Los Cuerpos de
Seguridad del Estado no tienen patrón, sino patrones
Los Ángeles Custodios.
94 años de su proclamación como patronos de estos Cuerpos.
La festividad de los Ángeles
Custodios viene celebrándose en la comunidad cristiana española aproximadamente
desde el siglo V. Como todo lo referido a los ángeles sufrió cierto abandono al
ser suprimida por San Pío V por miedo a que fueran venerados, culto que no era
reconocido por la Iglesia. Fue restablecida la festividad, nuevamente por decreto
del Papa Paulo V en el año 1608. El Papa Clemente X, fue quien la implantó
definitivamente en la liturgia de toda la Iglesia.
El Papa Pío XI, en el año 1926,
declaró a los Santos Ángeles patronos del Cuerpo Nacional de Policía, a
petición expresa de este Cuerpo, denominándose en aquellos años “Policía
Gubernativa”. Este año celebramos el 90 aniversario de la institución de esta
festividad en nuestro país.
Para llegar a comprender el por
qué de tomar como patrones los Santos Ángeles del Cuerpo Nacional de Policía
debemos de profundizar en el significado y misión otorgada por Dios a sus
ángeles.
La vocación de servicio de ayuda,
asistencia y auxilio al ciudadano que la policía desarrolla diariamente emulan
la misión de los Santos Ángeles.
La naturaleza de los ángeles va
de acuerdo con el sublime oficio que ellos ejercen permanentemente. Son seres
creados, intelectualmente superiores a los hombres y fueron dotados por Dios de
especial virtud y poder. Decía nuestro paisano Fray Luis de León sobre los ángeles
que eran: “estrellas de la aurora porque su entendimiento es más claro que las
estrellas, es lo que más se le parece en la perfección de su naturaleza”.
Por el siglo II el sabio Orígenes
decía: “Los cristianos creemos que a cada uno nos designa Dios un ángel para
que nos guíe y proteja”.
San Bernardo en el año 1010, en
uno de sus célebres sermones resumió en tres frases comentadas el
comportamiento que deberíamos tener con nuestro ángel de la guarda: “Respetemos
su presencia, portándonos como es debido. Agradezcamos sus favores, que son
muchos más de los que nosotros podemos imaginar y confiemos en su ayuda, que es
muy poderosa porque es superior en poder a los demonios que nos atacan y a
nuestras pasiones que nos traicionan.
No debe faltar en esta pequeña
exposición de los Santos Ángeles la narración que San Juan Bosco hacía siempre
el día del Ángel de la Guarda, un dos de octubre, recomendó a sus muchachos que
en los momentos de peligro invocaran a su Ángel
de la Guarda. Cuenta que ese mismo día dos obreros estaban subidos en un
andamio, de pronto se partió la tabla y se vinieron al suelo. Uno de ellos
recordó lo que al Santo le había oído decir y exclamó “Ángel de mi guarda” mientras caía del andamio. Cuando acudieron a socorrerlos
uno de ellos estaba muerto al golpearse contra el suelo, el otro se levantó sin
daño alguno, el que había invocado a su Ángel de la Guarda. Los compañeros le
aseguraron que había tenido mucha suerte y él les contestó: “Cuando ví que me venía abajo invoqué a mi
ángel de la Guarda y sentí como si me pusieran por debajo una sábana y me bajaran
suavemente y después ya lo recuerdo más”.
Celebremos este día con júbilo y
alegría y unámonos a quienes los tienen como Patrones pues ellos hacen un
trabajo encomiable digno de los ángeles. Ángeles de carne y hueso que dan
muchos de ellos su vida por socorrer a cualquier ciudadano que no precisa.
Ya en el primer Reglamento para
el Servicio, de 9 de octubre de 1844, en su art. 32º, se lee: “En los caminos, en los campos y despoblados,
toda partida o individuo de la Guardia Civil cuidará de proteger a cualquier
persona que se vea en algún peligro o desgracia, ya prestando auxilio de la
fuerza, ya facilitando el socorro que estuviera a su alcance. Por consiguiente,
procurará amparar a todo viajero que sea objeto de alguna violencia; auxiliar a
los carruajes que hubiesen volcado o experimentado cualquier contratiempo que
los detenga en el camino; recoger los heridos o enfermos que se hallen
imposibilitados de continuar su marcha; contribuir a cortar los incendios en
los campos i en las casas aisladas, y prestar en suma, del mejor modo fuere
posible, todo servicio que pueda conducir al objeto y realce de su institución,
especialmente, esencialmente benéfica y protectora”.
Hagamos un día especial de
celebración, uniéndonos a la celebración
de la festividad de estos Cuerpos de Seguridad del Estado que siempre están
donde se les necesita.
Cuenca, 2 de octubre de 2019
José María Rodríguez González
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