domingo, 30 de abril de 2023

Efemérides conquenses del 1 de mayo. Toma posesión de la mitra de Cuenca el obispo D. Felipe Antonio Solano (1 de mayo de 1779).

     Nace este prelado en Castel-frío, del obispado de Osma el 13 de marzo de 1724. Fueron sus padres D. Juan Pascual Solano y Doña María Josefa Marín y Ruiz, quienes le procuraron una selecta educación moral y literaria, mandándole a estudiar a la Universidad de Alcalá de Henares de donde fue catedrático de Teología.

Catedral de Cuenca.

    Fue presentado para la Mitra de Puerto Rico, que no aceptó, y en marzo de 1774 el rey Carlos III le presentó para la de Ceuta. El papa Clemente XIV pasó la gracia, y en junio del mismo año le consagró en Madrid el Ilmo. D. Felipe Beltrán, inquisidor general. A los tres años murió el Ilmo. Sr. Pavón, y el rey Carlos III le presentó para el obispado de Cuenca. Después de las bulas del papa Pío VI, el Sr. Solano tomó posesión el 1 de mayo de 1779 por su apoderado D. Tomás Melgarejo, Deán y Canónigo de esta santa iglesia catedral, y entró en esta ciudad el 29 de junio del mismo año.

Cuenca, 1 de mayo de 2021. Actualizado el 1 de mayo de 2023.

José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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Fuentes documentales:

-Noticias de todos los Ilmos. Srs. Que han regido la diócesis de Cuenca. Trifón y Soliva. 1860

-Noticias y tributo a San Julián D. Rogelio Sanchiz Catalán. Cuenca. 1909.

 

San José Obrero. 1 de mayo

    Esta fiesta, se puede decir, que es una festividad del siglo XX, al haber sido proclamada por Pío XII en el año 1955. El día uno de mayo en la plaza de San Pedro, ante una muchedumbre de más de 150.000 trabajadores, dijo el Papa: “Desde un principio pusimos vuestras asociaciones bajo el poderoso patrocinio de San José, porque no podía haber mejor protector para ayudaros a empapar vuestra vida con el espíritu del Evangelio. Desde hace tiempo el enemigo de Jesucristo siembra cizaña en el pueblo, sin encontrar siempre una eficaz resistencia de parte de los católicos. Particularmente en el sector de los trabajadores ha hecho y hace todo lo posible por difundir falsas ideas sobre el hombre y el mundo, sobre la historia y la estructura de la sociedad y de la economía. San José Obrero es el humilde obrero de Nazaret que no solo encarna delante de Dios y de la Iglesia la dignidad del obrero manual, sino que es también el próvido guardián de vosotros y de vuestras familias”.
Imagen de San José con el Niño en brazos.
Catedral de Cuenca
    En los primeros siglos el pueblo cristiano miraba a San José como un intercesor nato de la Iglesia, sobre todo en el sector humilde y artesano. Siguiendo este sentido, Pío IX nos habló primero de San José Como Patrono universal y Pío XII proclamó especialmente el patrocinio sobre el mundo obrero. En 1819 se encontró una piedra con una inscripción en griego, en la que decía: “Oh Santo José, asísteme en mis trabajos y dame gracia”. Esta inscripción parece ser del siglo IV o V y podría tenerse como el primer documento del culto privado que se realiza a San José.

Feliz día del trabajo.
Cuenca, 1 de mayo de 2021. Actualizado el 1 de mayo de 2023.

José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

sábado, 29 de abril de 2023

San Pío V (1504-1672). Festividad del día 30 de abril.

   Hoy para finalizar el mes nos propone el Santoral Católico a san Pío V, un fraile dominico que ocupó el Vaticano sólo seis años y que fue canonizado en 1712 por Clemente XI.

Se llamaba Antonio Ghisliere, piamontés de origen muy humilde, ingresó en la orden dominica, fue inquisidor en la diócesis de Como, y ya en la cincuentena, obispo, cardenal y en 1666, Sumo Pontífice, tras un agitado cónclave en el que patrocinó su elección san Carlos Borromeo, sobrino del difunto Pío IV, quien no había mantenido buenas relaciones con el que fue su sucesor.
San Pio V

Era notorio que el nuevo papa no iba a ser blando y transigente, y así fue. Vivía como en un convento, con gran austeridad, celebraba misa todos los días (algo infrecuente por aquella época), muy caritativo y constante en las lecturas piadosas y el rezo del rosario (sus atributos son un crucifijo y un rosario).

Enérgico y de una independencia férrea, se tomó muy en serio sus deberes. En la ciudad de Roma reprimió implacablemente toda mundanidad, vicio y escándalo, y respecto al conjunto de la Iglesia aplicó las normas de Trento sabiamente que urgían las reformas más profundas. Ya en 1566 publica el famoso Catecismo trentino que lleva su nombre, que luego haría reeditar a santo Tomás, refunde el breviario y el misal, combate la simonía y el nepotismo, vigila la elección de obispos.

Duro y no siempre acertado en asuntos de política, se enfrenta a Felipe II, excomulga a Isabel de Inglaterra y forma una liga con España y Venecia que tiene sus frutos en la victoria de Lepanto, tras la cual instituye la fiesta de Nuestra Señora del Rosario. Hombre de acción y de oración, tal vez en ocasiones demasiado fraile, da toda su medida en una dolorosísima muerte (Se le hallaron en la vejiga tres piedras de seis onzas) mientras rezaba: “Tu que aumentas el dolor, aumenta también la paciencia”. En su sepulcro de santa María la Mayor está barbada y sonriente, bendiciendo con un gesto augusto y paternal de serenidad.

Publicado en Cuenca, 30 de abril de 2020. Actualizado 30 de abril de 2023.

Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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FUENTES CONSULTADAS:
-Año Cristiano para todos los días del año. P. Juan Croisset. Logroño. 1851.
-La casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.
-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.


Efemérides conquenses del 30 de abril. Visita del rey Felipe II a Cuenca.

     El rey Felipe II vino a Cuenca invitado por el obispo D. Bernardo de Fresneda, acompañado de muchos personajes.

¿Por qué vino el rey Felipe II a Cuenca? ¿Quién era Fray Bernardo de Fresneda? Para contestar hay que empezar por nombras a nuestro gran Patrón San Julián. ¡Vamos Allá!

Dos reales acuñados en Cuenca (Casa de la Moneda) en tiempos de Felipe II

La multitud de enfermos curados milagrosamente por la intercesión de San Julián, hizo que constantemente llegasen gran número de aquéllos a la Catedral de Cuenca en súplica y ruego de exposición del Santo cuerpo, seguros de que a su vista y contacto hallarían remedio sus dolencias. Tan reiteradas instancias obligaron al Cabildo a manifestar repetidas veces el cuerpo del glorioso Obispo, haciéndose tres veces en el mes de Mayo de 1518, una en junio y otra en agosto.

El rey Felipe II, a cuya noticia llegaron los numerosos milagros de San Julián, y el estado de asombrosa incorrupción de su cuerpo, accediendo a la invitación que le hiciera su confesor, el Obispo de Cuenca Fray Bernardo de Fresneda, determino visitar la San Julián, y al efecto, vino a esta ciudad el domingo, 30 de abril de 1564.

He de decir en pro de nuestro obispo Fray Bernardo que el aprecio del rey Felipe II desde que le confió su conciencia, fue siempre en aumento y fue él quien colocó la primera piedra en la octava maravilla del mundo, el templo del Escorial el 30 de agosto, día de san Bernardo al igual que fue él también quien colocó la primera piedra del convento de Ntra. Sra. de los Remedios en Madrid el 4 de septiembre de 1664.

Después de este inciso continúo con la visita de Felipe II a Cuenca.

Al día siguiente, o sea, el 1 de mayo de 1564, después de oír Misa mayor, subió a la galería y vio y reverenció el santo cuerpo en unión del Obispo, Dignidades y Canónigos de esta Catedral, de los Justicias de la ciudad y de los Príncipes de Bohemia y de Parla, del Arzobispo de Burgos, del Nuncio de Su Santidad y de otras muchas personas que le acompañaron en su viaje, quedando todos maravillados del estado del cuerpo y de la justicia y razón que, de ser milagroso, tenía por toda España.

Cuenca, 30 de abril de 2021. Actualizado 30 de abril de 2023.

José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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Fuentes documentales:

-Noticias de todos los Ilmos. Srs. Que han regido la diócesis de Cuenca. Trifón y Soliva. 1860

-Noticias y tributo a San Julián D. Rogelio Sanchiz Catalán. Cuenca. 1909.

viernes, 28 de abril de 2023

San Pedro de Verona, mártir. (1206-1258). Festividad del 29 de abril.

   La fe es el tesoro más precioso, no sólo para cada alma en particular sino aun para los estados y el mundo en general. Por esto, en las épocas de intensa religiosidad, como en la Edad Media, la herejía era considerada como un delito y, después del anatema de la Iglesia, seguía el castigo de la autoridad civil.

San Pedro, dominico ilustre del siglo XIII, murió en su oficio de inquisidor el 6 de abril de 1252, a los cuarenta y seis años. Había nacido en Verona en el año 1206, cuando en las ciudades del norte de Italia pululaban los herejes valdenses, albigenses, pobres de Lyón, cátaros y patarinos. En el seno mismo de su familia reinaba el desconcierto religioso y la herejía. Providencialmente, estudiando en la Universidad de Bolonia, conoció a santo Domingo de Guzmán y, por gracia espiritual de Dios, se decidió a verter el hábito blanco de los Hermanos Predicadores. Desde entonces su vida entera es un anhelo constante de lucha para convertir herejes, defender la verdad, deshacer sofismas, combatir errores.

Poseía un don especial para la predicación y conversón de los herejes. Sus superiores lo envían a predicar a la Toscana, a la Romaña, la Marca de Ancona, a Bolonia y a Milán. El año de 1232, Gregorio IX, conocedor de su ciencia y de su celo, lo nombra inquisidor general. No por esto interrumpe su cargo de predicador. Los milagros son ya la confirmación y la fuerza de sus palabras. En Milán siente un día el peso de la batalla y la nube gris del desaliento. Se postra ante los pies de la Virgen y oye en el secreto del alma aquellas palabras del Evangelio: “Pedro, yo he regado por ti para que tu fe no desfallezca. Adelante y persevera en tu primer trabajo”. Desde aquel día el celo de la fe crece en su corazón.

De Milán pasa a Cesena; de Cesena a Ravena, Mantua y Venecia. Viene a Como, nombrado prior del convento, con la experiencia de gobierno que había adquirido en las casas de Plasencia, Génova y Aosta. La luz de la verdad brilla por dondequiera que pasa. Tiene en sus labios la fuerza del Evangelio de Cristo. Dios le ha hecho presentir su muerte.

Un día predicando termina con estas palabras: “Yo sé que la sinagoga de los malvados ha decidido mi muerte, sé que va está depositado el dinero que se ha de dar al asesino. Hágase como quieren. No tardarán en darse cuenta de que mi muerte va a hacerles más daño que mi vida”.
Martirio de san Pedro de Verona.

Esto lo decía el Miércoles Santo. El 5 de abril va a Coma de Milán, solo, rezando el Salterio, cuando en un bosque, a las dos de la tarde, le sorprende un asesino, que le descarga un golpe de hacha en la cabeza. El mártir cae al suelo, tiene serenidad para ponerse de rodillas, reza el Credo, ofrece su vida en sacrificio y con la misma sangre que sale a borbotones de su cabeza, escribe en la tierra estas palabras, que se han hecho clásicas en las representaciones del Santo: “Credo in Denun” – Creo en Dios. Su asesino se convirtió después. El Papa Inocencio IV decretó su canonización el año siguiente y Sixto V introdujo su nombre en el calendario de la Iglesia universal.

Publicado en Cuenca, 29 de abril de 2020. Actualizado el 29 de abril de 2023.

Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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FUENTES CONSULTADAS:
-Año Cristiano para todos los días del año. P. Juan Croisset. Logroño. 1851.
-La casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.
-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.










jueves, 27 de abril de 2023

San Luis María Grignon (1673-1716). Festividad del 28 de abril.

Una oveja entre lobos.

Para empezar hay que decir que fue una rareza histórica en la Francia de comienzos del siglo XVIII cuando la irreligiosidad, el jansenismo y el libertinaje es lo moderno, diríamos lo que se lleva en la época. En, medio de este mundo perdido y alejado de la mano de Dios, surge un apóstol que parece salido de la Edad Media, como si Dios tuviese un capricho anacrónico.
San Luis María Grignon.

Nació el 31 de enero de 1673 en Montfort la Cane, cerca de Rennes, en la Bretaña francesa. Su padre era abogado en el tribunal de Montfort, llamado Juan Baptista Grignion y su madre Jeanne Robert. Fue el primero que sobrevivió de los ocho hijos del matrimonio, pues el mayor murió a los cuatro meses de nacer, siendo bautizado al segundo día de su nacimiento.

Era muy devoto de la Virgen y pasaba largos ratos arrodillado delante de la estatua de la Madre de Dios. Hombre de sacramentos, de rosarios, de predicación efusiva e irresistible, pero por encima de todo, muy paciente en las adversidades, activo y enamorado de las vías misteriosos de la Providencia, solía decir:”Bendito sea Dios pase lo que pase, bendito sea Dios si me da o si me niega, bendito sea Dios si me lo quita todo”.

Se formó con los jesuitas de Rennes y después de ordenarse de sacerdote en París (1700), quiso ir a evangelizar en tierras de infieles. No tuvo que ir lejos y apenas se movió de Francia, convertido en país de misión.
Visión de san Luis María Grignon.

Cuenta su historia que a entre los 16 y 18 años tuvo una experiencia de Dios que marcó su vida para siempre. Ante este encuentro personal e íntimo con Dios, la vida de Luis cambió radicalmente que le llevo a ver que lo realmente valioso en este mundo no era el dinero ni la fama, sino que el verdadero valor estaba en la transformación interior del hombre.

Fue capellán de un hospital de Poitiers del que se le despidió tres veces, vivió como un mendigo en París cuando se le cerraban todas las puertas y en 1706 se consagró a sus misioneros populares por la Vendée, la Bretaña y el Poitou, en medio de la guerra declarada de los jansenistas que obstaculizaron por todos los procedimientos su labor. Recurrió al Papa Clemente XI para que le dijera si verdaderamente estaba equivocado como todos le decían o si cumplía la voluntad de Dios, lo cual era su único deseo. Se logra el encuentro  y Luis es recibido por el Papa que le otorgó sus bendiciones y el título de Misionero Apostólico.
Fundaciones de san Luis María Grignon.

Un año antes de su muerte fundó dos congregaciones: las hermanas de la Sabiduría, dedicadas al trabajo de hospital y la instrucción de niñas pobres y la Compañía de María misioneras. Al comienzo del siglo XX las Hermanas de la Sabiduría contaron con más de cinco mil casas, dando instrucción a 60.000 niños.

Murió en la tarde del 28 de abril de 1716. Fue enterrado en Saint Laurent sur Sèvre en la basílica que hoy lleva su nombre.

Publicado en Cuenca, 28 de abril de 2020.

Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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FUENTES CONSULTADAS:
-Año Cristiano para todos los días del año. P. Juan Croisset. Logroño. 1851.
-La casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.
-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.

Santa Catalina Labouré (1806-1876). Festividad del 28 de noviembre.

    Ayer hablábamos de la Medalla Milagrosa, la cual se la debemos a esta religiosa que nació en Fain-les Moutiers, el 2 de mayo de 1806. El 21 de abril de 1830, con 24 años, entró en la Compañía de las Hijas de la Caridad. Su muerte acaeció el 28 de mayo de 1933 y fue canonizada el 27 de julio de 1947.

Santa Catalina Labouré

Catalina la trabajadora parece decir su nombre, la activa y la oscura, la humilde y la obediente. Así fue desde su niñez, sustituyendo a su madre cuando murió, en la dirección de la granja paterna, cuidando a diez hermanos, atendiendo a todo y aún encontrando tiempo para ir a la iglesia y visitar enfermos.

Una campesina bretona, no muy instruida por lo que sabemos, pero con el recio sentido común y el sólido equilibrio de las mujeres fuertes y sacrificadas acostumbradas al trabajo más ingrato y más duro. Antes de entrar en el convento tuvo que trabajar de camarera en el café de su hermano en París.

El resto de su vida no tiene nada destacable, más de cuarenta años en un hospital al servicio de los desamparados, en medio del anonimato más absoluto al servicio del amor de Dios en asilos, manicomios, orfanatos y sin que nadie la conociera, una monjita, como se las suele llamar.

Nadie sabía que en su juventud, en 1830, en la capilla de la Rue du Bac había tenido unas visiones de la Virgen, visiones muy plásticas en las que Ntra. Sra. le pedía que se acuñase una medalla con su imagen de cuyas manos saliesen rayos de luz, las gracias que derrama sobre el mundo.

Publicado en Cuenca, 28 de noviembre de 2020 y actualizado el 28 de noviembre de 2023.

    Por:  José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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FUENTES CONSULTADAS:

-Año Cristiano para todos los días del año. P. Croiset. Madrid. 1846.

-La casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.

-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.

 

domingo, 23 de abril de 2023

Visita guiada gratuita sobre la luz y el color en las Vidrieras de la Catedral de Cuenca

 Visita guiada gratuita sobre la luz y el color en las Vidrieras de la Catedral de Cuenca.

La luz a través de las vidrieras produce sensaciones distintas según la estación del año.

Con esta visita terminamos el ciclo de visitas por este año. Como en anteriores visitas se precisa, para su participación, mandar un correo: chemarogo@gmail.com para que sea incluido en el grupo, éste no será superior a 24 personas. Sábado 6 de mayo, a las 11:00h.

 

Vitreos. Catedral de Cuenca.

El sábado, día 6 de mayo a las 11.00 horas de la mañana, el investigador José María Rodríguez González realizará una visita guiada sobre los vítreos de la Catedral de Cuenca. TERMINANDO EL CICLO DE VISITAS POR ESTE CURSO. El arte abstracto hecho luz.

La luz se convierte en color y el color en emociones. Esto es lo que ocurre en el interior de la Catedral de Cuenca. ¿Quiénes fueron los autores de los vítreos? ¿Qué reglas siguieron para su realización?

Las vidrieras artísticas que exhiben sus formas y colores son verdaderas obras de arte. En la pintura de los artistas sólo se da el color, pero en las vidrieras tuvieron que tener en cuenta la luz, no solo a la hora de realizarlas sino también en el lugar donde iban a ser situadas porque según se reflejara en ellas la luz, los colores tendrían una intensidad y formas diferentes.

El 24 de abril de 1995 se inauguraban las nuevas vidrieras de la Catedral. En la visita se hablará de sus autores, Gustavo Torner, Bonifacio Alonso, Gerardo Rueda y Henri Dechanet. Un recorrido por su obra, por su manera de realizarla y de lo expresado en ellas.

Cuenca, 25 de abril de 2023

José María Rodríguez González Profesor e investigador histórico.

sábado, 8 de abril de 2023

No está aquí. Domingo de Resurrección.

Domingo de Resurrección.
No había nacido el sol cuando las mujeres se encaminaron al huerto. Esa mañana sobre las colinas de oriente una niebla blanca, ligera como el reflejo de una tierra vestida de lirios y de plata, se levantaba lentamente entre el palpitar de las constelaciones, venciendo poco a poco, la claridad opaca y el centelleo de la noche.
Imagen de Jesús Resucitado

    Eran cuatro, porque a María de Magdala y a María de Betania se habían unido Juana de Cusa y Salomé, pero eran mujeres y debilitadas por la pena.
    Más cuando llegaron a la roca, el estupor las detuvo. La obscura entrada de la gruta se abría en la obscuridad. No creyendo a sus ojos, la más atrevida tanteó con mano temblorosa los umbrales. A la luz del día que, a cada instante se intensificaba, advirtieron que la piedra estaba allí a un lado, apoyada en los peñascos.
Las tres Marías
    Las mujeres, mudas por el espanto, miraron en el entorno como si esperaran que viniera alguien para preguntarles lo sucedido en esas dos noches en que habían estado ausentes. María de Magdala pensó inmediatamente que los judíos hubieran hecho robar, en ese intervalo de tiempo, el cuerpo de Cristo, no satisfechos con lo que le habían hecho sufrir estando vivo.
    Pero no era sino un presentimiento. Tal vez Cristo descansaba todavía dentro, envuelto en sus vendas olorosas. No se atrevieron a entrar; y sin embargo, no podían pensar regresar sin saber algo de lo que había sucedido en el lugar. Al despuntar el sol por la cresta de los collados, iluminó la entrada de la gruta y eso hizo que cobraran atrevimientos para entrar.
    En el primer momento no vieron nada, pero se sintieron agitadas por un nuevo terror. A la derecha, sentado, un joven vestido de blanco –su vestido en aquella obscuridad, era blanco y resplandeciente como la nieve – parecía esperarlas.
    El hombre de blanco les dijo: No os asustéis. Aquel a quien buscáis no está aquí ¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? ¿No os recordáis de lo que os habló en Galilea de que sería entregado a los pecadores y que al tercer día resucitará?
    Las mujeres escuchaban asombradas y medrosas sin poder contestar y el joven le dijo: Id donde sus hermanos y decidles que Jesús ha resucitado y que pronto lo volverán a ver.
    Las cuatro mujeres temblando de miedo y de alegría, salieron de la gruta para ir corriendo donde habían sido mandadas. Así lo hicieron, menos María de Magdala que se detuvo, no sabía porque había disminuido el paso, tal vez por haber oído algo detrás de ella. Repentinamente se vuelve y ve a su lado, contra los arbustos y el sol a un hombre. No lo reconoció ni cuando le habló: -Mujer ¿Por qué lloras? ¿A quién buscas?, ella creyó que sería un trabajador de José que había ido al lugar hacer algún mandado. Ella respondió: -Lloro porque se han llevado al Señor e ignoro donde lo han puesto. Si tú te lo has llevado de aquí dime en donde  lo has puesto y yo lo llevaré de nuevo a su lugar.
Ntra. Sra. del Amparo. Cuenca
    El desconocido, enternecido por aquella pasión demostrada, no contesto más que una palabra, un solo nombre, el de ella, pero con la voz conmovedora e inolvidable con que tantas veces la había llamado “María”. Entonces ella lo reconoció: ¡Rabboni! ¡Maestro! Y se arrojó a sus pues, en la yerba mojada por el rocío y le apretó con sus manos aquellos pies desnudos que mostraban todavía la doble rojura de los clavos.
    Jesús le dijo: Ve a mis hermanos y diles “subo a mi Padre y vuestro Padre, a mi Dios y vuestro Dios” y diles también “que voy delante de ellos a Galilea”, e inmediatamente se apartó de la arrodillada y se alejó por entre las plantas, nimbado (resplandeciendo) de sol.

    María lo contempló como desaparecía y luego corriendo fue a casa de Jonás, donde se escondían los discípulos y volvió a narrar lo que les había sucedido coincidiendo con la versión de las otras tres. De inmediato pensaron que eras alucinaciones, delirios de mujeres. ¿Cómo puede haber resucitado después de sólo dos días? Nos dijo, es cierto, que volvería más no inmediatamente. ¡Se han de ver cosas terribles antes de aquel día! Creían en la resurrección del Maestro, pero no antes del día en que todos los muertos han de resucitar, en la venida de Él en la gloria, al principio del Reino.

    Al afirmar María que había hablado con el Maestro, Simón y Juan salieron fuera de la casa precipitadamente y echaron a correr hacia el huero de José. Juan, que era más joven, se adelantó al otro y llegó primero al sepulcro. Introdujo la cabeza y vio en tierra las vendas, más no entró. Simón, jadeante se precipitó dentro de la gruta. Las vendas estaban esparcidas por el suelo; pero el sudario que había cubierto la cabeza del cadáver estaba a un lado, plegado y envuelto. Entró también Juan y vio y creyó.

Feliz Domingo de Resurrección.
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Narrado de la HISTORIA DE CRISTO de Juan Papini, traducida del italiano al español por Monseñor Agustín Piaggio. 1923. Ed.Lux

Publicado en Cuenca, 21 de abril de 2019. Actualizado el 9 de abril de 2023.
Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico

viernes, 7 de abril de 2023

El Viernes de Dolores

Devoción a la Virgen de los Dolores o Virgen de las Angustias.
Entre las naciones que se han distinguido en el culto y devoción a la Virgen de los Dolores, destacan de manera singular España e Italia. En el año 1373, el Rey de Portugal Fernando con los principales caballeros de su corte y casi la totalidad del pueblo, juntamente con los reyes Enrique de Castilla, Pedro IV de Aragón y Juan de Navarra se inscribieron en la Cofradía de Nuestra Señora de los Dolores.

Después de la devoción al Santísimo Sacramento, la que el beato Ángel de Acri predicaba, tenía por costumbre erigir un Calvario a fin de recordar más vivamente al pueblo las verdades que acababa de anunciarles. La devoción a la Virgen de los Dolores se propagó así por varias comarcas de Italia, pero especialmente en Calabria donde aún, en nuestros tiempos, son muchos las fieles que rezan diariamente en Oficio de los Dolores.
Estos ejemplos y otros muchos que pueda citar prueban claramente que la devoción a la Virgen de los Dolores se ha practicado en todo tiempo en la Iglesia escogiéndose el un día en el año para consagrarlo de manera especial a honrar el misterio de los Dolores de María. 

Esta fiesta fue instituida en el año 1423 por el arzobispo de Colonia, oficialmente en su diócesis por un decreto sinodal con el fin de reparar las ofensas que los husitas habían hecho a la Madre de Dios en sus imágenes. El Papa Benedicto XIII por un breve que data del 22 de agosto del año 1727, la inscribió solemnemente en el ciclo litúrgico de la Iglesia con el nombre de Fiesta de los Siete Dolores de la Bienaventurada Virgen María, señalando su oficio para el viernes que precede al Domingo de Ramos.
En Cuenca lo llamamos Viernes de Dolores y muchísimos devotos vamos a visitar a la Virgen en el Santuario de Las Angustias. Esta devoción nos conduce al amor de Jesús crucificado haciéndonos respirar y vivir una atmósfera de preparación a la Semana Santa, a sus desfiles y a la Cruz proyectada por sus calles con el paso de las procesiones. Que la Pasión, vista a través de María, nos haga olvidarnos de nosotros mismos y proyectemos nuestra caridad en la bondad infinita de Nuestro Señor en estos días.

Publicado en Cuenca, 11 de abril de 2019 y vuelto a Publicar el 8 de abril de 2022
Por José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

jueves, 6 de abril de 2023

Tambores y clarines en la noche de Viernes Santo

Noche de inquietud y espera.

A la caída de la tarde del Jueves Santo, la difusa luz del sol poniente ilumina la hoz conquense, hasta convertirla poco a poco en silenciosa y oscura antesala de la muerte. Allá lejos, por lo alto del Huécar aparecen densos y majestuosos nubarrones que se van propagando por el cielo infinito. El aire, se torna fresco en la noche. Una soledad aterradora se cierne en torno mío; ni una sola alma cruzaba en aquellos instantes el puente de la agonía, sin embargo, mi corazón, en aquellos momentos violentamente agitado por una fuerza sobrenatural, no se enteraba de lo que sucedía. La cerrazón tormentosa había cubierto el claro cielo del plenilunio lunar, cuando un clarín rompe la calma, seguido de un ronco tambor que rasga, el silencio profundo de una Cuenca de pasión nazarena.

Mientras tanto caminaba guiado por los vuelos de mi enloquecida imaginación, con el pensamiento puesto en una sola idea, la de poder ver sólo su rostro divino me hizo acelerar el paso. Por fin, extenuado llegué a lo alto y allí, destrozado y falto de fuerzas quedé sumido en un sopor tal que si alguien hubiera pasado hubiera pensado que estaba muerto, más no era así, mi corazón latía y seguía abstraído en la misma idea, del mismo pensamiento y de la misma esperanza.

El toque de tambores y clarines me hizo volver en sí. Por un instante lo vi; pasó su imagen como la de un fantasma, con los brazos abiertos como un alma en pena, se alejaba hacia la multitud que enloquecida se burlaba y reía del Señor que bajo el peso del madero sufría el escarnio de un pueblo que desconocía el milagro de la Cruz, su espíritu se torno en imagen, la talla del Jesús Nazareno.

Inicia su paso lento y jovial por las empinadas calles que llevan al Gólgota conquense, le sigue San Juan y la imagen divina del hada del Amor, María, cuando los  relámpagos rasgan el firmamento e iluminan el camino, dejando un sendero de lluvia fresca.

Las primeras luces del alba rompen las tinieblas cuando veo tu efigie de bella misteriosa, queriendo acercarme, pero es vana mi locura, la muchedumbre me lo impide. Trascurre el ascenso al monte del perdón, se aleja de mi la comitiva.

Quedo atrás, esperando una respuesta al absurdo martirio que no alcanza a comprender mente humana alguna.

El día avanza en sus horas tempranas, el sol emerge por el horizonte llegando a mi ventana un rayo de luz que penetrando en la estancia roza mi mejilla como si fueran los labios de la Madre que besa a su hijo dándole los buenos días. Al despertar me pregunto ¿Es cierto o lo he soñado?    



Semana Santa de 2015. Actualizado. Cuenca 7 de abril de 2023

José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico





 

 
 

miércoles, 5 de abril de 2023

Plenilunio del mes de abril. Luna Rosada.

 La luna llena del mes de abril de 2023, se dará el jueves 6 a las 6:37h. A este plenilunio se le conoce con el nombre de Luna llena Rosada. Llamada así por la aparición del musgo y las primeras flores de la primavera.

Para los hebreos el mes de abril es el primer mes de su calendario, le llaman Nisán (del idioma sumario nisag, “retoño, primer brote”).


Inicialmente los primeros cristianos celebraban la Pascual el domingo siguiente al 13 del mes de Nisán. A partir del Concilio de Nicea, año 325, se celebró el primer domingo siguiente a la primera Luna llena de primavera. Debido a esto la Luna de este mes también recibe el nombre de Luna de Pascua, por ser la que indica las fechas del Domingo de Resurrección, que se marca en el calendario en el primer domingo tras la primera luna llena de la primavera, como he indicado antes.

Cuenca, 5 de abril de 2023.

José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

Luz de luces en la Semana Santa Conquense

En la noche toda duerme, Cuenca reposa. Eres Luz y promesa. 

    Bajo el puente ha nacido una luz. Luz que se viste de misterio en los albores de la noche de la Semana Grande de Cuenca; noche de sombras y temores, de pasiones y flaquezas. Una luz maravillosa que arde sobre el agua en su marcha incesante, vertiendo resplandores en las aguas del río que la cuna y la lleva a lo largo de su curso. Luz que se mira y se difunde con los juncos del río en el murmullo incesante de su paso. Una Luz poderosa que mira desde el Cielo a los hijos de Cuenca.
Aguas del Júcar, que abren su verde espejo de esmeralda reflejando en ellas las promesas piadosas de sus gentes que buscan la limpieza de espíritu y el bienestar para los suyos en tus morenas mejillas que alegran la vida de tus devotos hijos.

    Al caer la tarde tu luz se manifiesta. En la noche toda duerme, Cuenca reposa. Eres Luz y promesa, velarás por tus hijos a los pies de la Cruz, noche de cirio y Pasión Nazarena.
Virgen de la Luz sobre el río Júcar

    Sopla el viento, soplo divino que despierta las almas pecadoras. Los cielos se nublan en la noche de las Noches. Llueve en la ciudad, gotas saltarinas que fecundan los campos humanos germinando los granos y fructificándolos. Luz de la Madre en las sombras, hecha rayo de Sol, convierte la mies en ese Pan Bendito, manjar de Fe y de Vida. Será el rayo de Luna que ilumina en la noche recortando las tinieblas del mal. Estrella salvadora que nos marca el puerto milagroso.

    Encendida visión del caminar de la procesión de Jueves Santo que partiendo de su lado se encamina al Gólgota conquense. Encendida visión que desde el Cielo nos guía cariñosamente por senderos de amor en la corriente indecisa de la vida por caminos de luz en las tinieblas de la incertidumbre.

    Como testigos hemos seguido la ruta, vacilante, sin perdernos en la noche. Tu claridad eterna se envolvía en los instantes amargos de la vida. Madre de la Luz has teñido los cielos del color de tu manto, de tu blancura infinita das la vida. El sol de nuestra Cuenca quemó tu Faz Divina, Faz serrana y morena. Tu candil encendido bajó desde la Sierra por las aguas del Júcar, meciéndose en la noche, noche de Pasión Divina.

    En la mañana tu Luz se confunde con el Sol. Cuenca entera despierta, te aclama como Reina y quiere compartir tu corona, corona de amor y dolor, gemas hechas de besos y lágrimas.

Las horas son testigo de la Pasión, ya desciende de la Plaza, Calvario conquense que se desvanece cuando el ruido de los banzos se aproximan a tu morada, vuelven tus hijos  y tú de nuevo abres del Júcar su espejo de ese verde esperanza que hace enmudecer la noche, noche de eterna plegaria. 

Cuenca, 31 de marzo de 2021.
José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

Jueves Santo en el recuerdo. Cuenca


Una Semana Santa diferente pero se lleva en el corazón.
Cuenca, 1 de abril de 2021.
José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

martes, 4 de abril de 2023

Un poco de historia de los desfiles procesionales de Cuenca

Historia documentada de las procesiones conquenses en la Semana Santa

Este año se cumple el 400 aniversario del primer desfile de la procesión “Camino del Calvario”. El 1 de abril de 1616, desfilaba por las calles de Cuenca la Imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno de “El Salvador”. En la actualidad en la procesión desfilan, a demás de la imagen del Jesús la de San Juan Evangelista y Nuestra Señora de San Agustín.

De los documentos que se han hallado podemos afirmar que su fundación de la Hermandad data del año 1702, como lo atestigua el Acta primera de su Cofradía que dice textualmente dice: “Cofradía de San Juan Evangelista”, sita en la Iglesia del Convento de San Agustín de esta Ciudad, que se fundó en el año 1702”.

Como curiosidad, digna de recuerdo debemos consignar que el día de San Bartolomé de 1815, hubo una solemne procesión organizada por la Hermandad que desde la parroquia de El Salvador, calle de El Peso y bajada por la Trinidad, llegando hasta el convento de San Agustín, con asistencia del Cabildo de Curas y Beneficiados, Autoridades y Cofradías. En  esta procesión figuraban las sagradas imágenes de Jesús Nazareno, Cristo Crucificado, con el título de “La Cruz”, María Santísima de la Soledad y el glorioso Evangelista San Juan.

Los pasos fueron llevados por hermanos vestidos de nazarenos, como si hubiese sido Viernes Santo. Esta solemne función procesional tuvo por objeto dar gracias al Altísimo por la nueva colocación de los Santos Pasos que desde el año 1812 estaban, en calidad de depósito, en la Parroquia de El Salvador, salvándose de su destrucción de las tropas napoleónicas, por los hermanos y familiares de la Cofradía de San Juan.
También hemos encontrado  documentación sobre la venerable Hermandad del Santísimo Cristo de la Agonía, que se fundó el 12 de mayo de 1715, en la desparecida iglesia de Santo Domingo de Silos y que el 17 de julio del citado año quedaron presentadas las constituciones de aquella Venerable Hermandad para su aprobación ante el Licenciado don Francisco de Añoa y Busto, dignidad y Canónigo de la Santa Iglesia Catedral, Provisor de la Ciudad  y Obispado que gobernaba el Ilmo. Sr. Don Miguel del Olmo. Informadas las Constituciones por el Fiscal General D. Juan Francisco Calvo, el 24 de julio de 1715, se dictaba auto de aprobación de las mismas por el Provisor señor Añoa y Busto.

La venerable Hermandad del Santísimo Cristo de la Agonía, tiene concedida perpetuamente a cada uno de sus cofrades indulgencia plenaria, bajo ciertas condiciones, por bula expedida en Roma, por el Papa Clemete II, fechada el 5 de enero de 1717.

El Papa Pío VI, otorgó otra bula el 23 de noviembre de 1784, dando el título de Altar Privilegiado, en su Capilla de Silos en la ciudad de Cuenca e igualmente ostentaba el privilegio de poder usar ornamentos encarnados en su función religiosa anual, que tradicionalmente se venía celebrando al Santísimo Cristo de la Agonía. Este privilegio fue ratificado el 9 de mayo de 1877, por el ilustre Gobernador Eclesiástico D. Diego Izquierdo. La Hermandad poseía un precioso crucifijo de marfil, donado por don Juan Cerdán de Landa y en recuerdo de esta donación la Hermandad tomó un acuerdo el día 16 de mayo de 1713, de sufragar una misa anual en el altar del Santísimo Cristo de la Agonía por el descanso eterno de tan piadoso donante.

La venerable Hermandad de Ntra. Señora de la Soledad y de la Cruz, desfila en la procesión llamada del Santo Entierro, que procesiona en la noche del Viernes Santo. Su fundación data del llamado Capítulo de  Caballeros, Guisados de Caballeros instituido en el Fuero de Cuenca por el Rey Alfonso VIII. Desde el año 1272 hasta 1670.

Son muchos y grandes los privilegios que los monarcas conceden por gloriosos hechos de armas y entre otros por su asistencia en el año 1474 a la Guerra de Portugal. Se libra testimonio de sus tradicionales ordenanzas de Capitulo en 1550 y en diferentes decretos se les reconoce como bienes propios los terrenos anexos a la Capilla actual de la parroquia de El Salvador y una hermandad en el pueblo de Torralba.

Este Capítulo de Caballeros, reunido en 1885, acordó, entre potras cosas, la reivindicación de sus fueros y privilegios y como acto público que patentizara su existencia acordó costear a sus expensas la procesión del Santo Entierro de Cristo, tal como se viene celebrando desde entonces.

El Cabildo de Caballeros de la soledad y el Santo Sepulcro agrupaban casi siempre a todos los hombre de toga existentes en Cuenca, del mismo modo que la Hermandad de San Juan a los carpinteros y madereros; la del Cristo de los Espejos a los tejedores; el Peso del Huerto a los hortelanos y el Jesús de la Columna a los albañiles.

De la procesión del Miércoles Santo, desapareció la escultura de “Jesús ante Anás” que estaba depositada en la parroquia de San Miguel, también desfilaba el paso de la “Oración del Huerto”, obra notable del escultor Moreno Sastre.

La Archicofradía de Paz y Caridad portaba la preciosa escultura de “Jesús con la caña”, de un notable mérito artístico, que se guardaba en la ermita de San Roque. En la Guerra de la Independencia esta ermita fue destruida y la imagen fue trasladada a la parroquia de San Antón.

Otra de las imágenes desaparecidas fue el “Ecce-Homo”, que se guardaba en la parroquia de  San Andrés, aunque su procedencia primitiva era de las parroquias de San Gil y San Juan.

Las artísticas tallas que salen en procesión del Viernes Santo representando a Jesús Nazareno, Jesús y la Verónica, San Juan y Ntra. Señora de la Soledad, eran procedentes del antiguo convento de San Agustín, que en la época de la exclaustración, año 1834, fueron trasladadas a El Salvador.

La procesión del Viernes Santo En el Calvario, se reducía, durante varios años, a la salida del Santísimo “Cristo de los Espejos”, llamado también de la Expiación y posteriormente se fueron sumando otras hermandades e imágenes que actualmente la completan.

El santísimo Cristo de los Espejos procedía del antiguo y famoso convento  de San Agustín. Cuando desapareció el convento de San Agustín se trasformó en el parador de Santa Luisa.  En esta procesión desfilaba  la imagen de “Nuestra Señora de las Angustias” de Salcillo, autor de la mayoría de las imágenes de la Semana Santa de Murcia. Replica de ella se encuentra en la iglesia de San Felipe Neri.

Sea esta mi pequeña contribución al esclarecimiento de la historia procesional de nuestra ciudad de Cuenca.

Publicado en Cuenca, 17 de marzo de 2016 y el 25 de marzo de 2024.


Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

Procesión del Silencio. Miércoles Santo.

lunes, 3 de abril de 2023

Martes Santo. Procesión del Perdón.

    En esta procesión participan y desfilan las siguientes hermandades: la Venerable Hermandad de san Juan Bautista, Sata María Magdalena, perteneciente a la Venerable Hermandad del Santísimo Cristo de la Luz. Real e Ilustre Esclavitud de Jesús de Medinaceli. Venerable Hermandad del Bautismo de Nuestro Señor Jesucristo y Venerable Hermandad de María Santísima de la Esperanza.

Cuenca, 7 de abril de 2020.
José María Rodríguez González.

sábado, 1 de abril de 2023

Domingo de Ramos. Simbolismo y recuerdo

La bendición de ramos es en recuerdo del triunfo de Jesús en Jerusalén.

    En este día acude a recibir el ramo bendecido, adorna luego con él tu balcón o ventana y en la Misa exhibirlo bien alto y agítalo en honor a Jesucristo que tan poética y bellamente inició el supremo dolor que nos redime del pecado.

    La bendición de ramos es en recuerdo del triunfo de Jesús en Jerusalén. El altar mayor de la iglesia se adornaba con follaje y flores; del lado de la Epístola sobre una credencia cubierta con un mantel blanco, se colocaba un número suficiente de palmas y ramos, para el clero, ministros y autoridades civiles. En los países del norte en que la palma y el olivo no se cultivan se empleaba el boj, laurel y toda clase de arbustos de hoja perenne.

    Ya en el siglo IV, San Cirilo, obispo de Jerusalén, asegura que la palmera cuyas hojas sirvieron para honrar al Salvador, existía aún en el valle de Cedrón. Motivo natural –concluye Dom Gueranger- para tener ocasión de instituir una conmemoración anual de este gran acontecimiento, en el lugar mismo en que sucedió.

    Más tarde vemos establecida la costumbre, no sólo en los monasterios de Oriente, sino en los desiertos de Egipto y de Siria, poblados por numerosos ermitaños. Retirados en sus grutas solitarias durante la cuaresma para entregarse a la penitencia, tenían costumbre de volver para el Domingo de Ramos al monasterio común y hacer juntos una solemne procesión. Luego volvían a su desierto del que no salían sino para la fiesta de Pascua, tras una semana de oración y austeras penitencias.

    En Occidente se introdujo muy pronto la solemnidad de los Ramos. El rito principal siempre tuvo por objeto primordial, representar lo más fielmente posible la procesión de los hebreos escoltando a Jesús con el canto del Hosanna.
La Edad Media sobresalió en la representación de este drama sagrado. La procesión salía de un calvario erigido para la circunstancia de las ciudades o aldeas. Al pie de este calvario, había una mesa, o altar de piedra, sobre el cual se depositaban los ramos para bendecirlos.

    La fe de nuestros padres daba a este lugar el nombre de Betfage. Allí el diácono recordaba primeramente con la lectura del Evangelio los pasajes a los cuales se refería la ceremonia presente; el sacerdote, bendecía a continuación los ramos, los distribuía y la multitud se ponía en marcha para la iglesia, como si acompañara a Jesús al Templo de Jerusalén cantando todos el Hosanna. La cruz, a la cabeza del cortejo, representaba para ellos al Salvador, y aunque tuviera lugar en tiempo de Pasión, era llevada descubierta, ofreciendo a todos los ojos la imagen del Crucificado.

    En algunos lugares todavía se hacía de un modo más sensible el significado de esta marcha triunfal. El libro de los Santos Evangelios, rodeado de profundas muestras de respeto, recordaba, en esta procesión, la persona del Hombre de Dios. Los diáconos lo tomaban del altar después de la bendición de palmas, lo depositaban sobre rico almohadón y lo llevaban en andas como si se tratara de una reliquia. Numerosos cirios ardían en su derredor y entre nubes de oloroso incienso, precedido del clero y seguido del pueblo con ramos, banderas y oriflamas y de cuanto podía dar realce y brillo, era llevado en procesión.

    El final de la procesión estaba caracterizado por un rito más profundo y simbólico. La puerta de la iglesia se hallaba cerrada a la llegada del cortejo. La cruz se detenía en el umbral. Al instante se oían voces infantiles como de ángeles, que entonaban el himno de Cristo Rey, el “Gloria Laus” en el interior del santuario. El diácono o en su ausencia el celebrante, golpeaba con el astil de la cruz la puerta; ésta se abría y dejaba paso al cortejo.

    ¿Cómo se explica esta escena? Hay que acudir al sentido de las Sagradas Escrituras para ver en esta acción la entrada de Jesús en la Jerusalén terrenal, simboliza nuestra entrada tras Él en la patria celestial. La descripción del significado se podría hacer diciendo que la iglesia cerrada simboliza el santuario del cielo: allí residen los ángeles. Por boca de los niños cantores brotan sinceros saludos. A estos ecos del cielo, la Iglesia militante de la tierra, figurada por el gentío estacionado en las proximidades de la iglesia une sus cánticos de alabanza y de ardientes deseos esperando el momento en que será admitida en los atrios sagrados. ¿Quién le abrirá? Será la Cruz. La puerta del cielo no se abre para nosotros más que por la virtud de la pasión y muerte de nuestro salvador crucificado.

    Al permitir a los fieles la entrada en el santuario, sus voces se confunden con las de los ángeles en un mismo cántico al Dios de los espíritus celestiales y de los elegidos.

    El himno cantado en esa forma por los dos coros, fue compuesto, según la tradición, por Teodolfo, obispo de Orleáns, en el siglo IX cautivo por conspirar en Angers, por orden de Ludovico Pío. Al pasar la procesión de los Ramos, a la que asistía el emperador, por debajo de las ventanas de la prisión, el cautivo Teodolfo, cantó con armoniosa voz el “Gloria Laus” que había compuesto en los ocios de su soledad cautiva. El emperador halló el himno hermoso y piadoso que premió a Teodolfo poniéndolo en libertad. Desde aquella época es tradición cantar el himno de Cristo Redentor en la procesión de Ramos.

Publicado en Cuenca, 9 de abril de 2017. Actualizado el 2 de abril de 2023.


Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico