“el amor es lo más bonito de este mundo y hoy se celebra al Santo que lo dignifica”.
Hace tiempo que no os cuento
historias de Cuenca y creo que hoy es el día perfecto. El amor forma parte de
nuestras vidas. Decía mi abuelo Sabino que “la
riqueza que tienes no debes de medirla por el riqueza sino por aquellas cosas
que no cambiarías por dinero, así es
el amor”. Dos grandes amores hay en este mundo, el amor humano y el
espiritual por vocación de entrega y servicio a los demás, los dos tienen algo
en común y al mismo tiempo son diferentes.
Como tantos otros domingos, éste
de San Valentín no fue distinto a muchos otros, acompañando a mi abuelo Sabino
a misa de doce a la Catedral vimos a una pareja haciéndose arrumacos en los
arcos del Ayuntamiento. Mi abuelo no era partidario de que la gente expresara
sus sentimientos amorosos en público, pero ese domingo fue diferente, dejó
pasar la escena e incluso me la hizo notar diciéndome: “el amor es lo más bonito de este mundo y hoy se celebra al Santo que lo
dignifica”.
Mientras cruzábamos la Plaza saludando
a cuantos veía, me dice: hay muchas leyendas sobre el origen de esta fiesta
pero la que más me gusta es la que afirma que Valentín fue Sacerdote en tiempos
del Emperador Claudio II (Marcus Aurelius Cluidius) que prohibió por decreto el
casamiento haciendo que todos los jóvenes sirvieran en el ejército romano.
Valentín siguió casando en secreto hasta ser descubierto y encarcelado.
El emperador Claudio dio orden de
encarcelarlo y estando en la cárcel el oficial Asterius, encargado del recinto
penitenciario quiso ridiculizarlo poniendo a prueba a Valentín. Asterius tenía
una hija que era ciega llamad Julia y la llevo ante él para que le devolviera
la vista. Valentín en nombre de Cristo le curó de su ceguera, ante este hecho
Asterius y toda su familia se convirtieron al cristianismo. Finalmente el 14 de
febrero de 270 murió martirizado. Valentín dejó escrita una carta para Julia de
cómo debería ser su amor como nueva cristiana firmada con la rúbrica “De su
Valentín” firma que se popularizó entre aquellos amantes que se enviaban cartas.
Julia, agradecida al Santo, plantó un almendro de flores rosadas en su tumba.
De ahí que el almendro sea el símbolo del amor y de la amistad duradera.
Poco a poco el 14 de febrero se
fue convirtiendo en una fecha en la que se intercambiaban mensajes de amor entre las parejas y se fue popularizando
hasta convertirse en el Patrón de los enamorados. En el año 496 el Papa Gelasio
decidió que el día 14 de febrero fuera el día en que se honrara a San Valentín.
Al salir de misa nos dirigimos al
Alcázar conquense, fortín de arte y firme por su naturaleza. Sus robustos muros,
escondidos detrás de la calle de Zapaterías, serviría de base al futuro
Seminario Conciliar, al Convento de la Merced y a la Parroquia de Santa María
de Gracia.
Portada del Seminario Conciliar de Cuenca e Iglesia de la Merced |
Dos historias de amor encierran
este lugar. Aquí estuvo la Judería hasta mediados del siglo XIV. Los judíos de
Cuenca, Huete y otras ciudades de Castilla gozaban de libertad para ejercer el
comercio, esta Judería estaba separada del resto de la ciudad por un muro,
cuyas puertas se cerraban al caer la noche, con ello se quería evitar la mezcla
de la comunidad judía con la cristiana evitando así las posibles reyertas. Pero
con el amor no pueden los muros; un joven cristiano se enamoró de una joven
judía de este barrio, los dos se veían a escondidas. Saltando el muro por las
noches, Diego iba al encuentro de Isabel. Una noche fueron sorprendidos por los
judíos y él es asesinado. Al correr la noticia por la ciudad, se toma el barrio
al asalto pasando a cuchillo a cuantos se cruzaban en el camino de los
exaltados. Este acto llevo al traslado de la Judería a extramuros, donde hoy se
conoce con el nombre del Barrio del Cristo del Amparo. La sinagoga se
reconvirtió en la parroquia de Santa María de Gracia y su campanario, con el
tiempo se transformó en la actual Torre de Mangana.
¿Te has enterado por qué está
aquí esta torre? Si, por asunto de amores; pero cuéntame porque está aquí el
Seminario.
A nuestra izquierda surge el
Seminario, semillero de almas dedicadas a dar servicio y amor a los demás. Sobre
el año 1400, D. Álvaro Martínez, Maestre del Rey D. Enrique III y Obispo de
Cuenca, establece en este lugar las primeras escuelas de gramática para
indigentes aspirantes al Sacerdocio y habilita para ello unas casas compradas a
Juan de Albornoz, junto a la puerta del Postigo. En el siglo XV, estando de
Obispo D. Rafael Galeote Riario (1493-1521) el colegio de Santa Catalina surge
a impulso de Juan Pérez de Cabrera, arcediano de Toledo, quien dota con
prebendas los cargos de rector y un maestre de latín. En el año 1584, es cuando
D. Gómez Zapata decreta la fundación del Seminario Conciliar, conforme a las
normas promulgadas por el Concilio de Trento y anhela adicionarle el Colegio de
Santa Catalina. Ante la oposición que encuentra no ceja y establece el
Seminario en una casa particular donde permanece hasta que el Obispo D. Enrique
Pimentel pasa a los seminaristas a la “casa del Magistral” a espaldas de la
Parroquia de San Pedro que para este objeto le había comprado la casa a D. Andrés
de Pacheco. Allí se hace patria y virtud enseñando gramática, canto llano y
compute eclesiástico, hasta que el Obispo D. José Flórez Osorio (1674-1759)
construye de su peculio la sede. Lo deja a su muerte como heredero al
Seminario, en virtud de la facultad solicitada y conseguida del Papa Clemente
XII, en 1740. El capital que entrega al Seminario, entre la fábrica, el
edificio y la herencia sobrepasaba el millón de ducados.
Torre de Mangana, septiembre 2017 |
Quedándose pequeña la sede se
proyecta otro punto de ubicación dentro de la ciudad, el Alcázar y las casas
del Marqués de Valverde que le vende, surgiendo el sólido espacio para
construir el Seminario actual, donde estudiarían los seminaristas desde el año
1746. El Papa lo dota, en 1745 de legados y becas que ofrecen los generosos,
alcanzando algunos la suma de cuatro mil ducados. Sus tres sucesores en el
Episcopado conquense continuarán su obra. D. Isidro Carbajal y Lancáster, amplía
el edificio. D. Sebastián Flórez Pavón y D. Felipe Antonio Solano aumentan las
cátedras y en 1775 alcanza el Seminario
la agregación e incorporación a la Universidad de Alcalá con la facultad de
conceder grados académicos sólo para los internos, quedando extendida esta facultad a los externos en 1852 a raíz del Concordato
con Isabel II.
Josemari, con las leyendas no
aprendemos nada novedoso, pero vemos reflejadas en ellas momentos y situaciones
de nuestro entorno. Así habla “Mangana” hierática y docta. Su voz se fue
apagando con el tiempo pero no su historia y el amor que desprenden sus piedras
nos hacen pensar y reflexionar sobre su belleza, validez de las verdades que
encierra.
Que no se te olvide, si
embelleces tu amor con una sonrisa, iluminaras de luz tu rostro reflejando el
amor que siente tu corazón. ¡¡Feliz día de San Valentín!!
14 de febrero de 2017
José María Rodríguez González.
Profesor e investigador histórico
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