El devoto que llega a Zaragoza encuentra en la capilla del Pilar dos grandes consuelos: la fe de un pueblo mariano y la sonrisa maternal de la sagrada imagen.
Celebra en este día la Iglesia de España la festividad de la Santísima Virgen con el título del Pilar de Zaragoza, en reconocimiento de los singulares beneficios con que ha favorecido a España por medio de su prodigiosa imagen colocada sobre una columna, dada en esta forma al Apóstol Santiago en la memorable aparición que se dignó hacerle la Reina de los Ángeles cerca de los muros de Zaragoza, estando Santiago en oración implorando el auxilio del Señor para el feliz éxito de sus conquistas en España; en cuyo glorioso hecho le ofreció la Señora su protección, manifestándole que era voluntad de su Hijo que erigiese en aquel sitio un templo en honor suyo; asegurándole su permanencia hasta el fin de los siglos, y anunciándole que jamás faltarían cristianos en Zaragoza, que en aquella su casa y heredad le tributasen culto, ofreciendo su especial protección a cuantos en ella la venerasen.
Aparición de la Virgen a Santiago. 1846 |
Esta tradición está reconocida y confirmada con las concesiones apostólicas de los sumos pontífices: Jelasio, Celestino II, Clemente VII, Clemente X y Paulo V, a favor del Santuario, bajo la suposición del memorable suceso, reconocida por indubitable en las cortes generales que celebró en Zaragoza el Rey Carlos II, de todos los prelados y sujetos condecorados del reino; apoyada con la súplica de todas las Iglesias de España a la santidad de Clemente II, reconocida por Felipe V, sobre la confirmación del oficio propio Cesaraugustano, relativo al glorioso hecho referido al fin de los Morales de San Gregorio en la historia de Tajón, obispo de Zaragoza, cuyos antiguos caracteres, conducidos a Roma, se leyó en ellos con citación del promotor fiscal, y revisión de personas inteligentes la aparición con todas las circunstancias.
De jaspe es el Pilar traído por los ángeles a Santiago y sobre el cual se asienta la sagrada imagen. Mide poco menos de seis pies de altura (1,82 metros). Está revestida por una chapa de bronce cincelado. De tanto besarla en la parte no cubierta han abierto en el Pilar un surco profundo.
Sobre este Pilar de jaspe se asienta la imagen de la Reina de los Cielos, lleva en brazos a su Divino Hijo Jesús, cuya mano derecha está asida del manto de la Virgen sobre el pecho; en su mano izquierda tiene el Niño Jesús una avecilla. La talla pone al Niño son ropaje, pero los vestidos con que se cubre la Imagen son variadísimos y de extraordinaria riqueza. Todo en esta estatua, en postura y pormenores, irradian gracia y honestidad.
Publicado en Cuenca 12 de octubre de 2020
Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.
FUENTES DOCUMENTALES:
-Festividades del año litúrgico. Editorial Luis Vives, S.A. 1945
-Año Cristiano y Fastos del cristianismo. Según el P. Croiste V.5 – Madrid 1846
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