¡¡Y se montó el Belén!!
Hemos de agradecer a la Excma.
Diputación de Cuenca el que un año más, nos deleite con el maravilloso belén
montado por la Asociación Belenista de Cuenca. Por suerte no se ha perdido esta
tradición y en muchos hogares se sigue montando los belenes.
Belén Napolitano de la Diputación de Cuenca |
Otro de los belenes populares y
enraizados en la sociedad conquense es el belén del jardinillo de la Plaza de
la Hispanidad. Se empezó a montar a finales de los años 40 y principios de los
50 ininterrumpidamente hasta nuestros días
pero hemos de saber que Cuenca es un Belén, una ciudad de apariencia
bíblica que reproducen los belenistas en sus obras encantadas como el de las
Flores las Camelias. Cuenca es un permanente villancico que cantan a diario las
aguas de sus ríos y el aire al filtrarse por sus nobles piedras.
En estos días, Cuenca entera se
convierte en un belén viviente como el de La
Vega del Codorno, que desde 1967 viene celebrando la representación del
nacimiento de Jesús y que está declarado de Interés Turístico Regional desde el
5 de diciembre de 2012. Fue San Francisco de Asís quien hiciera por primera vez
el belén viviente, la noche del 24 de diciembre de 1223 en la cueva de Greccio
(Italia) germen escenográfico de los orígenes de los belenes, solicitando su
realización al Papa Honorio III, siendo el punto de partida de la tradición
Navideña.
Cuenca, belén permanente |
La realización de la escenificación
del Nacimiento de Jesús no tardó en extenderse a todos los conventos de la
Orden Franciscana quienes fueron los encargados de exportarlo al resto del
mundo.
Respecto al montaje de los
belenes con figuras, se cree que el primero se realizó en Nápoles (Italia) a finales
del siglo XV, se efectuó con figura de barro y fue el Rey Carlos III quien
introdujo los belenes en España, el primero que se montó fue en la corte
madrileña.
Esta costumbre arraigó pronto en
el pueblo. En el siglo XVII los belenes pasaron de los templos a las casas
particulares, tradición que ha llegado hasta nuestros días. Esperemos que las
sucesivas generaciones sigan esta tradición que viene a ser lectura ilustrada
de los Evangelios y que las familias lo trasmiten de padres a hijos
enriqueciendo su conjunto con alguna nueva figura cada año, que viene a ser el
juego inocente de los pequeños de la casa que viven y aprenden, en la visión y
en el juego, los origines de nuestras costumbres.
Si no ha montado aún su belén, ánimo y hágalo ¡Feliz Navidad!
José María Rodríguez González - Profesor e
investigador histórico
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