Hay santos cuyo
estilo humano nos deja en suspenso, como si nos impidiera congeniar con ellos.
Este san Cirilo, ¿no es demasiado rígido, demasiado violento, inflexible e
imperioso? ¿Es ésta la idea que tenemos de un pastor de la Iglesia?
En el año 412,
cuando sucede a su tío Teófilo en la sede de Alejandría, le vemos con una
intransigencia poco simpática: expulsa a los judíos, cierra los templos donde
ha habido brotes de herejía, aplasta a los rebeldes, y más aún, se enemista con
multitud de monjes e incluso con el prefecto imperial. Evidentemente, lo suyo
no era la diplomacia.
Y en el Concilio
de Éfeso (431) hace condenar la doctrina de Nestorio, patriarca de Constantinopla
que declaraba inaceptable el término de Theotokos a Madre de Dios. Éfeso se
pronuncia solamente sobre el misterio de la Encarnación contra Nestorio y
nuestro Cirilo pasa a la historia como el gran defensor de la maternidad divina
de María. Empezamos a comprenderle: no se discutía un bizantinismo teológico,
sino algo fundamental que todos recordamos en el Avemaría: “Santa María, Madre
de Dios”.
Digamos que
tal vez fue mejor teólogo que obispo, es posible que hubiese podido defender de
igual manera la ortodoxia sin ser tan extremado en sus actitudes, pero es que
los santo distan mucho de ser impecables, y sus defectos, sus exageraciones son
la garantía de su condición humana. Y al leer la homilía cuarta que pronunció
en Éfeso (“Salve, oh María, Deípara, tesoro venerado, lámpara inextinguible,
corona virginal, cetro venerado, lámpara inextinguible, corona virginal, cetro
de verdad, templo de incorrupción, Virgen y Madre”) medimos el arrebato de este
colérico obispo que tiene miel en los labios al hablar de Nuestra Señora.
Publicado en Cuenca, 27 de
junio de 2020, y 27 de junio de 2024.
Por: José María
Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.
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FUENTES
CONSULTADAS:
-Año
Cristiano para todos los días del año. P. Juan Croisset. Logroño. 1851.-La casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.
-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.
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