La noticia saltó a los medios el martes, día 4 de
febrero, una gárgola se había desprendido cayendo sobre los escalones de acceso
a la Catedral en su parte derecha.
Gárgola Catedral de Cuenca |
El Gobierno de España declaró Monumento Nacional a la
Catedral de Cuenca, por la Real Orden del 23 de agosto de 1902, previo informe
de la Academia de Historia de Bellas Artes de San Fernando, siendo uno de los
redactores del informe D. Leopoldo Pedreira Taibo, Catedrático de Historia del
Instituto Nacional de Segunda Enseñanza de Cuenca. Siete años después de la
catástrofe, el 9 de abril de 1909, el Ministro de Instrucción Pública, D.
Faustino Rodríguez, comunicó al Obispo Wenceslao, que el Consejo de Ministros
aprobaba el proyecto de obras de restauración de la Catedral con un presupuesto
de 858.976,28 pesetas.
Puente San Pablo de Cuenca |
El puente se componía de cinco arcos. El 7 de mayo de
1786, día de la Ascensión, el primer tramo se resquebrajó y el segundo arco
quedó afectado. El arquitecto que se encargo de la reparación fue D. Mateo
López. Reparados los problemas, duró hasta principios del siglo XIX. En 1895 se
desplomó otro arco y se aconsejo su demolición total. El Obispado de Cuenca,
estaba dispuesto a correr con la mitad de los gastos de su reparación, pero
desoyendo la propuesta, el Ayuntamiento optó por su demolición con explosivos (barrenos
de dinamita) en abril de 1902.
Obispo Wenceslao Sangüesa |
El Obispo Wenceslao Sangüesa y el Seminario de San
Julián afrontaron económicamente la construcción del nuevo puente en 1903. Este
hecho queda fijado en las placas circulares instaladas en el centro del puente,
con la leyenda “D.D. WENCESLAUS SANGÜESA E.T. GUIA DEI S.S. APOSTOLICAE GRATIA” y enfrente en el lado contrario: “SIGILLUM SEMINARII CONCILIARIS CONCHESIS”. Estas placas
honoríficas confirman y agradecen su labor al Obispo Wenceslao.
Don Wenceslao Sangüesa y Guía, murió un miércoles 11
de febrero de 1922, Ocupando la sede del Obispado Conquense desde 1900 hasta
1922. Este 11 de febrero hace 92 años de
su muerte.
Por todo lo expuesto creo que es merecedor de que se
conozca quien fue tal ilustre benefactor de esta ciudad de Cuenca.
Cuenta el periódico “El Mundo” de 13 de febrero de
1922 que la noche del miércoles 11 y tras una penosa enfermedad, falleció en esta catedral el Sr. D. Wenceslao Sangüesa y
Guía, Obispo de esta Diócesis. El cuerpo inanimado del difunto revestido de los
ornamentos pontificales, fue expuesto al público durante todo el día y noche
del jueves, siendo visitado y venerado por multitud de personas; al entierro
verificado el viernes asistió todo el elemento oficial así como también una
multitud de todas las clases sociales del vecindario; el cadáver fue enterrado
en la capilla de la Virgen del Pilar, cumpliéndose así la voluntad del
querido Prelado.
Datos biográficos: Nació el Excmo. Sr. Sangüesa y Guía
el año 1840 en Madrid; cursó en la Universidad Central con lisonjero
aprovechamiento las facultades de Sagrada Teología y Derecho Civil y Canónico,
recibiendo en la primera premio extraordinario de Doctor, y en la segunda el de
Licenciado con la brillante calificación de sobresaliente.
Ordenado de Presbítero el 24 de septiembre
de 1881 fue nombrado Rector de la parroquia del Real Sitio de San Lorenzo de El
Escorial, cargo que desempeño con gran celo durante varios años hasta que fue
trasladado para regir la parroquia de Madrid.
En 1882 fue favorecido por el Gobierno de
Su Majestad con una Camargo en la S.I. Catedral Primada de Toledo, donde debido
a sus exquisitas dotes, desempeñó cargos tan importantes como los de Gobernador
Eclesiástico, Comisario general de la Santa Cruzada y otros. En 1889 ascendió a
la Dignidad de Tesorero y en 1897 fue nombrado Deán de la misma Santa Iglesia
Primada.
En 19 de abril de 1900 previa la
presentación a la Santa Sede por el Gobernador de Su Majestad, que conocía
perfectamente los méritos y altas dotes del Sr. Sangüesa, fue preconizado por
el Papa León XIII Obispo de esta diócesis, de la que tomó posesión el 20 de
agosto del mismo año, haciendo días después su solemne entrada en Cuenca donde
se le recibió con gran entusiasmo.
Desde los primeros momentos supo
granjearse las simpatías, el respeto, veneración y cariño de sus diocesanos con
su bondad extraordinaria que cautivaba a cuantos a él se acercaban, y su liso y
trato llano de padre, no exento de distinción. El Ayuntamiento de Cuenca lo
declaró hijo adoptivo de la ciudad el 13 de octubre de 1993, se le concedió la
Suprema de la Cruz Roja Española y el 22 de marzo de 1997 fue nombrado por el
Gobierno Caballero de la Gran Cruz de la Real y distinguida Orden de Isabel la
católica. En la legislatura de 1990 representó en el Senado a la provincia
eclesiástica de Toledo.
ENTIERRO DEL SR. OBISPO: A las diez de la
mañana del viernes último, se dirigió la comitiva, que se había organizado en
la Catedral, al Palacio episcopal, saliendo poco después con el cadáver del
Prelado, Excmo. Sr. Wenceslao Sangüesa y Guía, llevado en hombros por seis
sacerdotes, y conducido por la Plaza Mayor regresando a la Catedral, donde se
celebró la misa de corpore insepulto, ejecutando la capilla de Música la misa
de Nadal (con la solemnidad del día de Navidad), y al fin de la ceremonia el
responso “Libera me, de Perosi”,
siendo inhumado el cadáver en la capilla de la Virgen del Pilar, cumpliéndose
así la voluntad de nuestro amadísimo Prelado.
Ofició el Ilmo. Sr. Deán D. Eusebio H.
Zazo, presidiendo el duelo los Sres. Provisor y Vicario general, los sobrinos
del finado D. Diego y D. Antonio Márquez Meler, el Excmo. Ayuntamiento,
Gobernador militar, Presidente de la Diputación, Presidente de la Audiencia,
ingenieros Jefes de Obras públicas y Montes, Juez de Instrucción, Jefes de
Correos y telégrafos, Director del Instituto y de las Escuelas Normales y los
Sres. D. Arturo Ballesteros, Senador y nuestro Director y Diputado a Cortes D.
Joaquín Fanjul, que con los Sres. D. Paulino Corrales, Párroco de San Marcos;
D. Joaquín Berrocal, Sacristán de la Real Capilla; D. Francisco Álvarez, Rector
de los Naturales y D. julio Camargo, Coadjutor de los Dolores, han venido en
representación de la Corte con el fin de acompañar al difunto hasta su última
morada, testimoniando así el afecto que le tuvieron en vida.
Al fúnebre acto asistieron millares de
personas de todas las clases sociales, recordando a los señores D. Eduardo
Taulet, D. Aureliano y D. Pedro de Orbe, D. Jesús Cano, D. Antonio Benítez, D.
Manuel Bisier, D. José maría Sánchez Vera, D. Luciano Suárez Valdés, D.
Sebastián Carrión, D. José Brieba, D. Antonio Llansó, D. Luis Cavanna, D.
Emilio Moya, D. Juan M. Romero, D. Eduardo Moreno, D. Julio González Dichoso,
D. Manuel Caballer, D. Antonio Rodríguez, D. Elicio González, D. Baltasar
Guiata, D. Lorenzo redondo, D. Gregorio Niño, D. Ángel Blasco y D. Luis M.
Kteiser.
Descanse en paz Prelado tan querido de
todos sus diocesanos.
José María Rodríguez González7 de febrero de 2014
Muy interesante! Me ha gustado mucho!
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