sábado, 31 de diciembre de 2016

Ángeles

Ángeles y arcángeles en la Catedral de Cuenca

Arcángel del Triforio de la Catedral de Cuenca

A pocas horas de comenzar un nuevo año, quiero que la última publicación en mi blog sea la imagen de visita de un ángel. Como un preludio del trabajo de investigación que llevo en marcha y me gustaría concluir al terminar el 2017, para ser presentado en el 2018.

La Sagrada Escritura llama ángeles a la existencia de seres espirituales, no corpóreos y es una verdad de fe.

Los ángeles superan en perfección a todas las criaturas visibles y poseen inteligencia y voluntad, son inmortales. Cristo en el centro del mundo angelical, le pertenecen y son los mensajeros de su designio de salvación.

Desde el principio de los tiempos y a lo largo de la historia de la humanidad, los hallamos anunciando la salvación. Nuestra Catedral es un templo privilegiado en número de obras sobre ángeles y arcángeles, el triforio es el lugar más rico en ángeles.
Trabajando muy cerca de la gloria angelical

Cuenta una leyenda que desde  nuestro nacimiento un ángel apoya un dedo sobre nuestros labios y dice: “Calla no digas lo que sabes”. Por eso nacemos con una hendidura en el labio suprior sin recordar nada del sitio de dónde venimos.

Que este nuevo año que comienza este lleno de amor y felicidad para todos.

Feliz año 2017


José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico

viernes, 30 de diciembre de 2016

Feliz año 2017


Que este nuevo año sea el AMOR inunde nuestra alma y la FELICIDAD se pueda reflejar en nuestras caras. Os deseo a todos y todas, de corazón todo lo bueno. ¡¡ Feliz año nuevo!!


lunes, 26 de diciembre de 2016

Los aguinaldos y la fiesta de entrada del año

Los regalos se fueron institucionalizando y se convirtieron en gratificaciones salariales. 

Hay costumbres que se van perdiendo, en parte por comodidad y en parte porque ya no hay necesidad. En mis años de niñez nos juntábamos los chicos del barrio y recorríamos el vecindario, casa por casa, cantando villancicos con nuestras panderetas y zambombas y botellas vacías de anís del mono, a esta costumbre siempre se le ha llamado “pedir el aguinaldo”. Se obtenía de todo pero más que dinero conseguíamos mantecados, caramelos y toda clase de dulces.

Si buceamos en sus orígenes tendremos que irnos al Concilio de Tours en el año 567, los padres de la iglesia tomaron la decisión de establecer una celebración paralela a las paganas para erradicarlas o cristianizarlas. El día uno del año se felicitaban recíprocamente los antiguos romanos, haciéndose mutuos regalos. Estas fiestas eran en honor al dios Jano, divinidad de dos caras; una de las cuales miraba al pasado año y la otra al futuro. Juntamente ofrecían liberaciones en honor  a la diosa “Fuerza”, conocida por los nombre de Strenua, Strenia o Strenna, cuyo principal santuario se hallaba en el islote del Tiber. Estos regalos eran denominados strenae en memoria de la citada diosa.

En la Edad Media, los reyes y la clase acomodada siguieron celebrando la fiesta de la entrada del año, en especial la Navidad y la Pascua que eran los días donde se intercalaban los regalos, pero cuando realmente surgió con fuerza fue en el Renacimiento. En el siglo XVI este tipo de regalos se llamaban étrenes llegando a generalizarse en la época de Luis XIV, el monarca no contento con ello, quiso abolirlo en el año 1793, bajo un edicto, pero la supresión no tuvo efecto y la protesta fue general. Estos regalos o aguinaldos se los daban a los mozos de cafés, peluqueros, cocheros, etc. Esta costumbre de regalo y propina se ha conservado hasta nuestros días en Europa.
Los regalos se fueron institucionalizando y se convirtieron en gratificaciones salariales. En España el origen del aguinaldo como salario pagado en dinero se sitúa en los años de la posguerra. En 1944 una orden gubernamental exigió que en el aguinaldo navideño se pagase, como mínimo el sueldo de una semana en efectivo. En 1947 se instauró la paga del 18 de julio por valor de una semana de salario. Con la llegada de la democracia, en el Estatuto de los Trabajadores de 1980 se estableció que el salario anual fuera dividido en 14 pagas mensuales, correspondiente a dos extraordinarias, la del verano y la de Navidad. Para que la paga que se otorgaba en verano no fuera conmemorativa, se trasladó oficialmente al 24 de junio, santo del Rey Juan Carlos I.

Y así ha sido como unos aguinaldos de dulces y pasas se convirtió en unas pagas extras para los ciudadanos.

Cuenca, 26 de diciembre de 2016
José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico 

domingo, 25 de diciembre de 2016

No habría Belén sin pesebre

Pedazos de madera de lo que tal vez fuera parte de la cuna se exhiben en un relicario en la Basílica de Santa María la Mayor en Roma.

La noche de Navidad muchísima gente se apiña  en dicha basílica para ver el pesebre.

El culto a las reliquias se ha venido ejerciendo desde los primeros años de las persecuciones cristianas, teniéndose en gran estima cualquier objeto relacionado con aquellas personas que murieron por su fe. Convirtiéndose en un fenómeno social, económico y cultural.

La primera emperatriz en abrazar la religión cristiana fue Santa Elena. Ella dedicó parte de su vida en llevar a Roma los objetos más venerados, entre ellos la cruz, los clavos, el rótulo de encima de cruz y de más objetos relacionados con Cristo.
Misterio del Belén de la Plaza de la Hispanidad de Cuenca
Foto José María Rodríguez González

En Evangelio de San Lucas nos cuenta que Jesús al nacer fue envuelto en pañales y acostado en un pesebre. En vano iríamos hoy a Belén en busca del feliz pesebre donde estuvo reclinado el Divino Infante.
 Hace ya catorce siglos que huyó de aquellas tierras y vino a albergarse a Roma, en la suntuosa Iglesia de Santa María la Mayor, elevado en el monte Esquilino. La noche de Navidad muchísima gente se apiña  en dicha basílica para ver el pesebre llevado a hombros de los sacerdotes oficiantes como si fuera la nueva Arca de la Alianza.

Lo que sí se puede admirar en Belén es la cueva donde nació el Salvador. Forma la cripta de la Basílica del Nacimiento, edificado por la Emperatriz Elena. Esta cueva, recubierta toda de mármoles preciosos, está alumbrada por treinta y dos lámparas de plata, regaladas por diferentes reyes y emperadores Católicos. El lugar en que estaba María cuando dió a luz, se ve señalado por una estrella de plata incrustada en el pavimento, alrededor de la cual se lee la inscripción que dice: “Hic de Vírgine María Jesus Christus natus est”.
Portal de Belén.  Plaza de la Hispanidad de Cuenca
Foto José María Rodríguez González


Las reliquias procedentes del nacimiento están diseminados por distintas partes del mundo. Pedazos de madera de lo que tal vez fuera parte de la cuna se exhiben en un relicario en la Basílica de Santa María la Mayor en Roma; los pañales que lo envolvieron, se dice que están en un gran cofre de la Catedral de Aquisgrán en Alemania. En España, en la Catedral de Lérida, se guarda, supuestamente, algunos pañales, pero que desaparecieron durante la guerra civil, no quedando más que pequeños retazos.

sábado, 24 de diciembre de 2016

Papas Noel motorizados por Cuenca

Esta mañana hemos quedado gratamente sorprendidos con la presencia de un grupo de moteros, todos ellos vestidos de papa Noel.

Aquí tenéis una muestra
























Cuenca, 24 de diciembre de 2016

jueves, 15 de diciembre de 2016

Felicidad y amor en esta Navidad

La Navidad es la inocencia y el candor, la fascinación de vivir con la esperanza de un mundo mejor.
Feliz Navidad a todos.
José María Rodríguez González

miércoles, 14 de diciembre de 2016

Poetas y poetisas celebran a su patrón

Dedicado al Aula Poética de Cuenca


En el año 1952 se instituyo como patrón de los poetas a San Juan de la Cruz.
Componentes del Aula Poética de Cuenca


Hoy quiero felicitar a este grupo encantador de poetas como es el AULA POÉTICA DE CUENCA, que con tanto acierto dirige Raquel Carrascosa. Siento admiración por ellos, forman un grupo muy compacto y dedicado a dar a conocer y amar la poesía.
Su última intervención ha sido el leer poemas, con el gorro puesto de Papa Noel, junto al árbol de Navidad, que este año han puesto frente a la Catedral de Cuenca. Felicidades a todos sus integrantes que nos sigan deleitando con sus poemas.

La poesía fue para San Juan de la Cruz como la válvula de escape ante las complicaciones que se le agrupaban día a día, principalmente cuando emprendió la reforma del Carmelo que le llevó a estar encarcelado en una cárcel de Toledo, de donde una noche sin luna, escapó ayudado de su carcelero.
San Juan de la Cruz 
Con la poesía expresaba sus preocupaciones, lo que le movía a seguir trabajando por defender sus ideas y sobre todo los deseos y ansias que manaban de su corazón.
Como poeta fue un hombre lleno de sensibilidad como lo refleja en sus versos:
En una noche oscura,
Con ansias en amores inflamada,
¡oh dichosa ventura!
Salí sin ser notada,
Estando ya mi casa sosegada.

“Noche oscura del alma”,  “Cántico espiritual” y “Llama de amor viva” estos tres poemas constituyen la obra poética más importante de la poesía mística en los que nos muestra la ascensión del alma hasta su unión mística con Dios.
El poema de “Llama de amor viva” comienza así:

¡Oh llama de amor viva,
que tiernamente hieres
De mi alma en el más profundo centro!
pues ya no eres esquiva,
acaba ya su quieres;
rompe tele de este dulce encuentro.

En el cántico espiritual, los versos son canciones entre el Alma y el Esposo, refleja una explosión de amor difícil de igualar con otras palabras que no sean los versos del más gran de poeta de la mística española del siglo XVI.

Os escribo el primer quinteto:

¿Adónde te escondiste,
amado, y me dejaste con gemido?
Como el ciervo huiste,
habiéndome herido;
salí tras ti clamando, y eras ido.

Felicidades en el día de vuestro Patrón y que las musas os inspiren para que nos sigáis deleitando con vuestros versos.

Cuenca, 14 de diciembre de 2016.


José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.

martes, 13 de diciembre de 2016

Santa Lucía, el más corto de los días

"Por Santa Lucía, acorta la noche y alarga el día"

Así reza en el refranero castellano. Pocas veces se equivoca el refranero, pero esta es una de esas veces y eso se debe al cambio de calendario que se realizó a finales del siglo XVI por el Papa Gregorio XIII, con el cambio decretado en 1582. Después de precisas observaciones astronómicas se paso el solsticio de invierno del 13 de diciembre, el actual 21. El dicho popular sólo hacía referencia a la celebración del Solsticio, cuando el Sol estaba más bajo que en el resto del año, acortándose el día. La tradición sigue en algunos pueblos celebrándolo, encendiendo hogueras y el refranero ha seguido presente en los dichos de los pueblos como: “Por Santa Lucía, achican las noches y agrandan los días”.

Pero si nos atenemos al santoral cristiano, hoy día 13 de diciembre se celebra Santa Lucía. Joven del pueblo de Siracusa (Sicilia - Italia) que vivió en el siglo IV, padeció el martirio durante las persecuciones de Diocleciano. Es venerada en la Iglesia Católica, Ortodoxa y Luterana.

También se celebra hoy la festividad de Santa Otilia, fue abadesa de Hohenbourg (Estrasburgo) y vivió en Alsacia en el siglo VII, ambas santas son patronas de la vista.

Santa Lucía.
Retablo de La Virgen del Alba
Catedral de Cuenca.
Foto: José María Rodríguez
Con respecto a Santa Lucía, según la leyenda diré que se trata de una joven siciliana, quedó huérfana de padre y su madre Eutiquia, dispuso para ella una buena boda con un joven de familia de buena posición; ella habiendo hecho voto de virginidad se negó a su casamiento. Su madre enfermó y Santa Lucía le hizo prometer que si conseguía su curación rompería el compromiso matrimonial. Así que peregrinaron a la tumba de Santa Águeda, célebre mártir de Catania, una vez que sano su madre, ella se vió libre del compromiso de casamiento pero el Joven novio la denunció como cristiana que era y al no querer renegar de su fe, perdió la vida siendo atravesada su garganta con una espada. Su muerte se ubica por el año 304 d.C. Debido a su nombre, que según la Leyenda Áurea significa “Luz”, se la convirtió en patrona de la vista, por ello se le representa en la iconografía con un par de ojos en un plato a partir del siglo XIV. Una talla de Santa Lucía podemos encontrarla en el lado derecho del retablo de “La Virgen del Alba”, de la Catedral de Cuenca.

Santa Otilia es invocada para las enfermedades de la vista, por haber nacido ciega y posteriormente haber recuperado la vista. Santa Otilia era hija del duque alsaciano Adalrico, por desgracia para ella nació ciega y sus padres la entregaron a una criada que la llevó al monasterio de Balma, donde, después de haber sido bautizada empezó a ver. Su vocación nació de los años que vivió en el monasterio por lo que su padre fundó el monasterio de Hohenbourg para ella del que fue abadesa. Allí vivió santamente hasta su muerte en el siglo VIII. Su leyenda dice que murió sin haber podido recibir el Viático, por lo que resucitó, tomó las Sagradas Especies y a continuación volvió a morirse. Es representada vestida de abadesa, con un libro abierto sobre el que reposan dos ojos. Esta santa en un principio se llamaba Odilia, pero a partir del siglo XV, en Baviera se le llamó Otilia, nombre por el que se le conocía en Alsacia, región francesa cuya capital era Estrasburgo.

Cuenca, 13 de diciembre de 2017


José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico

martes, 6 de diciembre de 2016

Pudo, convenía, luego se hizo



Fue la propia Virgen María quien lo confirmó, al aparecerse en 1858 a una pobrecita aldeana de los Pirineos, anunciándose con estas palabras: “Yo soy la Inmaculada Concepción”.

Este es el célebre axioma: “Potuit, decuit, ergo fecit” (Pudo, convenía, luego se hizo) con el que el padre franciscano: Juan Duns Scoto (1265-1308) concluía su exposición en defensa de la Inmaculada Concepción en la Universidad de París. Su disertación decía: Dios Todopoderoso podía crear a la Santísima Virgen libre de pecado. Él ciertamente quería hacerlo, pues convenía a la altísima dignidad de aquella que sería la Madre del Divino Salvador, que se mantuviese exenta de toda mancha; por tanto Dios le concedió tal privilegio. He ahí el maravilloso y singular privilegio de la  Inmaculada Concepción.
Inmaculada de San Felipe Neri

El primer ilustre y defensor de la Purísima, anterior al Venerable Scoto, lo encontramos en nuestro país y es el humanista Raimundo Lulio, que desde 1286 la defendió públicamente en la Sorbona, verbalmente y por escrito: Al terminar su obra teológica: “Libro de los principios de Teología”, añadió: “Terminadas están las reglas de los principios de la Teología bajo el patrocinio de la Bienaventurada Virgen María CONCEBIDA SIN MANCHA”.

No sólo en París se habló del misterio. En el siglo XV empezaron las lides concepcionistas y anticoncepcionistas en la Universidad de Salamanca. Defendieron el misterio de la Inmaculada: Alfonso Villadiego de Madrigal, Juan de Segovia, Juan de Sahagún y Cisneros; la impugnaban Juan de Torquemada y Diego de Deza.

En el concilio de Trento, al frente de todos los defensores de la Purísima, estuvo el Ilmo. Sr. Obispo de Jaén, D. Pedro Pacheco, éste en la sesión que trató la cuestión del pecado original, se dirigió a los concurrentes en estos términos: Me parece bien, pero ante todo, hay que ver lo que se resuelve acerca de la Concepción de María… pues es preciso dejar terminado este asunto en el Concilio”. El decreto, redactado el 8 de junio de 1546, para ser discutido, exclamó el ilustre prelado español: “No me gustan esas palabras de ley universal, pues parece que se incluye en ellas a la Virgen; añádase para dejarla a salvo, esta frase: a no ser que con alguien por privilegio especial, haya dispuesto Dios a otra cosa, como piadosamente se cree, de la Bienaventurada Virgen”. Y esto es lo que en efecto se hizo.

En el siglo XVII, la Corona de Aragón y sus Prelados elevaron Letras postularías a las Cortes del Reino para que fueran remitidas a su Santidad y la presión ejercida por los pueblos españoles en pro del misterio llevaron al Rey Felipe III a enviar a la Santa Sede una comisión, encabezada por el Padre General de los Franciscanos para que resolviera a favor. Aún con todo ello  El Vicario de Cristo no accedió a declarar el Dogma.

Felipe IV, hijo y sucesor en el trono a Felipe III, obtuvo del Papa Gregorio XV, el 4 de junio de 1622, el decreto declaratorio del misterio; y Carlos III, de S.S. Clemente XIII obtuvo que la festividad de la Purísima fuese fiesta patronal de las Españas.

Otro esfuerzo se hizo por parte de España en el año 1659, enviando a Roma al Ilmo. Sr. Obispo de Plasencia, D. Luis Crespi de Borja, en representación  del Rey, y al Padre Jerónimo Salcedo, portadores de cartas de todos los Prelados y Cabildos de España. Por fin y al cabo de dos años de incesantes súplicas se publicó la bula Solicitúdo ómnimun ecclesiárum, fechada a 8 de diciembre de 1661. No se conoce ninguna otra tan satisfactoria respuesta con respecto a la Inmaculada Concepción de María, hasta el llamado “Papa de la Inmaculada” Pío IX.

Desde su destierro el Papa Pío IX escribió a los Prelados del mundo entero solicitando una información exacta y puntual acerca de las creencias en el Misterio de la Concepción Inmaculada de María. De las 603 respuestas que recibió, 546 fueron favorables y 57 contrarias a la definición. De España fueron 47 las respuestas y todas ellas favorables al Dogma.

Finalmente el día 8 de diciembre de 1854, en torno al Vicario de Cristo, unos 200 Prelados, de los cuales había 54 cardenales, 42 arzobispos y 98 obispos y con 60.000 fieles que llenaban la inmensa basílica de San Pedro llegados de todos los rincones del mundo. S.S. Pío IX definió el dogma de la Inmaculada Concepción de María.

Finalmente y para más confirmación fue la propia Virgen María quien lo confirmó, al aparecerse en 1858 a una pobrecita aldeana de los Pirineos, anunciándose con estas palabras: “Yo soy la Inmaculada Concepción”. Lourdes, lugar de las apariciones, es hoy centro de fervorosa peregrinación y de estupendos milagros con los cuales demuestra la Virgen cuán grato le es el privilegio de nuestra Madre la Virgen de las Vírgenes. “Mater immaculáta, ora pro nobis”.

Cuenca, 8 de diciembre de 2016


José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico.