Su festividad se celebra el 8 de septiembre
Con la festividad de la Natividad
de María se inicia el nuevo año litúrgico Bizantino. Esta fiesta es celebrada
desde el siglo VI en Oriente y se fijó como fecha el 8 de septiembre. En
Occidente fue hacia el siglo VII cuando se inició su celebración con una
procesión-letanía que terminaba en la Basílica de Santa María la Mayor. En el
concilio de Reins, en el año 630, se prescribió como día festivo. En el
cónclave de 1241 se proclama la octava debido a un voto de los cardenales. El Papa Inocencio IV, durante el Concilio de Lyon, en el año 1245, extendió la festividad a toda la Iglesia.
En
1378, el Papa Gregorio XI la dotó de una vigilia.
Sobre esta festividad San Juan
Damasceno dijo que era “el día de la
Natividad una festividad de alegría universal, pues a través de María se renovó
todo el género humano, y la aflicción de la madre Eva se convirtió en alegría”.
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Nacimiento de María
Capilla de la Asunción
Catedral de Cuenca |
Tres lugres se disputan la
posibilidad del nacimiento de María: Belén, Séforis y Jerusalén. La hipótesis
que más fuerza coge es la de que María nació en Jerusalén. San Sofronio que fue
patriarca de Jerusalén escribió en el año 603 que Jerusalén fue la ciudad donde
nació María, hipótesis que defendió también San Juan Damasceno.
Después de asentir que María
nació en Jerusalén podríamos afirmar que en el siglo V existía un santuario
mariano junto a la balsa donde se lavaban los corderos que luego eran
sacrificados en el templo. La tradición cuenta que esa piscina fue propiedad de
San Joaquín, al poseer rebaños de ovejas, y habiéndose encontrado en las
excavaciones, debajo de la iglesia románica, que aún existe, levantada por los
cruzados, restos de una basílica bizantina y unas criptas excavadas en la roca
que parece que formaban parte de una casa, se ha considerado el lugar como la
casa de Santa Ana y San Joaquín, por lo que se estima que en ella nacería la
Virgen.
Esta celebración está fundada en los
evangelios apócrifos, como el Protoevangelio de Santiago que habla sobre la
Natividad de María.
La escena del nacimiento de la
Virgen fue representada como parte del ciclo de la Vida de la Virgen siendo
valiosos documentos de los interiores domésticos de la época en que fueron
realizados, entre los que llegaron a realizar y por grandes pintores como:
Giotto en Padua (Italia) Ghirlando en Florencia; Bartolomé Esteban Murillo, en el
Louvre de Paris y Juan Pantoja de la Cruz, cuya obra del Nacimiento de la Virgen está en el
Museo del Prado de Madrid.
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Nacimiento de María
Capilla de San Roque
Catedral de Cuenca |
Como es natural en la Catedral de
Cuenca también tiene su aportación a la festividad. La primera la encontramos
en el retablo de la capilla del Pozo o San Roque. En su interior hay un
original retablo plateresco con siete tablas que nos hablan de la vida de
María. La escena está animada, bajo un cortinaje, en forma de pabellón, del
que cuelgan dos borlones. Puede verse a
Santa Ana, medio incorporada en su lecho, asistida por una mujer, con cofia
blanca en la cabeza, y como conversando con ella. Por debajo, en un plano
inferior, hay otras dos mujeres sentadas, la primera, con un paño extendido
entre sus manos y otra con la Virgen Niña sobre su halda. Bajo el dintel de una
puerta con arco de arquitectura renacentista, a la derecha y de pie, está San
Joaquín, pensativo.
Otra de las capillas que están
ilustradas con la vida de la Virgen es la Capilla del Deán Barreda o Capilla de
la Asunción. En el retablo, en el lado derecho se presenta la escena del
nacimiento de la Virgen. La escena se desenvuelve en torno a la figura de Santa
Ana, que se haya medio incorporada en su lecho; San Joaquín está al lado de la
cabecera, sentado en la parte derecha y hay dos mujeres de pie, que atienden a
la Santa Ana desde la parte izquierda, mientras una tercera, sentada a los pies
de la cama sostiene a la Virgen recién nacida sobre su halda.
Cuenca, 8 de septiembre de 2017
José María Rodríguez González