miércoles, 24 de febrero de 2021

Plenilunio del mes de febrero. Luna de Nieve.

     El plenilunio de febrero se conoce popularmente con el nombre de Luna llena de la Nieve por que era y es la época en la que se registran mayor número de nevadas. También se la conoce con el nombre de “Luna de Hueso”, “Luna de Hambre” y “Luna de la Tormenta”.



El plenilunio del mes más corto del año 2021 se dará el sábado 27 de febrero y entrará oficialmente en la fase de Luna llena a las 9:17h del horario peninsular de España.

Como sabemos el momento de la Luna llena se da al estar en oposición al Sol, en este mes la Luna se eleva ligeramente al noreste y se pone ligeramente al noroeste y permanece en el cielo durante más de 12 horas. Hoy, 25 de febrero a dos días del plenilunio se ha puesto la Luna en el cielo de Cuenca a las 6:33 horas.

Cuenca, 25 de febrero de 2021.

José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

miércoles, 17 de febrero de 2021

Efemérides conquenses. Incendio del 18 de febrero de 1767, en la Catedral de Cuenca.

     Durante el episcopado de D. Enrique de Carbajal y Lancaster, que tomó posesión de la silla episcopal en enero de 1760, cuatro años después que el rey D. Carlos IIl le ofreciera el cargo y habiendo rechazara con anterioridad, la mitra de Barcelona, que le ofreciera Felipe V. En esta ocasión no le valió sus reiteradas súplicas por verse libre de tan digno cargo.

Los hechos a los que hago referencia sucedieron la noche del 18 de febrero de 1767, se cree que la causa del incendio pudo ser que al apagar las velas, una vez finalizados los maitines que se rezaban a media noche, cayó algún pábilo encendido en las esteras y pasó desapercibido para el personal asistente.

El incendio redujo a pavesas ocho sillas del coro y el magnífico órgano que por orden y a expensas del Ilmo. Sr. San Martín, construyo en el año de 1629 el afamado organero Domingo Mendoza. El incendio también alcanzó al segundo órgano y se calcinaron parte del pilar y de la bóveda de la nave de la derecha, posiblemente en este incendio se destruyera el arcángel existente detrás del órgano de la Epístola por las altísimas temperaturas que se produjeron en el lugar.

La reparación no tardó y a pesar que el arquitecto de la catedral, en esos años era D. José Martín de Aldehuela, el cabildo tuvo a bien, viniese a reconocer los daños el afamado arquitecto D. Ventura Rodríguez, y este lo verificó en virtud de real permiso que le fue concedido en el Pardo a 9 de marzo.

Cuentan las Actas que D. Ventura Rodríguez examinó con detenimiento los efectos devastadores del incendio y formuló el plan de reparación del que se encargó de realizar D. José Martín de Aldehuela. El coste por atajar y apagar el fuego fue de 1047 reales; por el reconocimiento  y agasaje de D. Ventura Rodríguez, 9210 reales y 28 maravedís.

Coro de la Catedral de Cuenca.

La obra de restauración que realizó D. José Martín de Aldehuela tuvo el coste siguiente: 2.800 rs., por las ocho sillas; por la caja de los órganos 180.600 rs. A Juan de la Orden por hacer el órgano primero, 115.500 y por componer y mejorar el segundo, 51.400rs., a Juan Manuel y Bernardo Melero, por dorar las cajas de los órganos se le abonó 17.300 rs. El total de la restauración vino a suponer un gasto de 375.057 con 28 maravedís.

Cuenca, 18 de febrero de 2021.

José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

martes, 9 de febrero de 2021

El privilegio de ser fumador en estos tiempos de pandemia.

    Todos somos testigos de la cantidad de gente que fuma por las aceras, que pasan a nuestro lado exhalando el humo, sin mascarilla o con ella bajada, como si las normas establecidas por la administración no fueran con ellos.

El llevar la nariz fuera de la mascarilla es otra de las contrariedades que vemos a diario por nuestra ciudad. A este tipo de personas yo las denomino los “pinochos”, que exhiben su punzante nariz como un triunfo de contrariar la ley establecida para la protección de la ciudadanía, y mientras el número de contagiados sube como la espuma sin poner coto a este tipo de personajes desaprensivos.

¿Es un privilegio ser fumador en estos tiempos donde la COVID-19 campa por doquier? El fumador chulea de ir sin mascarilla, como si no fuera con él este virus. ¿Por qué las administraciones no ponen coto a esto sabiendo que el Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo, CNPT, afirma que la trasmisión se acrecienta por este medio?

Creo que el fumador no es consciente del riesgo al que se expone y exponen a los demás. Un estudio reveló que los fumadores sufren síntomas mucho más intensos. Fumar duplica el riesgo de desarrollar casos graves de coronavirus ya que éste afecta al sistema respiratorio y un fumador que ha contraído la enfermedad tiene más probabilidades de infectar a mucha más gente al expulsar con más fuerza las gotitas de flügge, que es la fuente principal de contagio, que una persona al hablar en alto. No vale eso de que en una terraza haya una separación de dos metros, cuando se va andando por una acera con gente circulando. Y no solo eso, las entradas a los bares son una acumulación de personas fumando sin respetar las medidas de seguridad y sin mascarilla que obligan a los que circulan por las aceras a atravesar una nube de humo insano y contaminado.

    Sabiendo todo esto no sé como la administración no ha sido coherente con los hechos, a no ser que se piense mal y sea por los nueve mil millones de euros que recauda anualmente con el consumo de tabaco. El Consejo Interterritorial de Salud apoyó la necesidad de prohibir fumar en lugares públicos y en la calle, sólo algunas comunidades han tomado ésta recomendación  y lo han prohibido, como son las comunidades de Canarias, Baleares, Galicia, País Vasco y la comunidad Valenciana, ¿Por qué no Castilla la Mancha?

Creo que no debemos permitir que el fumar se convierta en la excusa para caminar por las aceras de las calles sin mascarilla poniendo en riesgo a quienes circulamos por ellas, esto es un abuso intolerable que debe ser erradicado por vía urgente.

Ha sido publicado en el periódico digital de "Las Noticias". 

https://www.lasnoticiasdecuenca.es/opinion/privilegio-ser-fumador-estos-tiempos-pandemia-1478

y en la Tribuna de hoy, 11 de febrero, Número 13.079, en el apartado de Opinión.


Mi agradecimiento a ambas redacciones por el interés mostrado ante este artículo. Espero que llegue a más gente y tomen conciencia aquellos que deben tomarla para evitar los contagios y salir cuanto antes de esta pandemia.

Cuenca, 10 de enero de 2021

José María Rodríguez González.

 

Segunda y tercera aparición de la Virgen de Lourdes

Para continuar con el relato haré un resumen de lo publicado ayer:
    La Virgen de Lourdes es una de las advocaciones de María más veneradas en el mundo. Su historia comenzó el 11 de febrero de 1858 en Lourdes, Francia. Bernadette Soubirous era entonces una niña de catorce años, pobre e ignorante, pero muy devota de la Virgen. Un día Bernardita (Bernadette) fue a recoger leña al paraje llamado Massabielle con su hermana y una amiga, pero al tener que cruzar el río se quedó atrás debido a su delicada salud. Estaba cerca de una gruta cuando escuchó un ruido y sintió un viento. La sorprendió la aparición de una nube dorada y una mujer vestida de blanco. La mujer llevaba los pies descalzos y sobre cada uno tenía una rosa dorada. En la cintura llevaba una cinta azul ancha. En las manos, juntas y en posición de oración, llevaba un rosario.
    Segunda y tercera aparición de la Virgen de Lourdes:

    Siguiendo con el relato de lo sucedido diría que era difícil guarda el secreto para las niñas. La madre de Bernardita supo enseguida lo ocurrido en la gruta y le mandó que se lo relatara con toda exactitud lo que había visto. Preocupada su madre ante tan raro suceso prohibió a la niña volver a la gruta. Durísima era la prueba para Bernardita, porque un atractivo irresistible la impulsaba hacia aquel lugar donde había visto un rinconcito del cielo.

    A fuerza de insistir logró le permitiesen volver a la gruta el domingo siguiente, era el 14 de febrero. Todo el vecindario estaba ya al corriente de la aparición del jueves. Después de misa mayor, Bernardita y una veintena de amiguitas con sus rosarios en la mano, acudieron a las rocas de Massabielle. Una de ellas llevaba a prevención un frasquito de agua bendita y decía a Bernardita, refiriéndose a la aparición: “A lo mejor es algo malo, hay que echarle agua bendita y si es el diablo se irá. Tú le dirás: si vienes de parte de Dios, acércate; si vienes de parte del demonio, márchate de aquí”.
    En cuanto llegaron a la gruta, dijo Bernardita: “Vamos a rezar el rosario”. Arrodillándose las niñas empezaron el rezo. De repente el rostro de Bernardita se transfigura y exclama extasiada: “Mirad ahí está”. Pero nada veían las otras niñas. Le pusieron en las manos la botellita de agua bendita y ella se atrevió a rociar con el agua a la Señora y a decirle: “Si vienes de parte de Dios, acércate”. El resplandor de la Señora aumentó en intensidad, se inclinó graciosamente varias veces y se adelantó casi hasta el borde de la roca. Era tan amable, tan buena y tan bella, que Bernardita no se atrevió a añadir: “Si vienes de parte del diablo vete”.
    En cuanto las niñas terminaron el rezo del rosario, desapareció la visión. Volviendo al pueblo para acudir a vísperas y el asunto de las apariciones fue la comidilla de toda la vecindad.
    El jueves siguiente era día de gran mercado en Lourdes y se verificó la tercera aparición. Bernardita presentó a la Señora papel, tinta y pluma, pero ella sonriendo le dijo: “Lo que tengo que decirte no lo he de escribir; hazme solamente el favor de acudir aquí durante quince días”.
    Os lo prometo” – replicó Bernardita. “Y yo –dijo la Virgen. Te prometo la felicidad, no en este mundo, sino en el otro”.
    Acompañaban a la vidente en esta ocasión dos señoras de la ciudad, y le rogaron que le preguntara a la Virgen si la podrían acompañar los demás días: “Pueden venir contigo –replicó la Virgen, ellas y cuantas quieran. Deseo ver aquí mucha gente”.
    El deseo de la Virgen fue atendido desde la mañana siguiente pues acudieron más de cien personas acompañando a la niña; a los dos días llegaron a quinientas los visitantes y luego fueron acudiendo por millares de toda la comarca. El 4 de marzo, más de 20.000 personas se juntaron en las orillas del Gave. Era natural que tales sucesos preocuparan al clero y que éste tomase cartas en el asunto para conocer la naturaleza y alcance de los mismos. Pero con el tacto y prudencia que siempre pone la Iglesia en tales casos, ningún sacerdote se hallaba con aquella multitud entusiasmada, que se agrupaba en torno a las rocas de Massabielle, pero el señor Peyramale, cura párroco de Lourdes, había encargado a algunos seglares inteligentes y buenos cristianos, le diesen cuenta día a día y hora por hora de cuanto allí pasaba, y mientras esperaba el momento en que se hiciese precisa su intervención, permanecía en prudente expectativa.
    No imitaron esa circunspección las autoridades civiles, antes se apresuraron a dar su parecer que dada su significación de gente que se agrupaba, no podía ser otra que la de impedir aquella agrupación, pero por otro lado, en nombre de la libertad de conciencia no veían posible que aquellas manifestaciones de religiosidad, prohibir a aquellos creyentes, siempre en nombre de la libertad, ejercitar el derecho de rezar donde les pareciese oportuno y conveniente.
    El procurador imperial, el juez de paz, el alcalde, el comisario de policía y otros varios, creyeron de su incumbencia dar la voz de alarma y ya desde la sexta aparición empezaron las persecuciones.
    El historiador de estas apariciones, señor Lasserre, relata con donaire las múltiples habilidades, las chinchorrerías de toda clase, los interrogatorios, vigilancias, prohibiciones, amenazas y persecuciones ya abiertas, ya solapadas, de que fueron objeto la vidente y sus favorecedores. Pero todos aquellos esfuerzos sólo sirvieron para declarar mejor la verdad de las apariciones, su carácter sobrenatural y el triunfo rotundo de la Virgen de Lourdes.

Cuenca, 11 de febrero de 2018

José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico

jueves, 4 de febrero de 2021

Santa Águeda (Siglo III). Festividad del 5 de febrero.

Santa Águeda, virgen y mártir.
   Santa Águeda, la primera de las cuatro principales vírgenes y mártires del Occidente, tan celebradas en la Iglesia Universal. Nació en Sicilia hacía el año 230. Hay noble competencia entre las dos famosas ciudades de Catania y de Palermo, sobre cuál de las dos tuvo la gloria de haber sido cuna y patria de esta Santa, lo cierto es que en tiempo de la persecución vivía Águeda en Palermo y que padeció el martirio en Catania.
Santa Águeda
    Era de familia noble de Sicilia y como sus padres profesaban la religión cristiana, criaron a la niña en toda piedad. Era muy hermosa, tanto que pasaba por la mayor hermosura de su tiempo. Hizo voto de no tener otro esposo que Jesucristo, consagrándosele su virginidad.

Se hallaba Águeda en Catania cuando Quinciano, gobernador de Sicilia, oyó hablar de la extraordinaria belleza, quiso verla y habiendo sido informado de sus grandes riquezas, como de su singular hermosura, no pensó ni un instante en tomarla como esposa y al punto envió a por ella.

Cuando Águeda tuvo noticias de la orden del Gobernador, no dudó que el Señor había aceptado el sacrificio que había hecho de su vida.

Fue llevada por los soldados ante Quinciano, procónsul de Sicilia. En las Actas hay respuesta y preguntas que tienen todo el sello de la autenticidad:

-¿Cuál es tu condición? –le preguntó Quinciano.

-Soy de condición libre y de noble nacimiento, y de ello da testimonio todo mi linaje.

-Si eres noble y de ilustre familia, ¿por qué te entregas a la vida de los esclavos?

-Soy sierva de Cristo, y por tanto, de condición servil.

-Si en realidad fueras noble, te avergonzarías de hablar de esa manera.

Las tentaciones y tormentos a que fue sometida fueron muchos y muy duros. Se la entregó a una vieja pervertida llamada Afrodisia, que trató de engañarla y precipitarla por la pendiente del vicio. Treinta días estuvo Águeda con ella, sometida a torturas morales indecibles. Pero salió más pura en su confesión de cristiana, fue abofeteada bárbaramente por los lictores de Quinciano y encerrada en lóbrego calabozo.

-¿Qué has resuelto acerca de tu salvación? – le preguntó el juez.

-Mi salvación es Cristo.

-Insensata, vuelve en ti, reniega de Cristo y compartirás conmigo los honores y riquezas.

-Tú eres quien debes renegar de tus dioses de piedra y de madera, si quieres librarte de la muerte eterna. Mientras era azotada bárbaramente, le decía:

-Muda de resolución e inmediatamente haré cesar tu suplicio.

Como Águeda seguía firme en su confesión, fue sometida al potro, le descoyuntaron los huesos, le aplicaron láminas ardientes de hierro y le cortaron los pechos, después de habérselos atenazado con garfios de hierro.
Martirio de Santa Águeda

    Recluida en la prisión, tuvo visiones y consuelos extraordinarios y el Ángel de Señor, según las Actas, la curó milagrosamente de todas sus heridas- Al día siguiente la presentaron nuevamente ante el procónsul y fue arrastrada sobre un pavimento sembrado de vidrios rotos y carbones encendidos. Hubo un furioso temblor de tierra que asustó a la ciudad y a los verdugos. Retirada en la prisión, murió de rodillas en fervorosas oraciones

Llegaron  a los oídos de Quinciano la noticia de la muerte de la Santa, y temiendo nueva sedición del Pueblo, se retiró precipitadamente. Llegó en posta al río Simeta, que hoy se llama Jarreta, y metiéndose en una barca para cruzarlo, uno de sus caballos le asió con los dientes por el cuello, y la mismo tiempo otro le dio una coz tan fuerte, que arrojándolo al río no fue posible encontrarlo, ni se halló su cuerpo.

Desde el mismo día en que murió Santa Águeda fue celebrada en todo el orbe cristiano. Los milagros que comenzó Dios a obrar en su tumba, dieron luego testimonio de su intersección poderosa en la ciudad de Catania como se aprecia en su biografía. Aún  no se había cumplido un año de su martirio cuando el volcán Etna vomitó de sus entrañas caudalosos ríos de fuego que iba a convertir en pavesas la ciudad, tomando los cristianos el velo que cubría el sepulcro de la Santa salieron al encuentro de la lava y poniéndolo delante al punto se pararon los torbellino de fuego y retrocedió poco a poco. Comenzó la erupción el 1 de febrero y cesó el 5, día en que la Santa murió.

Cuenca, 5 de febrero de 2021.

José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.