Festividad de Santa Úrsula
y sus compañeras, vírgenes y mártires
Nació hacia el año 362 en
Inglaterra. Fue hija de Diomot, rey de Cornovaille, y de Daria, en nada
inferior a su marido en la nobleza de la sangre, ni en el ejercicio de la
virtud. Conociendo que la cristiana educación de su hija era una de sus más
esenciales obligaciones, se dedicaron a
desempeñarla. En ninguna niña se descubrió entusiasmo más brillante, ni naturaleza
más feliz. Tenía un corazón noble y generoso, un espíritu vivo y dócil, con
una hermosura que a la edad de doce años era ya celebrada Úrsula por una de las
más hermosas princesas de Europa.
Máximo, el tirano, era general de las tropas del
emperador Graciano en Bretaña. Se hizo proclamar emperador
el año 382, desembarcando con todo su ejército en las costas de la Armórica,
provincia de Gaulas, se apoderó de todas ellas. Conan, uno de sus oficiales
generales, príncipe bretón, y cristiano de profesión, destacó tanto en aquella
expedición por su valor y conducta, que Máximo le hizo gobernador de la
Armórica, llamada después la Bretaña menor, confiriéndole el título de duque.
Estableció este su residencia en
la ciudad de Nantes y dejó en el país una gran parte de las tropas, compuerta
de bretones; y como no estaba casado determinó buscar mujer. Llegando a su oídos
las bellas prendas de virtud y hermosura de que Úrsula estaba dotada, envió una
diputación al rey su padre, pidiendo a la princesa Úrsula como su esposa. Casi
todos los señores que le seguían, oficiales y soldados, estaban también solteros,
por lo que encargó a los diputados que trajesen con la princesa todas las
doncellas que pudiesen, para casarlas con ellos. El rey los recibió con honor,
y como conocía el mérito del duque, oyó con gusto la proposición y prometió darle
por esposa a la princesa su hija. Oyó ésta con disgusto la proposición, más no dio
respuesta a ella. Su padre sabiendo lo ventajoso del acuerdo dio su autorización
para obligarla. Úrsula no acepto pero fueron inútiles sus esfuerzos y sus
razones y sus lágrimas. Al final dio su consentimiento por la sumisión que
profesaba a sus padres, reservándose la libertad de apelar a las órdenes de
Dios.
Animada con una viva confianza en
la bondad del Señor, se arrojó a sus pies y le hizo esta fervorosa súplica: “Bien sabéis Vos, divino dueño mío, los más
íntimos afectos de mi pobre corazón; jamás le han tentado las grandezas del
mundo, ni le han deslumbrado sus aparentes brillanteces. Vos solo sois el dulce
objeto de sus amorosas ansias. Dueño sois de todos los sucesos de la vida;
fácilmente podéis desbaratar todas las ideas de los hombres por concertadas que
sean. No desechéis, Señor, mis humildes súplicas: Dignaos tomar bajo vuestra
protección a la menor de vuestras siervas: dirigidlo todo a mi salvación y a
vuestra gloria según vuestra divina voluntad”.
Los preparativos para el embarco
de la princesa se iban acelerando ya que había un gran número de doncellas
nobles para acompañar a Úrsula, destinadas como futuras esposas de los
oficiales bretones. Cuando todo estuvo preparado pasaron a Londres Úrsula y sus
compañeras.
Apenas perdieron de vista las costas
de Inglaterra, se levantó una furiosa tormenta que llenó de terror a toda la
escuadra, amenazándola con un funesto naufragio. Entonces decía Úrsula a sus
compañeras: “Animo hijas mías, y nada
temáis. Servimos a un Dios, y tenemos un Esposo que manda a los vientos y los
mares. Sacrifiquémosle nuestras vidas, y dejemos los horrores de la muerte a
los que tienen la desgracia de no conocerle. Pero nosotras tengamos confianza
en su gran misericordia”. Sosegó a todas sus compañeras y a toda la
tripulación la intrépida seguridad de nuestra santa. Toda la escuadra fue
arrojada en el puerto de Tiel, en el ducado de Güeldres, y siguiendo después la
corriente del Rhin, navegó hasta Colonia.
Rubens. El martirio de Santa Ursula y la Once Mil Vírgenes Museo de Arte Kimbell Fort Worth. Texas (USA) |
Llegando la notica al emperador
Graciano del venteamiento de Máximo, llamo en su socorro a los Hunnos, nación
bárbara de a antigua Sarmacia. Mandaba a estos bárbaros el general Gauno, por orden
del emperador Graciano, contra el tirado Máximo, al descubrir este navío
bretón, enemigo del emperador los atacaron y se apoderaron de ellos fácilmente
por el corto número de soldados que los venían escoltando. Se quedaron
sorprendidos cuando vieron que la carga eran doncellas cristianas destinadas
para esposas de los oficiales y soldados bretones, sus enemigos y que la
principal era la princesa, futura esposa del duque Conan, general del ejército
de Máximo.
Quedó el general del ejército tan
prendado de Úrsula que se valió de todos los medios posible para rendirla y
tenerlas en sus brazos, pero la santa loe habló con tanta resolución y
majestad, que le hizo cambiar de opinión y lleno de rabia se arrojó espada en
mano sobre ellas. A unas atravesó con el acero, a otras con dardos y a todas las degollaron, pasando a aumentar
en número la corte del Cordero celestial con la duplicada palma del martirio y
virginidad.
Sucedió esto el día 21 de octubre
del año 383, y desde entonces celebra la Iglesia la fiesta de Santa Úrsula y
sus compañeras vírgenes y mártires. Fueron sepultados sus cuerpos en el
territorio de Colonia, de donde se esparcieron después sus reliquias por toda
la cristiandad. El año de 1537 fundó en Italia la congregación de Santa Úrsula
la beata Ángela de Brescia, la que aprobó el Papa Paulo III, y el de 1572 la
sujetó a la clausura y votos religiosos el Papa Gregorio XIII, a solicitud de
San Carlos Borromeo. El año de 1611, fundó ls Ursulinas en Francia la señora de
Santa Beuva, Magdalena de Huiller, siendo el primer convento de París, de donde
se extendieron con gran utilidad, no solamente en Francis, sino también en
Suiza.
Cuenca, 21 de octubre de 2018 y el 21 de octubre de 2024.
José María Rodríguez González.
Profesor e investigador histórico.
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