LEONOR DE PANTAGENET. UNA REINA PARA
CUENCA
Mucho hemos oído hablar los conquenses
de Alfonso VIII, pero ¿Qué sabemos de Leonor? Si repasamos las biografías de
ambos, nos encontramos con ciertos
problemas comunes en la niñez.
El
día 11 de noviembre de 1155 nace en Soria Alfonso VIII, es el primer hijo y
único del rey Sancho III y Dña. Blanca de Navarra que fallece en el parto,
viéndose privado de la figura materna. El 31 de agosto de 1158 fallece su
padre, quedando heredero del trono. Es
nombrado como tutor (custodio) del Rey, D. Gutiérrez Fernández de Castro y como
Regente, D. Manrique de Lara.
Recreación toma de Cuenca- 2013 |
Leonor de Plantagenet
, nació en 1160, en el Castillo de Domfront (Normandía),hija
del rey Enrique
II de Inglaterra y de su esposa, la reina Leonor
de Aquitania, sus abuelos paternos fueron Godofredo V de Anjou y su esposa Matilde
de Inglaterra, hija del rey Enrique I de Inglaterra. Por parte materna fueron sus abuelos Guillermo
X de Poitiers, conde de Poitiers, y
su esposa Leonor
de Châtellerault, duquesa de Aquitania. Tuvo
varios hermanos, entre ellos los reyes Ricardo
Corazón de León y Juan sin Tierra, monarcas
de Inglaterra.
El
matrimonio sirvió para reforzar la frontera pirenaica, y Leonor de Plantagenet
aportó además como dote de boda el condado de Gascuña que Alfonso VIII nunca
pudo anexionar a la corona de Castilla. Sin embargo, numerosos caballeros
gascones vinieron a la península para ayudar a su señor en la lucha contra los
almohades.
Iniciemos
un pequeño recorrido por la vida de los monarcas. Alfonso es armado caballero
en el Monasterio de San Zoilo (Carrión de los Condes), el día 11 de noviembre
de 1169 y a sus catorce años de edad, pasa a reinar efectivamente sobre
Castilla, siendo su primera intención la de recuperar los territorios perdidos
durante su minoría de edad, estableciendo para ello una alianza con Alfonso II
de Aragón el Casto.
Corriendo
el mes de Agosto del año 1170 y encontrándose en Zaragoza con el rey aragonés,
envía a Burdeos, una embajada de obispos, condes y ricos hombres de Castilla,
al objeto de traer a su futura esposa la princesa Leonor de Plantagenet, hija
del Rey de Inglaterra, Enrique II, para entonces la princesa ya estaba en
camino habiendo abandonado la Corte normanda, dirigiéndose hacia su nuevo
hogar.
Alfonso VIII |
Metámonos
en la piel de Leonor, niña de diez años. Durante el viaje a tierras aragonesas
no dejaría de pensar a quien se encontraría, pues no conocía a Alfonso. Ella
seguramente no tendría miedo ante lo que se le avecinaba, Castilla no sería como
Normandía donde jugaba con sus hermanos y disfrutaba de la compañía de su
madre, hermanos y sobre todo de los juglares que tanto le divertían, es por
ello que pidió ser acompañada por trece juglares. Según se decía era una niña
resuelta, inteligente y con un fuerte espíritu independiente.
Me
imagino cómo pudo ser el primer encuentro de Leonor con Alfonso. Cuando por fin
su comitiva llega a Tarazona (Zaragoza) y se encuentra con un apuesto joven. A
Leonor le daría un vuelco el corazón, ¡tantos días soñando con él y al fin se
encuentra con su futuro marido, era como en un sueño hecho realidad!. Alfonso
por su parte se muestra solícito con su bella princesa, de cabellos de oro y
ojos azules como el cielo. Él que nunca ha tenido el afecto de nadie cercano,
se ve prendado de tanta dulzura y de ese cariño que le transmite Leonor al
mirarle. Siente en su corazón la fuerza interior que le trasmite su prometida.
Siendo la primera vez que se ven y es como si retornara la frescura amorosa de
su madre que la vida le privo desde su tierna infancia.
En
septiembre de 1170, Alfonso se encuentra en Tarazona (Zaragoza) lugar escogido
para la celebración del matrimonio con Leonor de Plantagenet. La razón de
celebrarse en esta villa episcopal aragonesa y fronteriza con Castilla no era
otro que buscar el acercamiento con Alfonso II de Aragón el Casto.
Alfonso
se desvive por ella, pues no hablaba ni una palabra en castellano, bien es
verdad, que el amor lo vence todo y en poco tiempo, gracias a su constancia y
tesón y a los conocimientos del latín que poseía, logra habla con cierta
fluidez. Su madre les había obligado a aprender a leer y escribir tanto a sus
hermanos como a ella.
Recreación de la toma de Cuenca por Alfonso VIII - 2013 |
Estoy
seguro que Leonor no tendría miedo en esos momentos, pero debería pasarle por
la cabeza mil pensamientos, entre ellos tendría presente los problemas de
matrimonio que había vivido su madre. Pese que Alfonso la había recibido con
gran regocijo y se mostraba en todo momento solícito con ella, sentiría en su
pecho el dolor de la separación de sus padres. Ellos también se habían amado
con locura y en esos momentos, cuando se iba a celebrar su boda, sólo quedaba
entre su padre Enrique y su madre, odio, rencor y reproches. ¿Podría sucederle
lo mismo a ella? Pero se encontraba tan feliz al lado de Alfonso que el miedo se
disipaba y la felicidad volvía a fruir en sus venas, volviendo las fantasías
fruto de sus sueños al pensar en Alfonso.
Pasaban
los días y la fecha de la boda se acercaba. El día llegó. Leonor ayudada por
las damas que vinieron con ella, es vestida con un espléndido traje de novia
que con su pelo dorado y su ojos azules luciría: hermosa, bella, y
resplandeciente como una estrella bajada del cielo.
Las
crónicas de la época describen el enlace que paso a trascribir textualmente
para que seáis vosotros los que descubráis en un castellano viejo lo que allí
se aconteció:
"E venieron ý muy grandes gentes de
condes e de ricos omes e de perlados, e de otros omnes onrrados, e ovieron su
acuerdo en vno, pues que el rey avía doze años, que asaz era tiempo que lo cassasen.
E enbiáronle demandar a dona Leonor, fija de don Enrique, rey de Inglaterra,
que era de nueue años, para que fuese su mugier; e fueron mensajeros dos
obispos e dos ricos omes. E el rey de Ynglaterra diógela de muy buenamente e
fízoles muncho bien e muncha honrra. E venieron con la ynfanta para Burgos, e
fueron muy bien reçebidos. E fízoles ý el rey sus bodas con ella muy nobles e
muy ricas; e fueron ý munchas gentes de Castilla, e de León, e de Aragón, e de
Nauarra, e de Ynglaterra, e de otras partes. E dio el rey a sus bodas munchas
nobles donas e fizo munchas nobleças. E la dueña salió muy buena e muy cuerda e
enseñada, e era muy fermosa e de buen donayre; e ésta fue hermana de Enrique e
del rey Jouen e del rey Ricarte, que fue muy buen rey e esforçado que más non
podría ser; e el duc de Bretaña e el rey Johan sin Tierra, e ovo dos hermanas:
la vna fue reyna 129r°a de Cecilya, la otra duquesa de Sansoña."
Así
pues, reyes, condes y prelados junto con el pueblo, disfrutaron del
acontecimiento de la boda de su joven rey Alfonso VIII, el noble, con Leonor,
la linda princesita normanda. Toda Castilla acogió y celebró la feliz unión.
José
María Rodríguez González
Cuenca,
15 de septiembre de 2013ALVAREZ, MARÍA TERESA. Ellas mismas, Mujeres que han hecho historia contra viento y marea. La Esfera de los libros S.L. 2003
MÁRQUEZ DE LA PLATA, VICENTA. Reinas medievales españolas. Alderabán Ediciones S.L 2000
http://eldiadigital.es/not/36159/leonor__una_reina_para_cuenca/
http://www.medievalwalltapestry.com/medieval-couple1.html