Cuenca en Plata. Su Fábrica de la Real Casa de la Moneda
Hemos sido gratamente sorprendidos
por la Orden ECC/545/2015, de 20 de marzo, por la que se acuerda la emisión,
acuñación y puesta en circulación de monedas de colección de la II serie de “Ciudades
Españolas Patrimonio de la Humanidad”. En esta segunda serie está dedicada a
las ciudades de Cuenca, Ibiza, Mérida, Salamanca y San Cristóbal de la Laguna.
El anverso será común para todas las monedas, reproduciendo el logo de la
UNESCO, a la derecha el emblema oficial de la Convención del Patrimonio
Mundial. El reverso de las monedas se reserva para los monumentos emblemáticos
de cada ciudad, en nuestro caso el Puente San Pablo con las Casas Colgadas al
fondo.
Es la Fábrica Nacional de Moneda
y Timbre - Real Casa de la Moneda la encargada de su a
cuñado. Allá por el año
1661, siendo el Rey Don Felipe IV, fue trasladada la Casa de la Moneda que
existía en la capital del reino a Cuenca. Mando que con cargo a la Real
Hacienda, se efectuara dicho traslado. Fue adquirido un terreno y el batán
propiedad del Hospital de Santiago por la suma de mil ochocientos ducados,
invirtiendo otros dieciocho mil, en la maquinaria y el edificio que se
construyó. Se montaron ocho ruedas movidas por las aguas del Júcar, cinco de
alisar, dos de acuñar y una de tornear.
Algún tiempo después, paralizó
sus labores esta fábrica, continuándolas en el 1718. Fue en 1728 cuando fueron
desmontadas todas sus máquinas y con los enseres fueron trasladadas a Madrid.
De su puesta en funcionamiento en 1718 he encontrado
información sobre el proceso que se siguió, el cual intentaré exponerlo y
resumirlo:
El día 22 de abril de 1717 Don
Augusto Caniego, Caballero de la Orden de Calatrava, Corregidor y
Superintendente General de las remas Reales de Cuenca y su provincia, expresó
al Señor Don Íñigo de Velasco, Deán de la Santa Iglesia Catedral, que se
hallaba en posesión de Orden de S.M. para que rectificase la Casa de la Moneda
de esta ciudad, interrumpida en sus labores, que dieron comienzo el año 1661 y
se pusiese al corriente el ingenio de
agua de que disponía y se limpiara el caz que tenía la referida casa para
su nueva puesta en funcionamiento.
A tales hechos perjudiciales a la
Real Hacienda debían ponerse remedio, pues no podían dejar de ejecutar las
Órdenes Reales y para ello se nombró una Comisión integrada por los Canónigos
Don Vicente de Pereja y Don Pedro Ramal que debían empezar por presentarse a
los señores Deán, Cabildo y al Corregidor para que quedaran enterados de la
Orden y después se tomaran las medidas pertinentes para evitar perjuicios a la
Fábrica de la Real Casa de la Moneda.
Se dio encargo al Maestro de
Ribera de mayor inteligencia, de que reconociera el origen del expresado
perjuicio y se descubriese la forma para obviarlo, de cuya gestión se concluyo
ser toda medida inútil si no se rompía la presa de los Molinos de la Noguera, a
que se llevó a cabo el 7 de mayo de
dicho año de 1717.
En varias reuniones de Cabildo,
como propietario de los dichos Molinos se trató si era o no procedente hacer
nueva presa y al fin se dispuso se pusiesen cédulas
en las partes públicas y acostumbradas por si alguna persona quería comprar
dicha posesión.
Se aceptó al fin la oferta más
ventajosa; la de don Juan Cerdán de Landa, vecino y Regidor Perpetuo de esta
Ciudad y Tesorero del Santo Tribunal de la Inquisición por el precio y cuantía
de 15.000 reales de vellón que entregó en dinero al contado.
El señor Cerdán se quedó
propietario de los Molinos de la Noguera, sin un eficiente servicio de aguas,
ya que tuvo que sacrificar las presas en beneficio de la mueva instalación de
la Fábrica de la Moneda. Viéndose obligado a construir una presa en el sitio
denominado “Sargal” que lleva el nombre de “Cerdán” de la que derivara un canal
que con las condiciones necesarias de nivel permitiera poner nuevamente en
servicio los Molinos de la Noquera.
El caz del Molino de Santiago y
desaguadero de la Moneda corría hasta la Ermita de Nuestra Señora de Belén y
por la parte de abajo llegaba hasta la pared de la Lonja del Convento antiguo
de Carmelitas Descalzos y cogiendo el hilo de dicha pared en derechura llegaba hasta la madre
principal del río Júcar.
Diez años siguió funcionado la
Real Fábrica de la Casa de la Moneda hasta que en el año 1728, por Orden del rey Fernando IV,
se trasladó toda su maquinaria a Madrid.
Cuenca, 1 de diciembre de 2015
José María Rodríguez González,
profesor e investigador histórico
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