miércoles, 18 de junio de 2025

La Santa de la Eucaristía. Santa Juliana de Falconieri. Festividad del 19 de junio.

Santa Juliana de Falconieri
Hoy 19 de junio se celebra la festividad de Santa Juliana de Falconieri. Si me pongo ahora a escribir sobre ella es porque tiene que ver mucho con la Eucaristía, y coincidiendo hoy con el día del Corpus Christi viene muy bien recordar el milagro que se obra en ella con relación a la Sagrada Forma de la Eucaristía.

La Santa Nació en Florencia. Esta ciudad me resulta familiar por las dos veces que he disfrutado de la belleza de sus calles junto con el arte que en ellas se muestra. Juliana nació en el seno de la noble familia de los Falconieri, en el año 1270 y murió en el año 1341, Su tío Alejo de Falconieri, fue uno de los fundadores de la Orden de los Servitas.

Por influencia del tío se consagró Juliana, ya desde su juventud, a las prácticas de la vida de perfección cristiana. Hacia el 1385, cuando murió su padre, recibió de San Felipe Benicio, general de los servitas, el hábito de la Tercera Orden. De la cual fue fundadora y superiora durante 35 años.
La austeridad de la Santa y su devoción a la Sagrada Eucaristía fueron extraordinarias. Ayunaba los lunes en ofrenda de las almas del Purgatorio y los miércoles y viernes no recibía más alimento que el espiritual de la Eucaristía. Los sábados ayunaba a pan y agua en honra de la Virgen María.

A la edad de 71 años le llegó su última hora y no quisieron darle la sagrada Comunión a causa de los vómitos de sangre que padecía. Dios entonces, para complacer a su sierva, hizo un milagro en los anales de la Eucaristía. Rogó la Santa al sacerdote que acercase a su pecho la Sagrada Forma y todos los presentes pudieron ver cómo la Hostia quedaba primero pegada al pecho de la Santa y luego desaparecía, como si se hubiera abierto una puerta para aquel corazón tan lleno de Cristo, muriendo  en ese mismo instante. Era el 19 de junio de 1341.
Feliz día del Corpus Christi.

Publicado en Cuenca, 19 de junio de 2019. También publicado el 19 de junio de 2025.
Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

Corpus Chisti, 19 de junio, el misterio del día.

     Celebramos en este día una de las festividades más conmovedoras y populares del culto católico.

Fue instituida esta fiesta en el siglo XIII, aunque es tan antigua como la Iglesia, el mismo Jesucristo instituyó la fiesta del Santísimo Sacramento la tarde de la última Cena, vísperas de su muerte. Los cristianos no han dejado de solemnizar el aniversario de este magno acontecimiento el día de Jueves Santo.

A principios del siglo XIII, el monasterio de Monte Cornillón, cerca de Lieja, tenía de priora a una santa monja llamada Juliana. Ella fue el instrumento de que se valió el Señor para la institución de la fiesta que celebramos hoy. La virtud que caracterizada a esta monja era un amor extraordinario al Santísimo Sacramento. De tal manera que encendía su corazón en santos ardores durante el augusto sacrificio, que quedaba como arrobada en éxtasis cada vez que a él asistía; cada comunión era para ella manantial de nuevas gracias y consuelos. A la edad de 16 años tuvo varias veces una visión muy singular. Parecía ver la luna llena que brillaba esplendorosamente, pero tenía un ligero entrante en su circunferencia.

Esta rara visión se le presentaba a cada momento, en el sueño como en la oración. Dos años estuvo luchando para rechazarla, pero en balde; temió incluso que fuera una tentación del demonio, y suplicó al Señor con fervientes oraciones que la librase de ella.

Finalmente, el Señor le descubrió el significado de aquel enigma; cierto día que rezaba Juliana con angelical devoción, oyó una voz interior que le dijo: “Juliana, la luna que ves representa a la Iglesia, y el entrante señalado en el disco significa que falta una solemnidad en el ciclo litúrgico, la del Santísimo Sacramento”.

“Quiero –añadió el Señor- que se establezca una fiesta especial para honrar el Sacramento de mi cuerpo y de mi Sangre. A ti te elijo para que des a conocer la necesidad de esta fiesta y para que tú te ocupes de ella la primera”.

Señor –respondió la monja-, yo, la ínfima  de vuestras criaturas, nada podré para llevar adelante esta magna empresa. Señor mío, pedir esta ayuda a varones santos y letrados, y quitadme de encima esta preocupación.

-Tú darás comienzo a esta obra -repuso el Señor- y otras personas sencillas y humildes la llevarán adelante.

Puestas las autoridades eclesiásticas al tanto de las revelaciones, entre ellos Santiago Pantaleón, más tarde Papa con el nombre de Urbano IV, habiendo orado y estudiado con detenimiento el asunto, juzgaron el celebrar la festividad del Santísimo Sacramento con mayor pompa que hasta ese momento.

En el año 1246, Roberto de Torote, obispo de Lieja, mandó que en su diócesis se celebrase una fiesta del Santísimo Sacramento el jueves siguiente a la octava de Pentecostés.


Publicado en Cuenca, 3  de junio de 2020. y el 19 de junio de 2025.

Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

____________

Fuentes consultadas:
Festividades del año Litúrgico. Dr. Vicente Tena. Huesca. 1945.


CORPUS CHISTI


Origen e institución de la festividad


Año tras año las ciudades y pueblos se asocian en un magnífico arranque de fervor y tributan a Jesús Sacramentado el homenaje anual  de tan tradicional abolengo.

Siempre pensé que fui un niño privilegiado al poder disfrutar de todos los acontecimientos que se realizaban en la parte antigua de la ciudad, como era el poder ver desde el balcón, de la casa de mis abuelos, los desfiles procesionales que discurrían por la calle de Alfonso VIII. 
Una de las procesiones que más me impresionaron de niño fue la del Corpus Chisti con ese sin fin de seminaristas y feligreses que acompañaban a la procesión de la Custodia con la Hostia consagrada en el centro.
"Mucha debe ser la Fe que uno profese para la creencia de que Jesús se halle en ese círculo". Ese comentario inocente que puede darse en cualquier niño o adulto, fue lo que hizo que mi Abuelo Sabino me sacara de la duda y hoy vísperas de este acontecimiento festivo quiero trasmitiros.

Esperando el discurrir del cortejo procesional por la calle de Alfonso VIII y viendo mi abuela que estaba jugueteando con los faldones de la mesa camilla que había en la habitación, llamó a Sabino para que me entretuviera y así hacer tiempo hasta su llegada.

¿Qué pasa Josemari que me dice tu abuela que estás dando guerra? ¿Sabes que procesión vas a ver? Sí, contesté muy ligeramente, pero no entiendo porque llevan la hostia consagrada en una casita de plata con campanillas. Sin dejar de mirarme y poniéndome su mano en mi hombro me dijo:

La festividad del Corpus Christi es tan antigua como la Iglesia, a decir verdad fue el mismo Jesucristo quien instituyó la fiesta del Santísimo Sacramento, la tarde de la última Cena, vísperas de su muerte. Eso ya lo sabía. Pero ¿no sabes alguna historia sobre esta procesión?

Bien Josemari, te contaré la historia de la monja Juliana. – Abuelo, ¿te has inventado ese nombre para que coincida con el nombre de mi padre? No, es que se llamaba realmente así; prosiguiendo su explicación:

En los albores del siglo XIII, en el monasterio de Monte Cornillón, cerca de Lieja (Francia) estaba de priora la monja Juliana que era una monja humilde, piadosa, inocente y llena de virtudes, se caracterizaba por su amor al Santísimo Sacramento. Cuando comulgaba quedaba como arrobada en éxtasis, la comunión era para ella un manantial de gracias y consuelos. Desde los dieciséis años tenía una visión  que se le repetía continuamente, creía ver una luna llena que brillaba esplendorosamente, pero tenía un ligero entrante en su circunferencia, como si le hubieran dado un “bocao”. Dos años estuvo intentado quitársela de su cabeza, pero el esfuerzo era en balde. Cierto día que estaba Juliana rezando en la capilla del convento oyó una voz interior que le dijo: “Juliana, la luna que ves representa a la Iglesia y el entrante señalado en el círculo significa que falta una solemnidad en el ciclo litúrgico, la del Santísimo Sacramento” pidiéndole que se encargara ella de hacer que se instituyera la festividad del Cuerpo y Sangre de Jesús.

Ella no sabía cómo llevar a cabo tal petición, pasaron más de veinte años  silenciándola  hasta que habló con Juan de Lausana, canónigo de San Martín y este comunicó a varios teólogos las visiones de Juliana, entre ellos al arcediano de Lieja, Santiago Pantaleón y más tarde al mismo Papa  Urbano IV y todos decidieron celebrar la festividad del Santísimo Sacramento con mayor lustre y pompa.

En el año 1246, Roberto de Torote, Obispo de Lieja, mandó que en su diócesis se celebrara una fiesta del Santísimo Sacramento el jueves siguiente a la octava de Pentecostés, pero murió ese mismo año sin llevar lo acabo. Al año siguiente en 1247, los canónigos de Lieja determinaron  celebrar por primera vez esta solemnidad el jueves señalado por el difunto prelado. Por más de medio siglo se celebró la fiesta del Santísimo Sacramento únicamente en la diócesis de Lieja.

La monja Juliana murió sin terminar la misión encomendada, pasando el testigo a su compañera de convento llamada Eva, que también conocía a Urbano IV, cuando fue arcediano de Lieja.

Realmente fue el milagro de Bolsena, localidad de Italia, quien hizo entrar al Pontífice de lleno en la idea de la institución de la festividad.
El milagro Eucarístico de Bolsena (Italia) 

Estaba un sacerdote celebrando misa en la iglesia de Santa Cristina de Bolsena, cuando de pronto le asaltaron dudas sobre la presencia real de Jesús en la sagrada Hostia. Al romperla antes de la comunión, quedó maravillado viendo que se mudaba en sus manos en carne viva de la que goteaba abundante sangre. El corporal quedó pronto empapado en ella; varios purificadores con los cuales quiso el sacerdote secar y contener aquel misterioso derramamiento, se llenaron también de manchas de sangre.

Desvaneciéndose con esto las dudas del celebrante, el cual quedó tan sobrecogido de espanto, que no pudo terminar el santo sacrificio. Envolvió en el corporal la Hostia transformada en carne, bajó del altar y se fue a la sacristía. En el camino y a la vista de los fieles cayeron al suelo grandes gotas de sangre que todavía salía de los corporales.

Hallábase a la sazón el Sumo Pontífice Urbano IV en Orvieto a seis millas de Bolsena. El sacerdote corrió a echarse a sus pies y le declaró sus dudas y el insigne milagro que las había desvanecido. El Papa envió inmediatamente a Bolsena para cerciorarse del suceso a dos grandes de la Iglesia como eran Tomás de Aquino y  Buenaventura que llegarían a ser santos.

Confirmada ya la veracidad del milagro, mandó el Pontífice al Obispo de Orvieto que fuese a buscar solemnemente a la iglesia de Santa Cristina la Hostia adorable, las corporales y demás ropas empapadas en la preciosa Sangre. El mismo Urbano IV con su corte de cardenales, prelados y una inmensa muchedumbre de fieles salieron a recibir al Santísimo Sacramento hasta una distancia como de un cuarto de milla de la ciudad. Los niños y jóvenes llevaban palmas y ramos de olivo; todos cantaban himnos y cánticos; el Papa recibió de rodillas aquel tesoro y lo llevó triunfantemente hasta la catedral de Santa María de Orvieto. Esa fue la primera procesión solemne del Santísimo Sacramento.

Al año de publicar la Bula  murió Urbano IV. Transcurrieron cuatro años y Clemente V, elegido Papa en el año 1305, infundió nueva vida a la Bula de Urbano IV y confirmó la institución de la festividad de Corpus. Su sucesor Juan XXII, puso todo el empeño en hacer cumplir los decretos de Clemente V: Martín V y Eugenio IV completaron la obra, enriqueciendo con indulgencias la nueva festividad.

Se oían las trompetas y los tambores que anunciaban la proximidad del cortejo procesional cuando nos asomamos al balcón para verlos pasar. Ese año comprendí por vez primera la gran suerte que tenemos los cristianos de tener entre nosotros al mismo Cristo en la celebración de la Santa Misa.

Cuenca, 20 de mayo de 2016 y el 19 de junio de 2025.

José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.
_________________ 
Fondo docimenal:
"Legado de embrujo y leyenda" 2021. Autor: José María Rodríguez González


martes, 17 de junio de 2025

San Efrén, diácono y doctor de la Iglesia (306-373). Festividad del 18 de junio.

   Nació en Nisibe, siendo emperador Constantino, sobre el año 306. Sus padres, según los datos más probables, eran cristianos y lo educaron desde la juventud en el santo temor de Dios.

Su obispo Jacobo lo llevó consigo al Concilio de Nicea y le entregó una escuela en Nísebe. Por los años 338, 346 y 350, en los que Nísibe se vio gravemente amenazada por Sapor II, desplegó una actividad verdaderamente salvadora.
San Efrén.

Cuando por la paz de Joviniano vino Nísebe en 363 a manos del rey de Persia, san Efrén, con la mayor parte de los cristianos, dejó su patria y buscó albergue en el territorio romano. Al fin se fijó en Edesa, donde escribió la mayor parte de sus obras.

Se cree con fundamento que vivió de ordinario como ermitaño en un monte, donde recogió alumnos y de donde bajaba a la ciudad con fines apostólicos.

En el año 370 visitó Cesarea de Capadocia para conocer personalmente a san Basilio, que llenaba con su nombre toda la cristiandad. San Basilio le ordenó de diácono, aunque nunca ejerció como tal. Su muerte se supone que fue en el año 373.

La fiesta de san Efrén es muy reciente en el Misal Romano; data del año 1918, cuando Benedicto XV lo declaró Doctor de la Iglesia Universal.

San Efrén fue un gran campeón de la virtud católica contra las súbdolas maquinaciones de la herejía arriana y por eso desde muy antiguo, sobre todo Oriente, tuvo fama de doctor y maestro universal.

No solamente los sirios, más también los bizantinos, los eslavos, los armenios y los coptor aceptaron sus libros litúrgicos muchas de las composiciones poéticas del diácono de Edesa, “la cítara del Espíritu Santo”.
Al magisterio universal de San Efrén sólo faltaba el último sello, que Roma nada más podía poner. Esta ratificación oficial vino en el año 1918, centenario de la muerte de San Jerónimo, con quien guarda gran parecido. El mismo San Jerónimo confiesa la gloria y mérito de San Efrén, su nombre como santo y sabio era tan grande, que en muchas iglesias se leían sus escritos después de las Sagradas Escrituras.
Cercano a la la muerte, teme la admiración de los ciudadanos de Edesa y les pide una sepultura humilde. Su muerte se supone sobre el año 373.

Publicado en Cuenca, 18 de junio de 2020. Actualizado el 18 de junio de 2025.

Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

_____________

FUENTES CONSULTADAS:
-Año Cristiano para todos los días del año. P. Juan Croisset. Logroño. 1851.
-La casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.
-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.




España también era merecedora de una aparición Mariana. 18 de junio.

 Un día como hoy 18 de junio, en una pequeña aldea de Cantabria llamada San Sebastián de Garabandal, en el año de 1961, se apareció la Virgen del Carmen, con la particularidad que el 18 de junio, tal día como hoy, se aparecía el Arcángel San Miguel para anunciar la llegada de la Virgen, como una preparación de su venida.


¿Pero a quienes se les apareció? Siempre la inocencia de las niñas es la prioritaria de la Virgen, en esta ocasión fueron niñas de corta edad, sus nombres: Mari Cruz González de 11 años y Conchita González, Mari Loli Mazón y Jacinta González de 12 años.

Las niñas salieron a coger manzanas  y entretenidas, sentadas en unas piedras comían los deliciosos  frutos cogidos de la huerta de su maestro sin permiso, cuando un gran ruido, como un trueno, les hizo prestan atención hacia su procedencia, en ese momento un ser de luz, se les hizo presente, dejando de verse en unos segundos. Las niñas salieron corriendo asustadas. En los días sucesivos, el Ángel volvió hacerse presente hasta que las niñas perdieron el miedo y fue el en octavo día cuando San Miguel les comunicó que el uno de julio se les aparecería la Virgen bajo la advocación del Carmen.

Las niñas comunicaron lo sucedido a sus padres quienes lo pusieron en comunicación de su párroco. El 2 de julio de 1961, fueron muchas las personas que se juntaron para presenciar el acontecimiento, entre ellos varios sacerdotes. Sobre las seis de la tarde, las niñas se encaminaron al sitio del encuentro, donde se las había aparecido el Ángel y poco antes de llegar, la Virgen se les apareció acompañada de dos ángeles, uno a cada lado de Ella.

Reconocieron de inmediato las niñas a San Miguel y a la altura de la Virgen se percibió un ojo grande, el Ojo de Dios, que es el símbolo de la constante Misericordia de Dios sobre el género humano. Se entabló un sencillo diálogo entre la Madre de Dios y las niñas, la Virgen les enseñó a rezar el rosario para que fueran ellas quienes lo rezaran con frecuencia.

El primer mensaje de la Virgen: 

"Hay que hacer muchos sacrificios y mucha penitencia y tenemos que visitar mucho al Santísimo. Pero antes tenemos que ser muy buenos. Y si no lo hacemos nos vendrá un castigo. Ya se está llenando la copa y si no cambiamos nos vendrá un castigo muy grande". La Santísima Virgen comunicó su "segundo mensaje" cuatro años después, hacia el final de las apariciones. Nuestra Señora le dijo a Conchita en enero, de 1965 que el Arcángel San Miguel se aparecería el 18 de junio y le daría un mensaje en su nombre, a todo el mundo. Por mediación de San Miguel, Nuestra Señora se quejó de que no se hubiere hecho caso a su primer mensaje y advirtió al mundo que éste sería el último. Dijo la Virgen:

"Como no se ha cumplido y no se ha hecho conocer al mundo mi mensaje del 18 de octubre, de 1961, os diré que éste es el último; antes la copa se estaba llenando ahora está rebosando. Los sacerdotes van muchos por el camino de la perdición, y con ellos llevan a muchas más almas. A la Eucaristía cada vez se le da menos importancia. Debéis evitar la ira de Dios sobre vosotros con vuestros esfuerzos. Si le pedís perdón con vuestras almas sinceras El os perdonará. Yo, vuestra Madre, por intercesión del Ángel San Miguel, os quiero decir que os enmendéis. Ya estáis en los últimos avisos. Os quiero mucho y no quiero vuestra condenación; pedidnos sinceramente y nosotros os lo daremos, debéis sacrificaros más; pensad en la pasión de Jesús".

"La copa se está llenando".  El pecado no está en desacatar el mensaje de Garabandal sino en rechazar el Evangelio que nos comunicó Jesucristo por no vivirlo de corazón. Sin la redención de Cristo vamos a la perdición.  Garabandal no dice, ni puede decir, nada nuevo.  Es un aviso sobre la importancia de vivir la fe que ya se nos ha dado en la Iglesia.

"Yo, vuestra Madre", la Santísima Virgen se presenta como Nuestra Madre, confirmando lo que ya Cristo en la cruz nos había legado: "mujer, ahí tienes a tu hijo" (Jn 19, 26); y nos pide e insiste que nos sacrifiquemos más y que meditemos la pasión de Su Hijo y volvamos a la Eucaristía con fervor.

Tal es la situación, que el Papa Pablo VI habló en enero, de 1976 sobre "la traición de los clérigos". También en otra ocasión dijo,"se creía que después del concilio vendría un día de sol para la historia de la Iglesia, pero por el contrario, ha venido un día de nubes, tempestad y oscuridad, porque ha intervenido el poder adverso: Satanás" (29-6-1972). "A la Eucaristía cada vez se le da menos importancia", anuncio profético que ha llevado a una perdida de la fe en la presencia real de Cristo y a una irreverencia al celebrar los Santos Sacramentos por parte de los sacerdotes.

El 1 de enero, del año 1965, Conchita tuvo una nueva aparición de la Señora quién habló del "aviso" para que el mundo se enmiende.

Conchita nos dice: "No puedo decir en qué va a consistir, pues Ella no me ha ordenado decirlo. Y ¿cuándo será?, no me lo ha dicho, así que no lo sé. Si sé que será visible para todo el mundo; será obra directa de Dios y tendrá lugar antes del milagro. Yo no sé si morirán personas. Únicamente pueden morir, al verlo, de impresión."

En una de sus cartas habla así sobre el aviso:

"Ese aviso es como un castigo, para los buenos y los malos: para los buenos, para acercarlos más a Dios y para los malos, para anunciarles que viene el fin de los tiempos y que estos son los últimos avisos."

Durante los cuatro años siguientes se siguieron dando estas apariciones, hasta el 13 de noviembre de 1965, en ocasiones varias veces al día, hasta un número superior a dos mil.

Cuenca, 18 de junio de 2023 y el 18 de junio de 2025.

José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

lunes, 16 de junio de 2025

San Gregorio Barbarigo (1625-1697). Festividad el 17 de junio.

    Veneciano de una gran familia senatorial, muy pronto quedó huérfano de madre, y su padre cuidó de darle una esmeradísima educación. Aún no tenía veinte años cuando acompañó al embajador Contarini al congreso de Munster, y allí conoció al nuncio de la Santa Sede, Fabio Chigi, quien influyó mucho en él.

A su regreso fue magistrado, pero le atraía la vida religiosa y estuvo a punto de hacerse carmelita, hasta que decidió ingresar en el clero secular e inició sus estudios en Padua. En 1655 era sacerdote, y enseguida le llamó a Roma su consejero de Munster, que era ahora el Papa Alejandro VII.

Nombrado obispo de Bérgamo, encontró una diócesis muy abandonada, que transformó por completo con su ejemplo de austeridad, la fundación de un seminario y la solicitud con que atendía a su grey. Más tarde, siendo ya cardenal, pasó a obispo de Padua, lugar de proverbial relajación de costumbres, donde repitió en mayor escala la labor  reformista inspirada en san Carlos Borromeo.

Obispo popularmente famoso por el caudal de limosnas que repartía y por la severidad con que reprimió abusos ya muy antiguos (tuvo que meter en cintura a muchas monjas y cerrar los locutorios de los conventos en los días de carnaval), hizo frente a varias rebeliones de canónigos, le dispararon pistoletazos y un párroco fijó en lugares públicos una violenta sátira contra él. Como se ve, no siempre los prelados que aplicaban las normas de Trento gozaban del beneplácito general. Murió con merecidísima fama de santo y fue canonizado en 1960.Se celebra su festividad el 18 de junio.

Cuenca, 17 de junio de 2020 y el 17 de junio de 2025.

José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

_____________

FUENTES CONSULTADAS:
-Año Cristiano para todos los días del año. P. Juan Croisset. Logroño. 1851.
-La casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.
-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.






San Gregorio Barbarigo, obispo y cardenal (1625-1697). Hoy celebramos su festividad, 17 de junio.

“Fue un prelado modelo en el sentido más justo y amplio de la palabra”.
San Gregorio Barbarigo nació en Venecia el 16 de septiembre de 1625 y murió en Padua el 18 de junio de 1697. Hizo sus estudios en la célebre Universidad de Padua y al principio desempeñó importantes misiones diplomáticas, pero la voz de Dios le hizo cambiar de rumbo y en 1655 se ordenó de sacerdote en Venecia. Había tenido como mentor espiritual a Fabio Chigi, que lo conocía muy a fondo y, apenas ocupó la Cátedra de San Pedro con el nombre de Alejandro VII lo llamó a Roma y lo tomó como prelado doméstico. En el año 1657 fue nombrado obispo de Bérgamo y creado cardenal en el año 1660. A los tres años, en 1663, pasó a Roma como cardenal de Curia y al año siguiente se encargó de la diócesis de Padua. La actividad pastoral que había desarrollado en Bérgamo adquirió proporciones mayores en Padua. Las limosnas y la beneficencia, el cuidado de los seminaristas fueron sus dos distintivas. Procuró un buen edificio para el seminario de Padua y fomentó los estudios de latín y griego, con nuevas reglas y métodos de estudio.

En 1687 fundó al lado del seminario una magnífica tipografía para la impresión de textos escolares, de clásicos, de Santos Padres, y procuró que tuviera tipos griegos, árabes, siriacos, armenios y hasta persas. El Santo miraba a las regiones del Oriente, cuna del cristianismo, alargándoles la mano para su unión con la Iglesia Madre de Roma. Tomó parte en los Cónclaves de 1667 y 1669, donde fueron nombrados papas Clemente IX y Clemente X. En el Cónclave de 1676 algunos cardenales propusieron su candidatura, pero el Santo logró centrar los votos de la mayoría en Inocencio XI. En 1689 su elección para Papa parecía segura; su humildad y diplomacia logró sacar adelante la candidatura de Alejandro VIII. En 1691 asistió a un nuevo Cónclave y obtuvo hasta 35 votos. Murió en el año de 1697 y el 20 de septiembre de 1761 era beatificado por Clemente XIII. Fue Juan XXIII quien lo elevó al honor supremo de Santo. Se decía de él: “fue un prelado modelo en el sentido más justo y amplio de la palabra”.


Fue un obispo que no se achicó ante las dificultades, pues tuvo que meter en cintura a muchas monjas y cerrar los locutorios de los conventos en los días de carnaval, hizo frente a varias rebeliones de canónigos, le dispararon pistoletazos y un párroco fijó en lugares públicos una violenta sátira contra él. Como se ve, no siempre los prelados que aplican las normas de Trento gozaban del beneplácito general. Murió con merecidísima fama de santo y fue canonizado en 1960.
Publicado en Cuenca, 17 de junio de 2019. Actualizado el 17 de junio de 2025.
Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

Inmaculado Corazón de María Santísima. Festividad del 28 de junio.

     Esta festividad se celebra al día siguiente de la festividad del Sagrado Corazón de Jesús, que se celebró ayer, 16 de junio.

Dios, cuya bondad y misericordia son infinitas, para manifestar su gloria y salvar a los hombres de sus faltas y pecados, decidió la Encarnación de su Hijo, y señaló al mismo tiempo la criatura privilegiada que ostentaría en el mundo la incomparable dignidad de Madre de Aquél que en eterno objeto de las complacencias del Padre. La escogida para misión tan sublime no fue otra que la Virgen María, y para que se pudiera condignamente desempeñarla, la Santísima Trinidad se adelantó a colmarla de todas las gracias espirituales y corporales. La preservó en su Concepción de la culpa original, y aun no había visto la luz del día aquella obra maestra del Espíritu Santo y era ya las delicias del cielo.


Es San Lucas en su evangelio quien nos narra que “María guardaba todas estas cosas en su corazón” (Lc. 2, 51) con relación a la infancia de Jesús, ella fue una excelente educadora, pues los dones especiales que recibió la hacían apta para desempeñar la misión de madre y educadora junto con san José, son los que introducen a Jesús en los ritos y prescripciones de Moisés sin necesidad de corregir y sólo ayudando a Jesús a crecer “ en sabiduría, en edad y en gracia” (Lc.2, 52).

Santo Tomás nos recuerda que cuando damos culto al Corazón Inmaculado de María honramos a la persona misma de la Santísima Virgen. Al dar culto a un órgano del cuerpo se dirige a la persona. El amor al Corazón de María se dirige a la persona de la Virgen, significado en el Corazón.

Si repasamos las distintas culturas anteriores a la nuestra podemos ver que simbolizan el amor en el mismo corazón, motor de la vida. Al centrarnos en el corazón de María honramos su santidad, sus virtudes y toda su grandeza y hermosura, su amor a Dios y a su Hijo Jesús quien redimió con su sangre a los hombres.

La devoción al Corazón Inmaculado de María se extiende desde el siglo I, la Theotokos, la Maternidad divina, como réplica a la herejía de Nestorio. En el siglo XIII, la devoción del Rosario- En el siglo XIX, la Asunción y la Inmaculada. A mediados del siglo XIX se fue extendiendo la devoción al Inmaculado Corazón de María, adelantada por San Bernardino de Sena y San Juan de Ávila; en el siglo XVII, fue su defensor San Juan Eudes.

Más cerca a nuestros tiempos san Antonio María Claret, funda la Congregación de los Misioneros del Inmaculado Corazón de María, y en el siglo XX alcanza su cenit con la aparición de la Virgen de Fátima y la consagración del mundo al Corazón Inmaculado de María.

El Papa Pío XII hizo oficial a toda la Iglesia esta devoción y después fue Pablo VI y, sobre todo, Juan Pablo II, que se declara milagro de María: “Santo Padre –le dijeron en Brasil-; Agradecemos a Dios, sus trece años de pontificado”. Y contestó, tres años de pontificado y diez de milagro. El ha sido el Pontífice que ha acertado a cumplir plenamente el deseo de la Virgen, cuyos resultados se han visto con el derrumbamiento del marxismo y la conversión de Rusia.

San Juan Pablo II consagró el mundo al Inmaculado Corazón el 25 de marzo de 1984. Y hay que considerar que en 1917, durante las apariciones de la Virgen María en Fátima a los tres pastorcillos, Ella pidió la consagración del mundo a su Inmaculado Corazón, la difusión de esta devoción, así como el rezo diario del Santo Rosario.

No olvidemos el pedir el cese de las hostilidades en Ucrania y que reine la Paz en el mundo.

Cuenca, 17 de junio de 2023 y el 28 de junio de 2025.

José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

domingo, 15 de junio de 2025

San Juan Francisco Regis (1597-1640). Festividad del 16 de junio

El apóstol de Languedoc, que se consagra a rehacer la fe y las costumbres. Su sueño era evangelizar el Canadá francés.

   Nació el 31 de enero de 1597 en Foncouvert del Languedoc, diócesis de Carcasona. Sus padres, ricos propietarios, se distinguían principalmente por la firmeza de su fe, en una época donde dominaban los herejes.

Frecuentó el colegio de los jesuitas de Béziers desde el 1611. Sus devociones predilectas fueron la Virgen, la Eucaristía, el Ángel de la Guarda y los pobres. Perteneció a la Congregación Mariana del colegio y se consagró a la Madre de Dios.

Entró en el noviciado de la Compañía de Jesús el 8 de diciembre del año 1616, en Tolosa. En el año 1628, por petición propia, abrevió los estudios para adelantar las órdenes y asistir a los afectados por la peste en su ciudad. Celebró su primera Misa el día de la Santísima Trinidad en el año 1630. Dos años después fue destinado a la residencia de Montpellier y en 1633 inauguraba las misiones rurales, que iban a ser su labor apostólica. Hasta el 1636 trabajó en la diócesis de Viviers; luego, en la Puy hasta 1640, fecha de su gloriosa muerte.

Con un bordón de peregrino y envuelto en un pobre manteo recorría montes y campos en invierno sobre la nieve y en verano bajo los rayos abrasadores del sol. Allí donde había una casa que visitar, una miseria que socorrer, o un corazón  que consolar y abrir para Dios, llegaba siempre el misionero por senderos inverosímiles..

Había en Puy, en un barrio extremo, un pobre con llagas abandonado de todos. Juan fue a visitarlo enseguida, le limpió los harapos, le lavó las llagas, le procuró cama y ropa, y todos los días le llevaba comida. A las muestras de gratitud del enfermo, el Santo respondía: “Yo soy quien debo darte las gracias, pues es mucho lo que gano con servirte. Lo que siento es haber empezado tan tarde a cuidar de ti”.

La vida tan dura no podía prolongarse mucho. El 21 de diciembre del año 1640 empezaba su última misión. Por la nieve perdió el camino y tuvo que pasar la noche bajo un cobertizo, donde no había ni un poco de paja para aislarse de la humildad y del frio. Eso noche tan fría trajo consigo una pulmonía, no obstante siguió adelante con su misión, llegando el día 24 de diciembre, día de Navidad, predico y confesó. El 26 celebró la última misa. No se pudo sentar en el confesionario y se puso en una silla detrás del altar. No pudo aguantar más. Se desmayó y sólo así pudieron llevarle a la cama.

Con los ojos fijos en el crucifijo, a quien tantas veces había pedido el martirio entre los infieles, le ofrecía su vida gastada toda ella en aras de la caridad más pura. Unos minutos antes de la medianoche, del 31 pudo decir todavía al hermano que lo asistía: “¡Hermano mío! ¡Qué felicidad!¡No sabe cuán contento muero! Veo a Jesús a María que me abren las puertas del cielo”. Repitió una vez más: “Señor, en tus manos encomiendo mi espíritu”, y dejando caer la cabeza, expiró.

Moría en el campo de batalla. El pueblecito de Louvese, donde misionaba, se iba a hacer célebre por el sepulcro del Santo. Actualmente los peregrinos que visitan su tumba pasan de setenta mil y todos se llevan siempre las mismas impresiones: una paz serena y durable, la paz que da Dios, por sus Santos.

Publicado en Cuenca, 16 de junio de 2020 y el 16 de junio de 2025.

Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

_____________

FUENTES CONSULTADAS:
-Año Cristiano para todos los días del año. P. Juan Croisset. Logroño. 1851.
-La casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.
-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.




sábado, 14 de junio de 2025

Santa María Micaela del Santísimo Sacramento (1809-1856).

La festividad del 15 de junio nos trae una santa madrileña.

   La llamada Madre Sacramento, en el mundo María Micaela Desmaisières López de Dicastillo, vizcondesa de Corbalán, es la imagen de la santidad moderna perseguida y calumniada por los buenos. Los buenos son obispos, confesores, católicos practicantes, gentes que estaban en paz con su conciencia y que creían obrar bien de este modo.

De esta madrileña de la alta nobleza, alumna de las monjas más selectas de Pau, criada en un gran palacio de Guadalajara, hermana de un ilustre diplomático en París y otras capitales extranjeras, que frecuentaba la alta sociedad, se esperaba otra cosa: una boda proporcionada a su rango, otras costumbres, una piedad más discreta.

En vez de eso, hacia mediados de siglo se dedica en Madrid nada menos que a las mujeres descarriadas y enfermas, y la llaman loca; se suceden incomprensiones, campañas de prensa, insultos, intentos de asesinato, gravísimas penurias económicas.

Con un pequeño grupo de locas que se unen a ella (siete compañeras) en medio de las dificultades que parecen invencibles, nace en 1859 la congregación de las Adoratrices y esclavas del Santísimo Sacramento y de la Caridad, con la ayuda y el consejo de san Antonio María Claret, instituto que se extiende por toda España.

Desafiando la epidemia de cólera, acudió en auxilio de la casa de Valencia, y allí murió contagiada. Se la canonizó por sus heroicas virtudes en 1924.

Ella escribiendo a sus religiosas les decía: “Difícil encontrar otra fundadora de comunidad que haya sido más acusada, más calumniada y más regañada que yo. Mis acciones las juzgan de la peor manera posible”. Pero también podía repetir las palabras de san Pablo: “Poco me interesa lo que la gente están diciendo de mí. Mi juez es Dios”.

En sus casas mandaba colocar este mensaje de Dios para que no se desanimaran sus religiosas ante la pobreza y en las dificultades: “Mi Providencia y tu fe, mantendrán la casa en pie”.

Publicado en Cuenca, 15 de junio de 2020 y el 15 de junio de 2025.

Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

_____________

FUENTES CONSULTADAS:
-Año Cristiano para todos los días del año. P. Juan Croisset. Logroño. 1851.
-La casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.
-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.


Efemérides conquenses. Legalización, por León X, del convento de las Petras en Cuenca.

     Una breve reseña para recordar que el día 15 de junio del año 1115 el papa León X, bajo Bula, legalizaba el convento de San Lorenzo Justiniano. Esto sucedió en el tercer año de pontificado de León X. Esta Bula de creación y aprobación se despachó en Roma.

Convento de las Petras. Cuenca

Las fundadoras del convento fueron Juana y Aldonza de Arnedo. La primera fundación fue en 1509, con advocación de San Pedro Apóstol, es por ello que se les vienen llamando “Las Petras”, por D. Alonso Ruiz, canónigo de Cuenca.

Retablo del Convento de las Petras. Cuenca

Cuenca, 15 de junio de 2021. Actualizado el 15 de junio de 20025.

José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

viernes, 13 de junio de 2025

San Eliseo (siglo IX a. C.). Festividad del 14 de junio.

Profeta anunciador de Cristo y el primer testimonio escrito de un posible OVNI, al ser elevado desde el suelo por un carro de fuego.

Tremenda figura del Antiguo Testamento, un labrador del que se dice que era hijo de  un tal Safar y que estaba arando con doce yuntas cuando pasó junto a él el profeta Elías y le echó manto por encima, transmitiéndole  así sus poderes sobrenaturales, éste joven labrador era Eliseo.

Después de despedirse de los suyos, Eliseo ofrece un par de bueyes y sigue al maestro, a quien antes de ver cómo era arrebatado al cielo en un carro de fuego (posible OVNI), pide la confirmación de su espíritu de profeta.


El segundo libro de los Reyes dedica diversos capítulos a este hombre fuerte y singular que lucha enérgicamente contra la idolatría y va sembrando su camino de portentos signos del poder de Dios: sanar las aguas, multiplicar el aceite de la viuda, devolver la vida al hijo de una sunamita, purificar la olla, alimentar a los profetas, sanar la lepra a Naamán, proveer de alimentos en estados de sitio a ciudades israelitas, predecir al rey la victoria final sobre siria. Incluso después de muerto siguió realizando prodigios: al contacto de sus huesos, revivió el cadáver de un moabita que por error estaban enterrando en la sepultura de Eliseo. Intervino en la corte, como consejero del rey de Israel. Fuera del país se mostró ardiente defensor del culto de Yahvé.

La iconografía cristiana lo representa con su maestro Elías, en miniaturas para biblias y en el sarcófago del museo de Arles. También aparece en la estatua del crucero norte de la catedral de Chartres. Alonso Berruguete lo representó en un bajo relieve de la sillería del coro de la catedral de Toledo.

Eliseo es como una vaga prehistoria anunciadora de Cristo, anuncia lo sublime desee un mundo todavía lleno de hostilidad e imperfección. En su rudeza quizá lo que mejor recordamos es el inesperado gesto de Elías recubriéndole con un manto, haciéndole suyo y ocultándole a los hombres para meterle en un ámbito sobrenatural que el labrador acepta dócilmente, atendiendo la llamada brusca y definitiva de Dios por la que lo deja todo.

Publicado en Cuenca, 14 de junio de 2020 y el 14 de junio de 2025.

Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

_____________

FUENTES CONSULTADAS:
-Año Cristiano para todos los días del año. P. Juan Croisset. Logroño. 1851.
-La casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.
-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.

jueves, 12 de junio de 2025

San Antonio de Padua, doctor (1195-1231). Festividad del 13 de junio.

“Los trece martes de san Antonio”

Nació en Lisboa el 15 de agosto de 1195 y murió en Padua el 13 de junio de 1231. Su nombre de pila fue Fernando, que luego cambió por el de Antonio, cuando entró en religión. Su padre fue capitán, llamado D. Martín de Bulloes y su madre se llamaba, Dña. Teresa Taveira de Azevedo. Su primera educación la recibió de los canónigos de la catedral de Lisboa. Cinco años más tarde, estando en Coimbra, se decidió a ser misionero y vistió el hábito franciscano. En seguida se embarcó para África, anhelando la gloria del martirio. Una fiebre maligna le obligó a reembarcar hacia España, pero la tempestad lo arrastró hacia Sicilia. De allí pasó a Asís, donde habló con san Francisco, que le obligó a estudiar teología, con el fin de que enseñase después en Francia y en Italia.

Dos cosas sobresalen en la vida de este Santo: el poder grandioso de su oratoria y la fuerza sobrenatural de sus obras. El prodigio y lo extraordinario le acompañan siempre, cuando habla desde el púlpito y cuando anda sobre la tierra o junto a la orilla del mar.

Su celo no le dejaba parar, como si presintiese la brevedad de su vida. Un día en Rimini se encuentra con el desdén y la rebeldía de los hombres, que no quiere oírle. Y se va a la ribera, en el lugar donde el río desemboca en el mar y empieza, sentado, a predicar a los peces: “Hermanos míos los peces, a vuestra manera vosotros también estáis obligados a dar gracias al Creador, que os ha dado por morada un tan notable elemento… Dios vuestro Creador es bueno y liberal…” El prodigio se propagó y entonces acudieron los hombres.

Otro día en Florencia explica el Evangelio: “donde está tu tesoro, allí está tu corazón”. Se celebran las exequias de un poderoso que acababa de morir, conocido en toda la ciudad por su avaricia: “Este rico ha sido precipitado en los abismos de la desesperación y del llanto. Era un avaro miserable, era un Epulón que se olvidaba del pobre Lázaro, tendido a su puerta. Id a su casa, abrid el cofre donde están sus tesoros, y allí, entre sus monedas, encontraréis su corazón todavía”. Estas palabras produjeron un asombro general, que se aumentó ante la realidad del hecho vaticinado.

Se cuenta que en Tolosa, un hereje decía que sólo ante un milagro admitiría la presencia real de Cristo en la Eucaristía. Pensaba dejar tres días a su mulo sin comer; después le ofrecería heno y avena; si se apartaba del pienso para adorar la Hostia consagrada, era señal de que Cristo estaba presente. San Antonio aceptó la prueba. Pasados los tres días, tomó la Hostia en sus manos, la presentó delante del mulo hambriento y el mulo dejó el heno y la avena para postrarse ante el Señor.
El milagro de la adoración.

Desde la resurrección de varios muertos (comprobada jurídicamente con testigos), hasta la sumisión de los elementos, no hay milagro que no obrara san Antonio. Sus contemporáneos lo llamaban el taumaturgo de Padua. Jesús se le apareció visiblemente varias veces, y en especial en figura de Niño hermosísimo.

Además de los milagros, acompañaban a su predicación una voz extensa y clara, una memoria para recordar todos los textos y citas de la Sagrada Escritura, un semblante que ganaba los corazones, un conocimiento extraordinario de la ciencia cristiana y del corazón del hombre.

Profesó una tierna devoción a la Virgen María. A través de los campos, cantaba a la Señora con su bella voz de barítono: “Oh Señora, gloriosa, más alta que las estrellas”.

Los últimos años de su corta vida murió a los 35 años, los pasó en Padua. “¡Oh Padua, Padua, exclama en un sermón cuaresmal, yo estoy loco por ti, yo quiero salvarte, yo quiero iluminarte con la luz de Dios!”.

Poco antes de morir se retiró a una ermita llamada Camprieta y vecina a la ciudad. Vivía en una choza de ramas, envuelta en aromas campestres e idilios de ruiseñores, símbolo del aroma de sus virtudes y del canto espiritual de su alma enamorada del cielo.

Cuando sus ojos quedaron inmóviles, como deslumbrados por el claror de la luz eterna, sus labios aún pudieron decir: “Ya veo a Dios”. Tenía 35 años; era joven y sigue siendo joven, con la juventud de los bienaventurados del cielo y la que le dan siempre los artistas en la tierra.

El año de su muerte fue canonizado. Padua le levantó un magnífico templo y su culto corrió en seguida por toda la cristiandad. Hoy es muy universal la devoción de los trece martes de San Antonio. Pío XII le concedió el título de Doctor al haber dejado varios tratados de ascética y mística y también se llegó aplicar muchos de sus sermones.

Sobre los trece martes de san Antonio diré que es una tradición que los mismos devotos del Santo la practicaron desde el mismo momento de su tránsito. Cuenta la tradición que el martes siguiente a su muerte obró innumerables milagros a cuantos le invocaron, eso conllevó a orar los “trece martes” al coincidir su muerte con el día 13 del mes, para que el santo le concediera su gracia.

Esta práctica se extendió tanto que el Papa León XIII, en junio del año 1898, concedió la Indulgencia Plenaria a todos los fieles que visitaran un templo franciscano, siempre que se cumpliera con las condiciones exigidas para recibir este don, como son: la confesión sacramental, comulgar y rezar por las intenciones del Santo Padre.

El Papa León XIII, en marzo de 1899, enriqueció o amplió la devoción, concediendo la Indulgencia Plenaria por cada uno de los trece martes o domingos consecutivos previos a la solemnidad del Santo, siguiendo con las condiciones expresadas anteriormente.

Publicado en Cuenca, 13 de junio de 2020 y el 13 de junio de 2025.

Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

_____________

FUENTES CONSULTADAS:
-Año Cristiano para todos los días del año. P. Juan Croisset. Logroño. 1851.
-La casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.
-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.


miércoles, 11 de junio de 2025

San Juan de Sahagún (1430-1479). Festividad del 12 de junio.

En sus misas en la consagración se le aparecía Cristo y dialogaba con Él.

Era hijo de hidalgos leoneses, nació en Sahagún, villa de la provincia de León, y de ella tomó su nombre. Pronto por la mansedumbre de su carácter se le vio más inclinado a la Iglesia que a las armas; se  educó en la abadía benedictina del lugar y luego fue paje del obispo de Burgos, el famoso converso Alonso de Cartagena, quien le ordenó de sacerdote, le hizo canónigo y le colmó de beneficios eclesiásticos.

A los  20 años, avergonzado por tantos privilegios y honores, renunció a todo para hacerse simple párroco en Santa Gadea, de allí pasó a estudiar en la universidad de Salamanca, y en esta misma ciudad decidió que sería agustino.

En Salamanca fue muy popular por su talante risueño, su predicación (se le llamaba “el fraile gracioso”), la pureza de su vida y su espiritualidad: sus misas eran interminables –nadie quería ser monaguillo- porque en la Hostia se le aparecía Cristo y dialogaba con Él, olvidándose de los fieles.

Pero en el púlpito hablaba con una libertad y una audacia que le valieron numerosos enemigos; denunciando los abusos de los grandes señores o poniendo paz en las banderías sangrientas que desgarraban Salamanca, se ganó muchos odios, y en diversos lugares como Alba de Tormes se atentó contra su vida.
Uno de los milagros de san Juan de Sahagún.

Se le atribuyen infinitos milagros (hacer cesar una epidemia de peste, salvar a un niño caído en un pozo, resucitar a una niña) y según parece murió envenenado en Salamanca por una mujer que había jurado vengarse cuando fray Juan convenció a su amante para que rompiese sus relaciones con ella, esto sucedió el 11 de junio de 1479. Fue canonizado en el año 1690 por el Papa Alejandro VIII.

Publicado en Cuenca, 12 de junio de 2020 y 12 de junio de 2025.

Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

_____________

FUENTES CONSULTADAS:
-Año Cristiano para todos los días del año. P. Juan Croisset. Logroño. 1851.
-La casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.
-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.


martes, 10 de junio de 2025

San Bernabé. Festividad del 11 de junio.

 San Bernabé recibió una vocación especial para la evangelización en los primeros años de la Iglesia. San Pablo le daba el trato de apóstol que le ha conservado la liturgia. San Lucas nos lo presenta como hombre bueno lleno de fe y del Espíritu.

Era judío de la tribu de Leví, había nacido en Chipre, pero vivía en Jerusalén en el tiempo de la primera predicación apostólica, y allí tenía familia muy cercana, como la madre de San Marcos que era su tía. Pronto se abrió a la gracia cristiana con ardor y generosidad. Poseía un campo en Jerusalén, lo vendió y su importe lo puso en manos de los Apóstoles.

Su nombre era el de José, pero los Apóstoles le llamaban por el sobrenombre de Bárnaba o Bernabé, que quiere decir hijo de la consolación. San Juan Crisóstomo cree que aludían así a la bondad y simpatía de su carácter.

Evangelizó su isla natal y tal vez fue lapidado y quemado por los judíos en Chipre (debido a su supuesta lapidación se le invocaba tradicionalmente como protector contra el granizo). Se le atribuye el haber fundado la iglesia de Milán y es patrón de esta ciudad.

Un cuadro de Veronese evoca una significativa práctica de este misionero, de quien se dice que curaba a los enfermos aplicándoles sobre la cabeza o el pecho el evangelio de san Mateo, del que nunca se separaba, la palabra de Dios que asume poderes taumatúrgicos, salva las almas sin desdeñar la cura de los cuerpos.

Milagro de San Bernabé. Obra de Veronese.

La última parte de la vida de San Bernabé queda en la penumbra. Sin embargo, tuvo que seguir influyendo en muchas Iglesias, aún lejanas. A  finales del siglo I, un cristiano de Alejandría publicaba con su nombre un comentario de texto bíblico, que la tradición conoce con el nombre de Epístola de San Bernabé. Los corintios también lo conocían, y San Pablo les dice que había permanecido como él célibe. Una tradición antigua supone que murió en Chipre, en cuya capital, Salamina, se encontró hacia el año 488 su sagrado cuerpo.

La gloria de San Bernabé es la de haber descubierto el mérito extraordinario de San Pablo presentado a la Iglesia Madre de Jerusalén. Solamente por esto merece la veneración y gratitud de todos los cristianos.

Publicado en Cuenca, 11 de junio de 2021 y el 11 de junio de 2025.

Por: José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

_____________

FUENTES CONSULTADAS:

-Año Cristiano para todos los días del año. P. Croiset. Madrid. 1846.

-La casa de los santos. Carlos Pujol. Madrid. 1989.

-Año Cristiano. Juan Leal, S.J. Madrid. 1961.