jueves, 31 de octubre de 2024

La fiesta de Todos los Santos. 1 de noviembre. Motivos de esta fiesta

      La Iglesia ha trazado en el año litúrgico toda la historia del linaje humano. Como dice Goethe, “en Roma es donde hay que buscar el secreto de la inteligencia serena”. Las cuatro semanas de Adviento que terminan en la Natividad del Salvador, nos recuerdan los milenios que precedieron al advenimiento del Mesías. El tiempo que transcurre desde Navidad a Pentecostés nos recuerda la vida oculta, pública y gloriosa del Redentor; termina por fin el ciclo litúrgico con la Ascensión del Señor y la fundación de la Iglesia. El intervalo que media entre Pentecostés y la festividad de Todos los Santos nos representa el tiempo de destierro de la Iglesia en este valle de lágrimas y termina con el recuerdo de una fiesta en el cielo.

El cielo es el término de la vida cristiana, es el fin y lugar de la recompensa de nuestros trabajos, la patria feliz e inmortal donde se halla el mismo Dios, recompensa eterna de los buenos. El pensamiento del cielo, es el secreto de la fuerza y del consuelo mientras dura el destierro, y es el propio tiempo el pensamiento grande y sublime que concreta la fiesta de “Todos los Santos”.

La Iglesia ha tenido cuatro razones para establecer la festividad de Todos los Santos, y ha rodeado del mayor esplendor los actos litúrgicos.

La fiesta de muchos santos pasa inadvertida para gran número de fieles, a los que el ajetreo de sus ocupaciones no permite asistir a los oficios del culto los días de trabajo; con la institución de esta festividad, la Iglesia les da ocasión de satisfacer su piedad y reparar esta deficiencia.

Esta fiesta es ocasión propia para reparar igualmente los abandonos y desvíos que cometemos con los Santos en general y con nuestros patronos de modo especial.

Publicado en Cuenca, 1 de noviembre de 2020, y 1 de noviembre de 2024.

Por José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

miércoles, 30 de octubre de 2024

Festividad del 31 de octubre. Jesucristo Rey

    Dos festividades se nos aproximan, la de Todos los Santos y seguidamente la de Los Fieles Difuntos. Todos los años, el último domingo de octubre, manda el Papa que se celebre la fiesta de Cristo Rey. Este año aunque hoy no sea domingo bien vale hacer una reflexión sobre nuestras creencias religiosas. El 11 de diciembre de 1925, al cerrarse el Año Santo, publicaba Pío XI en la Encíclica Quas primas, monumento litúrgico a la realiza de Cristo más duradero que el bronce, que mucho tenía que ver con esta festividad.

La festividad de Cristo Rey se proponía por parte de los liturgistas, en un principio, en las siguientes fechas: el domingo que sigue a la Epifanía, a la Ascensión, al Sagrado Corazón. El Papa escogió el domingo que precede a la fiesta de todos los Santos, que son los nobles y grandes de este reino.

Cuando esta sociedad impulsa, por lo menos aparentemente, el ideal de la realiza humana, la Iglesia propone con toda solemnidad la realiza de Cristo. Y es que la soberanía de Cristo no tiene que ver nada con la de los hombres. Ni en su origen, ni en su base, ni en su fin tiene nada que ver con la de los reyes de la tierra. Más de una vez opone Jesús su reinado al de los hombres. “Mi reino no es de este mundo”, dice a Pilatos. “Si mi reino fuera como el de los hombres, yo tendría soldados que defendiesen en mi persona e impidieran mi entrega a los judíos” (Jn. 18, 36),

Cristo legisla para el corazón, porque sólo su mirada penetra hasta allá dentro: El premia o castiga las obras del corazón; El enjuga las lágrimas del corazón y El lo alegra e ilumina con los rayos del iris de la paz. Las fuerzas de las armas y de los ejércitos se estrellan siempre ante las puertas y las murallas del corazón humano. Ningún hombre, por grande y poderoso que sea, puede imponer a otro sus ideas y su voluntad. Los tiranos más prepotentes se han quebrado ante la virgen casta y creyente, que había consagrado la pureza de su corazón a Cristo. El homenaje más puro, más hondo y completo es el homenaje del amor. Ni César ni Napoleón pudieron con las armas ser amados. Cristo con la caña, con las espinas y con la Crus “atrae hacia sí todas las cosas”, es el Rey del amor. Por esto Cristo no es un Rey; es sencillamente Rey.

Cuenca, 31 de octubre de 2019 y el 31 de octubre de 2024.

José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.


Jesucristo Rey. 31 de octubre. San Nicolás y compañeros mártires de Ledesma.

 Jesucristo Rey. 31 de octubre. Hoy último día del mes octubre, 

     El 11 de diciembre de 1925, al cerrarse el Año Santo, publicaba Pío XI la Encíclica Quas primas, monumento litúrgico a la realeza de Cristo más duradero que el bronce. Todos los años, el último domingo de octubre, manda el Papa que se celebre la fiesta de Cristo Rey. Los liturgistas proponían al principio varis fechas: el domingo que sigue a la Epifanía, a la Ascensión, al Sagrado Corazón. El Papa escogió el domingo que precede a la fiesta de los Santos, que son los nobles y grandes de este reino. Ni César ni Napoleón pudieron con las armas ser amados. Cristo con la caña, con las espinas y con la Cruz “atrae hacia sí todas las cosas”, es el Rey del amor. Por esto Cristo no es un rey; es sencillamente el Rey.

MARTIROLOGIO DEL 31 DE OCTUBRE.

San Nicolás y compañeros mártires de Ledesma.

San Nicolás, llamado antes de su bautismo Ali Mohamad, fue natural de Toledo, hijo de un sarraceno poderoso llamado Alcamán. Se hallaban en este tiempo algunos cristianos retirados en las montañas pagando tributo a Alcamán, y entre ellos dos sacerdotes llamados Nicolás y Leonardo, los cuales fortalecían en la fe de Cristo a los demás. Permitía Alcamán que su hijo Ali Mahomad visitase a los cristianos para que le enseñasen la lengua latina, no recelando lo que después sucedió; porque aficionado Ali a los sacrificios de los cristianos, y persuadido por Nicolás y Leonardo, recibió el agua del santo Bautismo, y le pusieron por nombre Nicolás; lo cual sabido por su padre, mandó le disuadiesen de lo comenzado, porque de no hacerlo los pesaría. Mas viendo que por ningún camino los podía persuadir, los mandó quemar vivos, juntamente con su hijo Nicolás; de esta suerte enviaron estos santos mártires sus espíritus al Cielo, el 31 de octubre del año745.

Martirologio:

San Nemesio

La vigilia de todos los Santos. En Roma el tránsito de San Nemesio diácono, y de Santa Lucia virgen, su hija, los cuales no pudiendo ser convencidos para que dejasen la fe de Cristo, fueron degollados el día 25 de agosto por orden del emperador Valeriano; sus cuerpos, que habían sido sepultados por el papa San Esteban, y después colocados más honoríficamente en la vía Apia por el papa San Sixto en el día 31 de octubre, fueron posteriormente trasladados por Gregorio V a la diócesis de Santa María la Nueva, junto con los cuerpos de los santos Sinfronio, Olimpio, Tribuno, Exuperia su mujer y Teodulo su hijo, los cuales todos convertidos a la fe por medio de Sinfronio, y bautizados por el mismo San Esteban, habían llagado a la corona del martirio. Los cuerpos de estos santos, hallados en el mismo paraje en el pontificado de Gregorio XIII, fueron más honoríficamente colocados debajo del altar de la misma Iglesia el día 8 de diciembre. En el mismo día los santos Ampliado, Urbano y Narciso, de los que hace memoria San Pablo en la carta a los romanos; fueron muertos por los judíos y los gentiles por el Evangelio de Cristo. En Vermandois, en Francia, San Quintín, ciudadano romano, del orden de los senadores, el cual fue martirizado en tiempo del emperador Maximiano: su cuerpo, por revelación de un ángel, fue hallado incorrupto al cabo de cincuenta y cinco años. En Constantinopla San Stachis, consagrado primer obispo de aquella ciudad por San Andrés Apóstol. En Milán San Antonio obispo y confesor. En Ratisbona San Wolfango obispo.

Publicado en Cuenca, 31 de octubre de 2020 y 31 de octubre de 2024.

     Por:  José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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FUENTES CONSULTADAS:

-Año Cristiano para todos los días del año. P. Croiset. Madrid. 1846.

-La casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.

-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.

martes, 29 de octubre de 2024

San Alonso Rodríguez (1531-1617). Festividad del 30 de octubre.

     En medio de una tan larga lista de jesuitas ilustres, éste es el jesuita insignificante por antonomasia, un don-nadie, un Rodríguez cualquiera que sin dejar de serlo se elevó a las alturas de la mística.

Alonso Rodríguez nació en Segovia el 25 de julio de 1531 y fue, entre once hermano, el hijo de Diego Rodríguez y María Gómez de Alvarado. Su madre le infundió desde pequeño una gran devoción a la Virgen. Absorto ante una imagen de María, se lo oyó exclamar un día: “¡Oh Señora, si supieseis cuánto os quiero! En verdad que no podéis Vos amarme más a mí”. “Te engañas, hijo, oyó que le contestaba Ella suavemente; mucho más te quiero yo a ti, que tú a mí”.

El primer contacto con los padres de la Compañía de Jesús lo tuvo Alonso a los diez años, en una Misión que dieron en Segovia. Su padre los hospedó en una casa de campo y encargó al niño que los atendiese. El no se separó un momento de los misioneros, que le enseñaron la Doctrina cristiana y el modo de rezar el Santo Rosario.

Instado por su madre, se casó en el año 1557 con María Suárez y Dios le bendijo muy pronto con un niño y una niña. Su mujer, tal vez le reprochase su falta de espíritu comercial, así no vamos a llegar a ninguna parte, y en efecto Alonso no llegó a ser nada; peor aún, enviudó, murieron sus hijos, y entonces renunció a los paños y quiso entrar en religión.

Pero los jesuitas de Valencia estaban dudosos, tenían pocas letras y no mucha capacidad para los estudios, escasa salud y estaba al borde de la cuarentena. Por fin, como simple hermano coadjutor fue enviado al colegio de Montesión en Palma de Mallorca. Nada más allí permaneció cuarenta y seis años haciendo de portero (sus atributos son una llave y un rosario al cinto)

La llave para cumplir alegremente con su modesta obligación (“obediencia a lo asno” decían que era la suya), pensando que cada vez que sonaba la campanilla quien llamaba era Cristo, el rosario para rezar y meditar, convirtiéndose desde aquel puesto tan oscuro y humilde en un gran místico que hoy asombra a los estudiosos.

En los primeros meses de 1617 enfermó y no pudo abandonar el lecho desde ese momento hasta el día de su muerte. El 30 de octubre abrió los ojos, miró al Santo Crucifijo y se durmió con la palabra de Jesús en los labios.

Publicado en Cuenca, 30 de octubre de 2020 y el 30 de octubre de 2024.

    Por  José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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FUENTES CONSULTADAS:

-Año Cristiano para todos los días del año. P. Croiset. Madrid. 1846.

-La casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.

-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.

lunes, 28 de octubre de 2024

El regalo de una lámpara de plata a san Julián por D. García de Mendoza, marqués de Cañete y Virrey del Perú.

 Efemérides conquenses. 

El 29 de octubre de 1593 en la sesión del Cabildo Catedralicio de Cuenca se leía una carta de don García de Mendoza, marqués de Cañete y Virrey del Perú, haciendo presente de una lámpara de plata para que alumbrara el altar de San Julián.

D. García de Mendoza

Este era un donativo del Virrey como muestra de su devoción al santo Patrono y en agradecimiento de favores y ayudas recibidas, como manifiesta en la carta dirigida al Cabildo y que hizo pública, el que fue Notario Eclesiástico de esta Diócesis D. Eusebio Ramírez.

De la citada carta trascribo algunos párrafos para que quede constancia de este hecho: “En cuanta años de peregrinaciones que me he ocupado por mar y por tierra y en la guerra y otras cosas que se han ofrecido al servicio del Rey ntro. Señor, me he visto en muy grandes peligros de que milagrosamente fui librado. Teniendo memoria de encomendarme en tales ocasiones al bien Aventurado San Julián, cuyo cuerpo está en esa Catedral y verdaderamente me parecía que en el mismo instante se me facilitaban los peligros y se me aseguraba el salir de ellos con  vida t así dándomele Dios para volver a visitar esa Sta. Iglesia y Cuerpo Santo, procuraré con todas mis fuerzas y hacienda, ayudar a su canonización que es una de las cosas que me deseo ver cumplida y  entretanto que esto lo encamina Ntro. Señor en señal de algún reconocimiento de la devoción que tengo con ese Cuerpo Santo le envío una lámpara de plata que a V.Sª tengo por bien se alumbre, que yo escribo al Sr. D. Pº mi hermano mande proveer de mi hacienda lo necesario de aceite para que perpetuamente arda en el interior que voy a dotarla, y yo quisiera mucho enviar con ella una media figura de plata que he mandado hacer a imitación del Santo para sacar en las procesiones y como lo labran indios y con demasiada flema, no se ha podido acabar pero en estando enviaré con la primera flota.

Y pues la obligación que mi casa tiene de servir a es Santa Iglesia son cada día mayores, recibiré contento que se me avise de las cosas en que yo pueda hacerlo desde acá que podrá Vs. estar tan cierto de que se cumplirá con gran voluntad, como ya lo estoy de que por su parte acudirá a honrar y favorecer como siempre lo ha hecho lo que toca a mi capilla y cosa como tan propia de Vs. a quien guarde a Ntro. Señor”.

“El Cerrado Santiago (Lima Corte del Perú) a 13 de abril de 1592. El Marqués de Cañete”.

“Leída la carta en Cabildo se manifestó por el Arcediano de Huete, hermano del Marqués, que obraba la lámpara en su poder y que no la había presentado por haber tenido que proceder a su limpieza, aún no terminada, lo que llevó a cabo en Cabildo de 5 de noviembre y habiéndola todos visto y mirado se holgaron muy grandemente y les pareció muy rica, galana y muy bien acabada y dijeron que era don de Príncipes”.

En la actualidad no podemos disfrutar de esa lámpara del marqués de Cañete que debió ser una de las alhajas que, según Muñoz y Soliva se llevaron los franceses cuando invadieron Cuenca durante la guerra de la Independencia, cuyo saqueo, dice, fue evaluado en treinta millones y en el que entraron “cinco lámparas de San Julián, seis de la Virgen del Sagrario, muchos cálices y tantos o más candelabros de plata como lámparas.

Publicado en Cuenca, 29 de octubre de 2020 y el 29 de octubre de 2024.

Por José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

San Narciso (siglo II), el Santo de las moscas. Festividad del 29 de octubre. Patrón de Gerona

    En el día de hoy es posible elegir entre dos obispos homónimos. Uno fue obispos homónimos de la misma época, pero de características muy dispares. Uno fue obispo de Jerusalén y en el año 195 contribuyó a decidir que la Pascua se celebrase siempre en domingo. Al parecer murió a los ciento dieciséis años.

El otro san Narciso, más popular (hasta el punto de que le miran con malos ojos muchos hagiógrafos) tiene una historia más enredada; quizá fue de origen centroeuropeo y es probable que durante la persecución de Diocleciano tuviese que huir y se refugiara en la ciudad de Augusta o Augsburgo.

Allí se alojó en casa de “una mujer principal, pero deshonesta”, una cortesana famosa cuyo nombre era Afra (incluida también en el santoral, el cinco de agosto). Esta además era idólatra, pero la oración de Narciso la convirtió junto con su madre y tres criadas suyas.

Más tarde, en unión de su diácono Félix, llega a Gerona, que convierte en su centro apostólico, y unos años después, quizá en el recinto extramuros del cementerio de los fieles (se supone que donde hoy se levanta la colegiata de San Félix, que debe su nombre a un santo anterior), cuando iba a celebrar misa fue asesinado con el citado diácono. Murió a consecuencia de tres heridas en el hombro, en la garganta y en el tobillo.

En Gerona (de donde es patrón, además de serlo de Augsburgo) es el santo de las moscas, ya que se dice que en 1285 de su sepulcro salieron enjambres de tábanos que son sus picaduras mortales hicieron huir al ejército francés invasor.

Publicado en Cuenca, 29 de octubre de 2020 y el 29 de octubre  de 2024.

     Por  José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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FUENTES CONSULTADAS:

-Año Cristiano para todos los días del año. P. Croiset. Madrid. 1846.

-La casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.

-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.

 

 

 

domingo, 27 de octubre de 2024

Santos Simón y Judas, Apóstoles. Festividad del 28 de octubre.

    Los dos Santos que hoy celebramos fueron Apóstoles y fueron mártires. ¿Hay mayor gloria en la vida? Una dignidad que es la de Cristo, a quien representan en su misión; una fidelidad hasta la muerte en el cumplimiento de su legación.

Sobre la gloria del apostolado y del martirio, San Judas Tadeo, el animoso o valiente, como significa su sobrenombre, tiene otra muy atrayente para todos los que nos gloriamos de ser discípulos de Jesús. Es un parentesco, según la carne, con la Vida de nuestra vida, con el hijo de la Virgen. El Evangelio lo llama “hermano de Jesús”, en el sentido amplio que tiene esta palabra en la lengua hebrea. Nosotros diríamos “primo hermano”. Este era efectivamente el parentesco de Judas Tadeo con Jesús. San José, según una sentencia hoy muy probable, tuvo un hermano que se llamaba Cleofás y una hermana que tenía el mismo nombre de la Santísima Virgen. Cleofás era padre de Judas Tadeo y de Simeón, sucesor de Santiago el Menor en la sede de Jerusalén. María, casado con Alfeo fue madre de Santiago el Menor y de José. Estos son los cuatro que nombra el Evangelio como parientes de Jesús. El parentesco se debía, por tanto, a San José, ya que la Virgen, según la sentencia más respetable, fue hija única de San Joaquín y Santa Ana.

San Judas, a quien el Canon de la Misa recuerda todos los días bajo el nombre de Tadeo, nos ha dejado una Carta breve contra la falsa sabiduría del mundo, contra la soberbia del hombre sabio, que antepone su criterio y su razón a la palabra de Dios. Son “nubes sin agua, que el viento lleva; árboles que sólo florecen en otoño, estériles, dos veces muertos, sin raíces; olas furiosas e inciertas del mar, que arrojan la espuma de sus infamias; astros errantes, a los cuales reservada una tempestad de tinieblas por toda la eternidad”.

Simón Cananeo, natural de Galilea –algunos piensan que fue el esposo de las célebres bodas- es conocido en los Evangelios con el nombre de Zelotes, que hace alusión a un partido religioso-político que existía entre los judíos. Era el partido de la tradición, de la pureza de la Ley frete al misticismo de los helenistas, que querían combinar el espíritu y la fe judía con las corrientes paganas de los griegos y romanos.

Simón había dado su nombre a este partido y debía distinguirse entre sus paisanos como militante y propagandista activo. Esto nos revela su carácter noble, grande, valiente y religioso. Hombre de corazón e ideal bien preparado para recibir la verdad del Evangelio y ser después un fervoroso Apóstol.

La tradición conservada en el Breviario Romano nos dice que predicó en Egipto con Judas Tadeo y en Mesopotamia, donde dieron su vida por Cristo. Los bolandistas admiten esta tradición como fundada.

Honremos con nuestro culto y oración a los dos Apóstoles, cuyo nombre está escrito en el libro de la Vida con letras de oro y sangre, aunque en el de la historia humana apenas sea legible.

Cuenca, 28 de octubre de 2020 y el 28 de octubre de 2024.

      José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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FUENTES CONSULTADAS:

-Año Cristiano para todos los días del año. P. Croiset. Madrid. 1846.

-La casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.

-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.

 

 

San Judas Tadeo (siglo I). Festividad del 28 de octubre.

 ¿Por qué este Judas de tan ingrata homonimia es el patrón de las causas desesperadas o causas perdidas?

 Durante la antigüedad y casi toda la Edad Media fue un santo ignorado, quizá porque repelía su nombre funesto, pero en el siglo XIV santa Brígida de Suecia contó en sus revelaciones que el Salvador le había instado a dirigirse con confianza a san Judas, y desde entonces pasó a tener una gran veneración.

San Judas Tadeo

Muy  poco se sabe de él por la Escritura; que fue uno de los doce, tal vez hermano de Santiago el Menos, citado en la lista apostólica en penúltimo lugar, inmediatamente antes del traidor. Se supone que tras la muerte de Jesús predicó el cristianismo en Siria y Mesopotamia, y quizá murió en Persia con san Simón, martirizado a golpes de maza.

Siglos atrás sus reliquias se veneraban en Reims y Toulouse, y su culto llegó a ser muy popular en Polonia, donde abundaban los Tadeos, pero san Judas (que probablemente no es el autor de la epístola que se le atribuye en el Nuevo Testamento) es sobre todo la última tabla de salvación para los que ya no esperan nada, más allá de la desesperanza aún esté él. Hermoso patronazgo el suyo, abogado de las causas que uno mismo declara perdidas.

Apostemos por él cuando veamos algo imposible pues él posiblemente nos remedie lo que nosotros pensamos que no tiene arreglo. No lo dudeis... es un gran Santo.

Feliz día.

Cuenca, 28 de octubre de 2021 y el 28 de octubre de 2024.

José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

sábado, 26 de octubre de 2024

Santa Anastasia. 27 de octubre


    El nombre de Anastasia nos suena a ópera, a la historia fantástica de la princesa rusa. Anastasia Nikoláyevna la hija más joven del emperador Nicolás II, el último zar de la Rusia Imperial y de su esposa Alejandra Flódorovna. Fue asesinada junto al resto de su familia el 17 de julio de 1918 por fuerzas bolchevique. La leyenda de que Anastasia había sobrevivido a la Revolución Rusa estuvo vigente durante todo el siglo XX. Su muerte como creyentes llevo a la Iglesia Ortodoxa Rusa en el Exterior en 1981, a canonizar a los Románov como mártires junto a otras víctimas de la opresión de la Unión Soviética, lo que provocó controversias en muchas iglesias, en cambio la Iglesia Ortodoxa dentro de Rusia lo rechazan porque no fueron asesinados por su fe religiosa. Los defensores de la canonización legaron casos de zares y zarevichs previos a ellos que fueron canonizados como el zarévich Dimitri, asesinado a finales del siglo XVI, que sentó precedente para la canonización de Anastasia y su familia. Se destacó la piedad de Anastasia y de cómo su madre y su hermana Olga rezaron y trataron de hacer el signo de la cruz antes de caer muertas. Los cuerpos del zar Nicolás II, la zarina Alejandra y tres de sus hijas fueron finalmente enterrados en la catedral de San Pedro y San Pablo en San Petersburgo el 17 de julio de 1998, ochenta años después de su muerte.

    Pero Santa Anastasia que celebramos hoy la festividad de su martirio, ocurrieron los hechos mucho antes que este caso, ocurrió en los albores del cristianismo, sobre el año 349 en Roma. Paso a contaros la historia:
    Era Santa Anastasia, natural de Roma, hija de padres cristianos, de familia muy distinguida por su nobleza y piedad. La educaron sus padres en los principios de la religión cristiana, y manifestó la niña tanta inclinación a la virtud que ella misma prevenía muchas veces las piadosas lecciones que le daban.
    Aunque era una de las más hermosas y discretas damas de Roma, no mostraba interés por las vanidades del mundo, y decía que nunca admitiría otro esposo que Jesucristo. Pasó su primara juventud en la casa de sus padres, con solo el cuidado de agradar a Dios, empleada todo el día en la oración, abrasada del fuego divino amor, y en ejercicios de fervorosa virtud. Estaba reñida con la oscuridad y toda la labor que hacía la destinaba para los pobres o al adorno de sus altares.
    Muertos sus padres se retiró a una congregación de doncellas consagradas a Dios, que vivían en comunión en una especie de monasterio. En breve tiempo fue nuestra santa el más perfecto modelo de la vida religiosa.

    El demonio, formidable enemigo de las castas esposas de Jesucristo, puso en movimiento todas sus máquinas para que su corazón se viera inclinado violentas pasiones, que no conocía la pura doncella, pero estos ataques de nada le sirvieron, porque la disponía Dios para estos combates interiores para las más ilustres victorias.
    Habiendo publicado los edictos del emperador Valeriano contra los cristianos, corrían por todas partes los ministros idólatras para arrastrarlos al suplicio. Como era Anastasia de una virtud tan notoria, acudió una tropa de gente perdida, mandada por un oficial, para sacarla de su retiro por orden del prefecto de Roma, llamado Probo, enemigo cruel de los cristianos.
    Entraron en la casa aquellas furias del infierno y arrebatando a la casta doncella la condujeron al palacio de Probo. Quedó este prendado de su singular hermosura, atención y respeto. Preguntándole luego por su nombre: “Me llamo Anastasia, respondió la santa, y tengo la dicha de ser cristiana”. “Peor para tí, replicó el juez; esa profesión te perjudica, y desluce las prendas que brillan en tu persona. Tu modestia me ha encantado, y mucho más tu hermosura. De mi cuenta corre tu fortuna, ven conmigo al templo de Júpiter para ofrecerle sacrificio. Mira que si no obedeces, bien puedes hacer ánimo a sufrir los más crueles tormentos”. “Ya le tengo hecho, respondió la santa, y estoy resuelta a padecer los más horrorosos tormentos por la gloria de Dios a quien adoro”. Confundió a todos una respuesta tan animosa. Irritado el Prefecto mandó que la abofetearan, la cargaron de cadenas y la encerraron en la cárcel y la torturaran.
    Como vieron los verdugos que ni el fuego, ni el tormento alteraba su constancia, le arrancaron los pechos, después las uñas y le destrozaron los dientes a golpes de martillo, le arrancaron la lengua y la desmembraron, por último le cortaron la cabeza. Alcanzando la palma del martirio un 27 de octubre del año 249.

Publicado en Cuenca, 27 de octubre de 2018 y el 27 de octubre de 2024.

José María Rodríguez González. Investigador histórico.

San Florencio y el Martirologio del 27 de octubre.

 San Florencio mártir. Festividad del 27 de octubre.

Entre el santoral de hoy he elegido a san Florencio, era natural de Sevilla, en España, era hijo de Rústico Bolano, descendiente de los romanos. Se ofreció ir a Roma, y con esta ocasión oyó predicar el Evangelio a los Apóstoles san Pedro y san Pablo, y llevado de la suavidad de su doctrina, recibió el bautismo.

San Florencio Mártir.

Volvió a España, y se dedicó tanto al culto de la fe católica que despreciando las horas de los emperadores, solo meditaba en Cristo y su santa ley. Se retiró a su casa, y en ella empleaba el tiempo en oración y ejercicios espirituales, socorriendo con muchas limosnas a los necesitados; hasta que después de algún tiempo, en premio de su fervorosa fe y caridad, le dispuso Dios la corona del martirio. Estaba en aquel contorno un enviado del emperador Trajano, deseando acabar con todos los cristianos si pudiese. Tuvo noticias de Florencio y le hizo llevar a su presencia, procurando reducirle al culto de los demonios; más viéndose constante en la fe, le hizo dar la muerte, y su bendita alma voló al Cielo el día 27 de octubre del año 116.

MARTIROLOGIO DEL 27 DE OCTUBRE:

En Ávila, la pasión de los santos Vicente, Sabina y Cristeta, los cuales primero fueron estirados en el caballete hasta que se les descoyuntaron todos los miembros; después poniéndoles las cabezas sobre una piedra, a palos se las machacaron hasta hacerles saltar los sesos, en cuyo tormento llegaron a la corona del martirio. Fue esto por sentencia del presidente Daciano. 

Santos Vicente, Sabina y Cristeta.

En Tille le Chanteau, en Borgoña, San Florencio mártir. En Capadocia las santas mártires Capitolina y Erotéida su criada, que padecieron en tiempos de Diocleciano. En la India San Frumencio obispo, el cual primeramente fue llevado cautivo a aquellas tierras, y después ordenado obispo por San Atanasio, predicó en ellas el Evangelio. En Etiopia san Elesbaan rey, que después de haber vencido a los enemigos de Jesucristo, dejó la corona real, y fue a Jerusalén en tiempo del emperador Justino a profesar allí vida monástica, según el voto que tenia hecho: y perseverando en este estado voló al Señor.

Publicado en Cuenca, 27 de octubre de 2020 y el 27 de octubre de 2024.

José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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FUENTES CONSULTADAS:

-Año Cristiano para todos los días del año. P. Croiset. Madrid. 1846.

-La casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.

-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.

 

viernes, 25 de octubre de 2024

San Evaristo y san Frutos entre otros. Festividad del 26 de octubre.

     San Evaristo sucedió en el Pontificado romano a San Clemente a fines del siglo I o a principio del siglo II. El libro Pontifical pondera su espíritu organizador y la conciencia que tiene la dignidad y autoridad del Papa. Por eso estableció que en la cátedra del Papa hubiese siempre siete diáconos, para realzar su carácter de maestro de la verdad.

San Evaristo

San Evaristo fue sepultado junto al sepulcro de San Pedro. El arte popular lo representa con una espada y la cuna. La espada, símbolo de su glorioso martirio. La cuna hace alusión a su origen. La tradición dice que había nacido en Grecia de padre judío, natural de Belén.

San Frutos confesor, Patrón de Segovia.

La ciudad de Segovia cuenta entre sus glorias la de haber sido patria del muy esclarecido confesor san Frutos. Nació en el año 642. Educado por sus padres en el temor de Dios, dándole ellos buen ejemplo en sus vida. Frutos tenía dos hermanos llamados Valentín y Engracia.

San Frutos.

Sentía cierta inclinación a vivir en soledad porque veía que en la ciudad y en medio de los cuidados de su familia no podía conservar la paz y sosiego interior a que Dios le llamaba y determinó romper con todo eso. Habló con sus hermanos y estos le siguieron en aquella empresa. Repartieron su hacienda entre los pobres salieron para el desierto sin volver los rostros atrás.

Anduvieron unas nueve o diez leguas al norte de Segovia, y atravesando e río Duraton, tomaron su camino ribera abajo, y a poco más de media legua de donde está ahora el monasterio de Ntra. Sra. de la Hoz, que es de la orden de San Francisco, hicieron morada y asiento. Hicieron sus chozas y cabañas entre los riscos, en lo alto del monte edificaron un oratorio y ermita a Ntra. Sra., donde pudieron juntarse a hacer oración. Dicen también que con el dedo tocó Frutos en una peña y de ella brotó un chorro de agua que mana aún en nuestros días y se le llamó la fuente de San Frutos.

Hacía bastantes años que Frutos y sus hermanos hacían vida retirada cuando vino sobre España la invasión de los moros. Estaban los siervos de Dios con esta calamidad afligidos, sin saber qué hacer si quedarse o marcha a otro lugar con los cristianos que se refugiaban en los montes de Asturias. Frutos alentó a sus hermanos a que permanecieran en el lugar, fiados de la protección de Dios.

No paso pucho tiempo cuando acudieron un gran número de moros que iban a tropel hacia su ermita. No se turbó ni tuvo miedo, antes cobró ánimo y poniendo su esperanza en Dios, invocando también a la Virgen, les salió al encuentro determinado a morir por la fe. Acercándose los moros, hizo él con el báculo una raya en el suelo, mandándoles que no pasaran de allí; y al punto se hundió la peña y se hizo una gran abertura separando las dos partes, no pudiendo pasar. Esto así ocurrió por estar documentado por aquella Iglesia. Aun hoy en día se mantiene dividida la pena a la que llaman la cachillada de San Frutos.

Cansado ya de vivir en este mundo tan lleno de pecados, y deseoso de estar con su Creador y Salvador en la vida eterna, pidió el partir ya de este mundo. Recibió el Viático con gran devoción y entregó su espíritu al Señor el día 25 de octubre del año 715, a los setenta y tres años de edad.

Los santos hermanos depositaron su cuerpo en el hueco de la pared de la ermita, y ellos se retiraron a otro junto a Caballer, pueblo que estaba cinco leguas de Segovia entre norte y oriente, donde fueron finalmente degollados por los moros en odio de nuestra santa fe. De estos santos sólo quedan las memorias que hay en la vida de San Frutos.

El papa Sixto IV, en una bula dada en el amo 1476, a favor del priorato de San Frutos, los llama mártires.

Los restos de san Frutos fueron descubiertos hacia el año 1466, siendo obispo de aquella Iglesia D. Juan Arias de Ávila. Por entonces los trasladaron al Altar mayor, mientras se labraba una capilla con la advocación de san Frutos. En el año 1558 fueron colocados en la nueva catedral.

Cuenca, 26 de octubre de 2020 y elb26 de octubre de 2024.

José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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FUENTES CONSULTADAS:

-Año Cristiano para todos los días del año. P. Croiset. Madrid. 1846.

-La casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.

-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.

 

jueves, 24 de octubre de 2024

Halloween. Noche de brujas. 31 de octubre.

La primera institución de la fiesta de Todos los Santos.

La fiesta de Halloween sigue calando en nuestra sociedad y en mayor medida entre los más jóvenes que ven en ella una manera de diversión carnavalera. Sus raíces parten de la conmemoración del Samhain de la cultura celta. Esta festividad se transformó con la cristianización social en la festividad del Día de Todos los Santos, siendo importada a América del Norte por los emigrantes irlandeses. Con la globalización mundial y la emigración está entrando con fuerza en las naciones de occidente y nosotros no somos ajenos a ella, viéndose cada año más integrada y aceptada, olvidando poco a poco nuestras costumbres, volviendo a los orígenes paganos.

Las confesiones religiosas más importantes como La Iglesia Cristiana Ortodoxa Occidental, Unión de Utrecht (Iglesias), Comunión de Porvoo, Comunión Anglicana y la Iglesia Católica, llegaron a acordar tener el mismo calendario de celebraciones religiosas para facilitar a sus feligreses la asistencia a sus respectivas celebraciones, entre ellas la del 1 y 2 de noviembre.

Nuestra tradición en la celebración de la festividad de Todos los Santos parte de la cristianización del Panteón de Roma, en el año 607. Este panteón fue erigido a Júpiter el año 27 a.C., siendo devastado en diversas ocasiones por los pueblos bárbaros que cayeron  sobre Roma.

En el año 607 el Papa Bonifacio IV obtuvo el edificio del emperador Focas, para dedicarlo al culto, llevándose a cabo las debidas purificaciones y lo consagró al verdadero Dios bajo la advocación de la Virgen y de todos los Mártires. Un número considerado de mártires fueron extraídos de las Catacumbas y depositados en la nueva iglesia que se llamó desde entonces “Santa María ad Martvres”, es decir: Santa María de los Mártires.

Con anterioridad a este hecho, se celebraba esta festividad en las distintas Iglesias, en diferentes días del año y fue el Papa Gregorio IV quien en el año 835 la instauró el día 1 de noviembre. Posteriormente el Papa Gregorio VII, trasladó la celebración del aniversario de la Bendición del Panteón Romano a la fecha de Todos los Santos. Con esta unificación quiso simbolizar el triunfo de Cristo sobre las falsas divinidades paganas.

Después de tantos siglos el Panteón transformado en iglesia de Santa María de los Mártires permanece en pié como símbolo de la perpetuidad de la religión y su bóveda inmensa cobija la multitud innúmera de peregrinos que cada año acuden a ella en visita de piadosa pleitesía.

Después de tantos siglos esta celebración se empieza a desvirtuar por costumbres que se van adquiriendo por novedosas o por graciosas o divertidas pero que realmente lo único que hacen es ir penetrando y cambiando nuestras costumbres por otras que no tienen nada que ver con nuestra historia.

Publicado en Cuenca, 31 de octubre de 2016 y el 31 de octubre de 2024.


Por José María Rodríguez González.

Plegarias sobre las tumbas. Se avecina la fiesta de los difuntos.

   Cuando el verde de los chopos de las hoces del Júcar y del Huécar tornan a amarillo y estos a su vez a ocres llega noviembre con su fiesta de difuntos, la naturaleza le acompaña y los árboles dejan caer sus hojas rememorando el duelo del sueño eterno.

En los templos musita, con leve chisporroteo, los cirios su misteriosa oración mientras por el aire vuelan los lamentos de las campanas de las iglesias tocando a muerto, día de difuntos: pon… pon… pon, resuenan en los oídos. La Iglesia en este mes congrega a sus hijos, a los que luchan y a los que esperan, para ellos nos piden en este mes la limosna de nuestras oraciones y sacrificios, mientras ellos nos la devolverán, hecha lección de vida, que nunca debemos olvidar.

Un día para el recuerdo de tantos conocidos nuestros que pasaron por la vida con nosotros, y como nosotros, vivieron, amaron, lucharon, sufrieron y sucumbieron. Ha terminado para ellos el tiempo de merecer y, mientras expían sus culpas o gozan de la vida eterna, tiene sus esperanzas puestas en nosotros, en nuestros méritos y sufragios.

Puerta del cementerio municipal de Cuenca.

Si en estos días visitas el cementerio no nos conformemos con sólo llevar flores  y depositarlas sobre sus tumbas, fúnebre obsequio porque se marchitan y acaban en el cubo del sepulturero. Para su reposo eterno sólo tiene valor las flores de nuestras oraciones o el aroma de nuestros sacrificios.

No nos conformemos tampoco con repetir una y mil veces el epitafio: “Descanses en paz”, frío como el mármol  o la piedra que cobija sus restos, o ese otro epitafio en que se le juró eterno recuerdo, si ese recuerdo no tiene la virtud de cristalizar en nuestros labios hecho oración. En realidad, sólo será verdad el epitafio de aquella joven gaditana: “Que la tierra pase sobre ti tan poquito como tú pasaste sobre ella”.

Pongamos más bien nuestros ojos sobre la Cruz que elevándose sobre la tumba, la cubre con sus brazos redentores, implorando, para el que allí duerme a su sombra bendita, el obsequio, de nuestras plegarias. Ella os dice, señalando el cielo, que no todo allí es podredumbre, sino que esos restos que descansan dentro de la tumba estuvieron animados por un alma, el alma del que nos dejó con lágrimas en los ojos. Rogad por todos, no pongamos límites a la oración. Roguemos por los que yacen sin epitafio en el fondo de los mares, por los que murieron en la pandemia actual, roguemos por todos, siguiendo el calor de la oración, que es el lazo de hermandad que nos une a todos, vivos o muertos, bajo la mirada del mismo Padre que está en los Cielos.

Al visitar el cementerio no olvidemos que dentro del silencio de cada tumba hay una lección de vida. Su silencio nos habla de lo que somos y de lo que llegaremos a ser, una lección de vida en la mansión de la muerte.

Recibamos la llegada de estos días con la alegría intima de los que se sienten liberados y pensemos que: “La vida de los muertos  perdura en la memoria de los vivos”.

Publicado en Cuenca, 25 de octubre de 2020 y 25 de octubre de 2024.

Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

San Crisanto y santa Daría. Festividad del 25 de octubre.

     El nombre de estos dos santos esposos aparece en los martirologios en varias fechas, tales como el 12 de agosto, el 25 de octubre, el 29 de noviembre y el 19 y 20 de diciembre. Pueden referirse al día de su martirio, al hallazgo de sus reliquias, a la traslación y a la dedicación de una capilla. En el siglo IX su fiesta se celebraba el 19 de marzo; más tarde se fijó definitivamente para el 25 de octubre.

San Crisanto y santa Daría.

Siendo emperador Numeriano vino a Roma un caballero noble, alejandrino, llamado Polemio, que tenía un hijo llamado Crisanto, en su palacio: este halló casualmente un cuadro de los Evangelios, leyéndolo por curiosidad y logró ser bautizado. Entendiendo el padre que su hijo era cristiano procuró reducirle a la idolatría que él procesaba, ya con la blandura, ya con las amenazas; y viendo que no lograba sus deseos introdujo en la estancia de Crisanto una deshonestas mujeres, deseando amancillar su pureza; mas Crisanto por no veras fijó su rostro en tierra.

Visto que no había marea de enmendar su manera de pensar, buscó Polemio una doncella hermosa, noble, rica y de buenas costumbres, por las cuales dotes mereciese ser esposa de su hijo, llamada Daría: más el santo con sus explicaciones y conducta la hizo también cristiana, y con apariencia de matrimonio la tuvo en su compañía, para que juntos los dos se empleasen mejor en ejercicios cristianos. Traían al conocimiento de Dios a muchas otras almas, lo cual llegando la noticia al gobernador Celerino, fueron delatados ante su presencia, y encomendados a Claudio, tribuno, el cual los hizo padecer muchos tormentos, y después los metió en una oscura prisión. Crisanto convirtió a la fe al tribuno, su mujer e hijos, y Daria, siendo llevada al lugar de las malas mujeres, entró un león y la defendió para que no sufriera su pureza. Viendo esto el tirano mandó sepultarlos vivos en el año del Señor del 284.

Aunque el Martirologio romano pone su muerte en tiempos de Numeriano, como he afirmando al principio, que reinó en Oriente el amo 184, los estudios actuales dan por más probable el reinado de Valeriano, por el año 256.

La devoción y culto a los dos Santos fue espontáneo y universal en la Iglesia de Roma. El primer aniversario se reunieron muchos cristianos en el arenal de la Vía Salaria, donde habían sido sepultados, para celebrar los divinos oficios. Durante la Misa, un grupo de soldados paganos les cerró con piedras y arena la boca de la catacumba y todos quedaron allí enterrados, junto a la tumba de los Santos Crisanto y Daría.

Aquel lugar, doblemente venerable, cayó en el olvido con el tiempo. Al recobrar la Iglesia la paz, junto a la tumba de San Crisanto y Daría aparecieron los restos de los otros fieles: hombres, mujeres y niños. También estaban los vasos sagrados que habían servido para la celebración de la Misa. San Dámaso restauró la catacumba, pero no tocó los cuerpos de los mártires ni su cripta. Se contentó con poner una inscripción y abrir en la pared una ventana, desde donde se pudiesen contemplar las reliquias de aquellos héroes que habían  muerto mientras celebraban la Santa Misa y honraban a los mártires. En el siglo VI perduraba todavía la obra de san Dámaso.

Publicado en Cuenca, 24 de octubre de 2020 y el 24 de octubre de 2024.

José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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FUENTES CONSULTADAS:

-Año Cristiano para todos los días del año. P. Croiset. Madrid. 1846.

-La casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.

-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.

 

miércoles, 23 de octubre de 2024

San Antonio María Claret (1807-1870). Festividad del 24 de octubre.

     San Antonio María Claret de la Congregación de Padres Misioneros del Corazón de María, es una de las figuras más grandes que produjo el siglo XIX. Su actividad como misionero, escritor, confesor y hombre de gobierno es asombrosa.

Es el último confesor de reyes que hay en el santoral, el último confesor regio en una época en la que parece que no hay ya monarcas santos; y confesor además de una reina, la española Isabel II, que no se distinguió por su ejemplaridad. Toda una hazaña la de esto catalán de aspecto campesino y algo tosco en cuya vida se ha cebado la calumnia.

En pleno siglo XIX y en la turbulenta España isabelina, vivir en el centro de la corte aun sin querer hacer política era influir en la política nacional, al Padre Claret no se lo perdonaron, y la historia y la literatura siguen repletas de ataques de una tremenda malignidad, suponiéndole una especie de eminencia gris de la voluble Isabel.

Su vida es mucho más rica que el período madrileño; empieza siendo un joven entregado al trabajo con un ardor singular, luego hay como una conversión, con dos intentos de entrar en órdenes tan distintas –cartujos y jesuitas- que ya bastan para indicar que andaba lejos de su camino, hasta quedarse en cura de pueblo, que es donde da toda su medida de apóstol.

Una orden de Roma vino a cambiar el rumbo apostólico del padre Claret. En mayo de 1850, Pío IX lo preconizaba obispo de Santiago de Cuba. El Santo se resistió cuando pudo, dentro de la obediencia y respeto a la autoridad. Era voluntad de Dios y partió para Cuba. En seis años recorrió personalmente tres veces toda la diócesis; reformó las costumbres del clero y del pueblo, restauró el seminario de Santiago, intensificó la enseñanza religiosa y, con ocasión del cólera de 1852, se sacrificó en aras de la caridad.

En la ciudad de Holguín la masonería había preparado un atentado contra su vida. El golpe del asesino le hizo una profunda herida en la mejilla. “Un obispo, decía él, ha de estar preparado a una de estas tres cosas: a ser envenenado, procesado o condenado. Si los hombres le respetan, le condenará Dios”.

En 1857 Isabel II le llamó a Madrid y fue nombrado obispo de Trajanópolis. En España debía dirigir la conciencia de la reina y acompañarla en su viaje por todas las provincias.

Entre tantos viajes y ocupaciones tan variadas, tenía tiempo todavía para predicar y ejercitar el apostolado de la pluma.

La Revolución de 1868 se ensañó de una manera especial con él. Folletos calumniosos, caricaturas infamantes, fotografías obscenas, acusaciones hasta de robo de custodias y alhajas del Escorial. Fue desterrado y, después del Concilio Vaticano, donde  trabajo muy activamente, quisieron sacarlo del monasterio de Fontfroide, donde Dios le tenía preparado el premio de su enorme apostolado. Allí murió con la gloria de los Santos el 24 de octubre de 1870.

Fue canonizado por Pío XII el 7 de mayo de 1950. La beatificación había tenido lugar el 1934.

Publicado en Cuenca, 23 de octubre de 2020 y el 23 de octubre de 2024.

Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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FUENTES CONSULTADAS:

-Año Cristiano para todos los días del año. P. Croiset. Madrid. 1846.

-La casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.

-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.

 

 

 

martes, 22 de octubre de 2024

San Juan de Capistrano (1386-1456). Festividad del 23 de octubre.

      Nacido en un Villorrio de los Abruzzos, estudió Leyes en Bolonia, y hacia los treinta años, cuando estaba encerrado por razones políticas, descubrió su vocación; el hecho es que en Perugia ingresó en la orden de San Francisco y que tuvo por maestro a san Bernardino de Siena.

San Juan Capristrano

Fue un gran predicador popular, pero su energía, sus dotes de persuasión y la solidez de su doctrina movieron a los papas a encargarle lo que hoy llamaríamos trabajos sucios y necesarios para poner orden. En primer lugar dentro de los mismos franciscanos, que andaban muy divididos y a menudo a la gresca, y luego en Italia entera como inquisidor.

Más tarde Austria, Baviera, Silesia y Polonia vieron pasar la figura menuda y descarnada de aquel fraile de mirada magnética y palabra de fuego. Quizá con los husitas de la Moravia fue muy duro, y en cualquier caso, al predicar la cruzada contra los turcos, que acababan de conquistar Constantinopla, no exigía precisamente métodos pacíficos.

Al lado del húngaro Juan Huniades fue el alma de las tropas cristianas que consiguieron  la gran victoria de Belgrado, y murió poco después víctima de la peste. La suya no es una estampa de franciscano seráfico de los que conmueven por su ternura, y Dios le habrá puesto entre sus arcángeles guerreros que saben cumplir bélicamente su misión.

Publicado en Cuenca, 22 de octubre de 2020 y el 23 de octrubre de 2024.

Por José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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FUENTES CONSULTADAS:

-Año Cristiano para todos los días del año. P. Croiset. Madrid. 1846.

-La casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.

-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.

 

lunes, 21 de octubre de 2024

Visita guiada gratuita de los primeros sábados de mes en la Catedral de Cuenca. Mes de noviembre.

 Siglos XIV y XV.

Para poder asistir deberán mandar un email Chemarogo@gmail.com con el nombre y se le contestará con el número con el que ha sido anotado en la lista. El grupo de asistentes está completo, entre 30 y 40 persona. Sólo se cubren las bajas.

El sábado, día 9 de noviember, a las 11.00 horas, el investigador José María Rodríguez realizará una visita guiada gratuita por la iconografía del siglo XV, hablando también del siglo XIV.

La Catedral de Cuenca no fue ajena al periodo histórico de los descubrimientos. Es en el siglo XV cuando se duplica su espacio interior al acometer las obras de ampliación de la girola y la trasformación de un progótico o un gótico de iniciación en un gótico puro en sus arquerías, transformándose por completo. Fueron en esos arcos donde se ilustró la historia sagrada, historias bíblicas que el pueblo debería conocer al no tener los conocimientos necesarios para poderlos leer en los escasos libros existentes. La Catedral de Cuenca se convirtió en un verdadero libro de piedra donde están esculpidos los animales del Nuevo Mundo que acababa de ser descubierto.

Salomé

Descubre de la mano del propio investigador que descifró el contenido bíblico tallado en piedra y disfruta del apasionante mundo de la lectura de la imagen labrada en la misma piedra.

El pez globo, el cangrejo ermitaño, los indios americanos y un sinfín de detalles que contienen las arquerías góticas de esta Catedral única en el mundo con iconografía marginalista con la zoología americana que fue descubierta por nuestros conquistadores.

¡Te lo vas a perder! A las 11.00h en la Catedral de Cuenca.

Cuenca, 29 de octubre de 2024.

©José María Rodríguez González. Investigador histórico.

 

Efemérides conquenses. Muerte del Obispo D. Inocencio Rodríguez Diez.

 El 22 de octubre de 1974 muere en Madrid en su casa de la calle D. Ramón De la Cruz. El Prelado, D. Inocencio Rodríguez Díez, hijo adoptivo de Cuenca. Rigió la diócesis más de treinta años. Está sepultado  en la Catedral.

Obispo D. Inocencio Rodríguez Díez.

     Nació en Santa Olaja de la Varga de la provincia de León, un 19 de junio de 1891. Fue ordenado presbítero el 17 de junio de 1916 y nombrado obispo de Cuenca un 10 de junio de 1943. Su consagración como obispo de esta diócesis se realizó un 19 de septiembre de 1943 al que asistió el arzobispo de Toledo D. Enrique Plá y Deniel, asistido por D. Gregorio Modrego y Casaús obispo de Barcelona y Carmelo Ballester y Nieto que era obispo de Vitoria.

Publicado en Cuenca, 22 de octubre de 2020 y el 22 de octubre de 2024.

Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

Santa María Salomé. Festividad del 22 de octubre.

      Siempre es grato hablar de una madre y en este caso se trata de la madre de Santiago Apóstol. Hay recelos en añadirle a Salomé el nombre de María, pues en los Evangelios sólo la nombran como Salomé, pero en el Martirologio romano se nombra con el nombre completo de María Salomé.

Los griegos modernos hacen a Salomé hija de San José para dar a sus hijos el honor de ser hermanos de Jesucristo, de cuya opinión prescindimos, pues muchos santos padres forman la genealogía en otros términos para demostrarnos el parentesco del Redentor con aquellos.

Lo cierto es que fue mujer de Zebedeo, y madre de Santiago el Mayor, y de Juan Evangelista, nacida en Betsaida de Galilea; y aunque no tenemos noticias individuales de las acciones de su vida, fuera de las que nos aseguran los Evangelistas, por la historia de estos sabemos que se unió Salomé a la Santísima Virgen, y a otras piadosas mujeres que siguieron al Salvador en su predicación, tanto en Galilea como en Judea, a quien se acercó en una ocasión con sus dos hijos pidiendo al Señor les concediera la singular gracia de sentarles en su reino uno a la diestra y otro a la siniestra: cuyo deseo da a entender muy bien la fe que tenía de la divinidad y de la grandeza de Jesucristo, al que dio las mayores pruebas de su amor, acompañándole no solo en sus predicaciones, sino en su pasión y muerte, sin temor de los judíos, capitales enemigos del Masías verdadero, prometido en la ley y en los profetas; permaneciendo en el Calvario al pie de la Cruz con la Santísima Virgen.

También quiso estar presente en su sepultura con María de Cleofás y María Magdalena, para observar donde y como pusieron el cuerpo de Jesús, no sin designio; pues luego que volvieron a Jerusalén, aunque pasaron todo el sábado sin hacer cosa alguna, por no contravenir a lo ordenado en la ley, prepararon aromas y perfumes para embalsamar el cadáver; a cuyo fin en la siguiente mañana, que era el día primero de la semana, pasaron muy temprano al sepulcro, y aunque se les ofreció la dificultad sobre quién les apartaría la gran losa de la entrada, notaron que estaba separada, luego que llegaron al mismo sepulcro, donde no hallando el cuerpo del Señor, vieron a unos ángeles vestidos de blanco que las manifestaron como había resucitado Jesús; previniéndolas que llevasen esta alegre nueva a los Apóstoles y discípulos del Señor, a quien vieron en el camino y lo adoraron.

El Martirologio romano señala su muerte en Jerusalén; otros la ubican en Provenza: verificándose lo que aseguran los antiguos en la conjunción de la fiesta de esta célebre santa con la de San Marcos, obispo de Jerusalén. Los griegos creen tener en Constantinopla los cuerpos de las santas mujeres que llevaron especies aromáticas para embalsamar el cuerpo de Jesús, en una Iglesia de la Santísima Virgen, construida a expensas del emperador Justino II, o más bien en la de Santiago el Menor, que había edificado aquel príncipe. Y como el Martirologio romano señala otra fiesta en el 25 de mayo en calidad de traslación de Santa María Cleofás, por la que se hizo de esta santa a Veroli, en Italia, por esto se piensa que María de Cleofás y Salomé vinieron a habitar a aquel después de la muerte de la Virgen, cuya opinión vulgar no tiene algún sólido fundamento; del que carece otra que supone conservarse los cuerpos de ambas en una pequeña población de la Provenza, llamada las tres Marías, donde se celebra, así como en la ciudad de Arlés, el pretendido descubrimiento de los dos cuerpos de María Cleofás y Salomé, en el día 3 de diciembre. También opinan algunos españoles que María de Cleofás vino a Espala en compañía de nuestro patrón el Apóstol Santiago el Mayor, y que murió en Ciudad-Rodrigo, los cuales no hablan de Santa Salomé, cuya festividad por lo dicho tiene adoptada nuestro calendario siguiendo el Martirologio romano.

Publicado en Cuenca, 22 de octubre de 2020 y el 22 de octubre de 2023.

©José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

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FUENTES CONSULTADAS:

-Año Cristiano para todos los días del año. P. Croiset. Madrid. 1846.

-La casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.

-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.