martes, 28 de febrero de 2017

De “cerdina” a “sardina”.

 El entierro de la sardina

Una breve pincelada para explicar el entierro de la sardina. Es un poco alocado enterrar una sardina antes de la Santa Cuaresma y todo tiene sentido si se escudriña  en el pasado, en esos cambios de sílabas y letras que al paso del tiempo los términos cambias y el sentido también.

Dice la historia que en los carnavales que se celebraban, hace unos trescientos años, un día antes del inicio del Miércoles de Ceniza, es decir un día como hoy, la gente se alejaba de sus hogares para hacer una comida campestre, como solemos hacer nosotros el día de Jueves Lardero. Ese día último de Carnaval se escenificaba el entierro de la “cerdina”, es decir se enterraba un lechón o cerdo pequeño simbolizando el inicio del ayuno y la abstinencia.

Hay que recordar que el carnaval fue prohibido después de la Guerra de Independencia, al instaurarse el absolutismo de Fernando VII en 1814. Se restablece el Consejo de Castilla, se destituye a los alcaldes, se restablece las capitanías generales, regresa la Compañía de Jesús y se reaviva la Inquisición. Como nota de color diré, para recuerdo de los que nos tocó hacer la mili, que fue este momento cuando se establece el servicio militar obligatorio al constituirse el primer Código penal moderno.

Es en el siglo XX, allá por el año 1920 se retoma el Carnaval en Cádiz, con las chirigotas y comparsas que se mantienen hasta hoy. En el franquismo, de 1937 a 1947 también fue prohibido, pero no por ello dejó de celebraras en algunos lugares de España. Debe ser en este período cuando se produce el cambio de términos, el de “Cerdina” por “Sardina”. Así por confusión lingüística se ha convertido en un día especial en los carnavales.

Feliz día del entierro de la sardina.

Cuenca, 28 de febrero de 2017

José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

sábado, 25 de febrero de 2017

El "Pelele" espantajo protagonista. En la Semana Santa.

El “Pelele” típica fiesta en los pueblos de Cuenca
El “pelele” es el típico espantajo que es manteado, consiste en un muñeco de paja que suele representar a algún personaje impopular.
El pelele más conocido es el que pintó Francisco de Goya, encargado para el despacho de Carlos IV del palacio de San Lorenzo de El Escorial en 1790. Cuatro jóvenes vestidas de majas mantean un pelele en un entorno bucólico con paisaje frondoso, atravesado por un río. En esta ocasión representa el poder de la mujer sobre el hombre.
Estos juegos eran practicados en las fiestas populares y rito de despedida de la soltería. También es practicado al comienzo de la primavera, especialmente el Jueves Lardero siendo el punto de partida del Carnaval. En Cuenca esta tradición se perdió sobre al año 1960, es en estos últimos tiempos cuando empieza a resurgir, con cierta fuerza de nuevo, en los pueblos como Villar de Cañas, Horcajo de Santiago, etc.
En Cuenca  los peleles han estado asociados a la Semana Santa. Era tradición el mantear a Judas Escariote el Domingo de Resurrección. Después de sumergirme por la hemeroteca de la década de los cincuenta he encontrado un artículo donde se hace referencia a la fiesta del Pelele y es muy interesante el contenido, con referencia a la procesión del Domingo de Resurrección. En el artículo se narra lo que va sucediendo a lo largo del desfile procesional por las calles de Cuenca, especialmente el encuentro entre el Resucitado y la Virgen Santísima. Intentaré trasmitirles las conclusiones del artículo lo más veraz posible ya que apenas es legible, incluyendo texto y coplillas que se cantaban. El narrador explica al niño crecido su actuación en ese día tan señalado en Cuenca es el Domingo de Resurrección
“El desfile procesional se inicia, la procesión seguía con parsimonia… Al doblar de una esquina, al entrar en la calle de la Hiedra… ¡Cielos…! ¿Qué es eso? ¡Judas Iscariote en persona! ¡Es él, padre! ¿Cómo es posible? ¿Cómo vino a ahorcarse aquí en el balcón de mi tía Clementina? ¡Qué idiota! ¿No sabía lo que le esperaba? ¿Ya decía yo que ese Judas era tonto de capirote! “Todo esto pensaste y hablaste en medio de tu perplejidad”.
Sí, allí estaba fachendoso: con sombrero de jipi-japa, con botines con doblo  corbatín, el corbatín del dogal de esparto crudo, que le hizo sacar dos palmos de lengua sucia –una lengua negra, asquerosa, repugnante- y el corbatín de seda, amarillo chillón, ya bastante deslucido al que se ponía en las grandes fiestas tu tío Juan –Felipe el escribano, el buen esposo de tu tía Clementina. Allí estaba el pelele con el letrero en la panza que decía:
Soy Judas, el falso apóstol;
soy Judas, el Gran Traidor;
¡el que como ya se parte,
has de verte como yo!

-“Y peor que te vas a ver ¡imbécil! ¡Aguarda, aguarda que salgamos de misa! – le dijiste, muy quedo, mirándole iracundo.
Seguía la procesión despaciosa… ¡Otro en el balcón de doña Clara! ¿Otro en la Calle del Agua! ¡Y otro en El Toledillo! ¡Todos por igual estrafalarios, ridículos! ¡Y todos en el letrerillo! Pero… ¿Qué es esto, Dios? ¿Cuántos Judas vendieron a Jesús, cuántos? ¡Bien, para tdos habrça! Llamaremos a Luisillo, a Angelete, a Mateo y el “Villo”. ¡Ah, y a Garrón, que tenía mucha fuerza, no me acordaba! ¡Nos vamos a hinchar…
Llagamos a la plaza y la procesión. Tú no sabías a qué se debía esta parada. Pronto apareció por la calle del Clavel otra procesión en que venía la Gran Señora, llena de virtudes y de gracias, con manto raso azul, sembrado de estrellas, con banda de encajes y ricas alhajas. Traía tapado el rostro. Aquella procesión también se detuvo. Desvelaron la imagen y de súbito, sonrió. Tú quedaste prendado de aquella divina sonrisa; era como una sonrisa dulce, encantadora, inefable… ¡materna! La Santa Madre hizo tres humildes reverencias ante el hijo muy amado - ¿Qué gran misterio encierra esta humillación de Madre al hijo esta humillación inversa podemos decir? –Se hicieron unos rezos y unos cantos en latín. Las campanas redoblan su repique en este momento grandioso. Otra vez la Banda de Música en himno nacional. Otra vez estallaron docenas de cohetes. ¡Otra vez se regocijaban los cielos y a tierra! También te pareció que la Virgen decía - ¿Verdad?- “Es, Hijo mío. ¡Sol mío, ya te encontré de nuevo y no quisiera más perderte. Tú no sabes hijo, como me acibaran el corazón tus ausencias. ¡Ya estamos reunidos! ¡Vamos, vamos Hijo mío, a nuestra Casa”.
En marcha la procesión hacia el templo, la gran Casa que a todos nos cobija. En ese trayecto, más Judas -¡Cuantos, cuantos has visto en el curso de tu vida!- más fantoches, mas peleles. ¡Qué feos qué osados, qué insolentes! ¡Presentarse así, en medio de tanta grandeza y majestad, de tanta pompa y alegría, de tanto alborozo y galanura! ¿Ya veréis ya!...
Ahora, a la Misa de Tres, larga, solemne, ceremoniosa… Y a la salida, escaparte de la mano de tu padre, corriendo como loco en busca de tus amigos.

-¿Los has visto, Periquillo?
-Sí, chico, ¡Hay cuantos! ¿Qué hacemos?
-¡Pero hombre, no te acobardes! ¡Vamos pronto a llamar también al “Villo” y a Garrón, y a todos. ! Seis o siete son, pero como si fueran cientos! No te quedes ahí como un pasmarote. Y pasasteis veloces, avisando a todos. Os reunisteis y trazasteis el plan de ataque: cuatro para casa Judas. Corríais, gritando furibundos: ¡A ellos!

Ya estaban los peleles descolgados, rodeados cada uno de un grupo nutrido de mozos y mozas. En cuanto llegaste al que correspondía lo destrozaste en un santiamén. Una moza te dio un cachete por querer rematarlo tan pronto. Ante este castigo injusto, aturdido y sin saber bien lo que había sucedido, te retirarse lloriqueando rabioso. Entre tanto, las mozas en un periquete, metieron de nuevo el mondongo al pelele, hicieron rápida la quirúrgica operando y  gritaron alborotadas ¡A mantearlo, chicas, a mantearlo! Pronto  se te pasó el lloro, iluminando tu rostro una clara sonrisa ante la idea peregrina.

-Sí, sí ¡A mantearlo, a mantearlo – gritaste con aquella que te pegó, mirándola contento. Una manta extendida, muy amplia y en ella el Judas. Cogidos todos del extremo de la manta, chicos y chicas danzaban al pelele al compás de la canción:
El pelele esta malo.
¿Qué le daremos?
Agua de caracoles,
que cría cuernos;
que cría cuernos,
el pelele esta malo
¿Qué le daremos?

¡Arriba con él…! ¡Arriba con él…! ¡Arriba con él…! A cada grito, el Judas era empujado con brío hacia lo alto. ¡Qué risa, que risa con sus grotescas posturas! Subía y bajaba con ojos de susto, conteniendo los brazos y las patas en actitudes cómico-trágicas; a veces él mismo se daba un azote en el gordo trasero.
Nuevamente el corro danzaba cantando:
Este judas, pelele
Que sube y baja,
Pagará todas juntas;
Aquí en la plaza;
Aquí en la plaza,
Este judas, pelele
Que sube y baja

¡Arriba con él…! ¡Arriba con él…! ¡Arriba con él…! Abollada la cabeza, derrengado, derrotado por tu paliza te miraba triste, como pidiendo compasión ¿A ti compasión para él? ¡Está listo! ¿La tuvo él acaso, ni un momento para el dulce Jesús? ¡Arriba con él…! ¡Arriba con él…! Esta vez cayó sobre el bran Garrón, que del primer zarpazo le arrancó el rojo sucio corazón de trapo, y del segundo, en el gañote, le obligó a sacar otro palmo más de lengua.
Y a danzar y a cantar. El corro entonó de nuevo:
Por tres cochinos cuartos;
¡Te la has buscado!
Eres raja, miserable,
Tonto y malvado.
Tonto y malvado
Por tres cochinos cuartos
¡Te la has buscado!

¡Arriba con él…! ¡Arriba con él…! ¡Arriba con él…! Le revientan los calzones por el trasero y empieza a arrojar ´-¡guarro!- inmundicias y basura.
Los mozos y mozas se alejaron cuando el pelele quedó hecho jirones del todo, destrozado, la cabezota rodando por el suelo, las extremidades separadas el tronco, inútil ya para la diversión. Con los despojos se preparó una hoguera  en la era de la “Camacha” otro pelele ardiendo en la “Puerta Salinera” y un tercero se veía en las cuevas de “La Peñita” que ardía.
Así terminó el día donde el traidor ardía por su pecado de traición y cobardía.

Cuenca, 25 de febrero de 2017
José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.



lunes, 13 de febrero de 2017

El amor por vida


el amor es lo más bonito de este mundo y hoy se celebra al Santo que lo dignifica”.


Hace tiempo que no os cuento historias de Cuenca y creo que hoy es el día perfecto. El amor forma parte de nuestras vidas. Decía mi abuelo Sabino que “la riqueza que tienes no debes de medirla por el riqueza sino por aquellas cosas que no cambiarías por dinero, así es el amor”. Dos grandes amores hay en este mundo, el amor humano y el espiritual por vocación de entrega y servicio a los demás, los dos tienen algo en común y al mismo tiempo son diferentes.

Como tantos otros domingos, éste de San Valentín no fue distinto a muchos otros, acompañando a mi abuelo Sabino a misa de doce a la Catedral vimos a una pareja haciéndose arrumacos en los arcos del Ayuntamiento. Mi abuelo no era partidario de que la gente expresara sus sentimientos amorosos en público, pero ese domingo fue diferente, dejó pasar la escena e incluso me la hizo notar diciéndome: “el amor es lo más bonito de este mundo y hoy se celebra al Santo que lo dignifica”.

Mientras cruzábamos la Plaza saludando a cuantos veía, me dice: hay muchas leyendas sobre el origen de esta fiesta pero la que más me gusta es la que afirma que Valentín fue Sacerdote en tiempos del Emperador Claudio II (Marcus Aurelius Cluidius) que prohibió por decreto el casamiento haciendo que todos los jóvenes sirvieran en el ejército romano. Valentín siguió casando en secreto hasta ser descubierto y encarcelado.

El emperador Claudio dio orden de encarcelarlo y estando en la cárcel el oficial Asterius, encargado del recinto penitenciario quiso ridiculizarlo poniendo a prueba a Valentín. Asterius tenía una hija que era ciega llamad Julia y la llevo ante él para que le devolviera la vista. Valentín en nombre de Cristo le curó de su ceguera, ante este hecho Asterius y toda su familia se convirtieron al cristianismo. Finalmente el 14 de febrero de 270 murió martirizado. Valentín dejó escrita una carta para Julia de cómo debería ser su amor como nueva cristiana firmada con la rúbrica “De su Valentín” firma que se popularizó entre aquellos amantes que se enviaban cartas. Julia, agradecida al Santo, plantó un almendro de flores rosadas en su tumba. De ahí que el almendro sea el símbolo del amor y de la amistad duradera.

Poco a poco el 14 de febrero se fue convirtiendo en una fecha en la que se intercambiaban mensajes  de amor entre las parejas y se fue popularizando hasta convertirse en el Patrón de los enamorados. En el año 496 el Papa Gelasio decidió que el día 14 de febrero fuera el día en que se honrara a San Valentín.
Al salir de misa nos dirigimos al Alcázar conquense, fortín de arte y firme por su naturaleza. Sus robustos muros, escondidos detrás de la calle de Zapaterías, serviría de base al futuro Seminario Conciliar, al Convento de la Merced y a la Parroquia de Santa María de Gracia.

Portada del Seminario Conciliar de Cuenca e Iglesia de la Merced
Dos historias de amor encierran este lugar. Aquí estuvo la Judería hasta mediados del siglo XIV. Los judíos de Cuenca, Huete y otras ciudades de Castilla gozaban de libertad para ejercer el comercio, esta Judería estaba separada del resto de la ciudad por un muro, cuyas puertas se cerraban al caer la noche, con ello se quería evitar la mezcla de la comunidad judía con la cristiana evitando así las posibles reyertas. Pero con el amor no pueden los muros; un joven cristiano se enamoró de una joven judía de este barrio, los dos se veían a escondidas. Saltando el muro por las noches, Diego iba al encuentro de Isabel. Una noche fueron sorprendidos por los judíos y él es asesinado. Al correr la noticia por la ciudad, se toma el barrio al asalto pasando a cuchillo a cuantos se cruzaban en el camino de los exaltados. Este acto llevo al traslado de la Judería a extramuros, donde hoy se conoce con el nombre del Barrio del Cristo del Amparo. La sinagoga se reconvirtió en la parroquia de Santa María de Gracia y su campanario, con el tiempo se transformó en la actual Torre de Mangana.

¿Te has enterado por qué está aquí esta torre? Si, por asunto de amores; pero cuéntame porque está aquí el Seminario.

A nuestra izquierda surge el Seminario, semillero de almas dedicadas a dar servicio y amor a los demás. Sobre el año 1400, D. Álvaro Martínez, Maestre del Rey D. Enrique III y Obispo de Cuenca, establece en este lugar las primeras escuelas de gramática para indigentes aspirantes al Sacerdocio y habilita para ello unas casas compradas a Juan de Albornoz, junto a la puerta del Postigo. En el siglo XV, estando de Obispo D. Rafael Galeote Riario (1493-1521) el colegio de Santa Catalina surge a impulso de Juan Pérez de Cabrera, arcediano de Toledo, quien dota con prebendas los cargos de rector y un maestre de latín. En el año 1584, es cuando D. Gómez Zapata decreta la fundación del Seminario Conciliar, conforme a las normas promulgadas por el Concilio de Trento y anhela adicionarle el Colegio de Santa Catalina. Ante la oposición que encuentra no ceja y establece el Seminario en una casa particular donde permanece hasta que el Obispo D. Enrique Pimentel pasa a los seminaristas a la “casa del Magistral” a espaldas de la Parroquia de San Pedro que para este objeto le había comprado la casa a D. Andrés de Pacheco. Allí se hace patria y virtud enseñando gramática, canto llano y compute eclesiástico, hasta que el Obispo D. José Flórez Osorio (1674-1759) construye de su peculio la sede. Lo deja a su muerte como heredero al Seminario, en virtud de la facultad solicitada y conseguida del Papa Clemente XII, en 1740. El capital que entrega al Seminario, entre la fábrica, el edificio y la herencia sobrepasaba el millón de ducados.

Torre de Mangana, septiembre 2017
Quedándose pequeña la sede se proyecta otro punto de ubicación dentro de la ciudad, el Alcázar y las casas del Marqués de Valverde que le vende, surgiendo el sólido espacio para construir el Seminario actual, donde estudiarían los seminaristas desde el año 1746. El Papa lo dota, en 1745 de legados y becas que ofrecen los generosos, alcanzando algunos la suma de cuatro mil ducados. Sus tres sucesores en el Episcopado conquense continuarán su obra. D. Isidro Carbajal y Lancáster, amplía el edificio. D. Sebastián Flórez Pavón y D. Felipe Antonio Solano aumentan las cátedras  y en 1775 alcanza el Seminario la agregación e incorporación a la Universidad de Alcalá con la facultad de conceder grados académicos sólo para los internos, quedando extendida esta  facultad a los externos en 1852 a raíz del Concordato con Isabel II.

Josemari, con las leyendas no aprendemos nada novedoso, pero vemos reflejadas en ellas momentos y situaciones de nuestro entorno. Así habla “Mangana” hierática y docta. Su voz se fue apagando con el tiempo pero no su historia y el amor que desprenden sus piedras nos hacen pensar y reflexionar sobre su belleza, validez de las verdades que encierra.

Que no se te olvide, si embelleces tu amor con una sonrisa, iluminaras de luz tu rostro reflejando el amor que siente tu corazón. ¡¡Feliz día de San Valentín!!  

14 de febrero de 2017

José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico



viernes, 10 de febrero de 2017

El verso une idiomas y culturas en el IES Fernando Zóbel de Cuenca

Lazos de versos, de lenguas y de culturas forman el mundo actual de la docencia

Con el título de “Versos para todos” el IES “Fermando Zóbel” de Cuenca aboga por unir culturas y lenguas con el verso. La poesía es un patrimonio intelectual y un bien preciado que pertenece a todos.
En un momento donde se levantan muros, la comunidad educativa del Zóbel traza puentes con la fuerza de la multiculturalidad. Como haría el pintor que da nombre a este Instituto de Educación, pinta con tenacidad y dulzura, revelando miles de ideas y detalles con esos matices delicados que son las distintas lenguas y culturas de sus alumnos. Así se forma un abanico de colores que ilustran el más bonito cuadro que pintara Fernando Zobel.

El jueves, como actividad final de la semana y dentro de su Proyecto de Innovación de Centro: “Las palabras hacen ideas, y las ideas hacen futuro”, algunos alumnos han ido recitando poemas en sus lenguas maternas, traducidos por otro compañero al español.
La poesía es la expresión de la belleza por medio de la palabra. Leer un poema en voz alta cobra sentido del conjunto, captando los detalles del lenguaje con su musicalidad y entonación del país de donde procede, de esta forma es posible darse cuenta de la manera en que el poeta crea la imagen del sentir de su pueblo.

Con esta actividad se quiere dar la mano a los que vienen de muy lejos, invitándolos a participar en la vida del Centro. Uniendo con lazos de versos y palabras, amistad y compañerismo, haciendo que nadie se sienta entraño en el Centro y haciendo comprender que todos forman parte del Proyecto Educativo, nadie sobra y todos somos necesarios.

La poesía es un excelente recurso educativo para explorar el conocimiento, facilitar el desarrollo de la imaginación, la creatividad y el vocabulario, facilitando el desarrollo de la inteligencia y fortaleciendo la autoestima.

Siendo la poesía entendida como una obra de arte no puedo terminar este artículo sin mencionar al poeta Goethe, que también escribió una curiosa teoría del color: “Color y sonido no se dejan comparar entre sí de ninguna manera; pero es posible reducir a ambos a una fórmula más alta… Como dos ríos que nacen de un mismo monte pero que, en condiciones completamente distintas, corren por dos comarcas… así son sonido y color, así son poesía y pintura”. Bienvenidos a la fiesta de la poesía.

Cuenca, 10 de febrero de 2017


José María Rodríguez González

miércoles, 1 de febrero de 2017

Visita guiada gratuita por el siglo XVI



Cuando el siglo XVI se convierte en arte a través de la rejería de la Catedral de Cuenca


El sábado día 4 de febrero a las 11:00h de la mañana, desde la capilla de los Apóstoles se iniciará el recorrido. El investigador José María Rodríguez realizará un recorrido guiado por las capillas del siglo XVI viendo los detalles que contiene cada reja, apuntando los cambios de la iconografía de este siglo con respecto al siglo anterior que se vió en la anterior visita del mes pasado.

Con sólo la entrada al recinto el mismo investigador, gratuitamente, hará un recorrido explicativo de la iconografía existente en la rejería de las capillas (Duración aproximada una hora).

Las figuras de los basiliscos, delfines, sirenas, unicornios, piñas, nenúfares, flores de lis, ánforas, pasajes bíblicos, animales, escudos y otras ornamentaciones que hacen las delicias de los observadores cuando se descifra la catequética cristiana que posee cada una de las rejas en consideración de la capilla y su fundador.

Te invito a descubrirla y ver la realidad de una época grandiosa donde la espiritualidad de sus creencias está plasmada en hierro para el disfrute de todas las generaciones que han sido testigo desde su creación hasta nuestros días.

Sábado, 4 de febrero de 2017, a las 11:00 horas en la catedral de Cuenca. Te espero.



La Candelaria y la Purificación de Ntra. Señora

 Esta ceremonia fue instituida por el Papa Gelasio a finales del siglo V y que se conoce con el nombre de Candelaria.


La Candelaria no se entiende sin hacer referencia a la Purificación de Ntra. Señora. El objeto de esta festividad se atribuye al Papa Benedicto XIV, su celebración se remonta a los tiempos apostólicos. Por el siglo V se celebraba como fiesta de guardar. En la Iglesia griega y en la de Milán se celebra el 2 de febrero entre las festividades más solemnes de Nuestro Señor.

Trascurridos los cuarenta días señalados por la ley, María se presentó en el templo para cumplir la ley, acompañada de San José y con su hijo en brazos (Lc.2, 22-39). Con este hecho se daba cumplimiento a la profecía del profeta Ageo. Fue el profeta Malaquías el último en confirmar esa profecía. La ley decía: “Habló Dios a Moisés diciéndole: Conságrame todo primogénito, todos lo que abre el seno materno entre los Israelitas. Ya sean hombres o animales, míos son todos” (Ex. 13, 1-2). Hasta que le fue otorgado el mantenimiento del culto al templo a la tribu de Leví, todo primogénito debía ser ofrecido al servicio del templo. La ley creó la exención, compensando esta dedicación, por medio del pago de cinco siclos de plata, sólo si la familia no podía entregarlos el niño se quedaba con el sacerdote y era educado en el servicio del altar.

La Virgen quiso cumplir todas estas prescripciones. Según cuenta la tradición María dijo al sacerdote: “Hoy se cumple el cuadragésimo día desde que tuve a este hijo, fue circuncidado al octavo día y se le puso por nombre Jesús”. Entregó la ofrenda de dos tórtolas y dos palomas. Hay que advertir que no era necesario llevar a Jerusalén al niño, bastaba con que el padre pagase el impuesto al sacerdote, no antes de los 31 días después del nacimiento, para cumplir con lo establecido en la ley. Otra de las disposiciones legales era (Lev.12, 1-8) que las madres deberían presentarse en el templo para su purificación, de la impureza legal que habían contraído, a los 40 o 48 días según fuera el infante niño o niña.

La Iglesia  Católica acostumbra a bendecir las velas o candela de un modo solemne el día 2 de febrero. Esta ceremonia fue instituida por el Papa Gelasio a finales del siglo V y que se conoce con el nombre de Candelaria. Los cirios que se bendicen antes de la misa de la Purificación simbolizan a Ntro. Sr. Jesucristo. Ateniéndonos a la iconografía dice San Anselmo, al explicar este misterio, que hay que considerar tres cosas en el cirio: la cera, la mecha y la llama. La cera, obra de la abeja virginal, es la carne de Cristo; la mecha, que es interior, es el alma; y la llama, que brilla en la parte superior, es la divinidad.

Los cirios llevados en procesión, instituida por el Papa Sergio en el siglo VII, simbolizan una manifestación de fe, siendo el símbolo de la Iglesia que avanza para ir al encuentro del divino Emanuel, recordando la escena en el Templo de Jerusalén.

Los cirios bendecidos en la Candelaria siguen con el siguiente ritual: “Señor Jesucristo verdadera luz que ilumina a todo hombre que viene a este mundo, derrama tu bendición sobre estos cirios y santifícalos con la luz de tu gracia, y así como estos cirios encendidos con fuego visible dispersan las tinieblas, dígnate hacer que nuestros corazones, iluminados con fuego invisible, es decir, con el esplendor del Espíritu Santo, queden libres de la ceguera de todos los vicios, a fin de que, purificada nuestra alma, podamos ver las cosas que te son agradables, y útiles a nuestra salvación, y merecer después de las sombras y peligros de esta vida, llegar a la luz que no se extingue jamás”.


Estos cirios se suelen encender como protectores en los días de tormenta cuando los truenos retumban, para obtener la protección divina y para expulsar el demonio del lugar donde se experimenten sus perniciosos efectos; pero sobre todo en el lecho de muerte, para alejar del moribundo al demonio, es en ese momento cuando hace el demonio el supremo esfuerzo, para arrancar a Dios el alma del que lucha en la agonía. 

2 de febrero de 2017
José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico