La devoción de los tres lunes de San
Nicolás
Plaza de San Nicolás en Cuenca |
En el lado Norte de la plaza, la
iglesia de San Nicolás de Bari, de estilo renacentista, sólo destaca su torre
cuadrada. En su interior, estructura sobria y elemental, está más cerca del
románico que del renacimiento, tan sólo destaca el retablo con la figura del
Santo, donada por D. Ramón Falcón de Salcedo. La iglesia lleva cerrada algunos
años, esperando los devotos su restauración, pues ahora la imagen del San
Nicolás está depositada en la iglesia de San Pedro y los lunes obliga a ir a
San Pedro para cumplir con el rito devocional a San Nicolás. Cuenta la
tradición, generada en Cuenca y que aún perdura la costumbre de solicitar al
Santo tres gracias con en la visita obligada de tres lunes consecutivos; de las
tres gracias se concede una, siempre que el trayecto de subida a la iglesia se
haga en silencio.
Imagen de San Nicolás en la Iglesia de San Pedro (Cuenca) |
San Nicolás es uno de los santos
más populares que ha existido y en su haber se han ido acumulando maravillosas historias a través de los siglos. Una de esas historias es la de las tres
doncellas que dió origen a la devoción de los tres lunes.
Dice así: Se decía que en la
población de Mira, un vecino que tenía tres hijas se vió reducido a la más
mísera pobreza y para poder subsistir pensó, que si no cambiaba su suerte, se
vería obligado a prostituir a sus tres hijas, que aún teniendo pretendientes, sin
dinero no podía pagar la dote para el casamiento de ninguna de ellas. Enterado
San Nicolás, sin pensarlo tomó una bolsa repleta de monedas de oro y en la
noche la arrojó por la chimenea de la casa. Con el dinero casó a la mayor de
las hijas. Viendo el proceder del padre no tardó San Nicolás en volver a
repetir la acción echando una segunda bolsa con dinero por el mismo método y el
padre casó a la segunda de las hijas. Poco tiempo después volvió hacer la misma
operación de tirar la bolsa con dinero, pero en esta ocasión la tiró por la
pared del patio quedando enganchada en la cuerda de la ropa y las monedas
sonaron al caer al suelo, asomándose por la ventana el padre, descubrió al
bienhechor a quien agradeció su caridad para con ellos, arrepintiéndose de su
mal proceder con sus hijas. La tradición dice que los días en que arrojó las
bolsas eran lunes dando pié a la devoción de los tres lunes de San Nicolás.
Los conocimientos que hay sobre
su vida son escasos pero se sabe que nació en Parara de Licia, una provincia
del Asía Menor, peregrinó a Palestina y al poco tiempo de volver a su tierra
fue nombrado obispo de Mira, capital de Licia. Durante las persecuciones de
Diocreciano fue encarcelado por confesar su fe y liberado al subir al trono el
emperador romano Constantino.
La universalidad de su devoción
es patente al ser el patrono de Rusia; Nápoles, Sicilia, Italia; Campen en
Holanda; Freidurg en Suiza; de algunas ciudades de Alemania, Australia y
Bélgica. Es patrón de los marineros deseándose buen viaje con la frase “Que San
Nicolás lleve tu timón”.
De San Nicolás hay mucho que
contar, pero creo que lo que nos trae hoy es la devoción conquense al Santo. Sólo
me queda el animaros a seguir practicando la tradicional devoción a este Santo
universal y a solicitarle sus gracias subiendo tres lunes consecutivos hacerle
una visita para sufragio de las muchas necesidades que padecemos.
Cuenca, 20 de febrero de 2016
José María Rodríguez González.
Profesor e investigador histórico.
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