Saqueo de la Catedral
de Cuenca por las tropas francesas
Festividad del Corpus
Cristi
Cada año al aproximarse la
festividad del Corpus mi abuelo me contaba lo sucedido con la custodia más impresionante
que esta ciudad haya tenido. Esa custodia fue realizada en el año 1573 por Francisco
Becerril y terminada de dorar por su hijo Cristóbal al fallecer su padre. En
ella se grabaron todos los hombres del saber que existían en España y estaba
distribuida en tres cuerpos. Me contaba, que por su realización se pagaron la
gran suma de 16.616 ducados. La última
vez que desfiló en procesión por las calles de Cuenca fue el 16 de junio de
1808, día del Corpus, estando en Cuenca el Marical Moncey (Moncei) que tuvo a
bien desfilar con sus tropas en la procesión. Al día siguiente partiría para
Valencia para sofocar los levantamientos que se estaban produciendo.
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Custodia actual |
Al paisano, Joseph Garrote, en el
paraje de “Las Zomas” cercano a Cuenca, se le requisaron tres cartas y un Pagaré
o Carta Orden. El Pagaré decía: “a la entrega de estas cartas entréguesele
cuatro onzas de oro al portador, por el general de división Frere, si pone en
manos de este mismo General el paquete. En caso de no encontrar al General Frere,
debe el portador continuar hasta Valencia y entregar los documentos al Señor
Mariscal Moncey (Moncei), que le entregará dicha suma y abrirá el paquete” (1*).
Una de las cartas, con fecha 26
de junio de 1808, procedente desde Madrid, decía así:
“Mon cher
Général: il parait qu´il ya du movement à Cuenca; le Général Caulaincourt est
parti ce matin avec environs 3000…”
Traducida la carta decía: “Mí
estimado General, perece que hay disturbios en Cuenca, el general Caulaincourt
partió esta mañana, desde Madrid, con unos 3000 hombres para ese punto, a fin
de disipar los grupos que pudieran alzarse. Si suponéis que el enemigo tiene
allí fuerzas, y creéis que vuestra presencia sea necesaria, podéis permanecer
en ella, a menos que el Mariscal Moncei os necesite para apoyarle en Valencia,
lo que no es creíble. Cuando el General Caulaincourt haya concluido su
operación en Cuenca, se comunicará con el Mariscal Moncei y con vos. Él permanecerá
en Cuenca o en Tarancón, según las circunstancias lo exijan, disponiendo de un
Regimiento de Infantería con su artillería y Cazadores a caballo del primer Batallón
de Marcha.
Desde vuestra carta de Tarancón
no he sabido de vos. Mañana hago partir mil doscientos hombres para
establecerse en Madrilejos, y mantener su comunicación con Vedel. Buenos días,
mi amado General = Belliard.
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Procesión Corpus de 2014 |
Llegando a Cuenca los franceses
desplegaron la Caballería alrededor de la ciudad, avanzando la Infantería por
las calles e hicieron corren la sangre de los conquenses con la muerte del tío “Cuervo”
y “Parrillas” que se encontraban a su paso y a Antonio Vindel que estaba
trabajando en su huerta le hirieron en una pierna de un pistoletazo. Cuando
Caulaincouert subía por la calle de “Correduría” (actual Alfonso VIII) apareció
“Malpesa” queriendo impedir su paso lanzando tejas desde el tejado de una casa
y fue muerto de un tiro de fusil. Conseguida la plaza mandó saquear la ciudad,
reservándose para sí y sus oficiales los tesoros de la Catedral, la cual mandó
cerrar a cal y canto. Lo único que se salvó fue lo que el campanero, señor
Calleja pudo ocultar, algunas lámparas, candelabros y vasos sagrados.
Deseoso el cabildo de conservar
la custodia, ajustó su rescate con el Mariscal francés en 500.000 reales y
mientras se iba a recoger los dineros a varios pueblos de la provincia, donde
habían huido canónigos y otras dignidades. Unos soldados franceses
descerrajaron las puertas de la Catedral, penetraron en ella y al encontrar la
custodia, se armaron de hachas y empezaron a destrozarla; avisado el Mariscal Caulaincourt
de lo que sucedía, subió presuroso acompañado de dos ayudantes y fue tal su
furor al ver que con aquella destrucción perdía medio millón de reales que
sacando su espada, arremetió con sus soldados, dos de los cuales murieron allí
mismo y otros tres en el hospital a las pocas horas.
Se llevó todos los trozos de
plata de la destruida Custodia, infinidad de alhajas, lámparas, candelabros y
cálices y todo cuanto tuvo a mano para su rapiña, calculándose el saqueo que
sufrió la Catedral, en más de treinta millones de reales. De la Custodia,
únicamente se libró el viril (2*) que sin duda alguna a golpes de hacha saltó
lejos quedando oculto en algún rincón a las miradas de los franceses.
Contento con lo realizado, con
fecha de 9 de julio, Caulaincourt manda una carta al general Belliard a Madrid
explicándole su hazaña en Cuenca:
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Procesión Corpus de 2014 |
“Esta es, mi querido General, la
cuarta carta, confío que sea más feliz que las otras, pues una de ellas costó
la vida al espía que la llevaba. Yo entré aquí el día 3, ya que es necesario
repetirlo, y dos horas de pillaje o saqueo deben inspirar horror a los demás
pueblos que quieren imitar el ejemplo de Cuenca. Si mis instrucciones no me lo
hubieran impedido, hubiera borrado a Moya del Mapa de España: Pero si este
pueblo no entra inmediatamente en su deber, tendrá que experimentar un castigo
terrible. Prevenid, mi estimado General, al Mariscal Moncei, que dicha Ciudad
es una cueva de frenéticos. Os remito mi carta para este Mariscal, y otra que
viene del Estado Mayor General. Os renuevo con gusto la seguridad de mi cariño
y respeto. Caulaincourt”.
Después de su relato, poniendo su
mano sobre mi hombro me dijo, como ves, Josemari, el pueblo de Cuenca no se
rindió a los pies de su invasor, luchó cuanto pudo, pero cuando la fuerza es
mayor que la razón sólo queda el doblegarse o morir, como los valientes
conquenses que bien merecen un monumento a tal heroica acción.
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(1*) Las cartas fueron requisadas
el día 13 de julio de 1808 al espía Joseph Garrote.
(2*) Caja de Cristal con un
pequeño cerco, que encierra la hostia consagrada colocándose en la custodia
para su exposición.
FUENTE DOCUMENTAL: Documentos
sacados de las Cartas publicadas por: ”La Gazera” de Madrid de varios generales
franceses sorprendidas a dos espías. Las mandó publicar la Junta Suprema del
Gobierno en el año 1808.