Una mujer adelantada a
su tiempo. Santa Catalina de Alejandría
El día 25 de noviembre
se celebra su festividad.
Hoy diríamos de Catalina fue una
mujer muy inteligente y culta, valores que en una mujer a finales del siglo IV
no eran tenidos en cuenta socialmente hablando.
Santa Catalina de Alejandría |
Nació en el seno de una familia
noble de Alejandría, sus padres pronto se dieron cuenta de su gran inteligencia
y le facilitaron el acceso a los estudios en ciencias y letras. Sobresaliendo tanto en sus estudios que se llegó a situarse a la altura de los grandes poetas
y filósofos de aquella época.
La Catedral de Cuenca dedica una
capilla a esta Santa. Se sitúa en la nave del Evangelio a la altura del Arco de
Jamete. El primer propietario de la capilla fue D. Luis de Guzmán, como
atestigua su escudo de armas. El espacio para la capilla fue cedido por el Cabildo en el año 1598.
Santa Catalina junto con otras
santas, como Santa Margarita y Santa Bárbara, fueron calificadas, con otros
catorce santos, como los más útiles para el cielo. Fue alabada por los
predicadores y cantada por los poetas. Sabido es que Bossuet, defensor de la teoría del origen
divino del poder, le dedicó uno de sus más hermosos panegíricos y que Adán de San Víctor, considerado el mejor
y el más grande poeta litúrgico en latín del Medievo, escribió un magnífico poema en su honor al que
tituló: “Vox Sonora nostri chori”. La Iglesia Católica, liberándola de las narraciones legendarias, la
inscribió en el Martirologio Romano
como “Liberum memoria”.
Catalina nació en el año 290. Su
vida se enmarca en el siglo IV; un día se le apareció Cristo y desde ese
momento su vida cambio, decidiendo dedicarse a difundir la verdad del
cristianismo.
El emperador Majencio (306-312)
fue a Alejandría para presidir una fiesta y ordenó que todos los súbditos
hicieran sacrificios de toros y ovejas a sus dioses. Catalina fue obligada a
ir, pero en vez de realizar el sacrificio ella hizo la señal de la cruz. Se
dirigió al Emperador, presente en el acto, y sin miedo le exhortó a que
conociera al verdadero Dios y dejara de hacer sacrificios a falsos dioses. Ello
le valió que fuera arrestada y conducida a palacio e invitada a que repusiera
su actitud, ella no sólo no cedió en su manera de hacer si no que le retó a un
debate sobre la verdad y la existencia de un solo Dios.
En el debate filosófico, los 50 sabios
elegidos por el Emperador fueron convertidos al cristianismo provocando la ira
de Majencio quien los hizo ejecutar. El Emperador, seducido por su belleza,
trató de convencerla con promesas, pero al no lograrlo mandó azotarla y después
la encerró en prisión. En el calabozo fue visitada por la emperatriz, deseosa
de ver a una mujer tan extraordinaria, le acompañó el jefe de las tropas,
Porfirio, que también se convirtió junto con otros 200 soldados. Según cuenta
la “passio”.
Cansado el Emperador de que sus promesas no tuviera el éxito
esperado en Catalina, mandó que fuera torturada con una máquina formada por una
rueda guarnecida con cuchillas afiladas. Al tocar el cuerpo de Catalina las
cuchillas estas se doblaron sin ocasionarle ningún mal. Tras este fracaso
Majencio la hizo decapitar, al igual que a Porfirio y a cuantos se convirtieron
al cristianismo de sus soldados.
Capilla de Santa Catalina de Alejandría
Catedral de CUenca
|
Cuanta la leyenda que su tumba fue encontrada al pie del Monte
Sinaí, en el monasterio que lleva su nombre. Se dice que fueron los monjes
quienes encontraron una gruta en la montaña, hallando en ella el cuerpo intacto
de la Santa, que había sido depositado allí por los ángeles. Por este motivo se
iniciaron peregrinaciones de todo el mundo.
Su fiesta de recordatorio se celebra el día 25 de noviembre. Fue
la Santa más representada en el arte después de la Virgen María en el
renacimiento.
Al leer la biografía de la Santa nos encontramos con la palabra “passio”. He de decir que la “passio” es una obra originl griega que
fue escrita entre los siglo VI-VIII, se cree que el redactor fue un monje del
Sinaí, conocedor de los santos lugares. Esta narración fue considerada como una
biografía histórica y contribuyó, en gran medida, a la difusión del culto de la
Santa Catalina.
Como estudioso de la iconografía diré que los instrumentos del
martirio, la rueda y la espada, y los signos de realeza y sabiduría, que son la
corona y el libro, prácticamente aparecen en todas las pinturas y esculturas.
Sin embargo, el signo más característico es la rueda con calvos y sierras, como
instrumento utilizado en su martirio. Ello ha llevado a utilizarla como patrona
todos aquellos artesanos que trabajan con rueda como; los carreros, molineros,
traperos, hilanderas, ciclistas, relojeros, que una de las ruedas base del
reloj le pusieron el nombre de “rueda catalina” en su honor. También es tomada
como patrona de los escolares y estudiantes, de los filósofos.
Como al principio del artículo
decía, la capilla dedicada a la santa en la Catedral de Cuenca fue construida a
mediados del siglo XV y modificada su entrada principal en el siglo XVI con los
dos arcos de medio punto. Sobre el año 1525 se hizo el retablo, reformado en el
año 1598, cuando compró la capilla D. Luis de Guzmán, regidor de Cuenca.
Lo más destacado es la tabla
central que representa el martirio de Santa Catalina. La composición en planos
escalonados es de estilo italiano. Lo elevado del paisaje, el duro plagado del
manto de la Santa y la aspereza de los rostros lo relaciona con la escuela
hispanoflamenta.Invito hacer una visita a esta rica capilla que pasa desapercibida pero que es grande tanto por la Santa que la preside como por el retablo y altos relieves que posee.
Cuenca, 19 de noviembre de 2017
José María Rodríguez González. Profesor
e investigador histórico.
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