¡Santiago y cierra
España!
Según la tradición Santiago,
apóstol de Cristo, desembarcó en la Bética Romana, siguió camino de la vía
romana que unía la Itálica con Mérida, continuando hacia Coímbra y Braga,
terminando en Iria-Flavia (La Coruña).
Tras haber predicado el evangelio
por Hispania regresó a Jerusalén, siendo decapitado en el año 44. Sus
seguidores recogieron el cadáver y lo embarcaron con dirección a la Hispania
Romana. Según la tradición, el barco arribó en la costa gallega, donde fue
trasladado a lo que hoy es la Catedral de Santiago.
Capilla de Santiago. Catedral de Cuenca Artista que intervino en su realización fue: Martín Gómez el Viejo |
En el año 1630 el rey Felipe IV,
el Papa Urbano VIII decretó oficialmente que el Apóstol Santiago, El Mayor,
fuera considerado solo y único Patrón de la Nación Española.
La invocación al Apóstol Santiago antes de entrar en
combate con la expresión: ¡Santiago y cierra España! Desde la reconquista.
Cuenta la leyenda que el Apóstol
Santiago se apareció montado en un caballo blanco durante la batalla de Clavijo
combatiendo junto a los cristianos.
Cansado el rey Ramiro I de
Asturias, hijo de Alfonso II “El Casto”, de pagar cada año el tributo de 100
doncellas cristianas, enviándolas a Córdoba. Decidió poner fin a tal humillación
y reuniendo en toda la región un
ejército con gente de la región se lanzó contra los musulmanes en Alberda
(Logroño). Al no esperarse los musulmanes tal atropello se vieron obligados a
esconderse en Clavijo, a 17 kilómetros de Logroño con los pocos soldados que
quedaron de la primera contienda. Cuentan que se les apareció al Rey el Apóstol
Santiago en sueños para anunciarle su presencia en la batalla que libraría al
día siguiente.
Es la leyenda la que afirma que
cuando los cristianos vieron flojear sus fuerzas apareció un jinete desconocido
sobre un caballo blanco resplandeciente y blandeando una espada de plata y
lanzándose sobre las tropas moras mermándolas sorprendentemente. Es este ataque
el que le valió el sobrenombre a Santiago el “Matamoros”.
A partir de entonces se cuenta la
participación del Apóstol en diferentes contiendas contra los moros. Así en la
Batalla de Coímbra, en el año 1064, se describe en el Códice Calixtino, como
intervino el Santiago a favor de las tropas de Fernando I, esta intervención
hizo que a partir de esta fecha la Reconquista fuera considerada Guerra Santa.
Es difícil encontrar en pueblo o
ciudad española que no tenga un altar dedicada a Santiago. La Catedral de
Cuenca posee una Capilla dedicada al Apóstol Santiago. Su existencia es
anterior a la reforma de la Catedral en el siglo XV, pues su fundación va unida
al obispo Don Álvaro Martínez que ejerció su obispado en los últimos años del
siglo XIV, muriendo en el año 1400 en la ciudad de Cuenca. Se reformó en el
siglo XVI y se volvió a retocar en el siglo XVIII. El retablo es de estilo
plateresco. El centro del retablo está presidido por el Apóstol Santiago sobre
caballo blanco y un guerrero postrado a sus pies sobre el ángulo inferior de la
derecha. La talla es de madera estofada y representa a Santiago luchando en la
Batalla de Clavijo.
Cuenca, 25 de julio de 2016.
José
María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.
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