domingo, 30 de junio de 2024

Efemérides conquenses del 1 de julio. Incendio en la torre de la Catedral de Cuenca.

 El día 1 de julio de 1837 se desató una tormenta con gran aparato eléctrico causando un gran incendio en la torre del Giraldo.


Ateniéndonos lo que nos cuenta Trifón y Soliva podemos afirmar que el día uno de julio Cuenca soportó una gran tormenta, con gran aparato eléctrico, cayendo un rayo en la torre del Giraldo. Dicen que se declaró a las dos de la madrugada y cuantos lo vieron aseguran fue imponente y aterrador ver al natural, bajo un cielo encapotado, aquel volcán de cuyas fuertes llamaradas que salían por todos los calados, parecía quererse librar el Giraldo volteando a impulsos de vientos contrarios. El piso más elevado, el reloj, el segundo y la escalera de ambos que como ésta eran de madera; la matraca y cabeza de las campanas y el telar que sostenía la de las horas, todo ardía, y el temor de su derrumbamiento arruinase los tejados y bóvedas y comunicase a la iglesia el voraz incendio.

Los vecinos se afanaban en apagarlo. 60 cántaros pasaban de mano en mano desde la fuente de la plaza a la entrada de la bóveda de la torre.

Las campañas se desprendieron retirándose los voluntarios que llevaban agua por temor a ser sepultados entre ruinas. Sólo quedó una persona de Cádiz que se desconoce su nombre que con gran arrojo atravesó las llamas y consiguió apagar el fuego de la cabeza de la las campanas. Pronto sobrevino una lluvia torrencial, serían las ocho de la mañana que fue la que terminó de apagar el fuego.

La torre quedó casi desmantelada. El maestro mayor don Rafael Mateo pensó que la reparación de los daños no bajaría de trescientos mil duros.

Después de este terrible incendio se propuso la instalación de ocho o diez pararrayos  en la Catedral para que se asegurara definitivamente de las chispas eléctricas que podrían ocasionar las futuras tormentas.

Publicado en Cuenca, 1 de julio de 2021, y actualiado el 1 de julio de 2024.

José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

Santa Ester o Esther. Festividad del 1 de julio.

   Hoy 1 de julio, entre otras festividades religiosas celebramos la festividad de Santa Ester, con ella quisiera felicitar a una buena amiga de la niñez, que a través de los años hemos mantenido la amistad.

La vida de Santa Ester la encontramos en el A.T., el libro lleva su propio nombre, Ester y contiene una de las más emocionantes escenas de la Historia Sagrada.

El rey Asuero repudio a su mujer Vasti y entonces Ester, la judía, vino a ser su esposa y reina de Persia. Ester siempre confió en Dios y suplico e intercedió por su pueblo cuando el primer ministro Amán concibió la exterminación del pueblo judío, comenzando por Mardoqueo, padre adoptivo de Ester.

Viendo lo que se preparaba en el banquete, Ester informó al rey de su procedencia hebrea y pidió protección para sí y para los suyos contra su perseguidor Amán. El rey concedió lo que Ester le pidió y Amán fue colgado en el mismo patíbulo que había preparado para Mardoqueo. En memoria de este acontecimiento los judíos instituyeron la fiesta de Purim conocida como la Fiesta de las Suertes.

El texto hebraico que  hoy conservamos en la Biblia, sólo contiene diez capítulos, ciertamente es más corto que fue el original, ello es debido a que la Sinagoga Judía omitió ciertos pasajes religiosos, cuando en la fiesta de Purim, se leía este libro al pueblo, tomó carácter mundano. San Jerónimo añadió los últimos capítulos, que contienen los trozos que se encuentran en la versión griega de Teodocio, pero faltan en la forma actual del texto hebreo.

Este libro bíblico tiene un carácter histórico y ha sido reconocido, tanto por la tradición judaica como por la cristiana. Su composición y escritura, se deciden los expertos, por la época de Jerjes I, entre el año 485 al 465 antes de Cristo, pero hay otros que piensan que pudiera haber sido escrito en tiempos de los Macabeos.

Los santos Padres ven en la figura de Ester, que intercedió por su pueblo, la figura de la Santísima Virgen María, auxilium christianorum. Lo que Ester fue para su pueblo por disposición de Dios, lo fue María para el pueblo cristiano.

Publicado en Cuenca, 1 de julio de 2020 y el 1 de julio de 2024.

Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

sábado, 29 de junio de 2024

Protomártires de la santa Iglesia romana (año 64) festividad del 30 de junio.

   En el verano del año 64 se declaró en la capital del Imperio un enorme incendio, según palabras del Tácito: “el más grave y el más atroz de cuantos han sucedido en Roma”.

“No se sabe hasta ahora si por desgracia o por maldad del príncipe”, Nerón, quien para acallar el rumor popular de que él era el responsable de la desgracia, “dio por culpables de ella y empezó a castigar con exquisitos géneros de tormentos a unos hombres aborrecidos del vulgo por sus excesos, llamados comúnmente cristianos”.

Sigue el historiador de los Anales: “El autor de este nombre fue Cristo, el cual, imperando Tiberio, había sido ajusticiado por orden de Poncio Pilatos, procurador de la Judea; y aunque por entonces se reprimió algún tanto aquella perniciosa superstición, tornaba otra vez a reverdecer, no solamente en Judea, origen de este mal, sino también en Roma”.

“Fueron, pues, detenidos al principio los que profesaban públicamente esta religión, y después, por delaciones de aquellos, una multitud infinita, no tanto por el delito del incendio que se les imputaba, como por hallarse convictos de aborrecimiento al género humano. Se añadió a la justicia que se hizo de éstos la burla y escarnio con que se les daba la muerte”.

“A unos vestían de pellejos de fieras, para que de esta manera los despedazasen los perros; a otros ponían en cruces; a otros echaban sobre grandes apiladas de leña a los que pegaban fuego para que ardiendo con ellos sirviesen de farolas en las tinieblas de la noche”.

Por vez primera se persigue y se aniquila a esos hombres “aborrecidos del vulgo por sus excesos”, esos exagerados del amor de Dios.

Publicado en Cuenca, 30 de junio de 2020 y el 30 de junio de 2024.

Por José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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FUENTES CONSULTADAS:
-Año Cristiano para todos los días del año. P. Juan Croisset. Logroño. 1851.
-La casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.
-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.


viernes, 28 de junio de 2024

San Pedro y San Pablo. Festividad del 29 de junio.

29 de junio. "Si callaren estas voces, hablarán las piedras"(Lc.19, 40)

    Hay cosas que se aprenden con la observación y te das cuenta de lo mucho que debe de representar cuando se repite una y otra vez, como si quisieran insistir en la importancia, eso es lo que pasa con la imagen de San Pedro Y San Pablo en la Catedral de Cuenca. En la rejería, en los altares, en las portadas de las capillas, en todos los sitios están como medallones y nunca mejor dicho, como dos caras de una moneda o de una medalla de la Iglesia: el discípulo y el converso, el hombre que vivió día a día con Cristo y el que sólo le oyó en la ceguera del camino de Damasco; el pescador y el intelectual, el judío fiel a la tradición de sus mayores y el judío abierto al universo entero; la llave y la espada, la piedra y el viento. Y en ambos la culpa (traición y persecución) que reparar; y el nombre distintos: Simón, Pedro; Saulo, Pablo.
Medallón de San Pedro.
Capilla de los Caballeros. Catedral de Cuenca.

    ¡Qué extraños fundamentos! La fidelidad (es el primer papa) del que fue débil en la prueba y el ardor proselitista del que había sido perseguidor. El que se entierra en Roma, piedra angular del edificio de la Iglesia, y el que esparce por el mundo Evangélico para ir a morir a Roma (aunque su cabeza, recién cortada, brinca tres veces sobre el suelo, incansable todavía después de la muerte, alumbrando tres fuentes).

     Pedro, crucificado boca abajo por humildad, y Pablo, haciendo el prodigio póstumo que conmemora el nombre de las Tre Fontane romana, contribuye a la alegoría de la salvación. Todo es alegoría (si algo no lo fuese pertenecería al reino de la casualidad, sería un cabo suelto que hubiese escapado a las manos de Dios) y ambos forman las dos vertientes complementarias de la fe: permanecer en el arraigo y dispersarse para la multiplicación.
Medallón de San Pablo.
Capilla de los Caballeros. Catedral de Cuenca.

Pedro y Pablo ilustran así la historia de la Iglesia con sus contrastes, incluso con sus divergencias, como su enfrentamiento en Antioquía. ¿Hay que hacerse judío para ser cristiano? Ésta es la cuestión que les enfrenta. Y entones la amplitud de criterio de Pablo da su nombre a la Iglesia naciente: católica, universal. Los hermanos se reconcilian en ellos, y en el calendario esta fraternidad de Cristo se sella en el mismo día festivo, emparejados eternamente en la Gloria.
Y sobre su tumba se alzó la Iglesia de Roma, centro espiritual del mundo. Cristo dijo un día a sus enemigos: "Si callaren estas voces, hablarán las piedras" (Lc. 19, 40). Callaron las voces de los cristianos sacrificados por Nerón, y hablan hoy hasta las piedras y la tierra donde fueron sepultados.

Publicado en Cuenca, 29 de junio de 2019, y 29 de junio de 2024.

Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

jueves, 27 de junio de 2024

San Ireneo (130-202). Festividad del 28 de junio.

     San Ireneo procedía de Asia Menor y en Esmirna fue discípulo de san Policarpo, cuyas enseñanzas dice: “atesoro no en el papel, sino en mi corazón, porque lo que se aprende en la niñez forma parte de nuestra alma”. De su maestro, que había conocido a san Juan Evangelista, recibe una doble lección apostólica, la de la fidelidad y la manera de ser fiel siendo bueno.

San Ireneo de Lyon.

San Ireneo pasó por Roma y más tarde fue enviado a Lyon,  el gran centro comercial y político de las Galias, donde la persecución se ensañaba con la joven iglesia, y en el 177 lleva al Papa una carta de los cristianos lioneses encarcelados, lo cual posiblemente le salvó de la hecatombe en la que iba a perecer el obispo san Potico.

A su regreso a Lyon será su sucesor, haciendo renacer de sus cenizas las comunidades de las Galias, sin dejar de vigilar el depósito de la fe, como cuando escribe contra los herejes gnósticos, “deshaciendo sus tinieblas y errores”, lo cual le convierte, según el parecer de los autores antiguos, en el primer teólogo de la Iglesia.

Es dudosa la tradición que le supone mártir, pero sí está atestiguada la delicadeza y el tacto de sus afanes por la unidad y el bien de las almas: media con el papa Víctor, que se disponía a excomulgar a los orientales por celebrar la Pascua en la misma fecha que los judíos, y recomienda someterse a la costumbre romana, pero usando procedimientos de persuasión y concordia. El pontífice atendió su ruego, y el obispo lionés resolvió así una cuestión de disciplina sin olvidar los principios pero dando prioridad a la solicitud fraterna por todos.

Publicado en Cuenca, 28 de junio de 2021, y el 28 de junio de 2024.

José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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FUENTES CONSULTADAS:

-Año Cristiano para todos los días del año. P. Croiset. Madrid. 1846.

-La casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.

-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.

 

miércoles, 26 de junio de 2024

San Cirilo de Alejandría (380-444). Festividad del 27 de junio. El gran defensor de la Maternidad divina de María.

   Hay santos cuyo estilo humano nos deja en suspenso, como si nos impidiera congeniar con ellos. Este san Cirilo, ¿no es demasiado rígido, demasiado violento, inflexible e imperioso? ¿Es ésta la idea que tenemos de un pastor de la Iglesia?

En el año 412, cuando sucede a su tío Teófilo en la sede de Alejandría, le vemos con una intransigencia poco simpática: expulsa a los judíos, cierra los templos donde ha habido brotes de herejía, aplasta a los rebeldes, y más aún, se enemista con multitud de monjes e incluso con el prefecto imperial. Evidentemente, lo suyo no era la diplomacia.

Y en el Concilio de Éfeso (431) hace condenar la doctrina de Nestorio, patriarca de Constantinopla que declaraba inaceptable el término de Theotokos a Madre de Dios. Éfeso se pronuncia solamente sobre el misterio de la Encarnación contra Nestorio y nuestro Cirilo pasa a la historia como el gran defensor de la maternidad divina de María. Empezamos a comprenderle: no se discutía un bizantinismo teológico, sino algo fundamental que todos recordamos en el Avemaría: “Santa María, Madre de Dios”.

Digamos que tal vez fue mejor teólogo que obispo, es posible que hubiese podido defender de igual manera la ortodoxia sin ser tan extremado en sus actitudes, pero es que los santo distan mucho de ser impecables, y sus defectos, sus exageraciones son la garantía de su condición humana. Y al leer la homilía cuarta que pronunció en Éfeso (“Salve, oh María, Deípara, tesoro venerado, lámpara inextinguible, corona virginal, cetro venerado, lámpara inextinguible, corona virginal, cetro de verdad, templo de incorrupción, Virgen y Madre”) medimos el arrebato de este colérico obispo que tiene miel en los labios al hablar de Nuestra Señora.

Publicado en Cuenca, 27 de junio de 2020, y 27 de junio de 2024.

Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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FUENTES CONSULTADAS:
-Año Cristiano para todos los días del año. P. Juan Croisset. Logroño. 1851.
-La casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.
-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.




Virgen del Perpetuo Socorro. Su historia y la descripción de cuadro. 27 de junio.

    Mi educación mariana hace que hoy os traiga un poco de la historia del cuadro de La Madona y su descripción. Toda festividad mariana era muy tenida en cuenta por los Hermanos Maristas, con los que pase siete años de mi vida.

Cuenta la tradición que a mediados del siglo XV murió en Roma un mercader cretense, cuyo nombre se desconoce, el cual había logrado fugarse de la isla cuando la invasión musulmana en el año 1453, llevando consigo un milagroso cuatro de la Virgen muy venerado en la isla de Creta, siendo su origen descocido.

Al llegar a Roma, el mercader entregó la imagen a un amigo suyo, el cual le dio palabra de que sería expuesta públicamente y venerada en una iglesia de la ciudad. Pero luego a instancias de su mujer que quedó prendada del cuadro, dejó de cumplir lo prometido y lo guardó en su casa.

Tres veces se le apareció de noche la Virgen para recordarle la voluntad de su amigo cretense, a la sazón ya difunto, pero fue en balde. Finalmente, oyó que la Virgen le decía enojada: “Está visto que para que yo pueda salir de tu casa, será menester que salgas tú primero”. A los pocos días murió, arrebatado de una súbita enfermedad.

Para convencer a esa mujer se apareció a su hija de seis años, y le mandó que recordase la orden a su madre. Con ese aviso entró la mujer en sí comprendiendo que debería entregarlo por mucho que le gustara el tenerlo.

En otra aparición a la niña se le dio a conocer en qué iglesia debería ser venerada la Virgen: “Quiero que se coloque mi imagen entre la iglesia de Santa María la Mayor, para mí tan querida, y la de mi hijo Juan de Letrán”. Entre ambas basílicas se hallaba la iglesia de San Mateo, antigua residencia del Papa san Cleto, el cual la convirtió en capilla y la dedicó a dicho santo evangelista. Dicha iglesia estaba gobernada por los Hermanos Ermitaños de San Agustín, vulgarmente llamados Padres Agustinos, quienes recibieron el milagroso cuadro con grandes muestras de veneración y jubilo.

La imagen fue  llevada en procesión a la iglesia de San Mateo el 27 de marzo de 1499, en una solemne procesión recorriendo triunfantemente las calles y plazas de Roma.

DESCRIPCIÓN DEL CUADRO:

El cuadro de la Virgen del Perpetuo Socorro, de autor desconocido, es una bellísima pintura sobre madera de perfecto y depurado estilo bizantino y parece ser obra del siglo XIII o XIV. Mide exactamente 53 centímetros de lado por 41 y medio de ancho. Por un sencillo y conmovedor simbolismo, es como una de las primeras manifestaciones de la devoción a los Dolores de la Virgen, que se propagó dos siglos más tarde con el nombre de Nuestra Señora de la Misericordia. El Divino Infante se halla en brazos de su amorosa Madre. Aprieta con sus manecitas la derecha de la Virgen, y mira como asustada a dos ángeles que se le acercan presentándole los instrumentos de la Pasión.

El rostro purísimo de la Virgen parece expresar el profundo dolor que siente su alma con aquella vista; no obstante permanece sereno y sosegado: no representa todavía la agonía mortal de Madre de los Dolores al pie de la Cruz. De las siete espadas que han de clavarse en su maternal Corazón sólo una lo atravesó hasta ahora, al vislumbrar el inmenso sacrificio necesario para la humana Redención. María se muestra, pues, en el milagroso cuadro expresando en su rostro los sentimientos que tuvo sin duda en su alma los treinta y tres que vivió Jesús.

Sube de punto la expresión de melancólica que se desprende de esta escena, con la austera gravedad del estilo bizantino. La Virgen se destaca sobre fondo dorado. Circunda su cabeza un nimbo primorosamente adornado, formado por dos círculos concéntricos separados por una ancha faja florida y rameada. Sobrepuesta al nimbo va en la parte superior la diadema de oro con que fue coronada por el Cabildo del Vaticano. Un velo azul envuelve su cabeza ya tocada con otro velo de color verde y cae luego por todo el cuerpo. En la parte frontal del velo azul brilla una estrellita de ocho puntas y una crucecita griega florenzada. Los pliegues de las sombras del vestido van señalados con trazos dorados. A uno y otro lado de la corona se lee en griego el nombre de la Madre de Dios.

Un nimbo crucífero, atributo de la divinidad, circunda la cabecita del Niño Jesús, llevando asimismo en la parte de diadema de oro con que le coronó el Cabildo Vaticano. Viste el Niño Jesús túnica verde sujeta con ceñidor encarnado, casi toda ella tapada por un amplio manto de color amarillo oscuro. Tiene una sandalia desprendida del pie, del que cuelga por una ligera ligadura. Al lado del Niño se leen las iniciales griegas de su nombre, Jesucristo. Hay un ángel a derecha y otro a la izquierda de la Virgen. Representan a san Miguel y san Gabriel, como lo rezan sus nombres escritos encima en abreviatura griega. Ambos visten túnica de color rojo y un manto de distinto color. Sostienen en sus manos los instrumentos de la Pasión. San Miguel presenta la lanza y la caña con la esponja que salen del vaso de hiel y vinagre; san Gabriel, los clavos, una cruz en forma de las llamadas “de las Catacumbas”, la tablilla de la sentencia y el supedáneo o apoyo de los pies.

Publicado en Cuenca, 27 de junio de 2020 y 27 de junio de 2024.

Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.


martes, 25 de junio de 2024

El amor de mi vida

XLI Aniversario de nuestra boda

Dicen que la vida se vive una sola vez, yo la vivo cada mañana al levantarme y comenzar otro día más contigo.

26 de junio de 1983.
José María Rodríguez González
María de los Ángeles Clemente Sánchez
Así es, eres simple y llanamente, María de los Ángeles. el amor de mi vida, desde que te descubrí en la capilla del Espíritu Santo, el día de Pentecostés. Cada día que pasa pienso en lo importante que has sido en mi vida. Son ya 41 años los que llevamos juntos, desde ese 26 de junio de 1983 cuando nos casamos a los pies de la Virgen de las Angustias. Me hace tremendamente feliz el saber que quiero pasar el resto de mi vida contigo, a tu lado y disfrutar juntos de la vida.






Eres la persona perfecta, la que necesitaba, la que siempre soñé. No me ha costado escatimar en amor y en situaciones románticas contigo porque todas y cada una de ellas son experiencias geniales que han merecido la pena. Gracias por esos dos maravillosos hijos que tenemos y por la maravillosa familia que hemos formado gracias a ti.

Sabía que habría días que te extrañaría, como mis años en Albacete, pero sabía también que siempre podríamos recuperar el tiempo y que tú harías de cada momento algo inolvidable, por tu forma de ser conmigo, por tu carácter y porque me haces derretirme de amor. Te quiero y eres lo más hermosos que me ha pasado en mi vida.
Mi amor por ti no para de crecer, cada día descubro en ti nuevas cosas que me vuelven a enamorar una y otra vez. Angelines gracias por escuchar mis pensamientos, por comprender mis sueños, por convivir con mis defectos y por quererme durante estos años. Sin duda el casarme contigo es lo mejor que he hecho en mi vida. Le pido a Dios que nos permita disfrutar de nuestro amor muchos años más.

Ese día en que mis ojos se fijaron en ti, me di cuenta que estábamos destinados a unir nuestras vidas y si te digo te quiero no es por costumbre, es porque tu presencia es la mejor que me ha ocurrido en mi vida.

Gracias por quererme como soy, te agradezco todos estos años a mi lado. Feliz aniversario, mi ángel.


José María Rodríguez González

Santos Juan y Pablo. Festividad del 26 de junio.

     Tengo que comenzar diciendo que todos los documentos históricos y arqueológicos estudiados hasta la fecha, nos encaminan a demostrar que tanto Juan como Pablo florecieron a mediados del siglo IV, desde el reinado de Constantino Magno hasta el Juliano el Apóstata, quien les hizo matar y ordenó que les sepultaran en su misma cada del monte Clelio, donde hoy se levanta la iglesia de san Juan y san Pedro, junto al Clivus Scauri, la calle más antigua de Roma.
Su nacimiento se podría fijar en la primera o segunda decena del siglo IV, por el tiempo en que Constantino concede la paz a la Iglesia, en el año 313. 
En la inscripción de san Dámaso se dice que eran hermanos y de familia ilustre. Parece cierto que militaron en las legiones de Constantino, en cuyo tiempo recibieron el bautizo y, por su valeroso comportamiento, fueron nombrados oficiales de la guardia noble de palacio. Aquí trabaron amistad íntima con  Joviniano, capitán de las guardias imperiales y sucesor de Juliano en el imperio.
Todo esto nos hace sospechar que Juan y Pablo pasaron una gran parte de su vida en Oriente y probablemente permanecieron en Constantinopla hasta que muertos los hijos de Constantino, hasta que subió al trono Juliano, el Apóstata. Entonces nuestros santos renunciaron de sus cargos militares y se retiraron a su ciudad natal de Roma, donde poseían una casa sobre el monte Celio. Allí se dedicaron a la práctica intensa de la virtud cristiana, en oración y obras de caridad.
Juliano tuvo empeño en que volvieran a sus cargos y les mandó aviso por Terencio, capitán de cohorte. Nuestros santos se excusaron, y Juliano, irritado por el desprecio, mandó que fuesen decapitados secretamente en su propia casa, aunque se debía correr la voz de que habían sido desterrados como enemigos del Imperio.
La cronología no se puede tomar al pie de la letra pues la historia queda incompleta al no haber acta que certifique el martirio en su propia casa y como la muerte fue secreta la sepultura también, parece que fueron sepultados dentro del mismo recinto urbano, a diferencia de los otros mártires que eran siempre guardados fuera de los muros, todo ello en contra de la costumbre universal lo que hace difícil su veracidad.
San León Magno levantó en su honor una basílica y un monasterio en el Vaticano. La casa donde fueron martirizados se convirtió muy pronto en un santuario por obra del senador Bizante y su hijo san Panmaquio amigo de san Jerónimo.
En los subterráneos de la actual iglesia se descubrieron en 1887 las ruinas de la primitiva casa de los mártires, que costaba, cosa rara entones de dos plantas. En ella se ven hoy día tres grupos de edificios: uno con carácter de palacio y ornamentación pagana de pájaros, pavos reales y geniecillos con coronas de flores; otro cristiano, con los símbolos del pez y de la paloma, el vaso de leche y las ovejas, tan frecuentes en las catacumbas. En un fresco se ven también los santos Juan y Pablo con ángeles y la tienda, símbolo del paraíso. Cerca se hallan Crispo, Crispiniano y Benita con los ojos vendados, en espera de la decapitación. El tercer departamento es un oratorio.
La inscripción de san Dámaso se conserva sólo en parte y dice así: “Pablo y Juan de ilustre prosapia… dieron juntos la vida unidos por el casto vínculo de la fe. Fueron vasallos fieles del Rey de la eterna mansión. Los dos hermanos tuvieron la misma casa y la misma fe; ahora en el cielo ciñen la misma corona inmortal. Sabed que Dámaso tejió el panegírico de los dos hermanos para que el pueblo cristiano aprenda a celebrar los nuevos Patronos”.
La historia centenaria de la Casa Celimontana de los dos hermanos Juan y Pablo nos muestra que la santidad de la Iglesia no es un simple recuerdo histórico de ilustres antepasados, sino agua límpida que constantemente corre y fertiliza el suelo del pueblo cristiano.

Publicado en Cuenca, 26 de junio de 2020 y el 26 de junio de 2024.
Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

La casa de los santos Juan y Pablo en Roma.


lunes, 24 de junio de 2024

San Guillermo de Vercelli (1085-1142). Festividad del 25 de junio.

    La ciudad piamontesa de Vercelli, entre Turín y Milán, debió de ser su cuna, hacia los catorce años inició una vida errante y se sabe que peregrinó hasta Santiago de Compostela descalzo y cargado de cadenas.

Posteriormente se hizo eremita en Monte Virgiliano, hoy Monte Vergine, en Nápoles, y cuando  su alrededor se multiplicaron los discípulos fundó allí una comunidad de monjes que llevaban hábito blanco, se regían por la regla de san Benito y daban especial importancia al trabajo manual.

Dependiendo de Monte Vergine hubo otros monasterios semejantes, pero Guillermo era hombre de soledad y continuó sus andanzas penitentes y piadosas por el sur de Italia hasta su muerte.

La anécdota más conocida que se cuente de él es la tentación carnal que provocaron unos cortesano de Palermo mandándole una dama de escasa virtud que se dijo enamorada del santo y dispuesta a compartir con él su lecho aquella noche.

Según la tradición, san Guillermo hizo encender en el patio una enorme hoguera y se tendió entre las llamas invitando a la mujer a que se acostase a su lado tan como había prometido. Al ver que el fuego no le hacía ningún daño, la pecadora cayó de rodillas, se convirtió y más tarde quiso ser monja.

En el comienzo de los calores del estío, evocar la memoria de este incombustible habitante del fuego invita a ver en él su naturaleza ígnea, como instalado en el corazón de la infinita hoguera del amor de Dios, haciéndose insensible a cualquier otra llama, material o metafórica, que debía de ser como una candela comparada con el sol.

Murió en Goleto. No dejó ninguna constancia escrita, pero el tercer abad general de sus comunidades, Roberto, redactó un código de reglamento y puso a la orden bajo la regla de los benedictinos. El único, de entre los muchos monasterios que fundó san Guillermo, que existe todavía en el Monte Vergine. En la actualidad, pertenece a la comunidad benedictina de Subiaco y, en su iglesia se conserva una pintura de Nuestra Señora de Constantinopla que es muy venerada.

Publicado en Cuenca, 25 de junio de 2020. Actualizado el 25 de junio de 2024.

Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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FUENTES CONSULTADAS:
-Año Cristiano para todos los días del año. P. Juan Croisset. Logroño. 1851.
-La casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.
-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.


sábado, 22 de junio de 2024

San Juan, nadie más grande entre los nacidos de mujer. Festividad del 24 de junio.

San Juan, figura emblemática en Cuenca
    Ayer leyendo en el calendario litúrgico la festividad de "La Visitación de María a su prima Santa Isabel" comprendí algo singular, que hasta este momento no había llegado a entender, ¿Cómo la festividad de los santos son celebradas en su muerte, es decir, el tránsito de este mundo al Cielo y en cambio la festividad de San Juan Bautista se celebra su nacimiento, el 24 de junio? San Agustín lo justifica diciendo que San Juan Bautista fue santificado en el vientre de Santa Isabel. María fue a visitar a su Prima después de la Anunciación y cuando Isabel estaba en su sexto mes de embarazo.

    La festividad de San Juan Bautista, al estar próxima al solsticio de verano asumió los ritos y tradiciones cuyo origen son anterior al cristianismo.

    Haciendo uso del Evangelio de San Lucas vemos que Zacarías había perdido la voz por dudar de su mujer de que estuviese embarazada.  Cuando nació San Juan recuperó el habla según se lo había predicho el arcángel San Gabriel.
Cuenta la tradición religiosa que la noche en que nació San Juan, Zacarías su padre, encendió hogueras para anunciar a parientes y vecinos la noticia de su nacimiento. Cuando le preguntaron cuál sería su nombre, él escribió en una tablilla: “Juan es un nombre” y fue en ese momento cuando recuperó el habla. Al cristianizarse la sociedad, la celebración pagana del solsticio, pasó a celebrarse la noche del 23 al 24 de junio, convirtiéndose en una noche santa y sagrada, asumiendo la magia que despertaba en la gente ese día tan señalado en el calendario pagano.

 Son muchas las referencias que hay sobre San Juan en la Catedral de Cuenca, de su niñez apenas hay datos históricos. Posiblemente quedó huérfano a temprana edad al ser sus padres ya muy mayores cuando lo tuvieron. Se habla que pasó su juventud en el desierto en contacto con la naturaleza, donde se impregnó del espíritu de Dios a través de la penitencia y la oración. Vestía sólo una piel de camello y se alimentaba frutas y miel silvestres, de raíces e insectos, como lagartos.

Sobre los 30 años inicia en la ribera del Jordán a predicar y bautizar a la gente como preparación a la venida del Mesías. Juan no conocía a Jesús, bajo sueños había recibido el aviso de que “aquel sobre quien viera que se posaba le Espíritu Santo en forma de paloma sería el enviado”.

Encontró la muerte por hacer pública la situación amorosa del rey Herodes con su cuñada Herodías, mujer de su hermano. Pasaje que explica la iconografía marginalista de los arcos góticos de la Catedral de Cuenca.

San Juan Bautista fue enterrado junto con Eliseo y Abdía y se veneró sus restos en la ciudad de Samaría hasta el siglo IV. Posteriormente Juliano “El Apóstata”, emperador de los romanos, renegó públicamente de la religión cristina de ahí el apodo, en el año 361. Él fue quien mando diseminar los restos de San Juan Bautista.

La Venerable Hermandad de San Juan Bautista de Cuenca fue constituida en el año 1934, siendo Obispo Don Inocencio Laplana y Laguna y comenzó a desfilar por las calles de Cuenca ese mismo Miércoles Santo de 1934. La talla era del escultor Luis Salvador Carmona, realizada en el siglo XVIII, recibiendo culto en la desaparecida iglesia de San Juan y de esta fue trasladada a la Iglesia de Santo Domingo en el año 1877. Nuevamente tiene que ser trasladada su ubicación y en este caso viene a la Iglesia del Salvador en el año 1912  que no volvería a procesionar hasta el año de 1942, después de la Guerra Civil. En el año de 1954 viene desfilando el Martes Santo. La talla es de Marco Pérez y el 24 de juniode 2016 se celebró el 75 aniversario de la entrega de la imagen a la Hermandad.

Publicado en Cuenca 24 de junio de 2016, 24 de junio de 2024.


Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico. 

Con el solsticio de verano celebramos la festividad de San Juan el Bautista (Siglo I). 24 de junio.

  A diferencia de los demás santos, la fiesta de san Juan se celebra no el día de su muerte sino el de su nacimiento, y se acompaña en muchos lugares con un alegre ritual de fogatas que conmemorar también el solsticio de verano.

Este es el santo de fuego, de severa figura, que viste ropas tejidas con pelos de camello y se alimenta de langostas y miel silvestre.
San Juan Bautista

Era hijo de Zacarías, un sacerdote del Templo, y de Isabel, pariente de la Virgen María, y aun antes de nacer, en el episodio de la Visitación, fue el primero en saludar gozosamente al Mesías; Juan siempre va por delante, siempre es el primero tanto en manifestarse como en desaparecer.

Quizá perteneció a la comunidad de Qumran, cuyos documentos se descubrieron no hace muchos años, y luego se hizo predicador itinerante y solitario. Jesús, que se hace bautizar por él, le dedica un inmenso elogio: “No hay entre los nacidos de mujer profeta más grande que Juan”.

Juan va a terminar su vida siendo decapitado como venganza de la verdad que no puede callar “la voz que clama en el desierto”; la literatura ha fantaseado mucho sobre esta escena tan teatral –el rey cobarde, su concubina, la bailarina joven, un verdugo- en la que se anudan tantas pasiones para que él enmudezca. Así queda reflejado en la iconografía marginalista de los arcos góticos de la Catedral de Cuenca.

La Redención estaba en puertas, y Juan, que sólo debía allanar los caminos, voceando la presencia y la excelencia del que estaba a punto de manifestarse, desaparece una vez cumplida su misión.

En los umbrales del cristianismo, es el arquetipo de todos los santos, los que se niegan a sí mismo para parecerse a un inimitable modelo, que son algo en la medida en que representan a Cristo.

Publicado en Cuenca, 24 de junio de 2020 y 24 de junio de 2024.

José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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FUENTES CONSULTADAS:
-Año Cristiano para todos los días del año. P. Juan Croisset. Logroño. 1851.
-La casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.
-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.




José Cafasso (1811-1860). Festividad del día 23 de junio.

Fue conocido por el apodo "Padre de las horcas".
   El santoral de hoy me ofrecía la posibilidad de varios santos y he elegido a José Cafasso porque el Papa Benedicto XVI lo calificó de “Gran maestro y formador de sacerdotes” y apoyó a San Juan Bosco, de quien aprendió sus tácticas pedagógicas para llevar a los muchachos a Cristo.
José Cafasso.

Fue ordenado a los 22 años, enseguida se reveló como un extraordinario profesor de teología moral, dedicándose  a la formación del clero joven; en Turín se le consideraba como una persona de criterio más seguro que había en el norte de Italia, y seglares, clérigos e incluso obispos iban a consultar con él cuestiones dudosas.

Como hizo notar Pío XI con motivo de su beatificación, fue quien se opuso con mayor rigor intelectual al jansenismo y al regalismo, defendiendo la doctrina y la independencia de la Iglesia en años muy turbulentos.

Evangélicamente fructuoso lo fue también en todos los ámbitos en los que intervino; con los seminaristas y sacerdotes, con discípulos como Don Bosco, a quien ayudó en su vida espiritual y en su fundación, con simples fieles de la ciudad, a los que dedicaba largas horas de confesonario.

Se le recuerda sobre todo por una especialidad que debe de ser una de las más ingratas tareas sacerdotales, atender a los condenados a muerte antes de su ajusticiamiento, por lo cual se le conocía por el apodo de “padre de las horcas”.

En sus últimos días dijo en un sermón que le parecía hermoso morir en sábado, día de María, para ser llevado por Ella al cielo. Se cumplió su sueño. Falleció el sábado 23 de junio de 1860.

Fue beatificado por Pio XI el 3 de mayo de 1925, y canonizado por Pío XII el 22 de junio de 1947.

Publicado en Cuenca, 23 de junio de 2020, actualizado el 23 de junio de 2024.

Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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FUENTES CONSULTADAS:
-Año Cristiano para todos los días del año. P. Juan Croisset. Logroño. 1851.
-La casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.
-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.

viernes, 21 de junio de 2024

San Paulino. Festividad del 22 de junio.

   San Paulino nació en Burdeos el año 353 de una familia romana muy noble y rica. Fue discípulo de Ausonio, retórico y poeta, que le enseñó las letras y el arte de la versificación. También estudió la jurisprudencia, que ningún romano de alta alcurnia podía ignorar.

Paulino conoce ya el cristianismo, pero él no se ha bautizado aún, porque si vida está más orientada hacia el mundo, a la gloria de las letras y de la política. A los 20 años es heredero de una fortuna casi regia. Se traslada a Roma, donde entra en el Senado, brilla por su elocuencia y su fastuosidad. El año 378 es nombrado cónsul, el sueño dorado de todos los patricios romanos.

Cuando, al dejar las fasces, recibió el gobierno de la Campania, Paulino sintió los primeros toques de la vanidad humana. Como gobernador no residió en Capua, capital de la provincia, son en Nola, pequeña ciudad de su patrimonio. Aquí empezó a sentirse cristiano, sin serlo todavía.

Justo al sepulcro del mártir san Félix, que allí se veneraba, sintió que su alma “se volví hacia la fe, que una luz nueva abría su corazón al amor de Cristo”.

Fue acusado de haber dado muerte a su hermano y pudo defenderse y salvar su inocencia, por la intercesión del glorioso san Félix, como él siempre pensó. Por esto, al acabar su gobierno, hizo ofrenda al Santo mártir de su barba primera, como Nerón había consagrado la suya a Júpiter Capitolino. Era el principio de su conversión.

Aunque el mundo había empezado a margarle, todavía tenía mucho que gozar y no pensaba en el bautismo. Decidió volver a su ciudad de Burdeos, y al pasar por España, encontró una joven de gran familia y rara virtud llamada Terasia, con quien se casó.

·Extranjero llegué, guiado por Ti, al país de los iberos; allí tomé una esposa, según las leyes humanas; ganaste dos vidas al mismo tiempo”. Su mujer debió influir mucho en él. Muy pronto recibió el bautismo, en el año 390, en la tranquilidad de Burdeos. Vivían como cristianos modelos pero distaban mucho aún de la suprema inmolación a Dios.

Por este tiempo conoció a san Martín de Tours y trabó una correspondencia muy íntima y frecuente con san Ambrosio de Milán, que consideró como su padre espiritual.

No sabemos si fue la mujer la que influyó en el traslado a España. Fijaron su residencia en las cercanías de Zaragoza. Dios los bendijo con un niño, que  perdieron pronto. “Largo tiempo lo habían deseado, pero se apresuró a marchar a las moradas celestiales. En otro tiempo yo fui pecador; tal vez esta pequeña gota de mi sangre sea mi luz”.

Dios iba preparando el alma de los dos esposos para el sacrificio y la entrega total. Pensaban ya en consagrarse a Dios como religiosos y vivían como dos hermanos. San Jerónimo, a quien habían consultado, les escribe: “No dudéis un momento, romped el cable que sujeta la barca a la orilla, no perdáis tiempo en desatarle”.

Paulino empezó a practicar el consejo del Evangelio, vendiendo todo lo que tenía y dándolo a los pobres: “Aunque poseyese el mundo entero, ¿valdría todo ello algo comparado con el Señor Jesús?”

En el año 392 fue ordenado sacerdote. Dos años más tarde tomaba el camino de Italia juntamente con su mujer. En Roma el pueblo vio en hábito de monje al que años antes había admirado como cónsul.

Roma era camino para el retiro y soledad de Nola, donde Paulino tenía su corazón, desde que aquí por primera vez sintió los toques de la gracia. Vivía como un monje desde el año 395, cuando el 409 fue elegido obispo de Nola. A su muerte, en el año 431, escribía uno de los contemporáneos: “Hemos presenciado la muerte de un justo; la hemos presenciado con lagrimas y sollozos, y al mismo tiempo con alegría; hemos visto a los hombres lamentándose por la pérdida del más bondadoso de todos los sacerdotes; y hemos oído a los judíos, a los paganos, que decían entre sollozos; también nosotros hemos perdido un padre; también nosotros hemos perdido un protector”.

Publicado en Cuenca, 22 de junio de 2020. Actualizado el 22 de 2024.

Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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FUENTES CONSULTADAS:
-Año Cristiano para todos los días del año. P. Juan Croisset. Logroño. 1851.
-La casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.
-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.




jueves, 20 de junio de 2024

La noche mágica de San Juan. El fuego del amor y la purificación.

La noche de San Juan
    Ya se comienza hablar del Solsticio de verano, 21 de junio, y unos días después celebramos el nacimiento de San Juan.
    La noche de San Juan es, en realidad, la cristianización de la festividad pagana del Solsticio de verano, aunque en realidad no coinciden las fechas, pues el Solsticio es el 21 de junio y el nacimiento de San Juan es el 24 de junio.

    San Juan era hijo de Zacarías, un sacerdote del Templo, y de Isabel, pariente de la Virgen María. De todos es conocido el episodio de la Visitación, cuando María va a ver a su prima, siendo el primero en saludar gozosamente al Mesías desde el vientre de Isabel.

    Dice los libros sagrados que en el año 5198 de la creación de mundo, seis meses antes de la encarnación del Verbo, hacia el fin del reinado de Herodes Ascalonita en Idumea, el último que ocupó el trono de los reyes de Judá, fue servido el Señor de dar al mundo aquel ángel, de quien dice el profeta Malaquías que había prometido Dios enviar delante de Jesucristo para prepararle el camino.
    La iglesia no suele celebrar el nacimiento de los Santos, sino su muerte, que es el nacimiento para la Vida Eterna. Con San Juan Bautista hace una excepción y dedica el día de hoy para celebrar su nacimiento y luego, el 29 de agosto, su muerte y martirio.

    Dicen los textos sagrados y la tradición lo confirma, que cuando Zacarías fue anunciado por el ángel, que iba a ser padre mandó encender una hoguera para anunciar a los cuatros vientos el nacimiento de su hijo Juan.
    En nuestros días la tradición de las hogueras se ha mantenido y en parte se ha vuelto a paganizar, pues la noche de las hogueras se vuelve a asociar al inicio del verano, mezclando el fin de curso académico y el regreso de las gentes a las calles con el buen tiempo, quedando únicamente el nombre de Noche de San Juan.

    En nuestros días la celebración se reparte entre la noche del 23 al 24 de junio en localidades como: A Coruña y Barcelona, mientras que en Alicante las fiesta se celebra la noche del 24 al 25. Indiferentemente de la fecha que se elija la festividad va ligada al Solsticio de Verano y a la tradición cristiana del nacimiento de San Juan. En todas se realizan hogueras en las calles y playas asociando el fuego a la purificación y en ellas y en las mentes de los asistentes aparece la magia de una noche especial, donde se celebra el triunfo de la luz sobre la oscuridad, donde se deja atrás lo viejo para iniciar desde el rito de fuego un nuevo amanecer y una nueva ilusión de vivir.
Feliz día de San Juan.

Publicado en Cuenca, 22 de junio de 2019, y 20 de junio de 2024.
Por José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

San Luis Gonzaga (1568-1591). Festividad del 21 de junio.

    Le tocó luchar contra la pandemia de Roma de 1591, de la que se contagió.

Primogénito de una familia nobilísima, su padre era príncipe y marqués de Castiglione, su madre dama de honor de la reina Isabel de España, desde su niñez está destinado a lo más alto, se le adiestra para mandar y ser un gran capitán, sin olvidar le lujo y el saber –exaltante lecturas de Plutarco y Séneca- que convienen a un noble de esta Italia guerrera, fastuosa y humanista.

Pero cuando se le lleva de corte en corte, incluso a la de Felipe II de Madrid, el joven Gonzaga se descubre a sí mismo ajeno a aquellos entusiasmos mundanos: entre las galas finales del Renacimiento es una figura delicada y espiritual, exigente consigo mismo, que muy pronto hace voto de castidad y a los dieciséis años quiere ser misionero.

Más de cuatro años estuvo luchando con su padre por entrar en la Compañía de Jesús. Al fin venciendo la dura oposición paterna, en Roma es modelo de novicios jesuitas, a la edad de 16 años, renunciando al mundo que tenía a sus pies por su cuna, frágil y obstinado asombra con sus santidad a todos los que le conocen y después de un heroico comportamiento durante una epidemia de peste de 1591, muere muy joven, como el polaco Estanislao de Kotchka y el brabanzón Juan Berchmans, los otros dos donceles de la Compañía.

El 21 de julio de 1604, la madre podía venerar como Beato a su primogénito, Dejó una corona y Dios le dio la de los Santos. La Beatificación la realizó el Papa Paulo V y la canonización el 13 de diciembre de 1726 por Benedicto XIII, quien lo declaró patrón de la juventud, título confirmado por Pío XI el 13 de junio de 1926. Su fiesta la celebramos hoy, 21 de junio.

Este santo nos trae al presente, a la pandemia que hoy estamos soportando. San Luis Gonzaga se lo llevó la pandemia de 1591 que hizo estragos en Roma, causando miles de muertos entre ellos loa papas: Sixto V, Urbano VII y Gregorio XIV. San Luis atendió con heroísmo a los apestados en S. Giocomo degli Incurabili, en San Juan de Letrán, en Santa María de la Concepción, y en el hospital improvisado junto a la Iglesia de Gesú, donde contrajo la enfermedad. De esta forma, contagiado moría a los 23 años. Que él desde el Cielo ruegue por nosotros y nos ayude a salir de esta pandemia que como aquella no dura cuatro días sino más que meses o años.

Publicado en Cuenca, 21 de junio de 2020. Actualizado el 21 de junio de 2024.

Por José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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FUENTES CONSULTADAS:
-Año Cristiano para todos los días del año. P. Juan Croisset. Logroño. 1851.
-La casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.
-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.

El solsticio de verano. 21 de junio.

    Es la estación más esperada, El verano y el primer día se denomina Solsticio de verano. Este día es el más lardo del año, entendiendo por ello que tiene más horas de luz entre la salida y la puesta de Sol. En Cuenca el día durará 15 horas y 3 minutos. 
    Un hecho circunstancial no relacionado con el inicio de las estaciones se da también en esta época, es el día del afelio, llamado así al día en que el Sol y la Tierra están más alejados entre sí a lo largo del año. Es este mayor alejamiento al Sol la causa de que la Tierra se mueva más lentamente a lo largo de su órbita elíptica durante el verano (según la segunda ley de Kepler), y por lo tanto esta estación será la de mayor duración.

    Desde tiempos ancestrales la sociedad ha festejado el cambio de esta estación con hogueras, festivales y levantando monumentos como los de Stonehenge en Inglaterra, Carnac en Egipto y Chanquillo en Perú, ello son el ejemplo que nos han quedado esas civilizaciones, que durante más de 5.000 años, los habitantes de estos lugares del planeta han observado el recorrido septentrional y meridional del Sol, dejando su pensar en estas construcciones grandiosas.
    Sabemos poco sobre la gente que erigió estos monumentos y de las razones por las que realizaron este colosal esfuerzo constructivo, que exigió desplazar piedras de varias toneladas desde afloramientos situados nada menos que a 225 kilómetros. Todo este esfuerzo para señalar en punto exacto del horizonte al que el Sol regresa cada año para permanecer quieto un instante antes de reemprender el camino hacia el sur.

    El Sol como astro rey de nuestro sistema es la luz, es el calor, es la vida y de esta idea nació el concepto de poder creador, poder eterno que prodiga infinitos beneficios para los seres humanos. Como todo poder físico y misterioso fue considerado por las antiguas civilizaciones como una manifestación superior de la divinidad.
    Los cultos y misterios de las antiguas civilizaciones están basados en la marcha aparente del Sol, declinando hacia el ocaso. La muerte y la resurrección son imagen de las vicisitudes del día y la noche, de la muerte y que es una necesidad de la vida y de la vida que nace de la muerte; es como el combate eterno que intentan trasmitir todas las religiones bajo nombres y alegorías distintas como vemos en la lucha de Tifón contra Osiris, de Ormuz contra Ahrimán, de los Titanes contra Júpiter, de Juno contra Hércules o ya en nuestra era la rebelión de los ángeles rebeldes contra Dios.

    Esta fecha era celebrada en las antiguas tribus germanas, eslavas y celtas en Europa con hogueras. Era la noche de festivales del fuego y de la magia del amor, de oráculo para el amor y la adivinación. Tenía que ver con los amantes y las predicciones. Las parejas de amantes saltaban a través de las llamas ya que se creía que los cultivos crecerían tan altos como lo que las parejas fuesen capaces de saltar. A través del poder del fuero, al calor de la fogata las doncellas se enteraban acerca de su futuro marido, con lo que espíritus y demonios serían expulsados de la relación venidera.

    Feliz día del Solsticio de verano.

Publicado en Cuenca, 21 de junio de 2019, y 21 de junio de 2024.
José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

Plenilunio de junio. Luna llena de la Rosa.

     Primera luna llena del invierno y coincidiendo con el solsticio de invierno. Luna llena de la Rosa o de la Fresa. El viernes día 21 de junio podremos contemplar el Plenilunio de la Luna llena de junio. Es el día en que se da el fenómeno del cambio de estación, pasando al invierno. Es la primera luna del verano y la noche más corta del año.

El día 20 de junio se dará el Solsticio de verano en éste hemisferio de la Tierra, el fenómeno tendrá ligar a las 22:51 horas de España, dando comienzo al verano astronómico, que durará hasta el 22 de septiembre.

Junio de 2022.


Luna de la Rosa

Al caer el día.

Te yergues como diosa de la noche

Trasportando los corazones

Como quimeras de la imaginación.

Arropando con tu velo luminoso,

Cada rincón de la Hoz.

José María Rodríguez González.

 

Cuenca, 20 de junio de 2024.

 

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Fuente documental:

SELENE. Mitología de la luna llena en la hoz del Huécar. 2010. Fundación Antonio Pérez. Autor José María Rodríguez González.

 

miércoles, 19 de junio de 2024

San Silverio, Papa y mártir. Festividad del 20 de junio.

Sufrió exilio por una acusación injusta.   

 Fue san Silverio hijo de san Hormisda, quien, habiendo enviudado, recibió después las sagradas órdenes y llegó a la cumbre del supremo Pontífice. San Silverio sucedió a su padre, después de otros seis Pontificados.

Era el año 536, cuando en Italia dominaba todavía Teodato, rey de los godos, que se opuso a que subiese a la Silla de San Pedro el diácono Virgilio protegido por la emperatriz Teodora, mujer de Justiniano. El clero romano ratificó en segunda y unánime votación la elección de san Silverio. Desde entonces el nuevo Papa fue objeto de las iras de la emperatriz y de su cómplice Virgilio.

Belisario, general de los ejércitos de Justiniano, se apoderó de Roma. Teodora quiso mandar en el Papa, el cual, consciente de su autoridad, no se podía doblegar a los caprichos de una mujer corrompida de la herejía monofisita.

El Concilio de Calcedonia era intangible, debía ser acatado plenamente; todos los obispos indignos que habían sido justamente depuestos no podían volver a sus sedes.

Esta actitud enérgica concitó más las iras de la emperatriz. Silverio tenía que renunciar al Papado o ser desterrado de Roma.

Se fingió una carta suya al rey de los godos contra los bizantinos, y esto bastó para que Belisario, en nombre de su señora, depusiera a san Silverio.

Lo hizo llamar a su residencia del Pincio o dejar todo su acompañamiento fuera, le prohibió la defensa, le quitó sus vestiduras pontificales y en su lugar le hizo poner una cogulla de monje, declarándole depuesto. Desde aquel día no se supo más dónde estaba el Papa. Luego corrió el rumor de que había sido llevado a Patara, en Licia.

El emperador Justiniano estaba ajeno a estas intrigas e intromisiones de su mujer. Cuando conoció el destierro del Papa, lo restituyó a Italia, con orden de que residiera fuera de Roma; mandó que se probara la verdad de la correspondencia con el rey de los godos. Más, si era enteramente inocente, debía ser repuesto en su sede primada.

Volvió efectivamente san Silverio a Italia, pero la emperatriz y su competidor Vigilio lograron que no entrara en Roma. Crecieron las calumnias y los atropellos. El Papa fue recluido a una isla de las costas italianas y allí murió de hambre y malos tratos. Su competidor Vigilio logró por fin el anhelado Pontificado.

San Silverio fue enterrado en la misma isla Palmeria, donde había muerto. Dios cuidó de la honra de su siervo; su sepulcro se hizo célebre por los milagros, como atestigua el mismo Libro Pontifical.

La Iglesia romana lo veneró en seguida, no solamente como Santo, sino también como mártir, pues muerto en defensa de la justicia y de la fe, agotado por los malos tratos de sus enemigos.

La oración de su Misa reza así: “Atended, Dios omnipotente, a nuestra flaqueza, y pues nos oprime el peso de nuestros pecados, aliviadnos de él por la intercesión del bienaventurado mártir y Pontífice Silverio”.

Publicado en Cuenca, 20 de junio de 2020 y el 20 de junio de 2024.

Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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FUENTES CONSULTADAS:
-Año Cristiano para todos los días del año. P. Juan Croisset. Logroño. 1851.
-La casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.
-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.