lunes, 8 de diciembre de 2014

¡¡Y se montó el Belén!!


¡¡Y se montó el Belén!!

Hemos de agradecer a la Excma. Diputación de Cuenca el que un año más, nos deleite con el maravilloso belén montado por la Asociación Belenista de Cuenca. Por suerte no se ha perdido esta tradición y en muchos hogares se sigue montando los belenes.   
Belén Napolitano de la Diputación de Cuenca

Otro de los belenes populares y enraizados en la sociedad conquense es el belén del jardinillo de la Plaza de la Hispanidad. Se empezó a montar a finales de los años 40 y principios de los 50 ininterrumpidamente hasta nuestros días  pero hemos de saber que Cuenca es un Belén, una ciudad de apariencia bíblica que reproducen los belenistas en sus obras encantadas como el de las Flores las Camelias. Cuenca es un permanente villancico que cantan a diario las aguas de sus ríos y el aire al filtrarse por sus nobles piedras.

En estos días, Cuenca entera se convierte en un belén viviente como el de La Vega del Codorno, que desde 1967 viene celebrando la representación del nacimiento de Jesús y que está declarado de Interés Turístico Regional desde el 5 de diciembre de 2012. Fue San Francisco de Asís quien hiciera por primera vez el belén viviente, la noche del 24 de diciembre de 1223 en la cueva de Greccio (Italia) germen escenográfico de los orígenes de los belenes, solicitando su realización al Papa Honorio III, siendo el punto de partida de la tradición Navideña. 
Cuenca, belén permanente

La realización de la escenificación del Nacimiento de Jesús no tardó en extenderse a todos los conventos de la Orden Franciscana quienes fueron los encargados de exportarlo al resto del mundo.

Respecto al montaje de los belenes con figuras, se cree que el primero se realizó en Nápoles (Italia) a finales del siglo XV, se efectuó con figura de barro y fue el Rey Carlos III quien introdujo los belenes en España, el primero que se montó fue en la corte madrileña.  

Esta costumbre arraigó pronto en el pueblo. En el siglo XVII los belenes pasaron de los templos a las casas particulares, tradición que ha llegado hasta nuestros días. Esperemos que las sucesivas generaciones sigan esta tradición que viene a ser lectura ilustrada de los Evangelios y que las familias lo trasmiten de padres a hijos enriqueciendo su conjunto con alguna nueva figura cada año, que viene a ser el juego inocente de los pequeños de la casa que viven y aprenden, en la visión y en el juego, los origines de nuestras costumbres.

 Si no ha montado aún su belén, ánimo y hágalo  ¡Feliz Navidad!

 José María Rodríguez González - Profesor e investigador histórico

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