domingo, 20 de diciembre de 2020

Fríos intensos y deshielos memorables en Cuenca

Los fríos intensos hicieron plantearse al Cabildo cambios en la Catedral

    Mi felicitación al Dr. Pedro Miguel Ibáñez por la disertación de ayer tarde en la Sala Capitular de la Catedral sobre “La pequeña edad de hielo en la Catedral de Cuenca”, en la que nos contó los cambios que sufrió la Catedral para soportar las bajas temperaturas que experimentó Cuenca.

    Hoy quiero poner mi gratino de arena a tales fríos, si los del siglo XVIII fueron glaciales que hicieron plantearse el cerrar el Claustro de la Catedral y acortar la altura de la capilla Honda para hacer un lugar más agradable para las reuniones del Cabildo, los fríos del siglo XIX no fueron menos.
Encofrado bajo forjado de la capilla Honda de la Catedral de Cuenca

    Cuenta Trifón Muñoz y Soliva, que los fríos de 1829 que soportó la ciudad de Cuenca fueron fríos intensos y célebres, contándonos que se heló el Júcar y los ganados pasaban sobre él de uno al otro margen. Se tiraban piedras de cuartilla desde el puente de San Antón y no rompían el hielo. Las heladas duraban más de un mes y los lobos venían a la Cueva de Orozco y Puerta de Valencia y las perdices a la huerta de Santiago.

    Entre los años lluviosos sobresalieron el de 1799. En medio año no hubo día que no lloviera. Entre las crecidas del río Júcar está la de Nochebuena del año 1820, que al anochecer arrancó una tercera parte de la presa de San Antón. Decían los ancianos de la época que no había memoria de riada mayor que la de diciembre de 1860, cuentan que había nevado ocho o diez días seguidos y la nieve se acumulaba con abundancia en la sierra y sobreviniendo una repentina blandura por unas copiosas lluvias, derretida la nieve, el Júcar vino apocalíptico, cuentan que faltaba media vara para besar el puente de Carballido, hoy conocido como el puente de los descalzos. Esta avenida destrozó muchas presas y abatió el puente de Olivares, creo que fue la mayor crecida del Júcar.

    Los conquenses somos dados a los refranes y para terminar este escrito hago referencia a uno que alude a su topografía “No se hizo Cuenca para ciegos y Júcar y Huécar se juntan en el Remedio (convento de la Trinidad) y Cuenca en medio”.

Cuenca, 9 de abril de 2019.

José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico

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