miércoles, 30 de diciembre de 2015
domingo, 20 de diciembre de 2015
Tradición y familia en torno la Navidad
El Belén y el árbol de Navidad
El montaje del belén suponía un
acontecimiento para los más pequeños de la casa, avivado generalmente por la
madre. Año tras año íbamos coleccionando
figuritas para completar el belén, en ese año disponíamos: del indispensable molino, el
puente, las lavanderas, que se colocaban en la orilla del río; unas cuantas
casitas; los pastorcitos, los corderos, los Reyes Magos y la Sagrada Familia, ya casi lo
teníamos completo. Al desembalar las figuras pudimos apreciar que el rey
Baltasar había sufrido un accidente, pues al ser las figuras de barro se había
hecho trizas. Después de mucho pensar decidí romper la hucha haber cuanto
contenía y si daba para la reposición. Recorrimos las tiendas, la librería
Estudios, Evangelio, Chamón, etc., hasta encontrar unos reyes que fueran los
idóneos para el conjunto. Encontramos unas figuras policromadas que eran un
encanto, pero su costo era algo elevado para nuestro pequeño presupuesto y
optamos por unas de plástico que resultaron de lo más prácticas, pues sirvieron de juego hasta el seis de enero, día la celebración de los
Reyes Magos. Ya sólo faltaba buscar un
lugar para su ubicación, fue encima del aparador del salón donde se decidió
instalarlo, colocando las figuras en torno al portal, tapizando el suelo con el
serrín de la estufa, musgo para decorar las rocas y harina para semejar la nieve, un
trozo de cristal nos sirvió para asemejar un arroyo; los Reyes aparecían a lo
lejos en lucida caravana, que se irían acercando poco a poco, según fueran pasando los días de Pascua.
Desde hace años este tradicional
montaje del belén en las casas es cada vez más escasa, siendo sustituido por el
árbol de Navidad, tradicionalmente llamando el árbol de Noel, un arbolito
cubierto de juguetes y serpentinas, con algún que otro farol y un viejo de
blanca barba que siendo una costumbre rusa, se le llamó Papa Noel. El afán de
la novedad y el deseo de extranjerizarnos ha hecho que vaya suplantando al tradicional
Nacimiento.
En los últimos tiempos el árbol
de Navidad ha venido a sustituir a los belenes en las casas, no es que me guste
mucho el hecho de la sustitución, pero sí soy partidario de compartir los
espacios y el árbol no tiene porqué sustituir al Belén, más bien lo complementa
y para ello intentaré explicarles el origen y el sentido cristiano del Árbol de
Navidad.
En parte historia y en parte
tradición se afirma que el origen del árbol de Navidad es alemán, remontándose
al siglo VIII. Tengo para ello que introducirme en los principios del
cristianismo, cuando en el siglo VIII, San Bonifacio (675-754) partió de
Inglaterra hacia Germania para predicar la fe cristiana, llegando a Hesse
(actualmente es uno de los 16 estados federados de Alemania). Después de un
periodo de aparente éxito de conversiones fue llamado a Roma por el papa
Gregorio II (715-731) teniendo que dejar las tierras alemanas. A su vuelta en
las Navidades del año 723, se encontró con que el pueblo evangelizado se
preparaba para celebrar el Solsticio de Invierno, sacrificando a un joven en el
sagrado roble de Odín. Viendo tal aberración San Bonifacio cogió un hacha y
cortó el roble sagrado como hiciera Moisés ante los israelitas que adoraban el
becerro de oro. Cuenta la tradición que al primer golpe de hacha un fuerte
viento derribó al instante el árbol. El pueblo ante este hecho reconoció la
mano de Dios y preguntaron a San Bonifacio cómo deberían celebrar la Navidad.
Junto al roble caído permanecía intacto un pequeño abeto, lo vio como símbolo
perenne del amor de Dios y lo adornó con manzanas, que simbolizaban las
tentaciones, y velas que representaban la luz de Cristo que viene a iluminar el
mundo. Como era costumbre meter en las casas una planta de hoja perenne en
invierno, pidió a todos que llevaran a su casa un abeto. Este árbol representa
la paz y por permanecer verde, simboliza también la inmortalidad. Al terminar
en punta, indica el Cielo, la morada de Dios.
El Papa Juan Pablo II en la
Audiencia del 19 de diciembre de 2004, expresó así lo que era el Árbol de
Navidad para la actual cristiandad: “En invierno, el abeto siempre verde se
convierte en signo de la vida que no muere… El mensaje del árbol de Navidad es,
por tanto, que la vida es “siempre verde” si se hace don, no tanto de cosas
materiales, sino de sí mismo: en la amistad y en el afecto sincero, en la ayuda
fraterna y en el perdón, en el tiempo comprendido y en la escucha recíproca”.
El colocar los regalos debajo del
árbol es un modo de recordar que del árbol de la Cruz proceden todos los bienes, perpetuando al “árbol de la vida” (Gn. 2,9).
Está bien incorporar las nuevas
tradiciones que cada época asume como propias sin olvidar las nuestras. Debemos enseñar a nuestros hijos lo que a
nosotros nos enseñaron; pongamos el Nacimiento en casa, cantemos con los
pequeños los villancicos que aprendimos de la abuela, hagámosles aprender de
esa manera tan bonita las escenas de la Redención del Mundo y no suplantemos la
figura excelsa del Portalito de Belén, sabiendo que el mejor pan es siempre el del
horno casero.
Cuenca 19 de diciembre de 2015
José María Rodríguez González.
Profesor e investigador histórico.
domingo, 13 de diciembre de 2015
LA PUERTA SANTA DE LA CATEDRAL DE CUENCA
El domingo día 13 de diciembre,
el Sr. Obispo D. José María Yanguas Sanz dio inicio al Año Santo de la
Misericordia, será un año de gran perdón para toda la humanidad. Apenas cinco
días después de que el Papa Francisco abriera la Puerta Santa de la Basílica de
San Pedro en Roma, nuestro Obispo se une al gesto de las diócesis del mundo que
han abierto sus Puertas Santas para el Año Jubilar.
Este domingo se ha empleado la
puerta de de la Piedad de la Catedral y no la del Perdón hasta nuestra época.
El ritual fue modificado en la Navidad de 1975, cambiándose el rito de apertura
y cierre del Año Santo.
En las fotografías que se
disponen de nuestra catedral de principio de siglo XX, se puede apreciar como
está tapiada parte de la puerta del Perdón porque era la empleada para este
fin. Sobre el parteluz de la puerta existía un cartel con el nombre PORTA
SANCTA.
Déjenme explicarles la historia
de cómo era este interesante rito de apertura del Año Santo:
Me basaré en la descripción
realizada por Giovanni Rucellai de Viterbo del año 1450. La primera vez que se
realizó fue en el año de 1423 por el papa Martín V, y fue la Puerta Santa de la
Basílica de San Juan de Letrán. Los años de Jubileos se celebraban cada 33
años. El Vaticano abrió su Puerta Santa por primera vez en el año 1499, siendo
Papa Alejando VI, quien quiso dar una mayor participación al jubileo
permitiendo que se abrieran las puertas de las basílicas mayores de Roma. Este
Papa quiso dejar bien definidas las normas del ceremonial del Año Santo, en
especial el rito de apertura y clausura de la Puerta Santa, encargándole la
elaboración de los ritos al famoso Johannes Burckard, maestro de las ceremonias
pontificias. La Puerta Santa del año jubilar del año 1500 fue abierta la noche
de Navidad de 1499 y fue cerrada en la solemnidad de la Epifanía del año 1501.
Según la tradición, la apertura de la Puerta Santa se preparaba mediante el
rito llamado “Recognitio”. En el desarrollo de la ceremonia, se quitaba el muro
de ladrillos que cerraba la Puerta Santa de la Basílica.
El ritual preparado por Burckard
y aprobado por el Papa, fue realizado sustancialmente en todos los jubileos,
introduciéndose algunos retoques en el año 1525 por el maestro Biagio de Cesena,
permaneciendo inalterados hasta 1950.
Estos ritos se caracterizaron por
las siguientes particularidades:
La puerta de los templos donde se
había designado una Puerta Santa estaba cerrada en el exterior por un muro y no
por una puerta. En el momento de su apertura se derribaba el muro.
Desde el siglo XV se usó el
ladrillo para la construcción de la pared. El cronista del jubileo de 1423
escribe que “es tan grande la devoción de
las personas por los ladrillos y escombros, que apenas es derribada la puerta,
se lanzan con ímpetu a recogerlos y llevárselo como su fueron reliquias
sagradas”(L. Bargellini, L’Anno Santo, 66).
El Papa tiraba una parte y los
albañiles completaban el trabajo de demolición. En las Navidades de 1499, el
Papa usó un martillo para golpear tres veces el muro. Pronto se vió que el
martillo no era simbólico por lo que se convirtió en un objeto artístico y en
1525 el martillo usado era de oro. En 1575, de plata dorada con mango de ébano.
En el rito de clausura se usaba
la paleta de albañil, desde 1525 hasta el Papa Pio XII, que fue el último en
utilizarla en el Año Santo de 1950. Según el rito de clausura la Epifanía de
1501 se prevé que dos cardenales pusieran en el muro dos ladrillitos: uno de
oro y otro de plata.
En las Navidades de 1975 se
modificó el rito. El Papa no usó ya ni el martillo, ni la paleta, ni los
ladrillos simplemente abrió y cerró respectivamente la puerta de bronce. Fue
Juan Pablo II quien no usó por primera vez el martillo, pues ya no había que
derribar muros, solamente empujó la puerta para que se abriera.
La ceremonia se enriqueció con un profundo sentido bíblico, teológico y
litúrgico pastoral que tiene la puerta de la historia de la salvación y de la
Iglesia.
Cuenca 13 de diciembre de
2015-12-13
José María Rodríguez. Profesor e
investigador histórico
jueves, 3 de diciembre de 2015
Conferencia: El mensaje simbólico en los Templos... I Ciclo de Conferencias Universidad de Mayores José Saramago
I Ciclo de
Conferencias
Programa Universitario para Mayores
José Saramago
Conferencia del día 10 de diciembre de 2015
19:00 horas. Salón de Grados
Edificio Cardenal Gil de Albornoz
(Antiguo edificio de los Salesianos)
Campus de Cuenca
SEGUNDA
CONFERENCIA DEL PROFESOR E INVESTIGADOR HISTÓRICO: D. José María Rodríguez
González.
“El mensaje
simbólico en los Templos y su evolución renacentista en la Catedral de Cuenca”
CONTENIDO DE LA
CONFERENCIA:
El menaje simbólico está presente en nuestra época como lo
estuvo presente en el Medievo. Raras veces el arte y la arquitectura
eclesiástica ha tenido su finalidad el placer estético, el mensaje no es una
abstracción del puro texto sagrado como si fuera una imagen, sino que a través
de ellos la Biblia es entendida, interpretada y matizada en la asamblea
cultural dependiente de la época en que le ha tocado vivir al observador. Ha
sido la comunidad creyente la que ha modelado la Historia Sagrada hacia su
auto-entendimiento de la obra interpretada por el artista particular que
llevamos dentro, siendo la persona misma la que crea el mensaje del templo
cristiano.
Hay símbolos que están presentes continuamente en las
iglesias, en las ceremonias y no somos conscientes de ellos. A lo largo de la conferencia veremos
los signos y su procedencia en la construcción de los templos y como va mutando
en el renacimiento para terminar disfrutando de la cálida y rica iconografía
que entraña la rejería del siglo XVI de la Catedral de Cuenca.
martes, 1 de diciembre de 2015
La Real Casa de la Moneda de Cuenca
Cuenca en Plata. Su Fábrica de la Real Casa de la Moneda
Hemos sido gratamente sorprendidos
por la Orden ECC/545/2015, de 20 de marzo, por la que se acuerda la emisión,
acuñación y puesta en circulación de monedas de colección de la II serie de “Ciudades
Españolas Patrimonio de la Humanidad”. En esta segunda serie está dedicada a
las ciudades de Cuenca, Ibiza, Mérida, Salamanca y San Cristóbal de la Laguna.
El anverso será común para todas las monedas, reproduciendo el logo de la
UNESCO, a la derecha el emblema oficial de la Convención del Patrimonio
Mundial. El reverso de las monedas se reserva para los monumentos emblemáticos
de cada ciudad, en nuestro caso el Puente San Pablo con las Casas Colgadas al
fondo.
Es la Fábrica Nacional de Moneda
y Timbre - Real Casa de la Moneda la encargada de su a
cuñado. Allá por el año
1661, siendo el Rey Don Felipe IV, fue trasladada la Casa de la Moneda que
existía en la capital del reino a Cuenca. Mando que con cargo a la Real
Hacienda, se efectuara dicho traslado. Fue adquirido un terreno y el batán
propiedad del Hospital de Santiago por la suma de mil ochocientos ducados,
invirtiendo otros dieciocho mil, en la maquinaria y el edificio que se
construyó. Se montaron ocho ruedas movidas por las aguas del Júcar, cinco de
alisar, dos de acuñar y una de tornear.
Algún tiempo después, paralizó
sus labores esta fábrica, continuándolas en el 1718. Fue en 1728 cuando fueron
desmontadas todas sus máquinas y con los enseres fueron trasladadas a Madrid.
De su puesta en funcionamiento en 1718 he encontrado
información sobre el proceso que se siguió, el cual intentaré exponerlo y
resumirlo:
El día 22 de abril de 1717 Don
Augusto Caniego, Caballero de la Orden de Calatrava, Corregidor y
Superintendente General de las remas Reales de Cuenca y su provincia, expresó
al Señor Don Íñigo de Velasco, Deán de la Santa Iglesia Catedral, que se
hallaba en posesión de Orden de S.M. para que rectificase la Casa de la Moneda
de esta ciudad, interrumpida en sus labores, que dieron comienzo el año 1661 y
se pusiese al corriente el ingenio de
agua de que disponía y se limpiara el caz que tenía la referida casa para
su nueva puesta en funcionamiento.
A tales hechos perjudiciales a la
Real Hacienda debían ponerse remedio, pues no podían dejar de ejecutar las
Órdenes Reales y para ello se nombró una Comisión integrada por los Canónigos
Don Vicente de Pereja y Don Pedro Ramal que debían empezar por presentarse a
los señores Deán, Cabildo y al Corregidor para que quedaran enterados de la
Orden y después se tomaran las medidas pertinentes para evitar perjuicios a la
Fábrica de la Real Casa de la Moneda.
Se dio encargo al Maestro de
Ribera de mayor inteligencia, de que reconociera el origen del expresado
perjuicio y se descubriese la forma para obviarlo, de cuya gestión se concluyo
ser toda medida inútil si no se rompía la presa de los Molinos de la Noguera, a
que se llevó a cabo el 7 de mayo de
dicho año de 1717.
En varias reuniones de Cabildo,
como propietario de los dichos Molinos se trató si era o no procedente hacer
nueva presa y al fin se dispuso se pusiesen cédulas
en las partes públicas y acostumbradas por si alguna persona quería comprar
dicha posesión.
Se aceptó al fin la oferta más
ventajosa; la de don Juan Cerdán de Landa, vecino y Regidor Perpetuo de esta
Ciudad y Tesorero del Santo Tribunal de la Inquisición por el precio y cuantía
de 15.000 reales de vellón que entregó en dinero al contado.
El señor Cerdán se quedó
propietario de los Molinos de la Noguera, sin un eficiente servicio de aguas,
ya que tuvo que sacrificar las presas en beneficio de la mueva instalación de
la Fábrica de la Moneda. Viéndose obligado a construir una presa en el sitio
denominado “Sargal” que lleva el nombre de “Cerdán” de la que derivara un canal
que con las condiciones necesarias de nivel permitiera poner nuevamente en
servicio los Molinos de la Noquera.
El caz del Molino de Santiago y
desaguadero de la Moneda corría hasta la Ermita de Nuestra Señora de Belén y
por la parte de abajo llegaba hasta la pared de la Lonja del Convento antiguo
de Carmelitas Descalzos y cogiendo el hilo de dicha pared en derechura llegaba hasta la madre
principal del río Júcar.
Diez años siguió funcionado la
Real Fábrica de la Casa de la Moneda hasta que en el año 1728, por Orden del rey Fernando IV,
se trasladó toda su maquinaria a Madrid.
Cuenca, 1 de diciembre de 2015
José María Rodríguez González,
profesor e investigador histórico
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