José María Rodríguez (Cuenca, 1956) se sintió atraído por la fotografía cuando apenas contaba con once años de edad, pero entonces quizá no sospechaba que, por los azares de la vida, iba a terminar dedicándose a ella de manera casi profesional; en efecto, desde hace ya mucho tiempo, viene dando clases sobre los secretos de la cámara oscura, primero en el Centro de Profesores, en el que impartió seminarios y coordinó grupos de trabajo, y más tarde en el Instituto “Fernando Zóbel”, donde actualmente enseña a los alumnos de la ESO.
Su primera exposición (titulada “Cuenca mágica en sus paisajes”) la realizó en marzo de 1999 en el Ateneo de Alicante, y a ésta le han seguido otras, casi siempre sobre su ciudad natal (por ejemplo, “Miradas de Cuenca” y “Cuenca. Su Semana Grande en el tiempo”, esta última dedicado a la Semana Santa conquense, como el propio título sugiere). Esta predilección por Cuenca se debe, sin duda, al natural amor del fotógrafo hacia su tierra natal, pero responde también al convencimiento de que, como escribiera César González-Ruano, pocas ciudades tienen, sobre la esplendidez y el embrujo de su emplazamiento, unos barrios tan atrayentes como esta Cuenca maravillosa en la que cualquier rincón es un milagro casi increíble. A captar ese milagro dedica todo su tiempo y esfuerzo José María Rodríguez.
Desde el año 2004 ha venido trabajando sobre el mundo maravilloso de los efectos de la luz en toda su extensión, como así lo demuestran las conferencias que ha venido impartiendo en la Biblioteca Pública “Fermín Caballero” de nuestra capital. Con el título: “Crear una imagen” expresó cómo crear una imagen a través de los sentidos y con el título “La luz, fuente de inspiración y creación” presentó: las ideas, los mitos y la evolución de las artes inspiradas en la luz, una verdadera investigación ofreciendo una visión de la “cultura de la luz” a través de los tiempos. Ésta se puede decir que resultó un ensayo del trabajo que acaba de finalizado coincidiendo con el solsticio de invierno (21 de diciembre de 2007), y que ahora nos presenta “Manto de Luz” – La mitología de la luz en la Catedral de Cuenca – donde nos enseña, a través de su cámara, todos los efectos luminosos que se recrean a lo largo de un ciclo solar.
La técnica de José María Rodríguez es absolutamente artesanal, si con esta palabra entendemos lo hecho con amor y dedicación; cada una de sus fotografías está tratada individualmente y sin reparar en tiempo ni en esfuerzos. El resultado suele ser deslumbrante, porque sus instantáneas son obras únicas e irrepetibles. Si el artista ha de caracterizarse, entre otras cosas, por huir de los lugares comunes y de los tópicos, José María Rodríguez es un artista de los pies a la cabeza; porque sus fotografías nos dan una nueva dimensión de la realidad, única e imperecedera, que hace más rica y más completa nuestra visión del mundo.
HILARIO PRIEGO SÁNCHEZ-MORATE
Catedrático de Lengua Castellana y Literatura
Miembro de la Real Academia Conquense de Artes y Letras.
Su primera exposición (titulada “Cuenca mágica en sus paisajes”) la realizó en marzo de 1999 en el Ateneo de Alicante, y a ésta le han seguido otras, casi siempre sobre su ciudad natal (por ejemplo, “Miradas de Cuenca” y “Cuenca. Su Semana Grande en el tiempo”, esta última dedicado a la Semana Santa conquense, como el propio título sugiere). Esta predilección por Cuenca se debe, sin duda, al natural amor del fotógrafo hacia su tierra natal, pero responde también al convencimiento de que, como escribiera César González-Ruano, pocas ciudades tienen, sobre la esplendidez y el embrujo de su emplazamiento, unos barrios tan atrayentes como esta Cuenca maravillosa en la que cualquier rincón es un milagro casi increíble. A captar ese milagro dedica todo su tiempo y esfuerzo José María Rodríguez.
Desde el año 2004 ha venido trabajando sobre el mundo maravilloso de los efectos de la luz en toda su extensión, como así lo demuestran las conferencias que ha venido impartiendo en la Biblioteca Pública “Fermín Caballero” de nuestra capital. Con el título: “Crear una imagen” expresó cómo crear una imagen a través de los sentidos y con el título “La luz, fuente de inspiración y creación” presentó: las ideas, los mitos y la evolución de las artes inspiradas en la luz, una verdadera investigación ofreciendo una visión de la “cultura de la luz” a través de los tiempos. Ésta se puede decir que resultó un ensayo del trabajo que acaba de finalizado coincidiendo con el solsticio de invierno (21 de diciembre de 2007), y que ahora nos presenta “Manto de Luz” – La mitología de la luz en la Catedral de Cuenca – donde nos enseña, a través de su cámara, todos los efectos luminosos que se recrean a lo largo de un ciclo solar.
La técnica de José María Rodríguez es absolutamente artesanal, si con esta palabra entendemos lo hecho con amor y dedicación; cada una de sus fotografías está tratada individualmente y sin reparar en tiempo ni en esfuerzos. El resultado suele ser deslumbrante, porque sus instantáneas son obras únicas e irrepetibles. Si el artista ha de caracterizarse, entre otras cosas, por huir de los lugares comunes y de los tópicos, José María Rodríguez es un artista de los pies a la cabeza; porque sus fotografías nos dan una nueva dimensión de la realidad, única e imperecedera, que hace más rica y más completa nuestra visión del mundo.
HILARIO PRIEGO SÁNCHEZ-MORATE
Catedrático de Lengua Castellana y Literatura
Miembro de la Real Academia Conquense de Artes y Letras.
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