviendo sus ojos a un crucifijo, le dijo: “Señor mío, por aquella vergüenza que Vos padecisteis cuando os desnudaron para poneros en esa Cruz, quitadme esta excesiva vergüenza y dadme vuestra palabra para que en este sermón gane alguna alma”.

Este sermón, que predicó entre los veintiocho o treinta años, es considerado como uno de los mejores. Desde entonces fue el maestro de los predicadores. Fray Luis de Granada, el Crisóstomo español, dice que, sentándose en la escalera del púlpito para oírle mejor, se aprovechaba más con los sermones del maestro Ávila que con muchos años de estudio.

Otro día le pidió el sermón para copiarlo y el Santo sacó de su bolsillo un papel pequeño, doblado, donde en pocos renglones estaba el esquema del sermón. Generalmente solía hablar durante dos horas seguidas. Fray Luis de Granda comparaba sus sermones con un arcabuz cargado de mucha munición, que de un tiro hace muchos estragos.

Del púlpito pasaba al confesionario, donde, como dice su biógrafo: “seguía la caza que dejaba desde el púlpito, hasta que la ponía en manos de Dios”.

Cuando llegó la hora de su muerte. Uno de los discípulos le entregó el santo Crucifijo. Él lo tomó, lo abrazó y besó, sin cesar de pronunciar los Dulcísimos Nombres de Jesús y María, así falleció santamente en Montilla, el 10 de mayo de 1569, a la edad de setenta años y cuarenta y cinco de fecundo apostado.

Su cuerpo se conserva en la iglesia de la Compañía de Jesús de Montilla. Fue beatificado por León XIII en el año 1894 y canonizado el 31 de mayo de 1970 por el Papa Pablo VI. El Papa Benedicto XVI, lo proclamó Doctor de la Iglesia el 7 de octubre de 2012.

Cuenca, 10 de mayo de 2019.

José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

martes, 7 de mayo de 2019

San Miguel, su primera aparición y festividad.

La aparición de San Miguel
Hoy 8 de mayo celebramos la aparición del Arcángel San Miguel. Esta fiesta se ha suprimido en la última reforma del Misal Romano en el año 1960, como veis no hace tantos años de ello y sólo se conserva la fiesta del 29 de septiembre.
Con la presentación del libro “Aggelos“, sobre la parte angelical de la Catedral de Cuenca y su posterior visita, para aprecian in situ, lo contenido de mi trabajo, no puedo dejar pasar de largo esta festividad de uno de los Arcángeles más importantes de la jerarquía angelical.
Arcángel San Miguel
Retablo de Santa María de todos los Santos
Catedral de Santa María de Cuenca
Miguel, cuyo nombre en hebreo significa ¿Quién como Dios?, como he dicho, es el principal de los ángeles que en particular y con nombre propio se conoce y se venera en la Iglesia. En la Sagrada Escritura se habla expresamente de él, como príncipe y protector de Israel, como capitán de los ángeles que lucharon en una gran batalla contra los ángeles que se rebelaron contra su Creador, capitaneados estos por el diablo llamado Satán, representado en la imaginería con forma de dragón.
La Iglesia no ha definido nada sobre San Miguel, pero las creencias del pueblo cristiano y sus Doctores sí, resumiendo los hechos en estas tres creencias:

1º San Miguel era antes de Cristo el Ángel Custodio del pueblo judío y ahora de la Iglesia.
2º San Miguel tiene el cargo de admitir o no admitir en el Paraíso las almas. El Oficio romano lo llama Prepósito del Paraíso, y el ofertorio de la Misa de Difuntos, abanderado que presenta las almas en la luz de la gloria. Por el interés de San Miguel con las almas del Purgatorio, se solía antiguamente levantarle en los cementerios una capilla. Los artistas de la Edad Media han representado a San Miguel en el tímpano de las puerta principal de las catedrales, a los pies del soberano Juez, con una balanza donde pesa a las almas, como encarnando aquel papel de discernimiento entre buenos y malos, que Cristo atribuye a los ángeles.

3º Creencia es que San Miguel es el príncipe de todos los ángeles que permanecieron fieles a Dios. La historia eclesiástica nos lo muestra muy venerado desde los primeros tiempos. Se nos dice que dio la victoria a Constantinopla y es cierto que aquel príncipe le dedicó una capilla cerca de Constantinopla. Más tarde edificó otra Justiniano enfrente de la misma ciudad, sobre el promontorio que mira a Asia.
En Occidente la protección de San Miguel se hace sentir ya en el siglo V en Italia, y por eso vemos a diversos Pontífices romanos levantar iglesias en su honor.

La fiesta que hoy celebramos conmemora la aparición de San Miguel en el Nombre Gárgano el año 492 y cuyo santuario se remonta a la primara mitad del siglo VI.
Roma, que desde San León Magno celebraba el Nacimiento de la basílica del  Arcángel en la Vía Salaria el 29 ó 30 de septiembre, se abstuvo por mucho tiempo de celebrar la aparición en el Monte Gárgano. En el siglo XI se había olvidado ya la festividad de la basílica Salaria y refundieron las dos festividades, la del 8  de mayo, aparición sobre el Gárgano y la del 29 de septiembre, dedicada a la primera iglesia en Roma.

En monte Gárgamo está en la provincia italiana de la Pulla. Cuenta la tradición que un hombre rico tenía allí un gran rebaño de ganado vacuno. Habiéndose extraviado uno de los toros, fue hallado dentro de una cueva. Trataron de sacarlo, pero no fue posible. Consultaron alarmados al obispo, que pidió tiempo para orar y ayunar. Se le apareció San Miguel y le dijo que aquella cueva estaba bajo su protección, que se debía levantar allí una capilla en su honor, donde él derramaría los auxilios de su poderosa intercesión.
Hasta San Pío V, parece que en este día 8 de mayo se conmemoraba desde el año 663, más que la aparición de San Miguel, una victoria cristiana por la intercesión del Arcángel.

San Miguel representa el grito de la humanidad cristiana: ¿Quién como Dios?, y por eso es también la gran fortaleza del cristiano. San Miguel ejerce un papel importantísimo en la vida del pueblo judío y en la del pueblo cristiano. La devoción a San Miguel como vencedor de Satanás tiene una importancia y un fundamento que no se encentra en la de los otros Santos. San Miguel ha sido escogido por Dios como defensor  abogado de los cristianos. Se dice que después de San José, como padre de Jesús, no hay otro más importante que San Miguel como mediador entre Dios y el hombre.

Cuenca, 8 de mayo de 2019.
José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico 

domingo, 5 de mayo de 2019

San Juan Apóstol


Hoy se celebra al festividad de San Juan Apóstol

Esta fiesta se suprimió del Misal Romano en la reforma de 1960 siguiendo la norma de la no duplicación ya  que la festividad de San Juan Evangelista se celebra el 27 de diciembre.

Con relación a la vida de San Juan debo comenzar explicando las persecuciones que sufrieron los cristianos desde sus primeros tiempos. La primera persecución empezó bajo el dominio del emperador Nerón, cesando en el año 69. Durante más de 20 años, bajo el gobierno de Galba, Otón, Vitelio, Vespasiano y Tito vivieron en paz los cristianos de todo el Imperio.


San Juan, muerta la Virgen en Jerusalén, hacia el año 42 se marchó al Asia Menor y se estableció en la ciudad marítima de Éfeso, capital efectiva de toda aquella provincia romana. Aquí vivía el Santo Apóstol cuando subió al trono Domiciano (años 81-96).

Los primeros años se deslizaron tranquilos para los cristiano, pero al año 14 de su reinado (94), Domiciano se enfureció contra ellos y renovó lo que llama Tertuliano el Institutum Neronianum. Muchos fueron condenador por ateísmo y costumbres judaicas, como decían los paganos, bien a la muerte, bien al destierro, bien a la pérdida y confiscación de todos sus bienes.

Fue ejecutado Flavio Clemente, primo del emperador y cónsul en año 95. Su esposa Flavia Domitila fue desterrada a la isla Pandataria (Santa Mria) frente a Gaeta. Flavia Domitila la joven, nieta, a lo que parece, de Pomponia Grecina e hija de Santa Plautila, marchó a la Isla Poncia. También fue martirizado y murió Acilio Glabrión, cónsul el año 91.

De Palestina fueron llevados a Roma y juzgados delante de Domiciano dos parientes del Señor, nietos de San Judas Apóstol. El emperador se convenció de que no aspiraban a la corona de los judíos y los puso en libertad.

Con San Juan fue más severo. No consta claro con qué motivo y en qué circunstancias vino a Roma, pero su venida y martirio en tiempos de Domiciano es cierto.

Tertuliano a principios del siglo III, muy impuesto en todas las tradiciones romanas de los primeros siglos, nos dice claramente que San Juan estuvo en Roma y fue arrojado en una caldera de aceite hirviendo.

San Juan era ya anciano y probablemente fue azotado antes de ser arrojado desnudo a la caldera. Podemos imaginarlo dentro, con las manos juntas y en fervorosa oración, recordando las palabras proféticas del Señor, cuando la anunció que debía beber el cáliz de la Pasión, antes de entrar en el reino de su Padre. Allí se ofreció como víctima por la Iglesia y Dios se contentó con su ofrecimiento y primeros dolores, pues en vez de ahogarse y morir perseveró orando y alabando a Dios hasta que lo sacaron más fuerte y rejuvenecido, como expresamente dice Tertuliano. San Jerónimo menciona esta confesión del Apóstol y los Padres posteriores. San Isidoro habla de un veneno que le obligaron a tomar sin que le hiciese daño alguno.

Desde el siglo IX se conmemora este martirio en una basílica romana, junto a la puerta llamada Latina, porque da salida al Lacio. La Iglesia es del siglo V y ha sudo restaurada en varias ocasiones.

Ante la evidencia y fuerza del poder sobrenatural, que tan sensible se mostró en el viejo Apóstol de Cristo, cedió el emperador, le perdonó la vida y se contentó con enviarle desterrado a la isla de Patmos. No había llagado todavía la hora final de San Juan y Dios lo conservaba aún para grandes empresas. En el destierro de Patmos debía escribir sus revelaciones, el libro del Apocalipsis y luego, con la muerte del tirano, volver a la Iglesia del Asia Menor, para dejarles en herencia el Evangelio de Jesucristo, el Evangelio espiritual, que tan de manifiesto iba a poner el amor y divinidad de Jesús.

 Cuenca, 6 de mayo de 2019.

José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

sábado, 4 de mayo de 2019

En el día de la madre.

A las madres que partieron de este mundo y nos miran desde el Cielo.

La madre es el vínculo más hermoso y fuerte que ha creado la naturaleza entre dos seres. El día de la madre en España se celebra el primer domingo de mayo desde 1956. Hoy día 5 de mayo lo celebramos este año de 2019.

Siempre se ha dicho que este día fue creado por intereses comerciales, pero creo que es de ley celebrar un día especial donde agradezcamos el haber nacido, el haber sido cuidados en nuestra niñez y el existir en este mundo gracias a una persona que nos dio la vida.

Nada en esta vida es eterno, pero siempre quisiéramos tener a nuestro lado a esa persona que significó y sigue significando tanto en nuestra existencia.
“Nunca he dejado de lado tu recuerdo, madre, y hoy cuando relataba la conversión de Giralte de Flugo, al ver en la imagen de la Virgen de las Angustias el rostro de su mujer y su hijo muerto, historia que el abuelo me contaba de esa cruz fabricada por Diego de Tiedra en el atrio del convento carmelitano de las Angustias, los recuerdos fluían a mi mente más fuerte que nunca el saber que te fuiste de mí lado”.
La vida es cruel al arrebatarnos a la mujer que nos dio la vida. Nuestra madre ha sido nuestra protectora, nuestra amiga y compañera más cercana. Hoy a los que nos falta la madre, en este caminar temporal, le enviamos un mensaje de amor hasta el cielo.

“Cuando partiste, el día de los Reyes Magos, dejaste un vacio en mi corazón, pero tu recuerdo llena cada instante del día a día. Tu rostro vive pegado en mis recuerdos y eso me trae emociones como la de esta mañana, tu recuerdo es un refuerzo en la vida que trasmito en mis enseñanzas, en mis explicaciones, en los rincones de esa catedral que tú también de chica recorriste con tu padre, el abuelo Sabino".

Madre, Feliz día, allí donde estés y pide por tus hijos al Dios Padre que está en los Cielos. 
Feliz día a todas las madres de este mundo. 

Cuenca, 5 de mayo de 2019.

José María Rodríguez González.

El legado del Rey San Fernando III a la ciudad de Cuenca


Así se titula la conferencia organizada por la "Asociación de Amigas de la Lectura" de Cuenca. Se impartirá el día 7 de mayo a las 19.00 horas en la Biblioteca Pública Fermín Caballero de Cuenca, en la Sala Transparente. Impartida por el Profesor e Investigador José María Rodríguez González.

En la conferencia se realizará un recorrido por la historia de la vida de San Fernando, sabiendo que fue uno de los personajes en el que se conjugan en alto grado: la piedad, la prudencia y el heroísmo. Se analizará las visitas que realizó a la Ciudad de Cuenca, y los privilegios que concedió a esta ciudad.


San Fernando fue un rey que no conoció la derrota ni casi el fracaso y unió definitivamente las coronas de Castilla y León. Reconquistó casi toda Andalucía y Murcia.

Fue el fundador de la famosa Universidad de Salamanca, protegió a las comunidades religiosas y se esforzó para que sus soldados recibieran educación en la fe. Instauró el CASTELLANO como idioma oficial del Reino y se preocupó por que se diera importancia a la música y al buen hablar literario.

Si quieres saber más, te esperamos el día 7 de mayo a las 19.00h, en la biblioteca Fermín Caballero.

Cuenca, 4 de mayo de 2019.

viernes, 3 de mayo de 2019

Santa Mónica, mi felicitación a quien lleve tan digno nombre.


Hoy la festividad de Santa Mónica, madre de San Agustín

Cerca esta el día de la madre y no podía dejar pasar este momento para hablar de la historia de Santa Mónica, el ejemplo más palpable de lo que puede una madre en la educación de sus hijos y de lo que debe la Iglesia a las madres cristianas. 
Su hijo San Agustín confiesa que, después de Dios, todo lo debe a su madre. Por eso habla de ella con tanto cariño y lágrimas cuando recuerda a su madre. “No callaré lo que me nace del alma sobre aquella sierva vuestra que me dio a luz en su carne para que naciera a esta vida temporal".


Mónica debió su educación cristiana no tanto a la diligencia de su madre cuanto a la de una criada decrépita, que cuidaba de las hijas de sus señores como si fuesen propias. Educada con honestidad y templanza, se casó por voluntad de sus padres con un gentil, llamado Patricio, a quien desde un principio trató de ganar para Dios con sus virtudes y buenas costumbres, “con las cuales se hacía hermosa y reverentemente amable”.

Tenía Patricio un temperamento fuerte y muy iracundo, nos dice su hijo San Agustín. “Mas ella sabía no resistir al marido airado, no ya de obras, pero ni aun de palabras. Cuando él se había desfogado y sosegado, si lo juzgaba oportuno, le daba razón de su proceder, si tal vez él se había descompuesto con alguna inconsideración”.

El mismo San Agustín nos cuenta que había muchas matronas con maridos más mansos que llevaban los rostros afeados con las señales de los golpes que recibían de sus esposos. Mientras ellas echaban la culpa a la vida descompuesta de sus maridos, Mónica la atribuía a la lengua de ellas. Sabiendo todas qué feroz marido tenía que soportar, se maravillaban de que jamás Patricio la hubiera pegado y le preguntaban familiarmente el secreto. Ella les respondía que su secreto era callar y mostrarse siempre sumisa y sacrificada. Las que guardaban esta norma matrimonial, después de haberla probado, se daban el parabién; las que no la guardaban, sufrían la sujeción y malos tratos.

Mónica en su paciencia y silencio, logró ganarse al marido y hasta convertirlo a la fe de Cristo. Desde este momento no tuvo que sufrir más la infidelidad y los malos tratos.

La gran obra de Santa Mónica fue la conversión y cambio de su hijo San Agustín. En África vela por las compañías y maestros del hijo, por sus costumbres, porque se case honestamente. Cuando sabe que Agustín proyecta trasladarse a Italia, ella resuelve embarcarse con él para seguir siendo su ángel tutelar. Agustín, a quien estorba la compañía de su madre, logra, engañándola, hacerse a la vela sin ella. Aquella noche Mónica  la pasó orando y llorando por su hijo.

Al llegar San Agustín a Roma enfermó, lejos de su madre añoraba la ausencia de ella. De Roma se trasladó a Milán y allí encontró de nuevo a su madre que había venido a su lado por mar y por tierra confiando en Dios para llevarle la felicidad de su compañía.

En Milán tuvo Mónica una gran satisfacción. Su hijo había trabado amistad con San Ambrosio, obispo de aquella ciudad y San Agustín le comunicó a Mónica el propósito de hacerse católico y de consagrarse totalmente al servicio de Cristo y su madre no cabía de gozo. Esto sucedió el en año 387 sobre el 24 o el 25 de abril. Poco después enfermaba y moría Santa Mónica dentro de ese mismo año.

Ella cumplió su misión de este mundo, ya no le quedaba más misión que marcharse al Paraíso y recibir la corona de sus virtudes, a sus cincuenta y seis años de edad subía a los cielos de la mano de su hijo que la apretaba fuertemente, un 4 de mayo del año 387, cuando ella dijo: “Enterrad este cuerpo en cualquier parte; no os preocupe más su cuidado; solamente os ruego que, donde quiera que os halléis, os acordéis de mí ante el altar del Señor”.

 Cuenca, 4 de mayo de 2019.

José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

miércoles, 1 de mayo de 2019

Primer sábado de mes, visita guiadas por el mundo angelical.


Visitas guiadas gratuitas por la Catedral de Cuenca.
Este mes se hablará de “Aggelos”.
El día 2 de mayo, primer sábado de mes, a las 11 de la mañana, coincidiendo con la presentación del trabajo “Aggelos”, que se ha presentado en la Feria del Libro "Cuenca Lee", el investigador José María Rodríguez González, realizará una visita guiada por el mundo angelical que posee la catedral.

Se visitarán las obras artísticas más sobresalientes que posee el Tempo, haciendo un recorrido cronológico, desde el siglo XII hasta el XVIII.
El tiempo estima de la visita sería de una hora.
Cuenca, 2 de mayo de 2019