75 años de la muerte
del Rey Alfonso XIII
Tal día como hoy, un 28 de
febrero de 1941, moría exiliado en la ciudad de Roma el Rey Alfonso XIII. Hera
hijo del Rey Alfonso XII y de Dña. María Cristina de Habsburgo-Lorena.
Su madre actuó como regenta, al
ser hijo póstumo, hasta su proclamación como Rey, el 17 de mayo de 1902, a los
16 años de edad. Inició su reinado coincidiendo con un cambio generacional de
los partidos dinásticos: el conservador Cánovas fue sustituido por Antonio
Maura y el liberal Sagasta por José
Canalejas.
El rey Alfonso XIII visitó en
varias ocasiones nuestra ciudad de Cuenca, una de ellas fue el día 3 de mayo de
1905, visitando los restos de San Julián en la Catedral.
En los años cincuenta el escritor José Luis
Castillo-Puche publicó el diario íntimo de Alfonso XIII que fue encontrado en
los archivos del Palacio Real, y donde reflejaba su perfecto conocimiento de la
situación que vivía el país en el que comenzaba su reinado, entre otras coas
decía así: ”De mí depende si ha de quedar
en España la Monarquía Borbónica o la República. Porque yo me encuentro al país
quebrantado por nuestras pasadas guerras que anhela por un alguien que se le
saque de esa situación; la reforma social en favor de las clases necesitadas;
el ejército con una organización atrasada a los adelantos modernos; la Marina
sin barcos, la bandera ultrajada; los gobernadores y alcaldes que no cumplen
las leyes, es decir todos los servicios desordenados y mal atendidos”.
Contrajo matrimonio en 1906, con
la princesa británica Victoria Eugenia Ena de Battenbergen. Su boda se vió
ensombrecida por el atentado que tuvo. El anarquista Mateo Morral lanzaba una
bomba al paso de la comitiva real.
Al permanecer neutral España en
la 1ª Guerra Mundial favoreció el crecimiento económico y los mercados. Pero la
crisis de 1917 junto al nacionalismo catalán, el sindicalismo político y las
huelgas revolucionarias aumentó el desmoronamiento político que influyó en el
fracaso, en 1918, de un gobierno nacional formado por miembros de los dos principales partidos. Los fracasos
militares en Marruecos, las revueltas sociales y los problemas regionales
debilitaron a los gobiernos que fueron incapaces de afrontar la situación
desembocando en el golpe militar de D. Miguel Primo de Rivera en 1923. Al
principio la dictadura fue aceptada y en 1925 el desembarco de Alhucemas terminó
con la guerra de Marruecos, estableciéndose el orden social, potenciándose las
obras públicas.
Al fracasar la dictadura de Primo
de Ribera, el Rey intentó en 1930 restaurar el orden constitucional, pero los
partidos republicanos, socialistas y el nacionalismo se unieron contra la
monarquía.
En las elecciones del 12 de abril
de 1931 se programó la victoria electoral socialista y republicana sin terminar
el recuento de votos, como se ha sabido a través de las investigaciones del
historiador Javier Tusell que según él, los monárquicos obtuvieron 40.324
concejales, los republicanos 34.688, los socialistas 4.813, un grupo de indefinidos
1.207 y los comunistas 67.
Otro historiador Shlomo Ben Amí,
reconstruyó los resultados a través de los telegramas que los gobernadores
civiles enviaron al Ministerio de la Gobernación con datos de cada provincia.
Estos telegramas se encontraban en el Archivo Histórico Nacional, pero el hecho
de que la República se declarara dos días después de los comicios, el 14 de
abril, impidió que llegaran al Ministerio de la Gobernación los resultados de
muchos municipios. Lo que sí parece probado es que cundo el Rey Alfonso XIII
abandonó el Palacio Real rumbo al exilio, siendo las 8 de la tarde del 14 de abril,
los datos que se disponían eran parciales: 22.150 concejales monárquicos,
frente a 5.875 concejales republicanos.
A estos datos habría que sumarles los concejales que habían resultado elegidos
automáticamente el 5 de abril, al no haberse presentado más que una candidatura
en algunos municipios, correspondiendo 14.018 monárquicos, 1.832 republicanos.
Sorprendentemente, este resultado fue interpretado como una derrota de los monárquicos.
Al despedirse el Monarca leyó
ante sus ministros su mensaje de despedida: “Soy el Rey de todos los españoles y también un español. Hallaría medios
sobrados para mantener mis regias prorrogativas, en eficaz forcejeo con quienes
las combaten. Pero resueltamente quiero apartarme de cuanto sea lanzar a un
compatriota contra otro en fratricida guerra civil…”
Alfonso XIII vivió exiliado diez años,
hasta su muerte, de una angina de pecho, en 1941. En el año 1980 sus restos
fueron trasladados al Panteón de los Reyes del Monasterio del Escorial (Madrid).
Cuenca, 28 de febrero de 2016
José María Rodríguez González.
Profesor e investigador histórico.
Fuentes
documentales:
Biografía de Alfonso
XIII. Buscabiografias.com
Periódico ABC. Domingo
28 de febrero de 2016.