Los fríos intensos hicieron plantearse al Cabildo cambios en la Catedral
Mi felicitación al Dr. Pedro
Miguel Ibáñez por la disertación de ayer tarde en la Sala Capitular de la
Catedral sobre “La pequeña edad de hielo en la Catedral de Cuenca”, en la que
nos contó los cambios que sufrió la Catedral para soportar las bajas
temperaturas que experimentó Cuenca.
Hoy quiero poner mi gratino de
arena a tales fríos, si los del siglo XVIII fueron glaciales que hicieron
plantearse el cerrar el Claustro de la Catedral y acortar la altura de la
capilla Honda para hacer un lugar más agradable para las reuniones del Cabildo,
los fríos del siglo XIX no fueron menos.
Encofrado bajo forjado de la capilla Honda de la Catedral de Cuenca |
Cuenta Trifón Muñoz y Soliva, que
los fríos de 1829 que soportó la ciudad de Cuenca fueron fríos intensos y célebres,
contándonos que se heló el Júcar y los ganados pasaban sobre él de uno al otro
margen. Se tiraban piedras de cuartilla desde el puente de San Antón y no
rompían el hielo. Las heladas duraban más de un mes y los lobos venían a la
Cueva de Orozco y Puerta de Valencia y las perdices a la huerta de Santiago.
Entre los años lluviosos
sobresalieron el de 1799. En medio año no hubo día que no lloviera. Entre las crecidas
del río Júcar está la de Nochebuena del año 1820, que al anochecer arrancó una
tercera parte de la presa de San Antón. Decían los ancianos de la época que no había
memoria de riada mayor que la de diciembre de 1860, cuentan que había nevado
ocho o diez días seguidos y la nieve se acumulaba con abundancia en la sierra y
sobreviniendo una repentina blandura por unas copiosas lluvias, derretida la
nieve, el Júcar vino apocalíptico, cuentan que faltaba media vara para besar el
puente de Carballido, hoy conocido
como el puente de los descalzos. Esta
avenida destrozó muchas presas y abatió el puente de Olivares, creo que fue la
mayor crecida del Júcar.
Los conquenses somos dados a los
refranes y para terminar este escrito hago referencia a uno que alude a su
topografía “No se hizo Cuenca para ciegos
y Júcar y Huécar se juntan en el Remedio (convento de la Trinidad) y Cuenca en
medio”.
Cuenca, 9 de abril de 2019.
José María Rodríguez González.
Profesor e investigador histórico
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