“Engullimos
de un sorbo la mentira que nos adula y bebemos gota a gota la verdad que nos
amarga”. Denis Diderot
La llamada insistente y reiterada
me hace levantar el teléfono. ¿Quién es? Soy el Coordinador de Educación, he
pensado en ti para cubrir una Asesoría en Educación. Tardé en reaccionar y pedí tiempo para pensarlo, la mala experiencia de
hace catorce años me hacía desconfiar de lo que se me ofrecía. Después de
hablar con varios amigos opte por aceptar el puesto.
Me incorporé en agosto de dos mil
once en la Delegación de Educación. En principio todo era nuevo para mí, pero
poco a poco fui haciéndome con los distintos programas que se me otorgaba su
responsabilidad, hasta un total de seis.
A las pocas semanas de estar
ocupando el puesto de Asesor se presentó
un empresario conquense con un montón de facturas que se le debían, pidiendo el
abono de los trabajos realizados en los colegios de la provincia con respecto a
la instalación de wiffi en ellos. Fue un jarro de agua fría que me vino encima
sin comerlo ni beberlo. Puse en conocimiento de mis superiores los hechos para
tramitar el pago de estas deudas heredades. Luego me enteré que se debía el
trasporte desde hacía un año y el pago de los comedores escolares, etc.
Es duro vivir esa situación y más
cuando en la acera de enfrente un grupo de gente, entre ellas personas que
habían ocupado puestos de relevancia dentro de esta administración, se
manifestaban con camisetas verdes, por los recortes y una escuela pública y
libre. En esos momentos pensabas si estaban locos o que el mundo se había vuelto
del revés, los mismos que habían provocado este caos se manifestaban en contra
de qué.
En los campos en que me he movido
estos años, puedo afirmar que han sido duros al no poder conformar ni otorgar a
la gente subvenciones como se venía haciendo, aguantando a personas que venían exigiendo
derechos de ordenadores y libros gratis, cuando no se podía ni pagar los
intereses de las deudas contraídas por los anteriores. En esta Administración
de Educación se redujo el número de asesores a la mitad y el trabajo ha salido
adelante sin necesidad de dejar trabajo pendiente para otro día. Se han
regularizado las subvenciones para la dotación de libros para quienes han
demostrado que no podían comprarlos, hasta donde llegaba el dinero que Hacienda
podía otorgar. Se han ido arreglando y regularizando todos los campos en la
medida que se ha podido o nos han dejado.
No me explico el odio que se ha
despertado en contra de la gente que ha sacado a esta Comunidad de la ruina más
absoluta. Un ejemplo que todos conocemos es el de Sanidad: “LOS RECORTES EN
SANIDAD MATAN” se ponía en pancartas, ventanas y balcones pero si
reflexionamos ¿no mataría mucho más el cierre de hospitales que no podemos
permitirnos por las deudas contraídas?
El próximo curso vuelvo a mi
clase con la conciencia tranquila de quien ha puesto su granito de arena en
revertir esta situación caótica e inexplicable en que estaba esta Administración.
Quiero finalizar estas
reflexiones con una frase del filósofo, matemático, novelista y figura
destacada de la Ilustración francesa, Denis Diderot: “Engullimos de un sorbo la mentira que nos adula y bebemos gota a gota la
verdad que nos amarga”.
Cuenca, 18 de junio de 2015
José María Rodríguez González
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