Dos estructuras para un
mismo puente. El Puente de San Pablo de Cuenca
Nadie que viene a Cuenca, en plan
turístico, deja de pasar por el emblemático puente de San Pablo. Mucho se habla
de él y hoy quiero puntualizar sobre matices que se desconocen.
El martes, 17 de diciembre de
1538 el concejo de Cuenca concedía 700 pinos para las obras de construcción del puente. Si tomamos referencias de los antiguos escritores, vemos que el Dr.
D. Trifon Muñoz y Soliva, en el segundo tomo de su publicación “Historia de
Cuenca” habla que en tiempos del Emperador Carlos I, sobre el río Huécar se
construye el puente a expensas del Canónigo D. Juan del Pozo. Pues bien, existe
documentación que acredita que no fue su construcción sólo a expensas de D.
Juan del Pozo; como decía, en diciembre de 1538 el Concejo de Cuenca concedía
700 pinos para las obras y dos años después se vuelve a repetir, en 1560 queda
probado que el Concejo ayudó a su construcción con partidas de madera y en
enero de 1570 aprueba el gasto de 503.000 maravedíes para el adobo del puente.
Puente de San Pablo en piedra y vista de la Hoz del Huécar |
El costo del puente fue de 68.000
ducados, se inició su construcción en el año 1534 y se terminó en el año 1589, por lo que no
pudo verlo terminado D. Juan del Pozo al morir en el año 1559.
Doscientos años disfrutaron los
moradores del Convento de la comunicación con la ciudad a través del puente.
Según el archivo municipal se hacen intervenciones de reparación y
mantenimiento en los años 1786, 1796, 1800, 1803 y 1817; en el primero se
derrumbó parte del primer pilar y del segundo arco y en 1800 se acordó cerrarlo
al tránsito, ateniéndose al informe del arquitecto D. Mateo López: “el puente
se haya todo quebrantado y expuesto a una total ruina”, aun así en 1888 aguantó
una envestida que sufrió al desprenderse unas rocas en las que se asienta la
Catedral y que originó destrozos en el primer arco.
El puente estuvo cimbrado con una
estructura auxiliar para sostener provisionalmente el peso de los arcos dañados
hasta 1895, visto que no se ponía remedio al problema y que su deterioro se
acrecentaba con el paso del tiempo se vino abajo uno de los arcos cimbrados y
tras el parte de obra se determinó volar el resto con dinamita, desapareciendo
así el viaducto realizado por Juan Gutiérrez de la Vega.
Puente de San Pablo con estructura de hierro |
El actual fue costeado por el Obispo
Wenceslao Sangüesa y el Seminario Conciliar de Cuenca como acredita las placas
conmemorativas que hay en el centro del puente, el Ayuntamiento, en esta
ocasión no participó. Según se cuenta hubo un incidente en su construcción,
pues montándose los elementos de los que se compone desde la ladera de San
Pablo, se iban corriendo hacia la Catedral y cuando ya descansaban en las pilas
y estaba a punto de cruzarse todos los vanos, un vendaval lo sacó de sus apoyos
y al caer por su peso, se destrozaron las pletinas de hierro que lo
constituía en su extremo, tras un acuerdo con la contrata se terminó el puente. De estos acuerdos
proviene la diversidad de perfiles de hierro más finos que se observa en el tramo final que une el puente con la subida a las Casas Colgadas, no quedando uniforme el
tipo de pletina de hierro en todo el puente.
Medallón del Obispo Wenceslao |
Cuenca, 16 diciembre de 2014
José María Rodríguez González.
Profesor e investigador histórico
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