La festividad de San
Juan Bautista en Cuenca
Nos remontamos a los primeros
tiempos de nuestra ciudad, cuando Cuenca estaba rodeada de una serie de
humildes ermitas, entre ellas la de San Juan, situada en un lugar frondoso y
ameno de la Hoz del Júcar, tal día como hoy, se honraba al Santo en su capilla
de San Juan de la Rivera.
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San Juan Bautista de Marco Pérez |
Este día se celebraba con gran solemnidad
la festividad, al amanecer se decía la misa en la ermita y al terminar, los
asistentes se repartían por los pintorescos lugares de las orillas del Júcar
para desayunar a la sombra de guindales, mientras la música de acordeón animaba y divertía a los
presentes. Por la Tarde se cambiaban de
lugar y era la hoz del Huécar, donde se repartían en familia los devotos y
hermanos del Santo. Los lugares elegidos solían ser el Hocinillo y el paraje de
Mirabueno, a la falda del Cerro del Socorro. Allí era costumbre preparar para
comer, entre las brasas, el cordero de San Juan, compartiendo la comida entre
todos los asistentes.
Con los tiempos las costumbres
cambian, la ermita desapareció con la entrada de los francés en Cuenca, por el
año 1808. La Misa de alba dejó de celebrarse y la fiesta campera se transforma
en tertulia de café si llega.
Hoy por hoy lo único que nos
queda y que podemos estar orgullosos, es tener una talla de San Juan Bautista
de Marco Pérez, que sustituyó a la de Don Lucas Salvador del siglo XVIII, que
fue destruida en la guerra civil.
Cuenca, 24 de junio de 2015
José María Rodríguez González,
profesor e investigador histórico
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