miércoles, 29 de octubre de 2014

La iconografía de la Catedral de Cuenca, única y espectacular


VISITA GUIADA GRATUITA POR LA ICONOGRAFÍA DEL SIGLO XV EN LA CATADRAL DE CUENCA

Este sábado, primero del mes, y día 6 de diciembre, a las 11 de la mañana en la Catedral de Cuenca, el investigador José María Rodríguez realizará un recorrido guiado por las arcadas góticas del siglo XV explicando el contenido iconológico e iconográfico de los iconos. 

Con sólo la entrada al recinto el mismo investigador, gratuitamente, hará un recorrido explicativo de la iconografía existente en los arcos góticos (Duración aproximada una hora).
Quinientos siete años, desde que finalizó la reforma de la girola de la Catedral, allá por el 1505, lleva la iconografía “marginalista” en los arcos góticos. Nació para dar a conocer mediante la zoología más familiar, lo bueno y lo malo de la conducta humana, para un pueblo falto de conocimiento en la escritura y lectura de textos. Fue a través de las imágenes talladas la manera que eligieron los eruditos de la época para trasmitir las enseñanzas bíblicas.
Armadillo de nueve bandas
El contenido de esta iconografía, único en occidente al poseer zoología americana por su coincidencia, de la ampliación de la girola, ordenada por el Obispo Lópe Barrientos (Siglo XV) con el descubrimiento de América (1492).
A través de sus figuras se representan los vicios y virtudes que el hombre ha tenido desde el principio de los tiempos. En sus arcos existe una dualidad, enfrentando a las virtudes con los vicios opuestos: castidad-lujuria, paciencia-ira, soberbia-humanidad, lujo-sobriedad, caridad-avaricia, concordia-discordia. Todo ello invita a hacer un recorrido por cada arco para encontrar su significado y su enseñanza.
Catedrales habrás visitado muchas, pero te aseguro que ésta es una experiencia diferente.

jueves, 16 de octubre de 2014

Pequeño Grande, Rey del Carmelo

Niño Jesús de Praga

El jueves, día 15 de octubre tuve la suerte de asistir a los oficios en conmemoración del quinto centenario del nacimiento de  Santa Teresa en la Catedral de Cuenca y a su posterior procesión hasta la parroquia del Salvador. Me llamó la atención que muchos de los presentes desconocieran el vínculo de unión entre el Niño Jesús de Praga y Santa Teresa e incluso su historia. Pero lo que realmente me ha decidido a contarlo es que esta mañana, en el trabajo, me lo han vuelto a preguntar ¿Por qué desfilaba el Niño Jesús de Praga con Santa Teresa? ¿Y de Praga?

Niño Jesús de Praga
Son muchas las versiones existentes sobre la devoción al Niño Jesús de Praga. No encontrarás una carmelita que no conozca la anécdota que tuvo lugar en una escaleta del Carmelo de la Encarnación de Ávila, en la que Santa Teresa se encuentra con el Niño Dios y éste le asegura que: “si ella es la Teresa de Jesús, él es el Jesús de Teresa”. Otra curiosidad la encontramos en nuestra tierra. Ana de San Agustín, priora del Carmelo de Villanueva de la Jara de Cuenca y compañera de Santa Teresa, recibió la misión especial de venerar y propagar la devoción a la divina infancia de Cristo. “Yo te escogí para honrar y hacer visible en ti mi infancia y mi inocencia, cuando yo yacía en el pesebre”, le dijo el Niño Dios, mientras ella rezaba delante de una imagen suya existente en el convento, conocida como “El Rey de la Gloria”. Ella fundó la Familia del Niño Jesús, invitando a todos los que quisiesen a celebrar con fervor los días 25 de cada mes, en recuerdo de la Santa Natividad y a rezar la Corona del Niño Jesús (tres padrenuestros y doce avemarías) en honra de los 12 primeros años de su vida.

¿Pero cuál es su historia? Toda historia tiene su leyenda y esta nace de un convento cerca de Sevilla que fue destruido por los moros. Cuatro de los monjes que sobrevivieron se asentaron en las ruinas e intentaron levantar de nuevo el monasterio. Pasaban los días trabajando y orando. Los trabajos de recuperación del convento iban muy despacio. Uno de estos días sucedió algo especial. Ese día lucía un cielo azul sobre el monasterio cuando un niño se acercó a un fraile que en el jardín estaba barriendo, invitándole a rezar. Fray José de la Santa Casa, dejando la escoba a un lado, juntando las manos y bajando la mirada comenzó la salutación angélica y al llegar a las palabras “et benedictus fructus ventris tui” (y bendito es el fruto de tu vientre), el niño le dijo: “Ese soy yo”. El monje miraba al niño con sorpresa, intentando comprender lo acontecido. Desapareciendo en un instante. Fray José busco y gritó ¡Vuelve pequeño! Pero no volvió aparecer.
Cabecera de la procesión de Santa Teresa y el Santo Niño de Praga

Pasaron años y nuevos y números frailes poblaban el convento ahora. Los muros habían sido restablecidos y el convento lucía esplendido. Ese joven fraile, envejecido por los años, nunca olvidó aquel bello encuentro, jamás perdió la esperanza de poder mirar, una vez más, aquel rostro encantador. El monje había intentado guardar en su mente los rasgos del rostro de aquel Niño. Una y mil veces había intentado reproducir en cera con sus dedos aquel semblante, no dejaba pasar día que no orara para que volviera a repetirse ese encuentro. En un instante sus pensamientos se tornaron en realidad y delante de él, sonriente estaba el deseado Niño, diciéndole: “Aquí estoy, para que puedas terminar la escultura”. Con sus dedos temblorosos de emoción empezó a trabajar la cera intentando reproducir con la mayor precisión los rasgos de aquel atractivo Niño. Sus dedos bailaban sobre la cera templada como si se moldeara sola, apareciendo finalmente el rostro del Niño reproducido. Pasó la noche y al día siguiente los compañeros del monje lo encontraron recostado en el suelo. A su lado, la figura del precioso y divino Niño. Fray José, bajo el sueño de la muerte seguía sonriente, como si estuviera mirando la cara del Niño que lo llevó al Paraíso Eterno.  

Procesión de la imagen del Santo Niño de Praga 
¿Cómo llego a Praga? Se sabe que en la región de Córdoba y más concretamente en la casa de los Manríquez de Lara se veneraba al Niño Jesús. Cuando en 1566, la hija de la familia Doña María se casó con el noble bohemio Vratislav de Pernstejn a quien conoció en el séquito del emperador Maximiliano I, se llevó a Praga con ella, el Niño Jesús, como regalo de boda, pasando la devoción a su esposo,  muy apreciado en la corte imperial y Gran Canciller del Reino de Bohemia desde 1547. De este matrimonio vivieron dos varones y cinco mujeres de los veinte que tuvieron. Polixena, la más pequeña, favorita de Doña Maria heredo la escultura del Niño Jesús. En 1628 Polixena, al enviudar por segunda vez entrega la preciosa imagen al prior de la comunidad de Padres Carmelitas Descalzos de Praga, diciéndole: “Le entrego lo que más quiero, lo más precioso que poseo, adórenle y la fortuna les acompañará”. El prior se inclinó en veneración, tomó la imagen de las manos de Doña Polixena y la colocó en el oratorio. Ambos se arrodillaron y juntando las manos oramos ante Él. La luz de las velas iluminó el rostro del Niño Jesús de Praga que en ese instante pareció sonreírse.

Las gracias y maravillas innumerables debidas al “Pequeño Grande” (así llaman en Alemania al Niño Jesús de Praga), se divulgaron hasta en las comarcas más lejanas, con lo que su culto se ha extendido en nuestros días de una manera prodigiosa. “Sea bendito el Nombre del Señor ahora y por los siglos de los siglos”.

El Niño de Praga original, una imagen de cera de Jesús en su etapa infantil, fue esculpido en España en el siglo XVI, se encuentra en la Iglesia de Santa María de  la Victoria y San Antonio de Padua en la ciudad de Praga (República Checa). La imagen perteneció a Santa Teresa de Jesús y es considerada una imagen muy milagrosa, denominándose cariñosamente: “Pequeño Grande”.

José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico

Cuenca, 16 de octubre de 2014

miércoles, 15 de octubre de 2014

Santa Teresa “Fémina Andariega”


"No hallo cosa con qué comparar la gran hermosura de un alma"


Guardo de mi infancia el recuerdo de una talla de Santa Teresa que tenía mi tía Angustias, la modista. Cuando por las tardes, después de salir del Colegio Español me dirigía a su casa a merendar y hacer los deberes del cole, siempre me paraba delante de esa imagen. El quince de octubre de cada año le solía poner una vela, permaneciendo encendida las veinticuatro horas de día. Me decía, hay tres cosas que hacen de ella algo entrañable, amable y admirable para todos: el ser española, el ser sublime y el ser humana, tres lazos que nos deben de unir y que hacer que podamos tener arrestos para conseguir semejarnos a ella.

Santa Teresa. Talla en madera policromada
La Santa, nació en Ávila, el 28 de marzo de 1515, de una familia de hidalgos. Su nombre completo era: Teresa Sánchez de Cepeda Dávila y Ahumada. Desde su tierna edad tuvo el deseo de la conversión de almas y ser mártir. A los nueve años de la mano de su hermano Rodrigo se iba a tierra de moros cuando un tío suyo los encontró y devolvió a la casa paterna. A los 18 años ingresó en el convento de Santa María de Monte Carmelo.

En el año 1555, a sus 40 años, una imagen de Cristo amarrado a la columna la transformó cambiando su vida. Seguido de las visiones de Cristo empieza su época activa, emprendiendo la reforma de la Orden Carmelitana.

A lo largo de su vida desarrolla una prodigiosa labor literaria. En 1562 escribió la Vida y el Camino de la Perfección; en 1563 las Constituciones de la Reforma del Carmelo; siguen las Fundaciones, los Conceptos, y otros libros que le merecieron de los Papas Gregorio XV y Urbano VII el título augusto de Doctora, que a ninguna otra mujer ha sido dado. En 1573, inmovilizada en Toledo por orden del Nuncio, entre abstracciones y apariciones, entre luchas con los demonios y contradicciones de los hombres, acaba en seis meses el libro inmortal de “Las Moradas” que como diría Fray Luis de León: “expone la más generosa filosofía  que jamás imaginaron los hombres”.
Celebración litúrgica. Catedral de Cuenca

No puedo dejar de mentar el primer capítulo de este libro de “Las Moradas” en el que trata de la hermosura del alma: “Es considerar nuestra alma como un castillo todo de un diamante o cristal muy claro a donde hay muchos aposentos, así como en el cielo hay muchas moradas. Que si bien lo consideramos no es otra cosa el alma del justo, sino un paraíso a donde dice ÉL tiene sus deleites. Pues ¿Qué tal os parece que será el aposento donde un Rey tan poderoso, tan sabio, tan limpio, tan lleno de todos los bienes se deleita? No hallo cosa con qué comparar la gran hermosura de un alma y la gran capacidad. Y verdaderamente, apenas deben llegar a nuestros entendimientos, así como no pueden llegar al considerar a Dios pues. Él mismo nos creó a su imagen y semejanza. Pues si esto es, como lo es, no hay para qué cansarnos en querer comprender la hermosura de este Castillo, pues se criatura, basta decir su Majestad es hermosa a su imagen para que apenas podamos entender la gran dignidad y hermosura del alma”.
Procesión de Santa Teresa con la tuna al fondo. Plaza Mayor de Cuenca

Fundadora de treinta y dos conventos de la Orden Carmelitana, pasó su vida en ininterrumpida actividad. Tan grande, que ha merecido el sobre nombre de “Fémina Andariega”, y así, a lomos de un pollino o en un carricoche cualquiera por los caminos abrasados del sol o los ventisqueros de nieve, marcha ella, latiendo bajo el sayal su corazón apasionado por el Amor que la abrasa en ansias de fundar muchas casas donde haya muchas almas que amen a su Creador.

Reliquia de Santa Teresa
Entre otros conventos que pone en marcha están: “La Encarnación” de Ávila; Medina del Campo (San José), Soria, Caravaca, Sevilla, Villanueva de la Jara en nuestra provincia que también pisó la sandalia de la Santa Madre Teresa. De la fundación del convento de Villanueva transcribo un párrafo que la misma santa dejó escrito:
En el principio de estos grandes trabajos, que dicho tan en breve os parecerán poco y padeciendo tanto tiempo, ha sido muy mucho estando yo en Toledo que venía de la fundación de Sevilla de MDLXXVI, que me llevó cartas un clérigo de Villanueva de la Jara del Ayuntamiento de este lugar que iba a negociar conmigo admitiese para Monasterio nueve mujeres que se habían entrado juntas en una ermita de la gloriosa Santa Ana que había en aquel pueblo, con una casa pequeña cabe ella algunos años habían y vivían con tanto recogimiento y santidad, que convidaban a todo el pueblo a procurar cumplir sus deseos que eran ser monjas. Escribióme también un doctor; cura que es de este lugar, llamado Agustín de Ervias, hombre docto y de mucha virtud (este sincero admirador de Santa Teresa y su Reforma, había sido canónigo de Cuenca, y por su afición a la cura de almas permutó la canonjía con el
Monjas Carmelitas portando las reliquias de su fundadora
párroco de esta villa, D. juan de Rozas), ésta le hacía ayudar cuando podía a esta santa obra”.

Aquella alma gigantesca dejó este mundo, pequeño para ella, en Alba de Tormes, a los 67 años de edad, el 4 de octubre de 1582.

Poetisa fue la Santa y trascribo su sentir, hizo de su amor su vida y de su vida amor a Dios:




Ya toda me entregué y di,

y de tal modo he trocado

que mi Amado es para mí

y yo soy para mi Amado.

Cuando el dulce cazador

me tiró y dejó rendida

en los brazos del amor,

mi alma quedó caída,

y cobrando nueva vida

de tal manera he trocado.

Que mi Amado es para mí

y yo soy para mi Amado.

Tiróme con una flecha

enarbolada de amor,

y mi alma quedó hecha

una con su Creador.

Ya yo no quiero otro amor,

pues a mi Dios me ha entregado,

y mi Dios es para mí

y yo soy para mi Amado.

                                               (Autora: Santa Teresa de Jesús)

Cuenca, 15 octubre de 2014

José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

lunes, 13 de octubre de 2014

El ébola ¿La primera peste del siglo XXI?


La prevención y el aislamiento son las únicas armas contra el virus

Desde la antigüedad, todas las civilizaciones en diversas épocas, sufrieron el azote de las enfermedades epidémicas y todas ellas abordaron el problema a partir de tres elementos. En primer lugar se puso en marcha algunas medidas de carácter religioso-mágico, con el fin de aplacar a los dioses y fuerzas naturales. En segundo lugar, desde donde alcanza la documentación, se trató de utilizar el conocimiento científico a través de la actuación profesional de los médicos (1*) y también fue constante la implicación de los poderes públicos en la lucha para vencer la pandemia al ser un ataque a la convivencia social de un pueblo.

La peste de Azoth 
En el conocimiento sobre este tipo de enfermedades se encuentran algunas de las emblemáticas plagas de Egipto, que fueron impactantes en los relatos bíblicos (2*). Más adelante destaca la epidemia que afectó a los filisteos (peste Azoth, la gente enfermaba y moría de repente, nadie sabía la causa), que los hebreos interpretaron como el castigo divino por haberse apoderado del Arca de la Alianza. “Los que no murieron fueron atacados con tumores y los alaridos de angustia de la ciudad subieron hasta el cielo” (1 Samuel  5,12). Es curioso que esta pandemia manara de los efluvios que surgieron de la apertura del arca sagrada y relacionado con la violación del espacio Sacro. A ésta siguió otra que fue atribuido a los pecados cometidos por el rey David (3*) y es un hecho, en los escritos proféticos, la amenaza divina del castigo a través del hambre y la peste. Por el influjo bíblico en las civilizaciones occidentales han tenido cierto impacto icónico. Muchas veces estas enfermedades contagiosas mencionadas por la Biblia, se han interpretado como castigo divino.

Cuenca no se vió libre de ellas. La peste castellana de 1422 no es muy conocida y afectó principalmente a Cuenca, Ocaña, Alcalá de Henares y Sevilla. No faltan testimonios literarios que nos ayuden a establecer el panorama histórico de este brote de peste. Va a ser la crónica de Alvar García de Santa María la que nos suministra noticias sobre la propagación de ésta en el reino de Castilla: “Esto fizo el Rey, sin llamar sobre ello á Cortes, según se solía acostumbrar, por cuanto muchas partes del reino había pestilencia é era peligroso que á la corte viniesen gentes de estos tales lugares”. Y con relación a la situación de Cuenca nos lo relata la catástrofe Juan Fernández  de Valera “servidor e húmil fechrura” de D. Enrique, tras excusar su tardanza se dirige a su señor de esta manera: «... a duras penas so guarido de la landre, de la qual ha açerca de quatro meses que so pasionado. E en este comedio finó mi mujer e una fija mía, e toda mi familia, e Garçi Sánchez mi padre, e mis abuelos lo han Fernandes e su muger, e dos hermanos míos, e otros sobrinos e parientes e amigos muchos, tanto e en tal manera, señor, que fablando verdat a vuestra alteza, yo me siento muy solo e desabrigado en esta çibdat» (4*).


Parte del retablo de la Virgen de las Nieves en la Catedral de Cuenca. Inscripción sobre las petes acaecidas  
Y así tenemos escritos en el retablo de la Virgen de las Nieves, que acredita la intervención divina para las acaecidas de 1492 y 1717 y anteriormente a éstas, la peste sufrida en el primer años del pontificado de San Julián, representada en los cuadros de Bartolomé Mataranas (1573-1605), actualmente expuestos en la Capilla Honda de la Catedral de Cuenca. Éste pintor dedicó, allá por el 1595, diversos cuadros a la vida de San Julián. Es en uno de ellos, en el que representa “el Milagro de la Peste”, donde  elige como escenario el fondo de nuestra Catedral, concretamente en el margen izquierdo representa una parte de la fachada con dos de sus tres puertas principales y las escaleras de acceso.
La peste en Cuenca. Milagro  de San Julián.

Nuevamente y en nuestra época, un mundo globalizado, surge otro principio de pandemia, el ébola. Según el Coordinador de la ONU para el ébola, David Nabarro: “la aparición de nuevos casos fuera del continente propagador (África) no queda descartada ni en Europa ni  en ningún continente”. Según Nabarro, se trata de la peor emergencia sanitaria de todos los tiempos porque se ha declarado en un mundo globalizado, donde las distancias no existen: “con la hoja de ruta de la OMS estamos en el camino de controlar la epidemia y frenar los contagios gracias al despliegue logístico y a la formación de miles de personas para atender a los enfermos”. Según el último boletín de la OMS la epidemia persiste y las victimas aumentan. No hay ningún índice que permita concluir que está bajo control. La situación continúa deteriorándose y ya hay contabilizadas unas 8.399 víctimas de las cuales 4.033 son mortales. Por ahora la prevención y el aislamiento son las únicas armas contra el virus, porque para la vacuna habrá que esperar hasta mediados de 2015.

Todo esta intranquilidad social que estamos viviendo nos lleva a la desconfianza, tal vez, como en aquella época anterior que relato, la gente se olvida de lo que es un virus y deposita la causa de lo sucedido a la malevolencia de agentes humanos enemistados con el resto del mundo, ya no a los dioses. No hay que ponerse trágicos, en nuestros días se resuelve gracias al mecanismo infalible de la víctima propiciatoria o chivo expiatorio que consiste en designar aleatoriamente un culpable y dirigir contra él toda la agresividad social. Podría haberse escogido entre enfermeras, médicos, celadores pero estamos acostumbrados a elegir políticos. Hemos de pensar que ni en la actual epidemia de ébola ni las pestes de otros tiempos, que he expuesto, tiene ni tuvieron propagadores conscientes y voluntarios ni gente que quieran ser portadores de la infección ni de su contagio, seamos conscientes y civilizados y esperemos que esta pandemia sea controlada adecuadamente por quien tenga el poder de hacerlo.
José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico
Octubre de 2014
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(1*) La bibliografía sobre medicina en la antigüedad es particularmente numerosa y existen monográficos dedicados a la medicina de las civilizaciones – NUTTON, V. Ancient. Medicine. Nueva York. 2005. Historia universal de la Medicina. Barcelona. 1972.

(2*) The Plagues of Egypt. Archaeology, History and Science look at ehe Bible, New Jerey, 205.

(3*) “Yahveh envió la peste a Israel desde la mañana hasta el tiempo señalado y murieron  70.000 hombres del pueblo” (1 Crónicas 21,14) y (2 Samuel 24,15).

(4*) Alvar García de Santa María. Cronista de Juan II. CODOIN, XCIX, p. 310.

 

viernes, 10 de octubre de 2014

LA VIRGEN DEL PILAR Y LA DEVOCIÓN CONQUENSE

La devoción mariana en Cuenca rezuma por sus hoces

Una de las cosas que me decía mi abuelo Sabino sobre la catedral, fue que sus piedras fueron colocadas para conformar el soberbio y maravilloso templo catedralicio, sirviendo de relicario de Santa María Virgen y sirviera de aposento a la imagen que veneraba y rezaba el vencedor de las Navas y conquistador de Cuenca, La Virgen de las Batallas, hoy la Virgen del Sagrario.

Los primeros aromas que aspiró el pueblo de Cuenca reconquistado fueron aromas de Rosa de los campos y del Lirio de los valles y a Ella, a la Virgen, se dedicaba el primer templo gótico de España que es nuestra Catedral. Corría la segunda mitad del siglo XIV y la sinagoga del barrio de la Judería (Calle de Zapaterías y Mangana) se convertía en Santa María la Nueva. Cuenca guarda una honda devoción mariana y a los hechos me remito: la Virgen de las Angustias y la Virgen de la Luz  ¿Cómo no habría de existir una devoción a la Pilarica que es el pilar básico de nuestra piedad mariana?

Virgen del Pilar . Catedral de Cuenca
No sé si habrán caído en la cuenta que nuestra Catedral alberga una capilla dedicada a la Virgen del Pilar. Está situada en la nave sur y es la primera capilla que nos encontramos. Fundada en 1769 por el Canónigo Diego Lujando. Es obra del arquitecto Martín de Aldehuela, que en 1770 terminó su trabajo. Está concebida como un pequeño templo disponiendo de crucero con linterna y presbiterio. Sobre las paredes hay seis relieves de estuco que representan a San Julián y la Virgen, aparición de la Virgen a Santiago, la Virgen con niño, el milagro de Calanda y la imposición de la casulla a San Ildefonso. En la bóveda de la linterna, pintado al fresco, la coronación de la Virgen. El altar es de madera policromada presidido por la Virgen del Pilar y a los lados dos tallas policromadas, un Niño Jesús y San Juan Bautista Niño de finales del Siglo XVII firmadas por el napolitano Nicola Fumo (1*).

Sepultura de Doña Luna
Por la tierras conquenses pasaron y yace en la Catedral Doña Teresa de Luna, aragonesa y madre del invicto y general Cardenal D. Gil Carrillo de Albornoz, figura prócer conquense. Quiero traerles aquí lo que cierto día escudriñando en los archivos catedralicios encontré cierta información que acredita los principios de la devoción de nuestra ciudad a la Virgen del Pilar: “Año 1401 el 22 de junio, miércoles. Este día di al pintor por pintar la imagen de Santa María del Pilar de la Claustra 50 maravedíes”. “Jueves, se comprar una cuerda para la lámpara de la Virgen del Pilar”.  Esto acredita que en los albores del siglo XV ya existía la devoción a la Virgen del Pilar tomando asiento en nuestra Catedral.

No quiero cerrar éste artículo sin mencionar que hoy, día de la Hispanidad, celebra la Iglesia Católica la Fiesta de la primera devoción mariana que existió en el mundo. Hoy fiesta de la Virgen del Pilar, bajo su manto nos ponemos afirmando nuestra fe católica celebrando el descubrimiento de América y llevando allí nuestra religión y nuestra lengua, que según afirmaba Carlos V es la lengua hecha para hablar con Dios. Sintámonos orgullosos de hablarla.

Cuenca, 8 de septiembre de 2014

José María Rodríguez González. Profesor e Investigador Histórico.

(1*) Nicolò o Nicola Fumo (1647-1725) fue un arquitecto y escultor barroco italiano que fue considerado uno de los más destacados exponentes de la estatuaria napolitana en madera.